jueves, marzo 29, 2007

Una pregunta sencilla...

Y si Dios fuera una mujer?...

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domingo, marzo 25, 2007

Del cuaderno de bitácora (II)

Esto es nuevo. Lo de reseñar una clase que pasó, digo. Y encima en dos partes. Tal vez sea bueno tener una especie de ayudamemorias. No sé, veremos si la idea se mantiene o no. La cuestión es que:

Si la comunicación es un ejercicio que se relaciona con el individuo, al punto que sin individuo no hay comunicación, el objetivo de nuestra cursada será abordar distintas posibilidades en torno de pregunta acerca de la naturaleza del hombre. ¿Qué es el hombre? Esta es la cuestión a desarrollar y lo que debemos intentar ver detrás de cada uno de los textos que encaremos.

Evidentemente no es lo mismo definir al hombre como un animal social que como lobo de sí mismo. Y también las relaciones entre los hombres van a cambiar según se las plantee desde una u otra de estas dos posiciones. Vale decir que cambiando la definición de hombre cambia también el modo en que se plantea la comunicación.

Preguntamos sobre posibles definiciones del hombre. Algunas de las que aparecieron fueron las típicas: animal racional (Descartes), animal social (Aristóteles), animal que hace uso del lenguaje, animal que hace uso de herramientas... Mencioné yo a Thomas Hobbes, con su "el hombre es el lobo del hombre", ya citado más arriba. Y un par de alternativas más, tales como que el hombre es el único animal que reconoce su imagen reflejada en un espejo, o el único que cocina sus alimentos... Pero entonces alguien dijo: El hombre es el único animal con historicidad. Y fue una respuesta poco usual, además de lúcida.

Que el hombre tenga historicidad conlleva muchas cosas. Conlleva, por ejemplo, su capacidad tecnológica actual. Pero también que el hombre sea el único ser vivo, hasta donde sabemos, con plena conciencia de su mortalidad. Este último detalle marca, por lo demás, el origen de toda filosofía y religión. Dios es una explicación adecuada para todo aquello que el hombre no sabe respecto de sí mismo y del mundo. Porque tal vez él (el hombre) no lo sepa; pero EL (Dios), seguro que sí lo sabe. Lo importante es que exista un orden, descubierto o por descubrir.

¿Sabemos qué creemos acerca de Dios? ¿Y qué es lo que creen los otros? La pregunta es, dejando las cuestiones teológicas de lado, ¿qué articulaciones suponen que se establecen o se pueden llegar a establecer a partir de eso, lo que uno cree vs. lo que creen los demás, acerca de una deidad que, por otra parte, todos aseguran que es universal, para todos los hombres la misma? ¿Y si Dios no fuese perfecto? ¿Y si Dios fuese mujer? ¿Y si Dios no existiera?

Aguardo comentarios.

viernes, marzo 23, 2007

Del cuaderno de bitácora (I)

Comenzaron las clases con un calor sofocante. Tráfico intenso para llegar, mucha gente en el aula, clase de presentación. "Antes de presentar la materia y de presentarme yo mismo quiero que se presenten algunos de ustedes", les dije. Silencio. Tan denso como el aire pesado que invadía el aula. Siempre sucede lo mismo. Nos cuesta comunicarnos. Y yo vuelvo a pensar que tal vez elegí en su momento esta carrera porque me costaba comunicarme con la gente, precisamente. Tal vez todvía me cueste, no estoy seguro.

"Bueno, empiezo yo...", interrumpe mi pensamiento una alumna, a quien llamaremos Chris. Dice su nombre y luego inquiere: "¿Qué esperás que te digamos? Buena pregunta. Lo dejo librado a su criterio, pero me gusta el modo de pensar: "presentarse" puede querer decir muchas cosas. Es hacerse presente en ese lugar, delante del docente y todos los compañeros. Es representarse en un discurso imaginario, poniéndose en su lugar. Es también decir quién se es.

Siguen tres, cuatro alumnos más. A falta de voluntarios inquiero a Nayla (como el tema de David Lebón... seguro que no me voy a olvidar de este nombre), y luego sigue Damián (¿era Damián?... ¡Qué bronca me da cuando mi memoria me pone ante estas dudas! Van a tener que acostumbrarse a mis lagunas mentales...). El será el último, pero es el primero en romper el molde. "Tengo calor", dice. Y todos se ríen. Todos tenemos calor, y mucho. Pero él es el primero en decirlo y reconocerse en ese detalle. Su hacerse presente se concreta brutalmente en ese lugar, en ese momento, y su identidad vira entonces de su yo genérico (su nombre, documento, etcétera...) para focalizarse en lo que ES en la circunstancia puntual y determinada en la cual se encuentra. Se los hago notar, y luego pasamos a hablar de otras cosas. Para la próxima clase, René Descartes. Termino media hora antes de lo debido. El aire cargado del aula no permite seguir adelante.

Cuando salgo, a las dos cuadras de estar andando con el auto, me digo a mí mismo: "Mierda, qué calor hace!". Me doy cuenta entonces, por segunda vez en el lapso de dos horas, que reconocer que uno se está cagando de calor es a veces la única manera realista de hacerse presente.

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El que advierte no traiciona. Lo dije en la clase: de todos los docentes de la materia, creo que soy el que más alumnos envía siempre a final. No indaguemos aquí por los motivos. Lo interesante es que gente que pasó por mi comisión siga recomendando a sus amigos cursar conmigo (gracias, Daniela B!!!). El caso es que he querido que esto, que ha sido dicho, quede también escrito. Para que nadie diga más tarde que no se le avisó.

jueves, marzo 22, 2007

Un nuevo cuatrimestre comienza...

Ayer leía el comienzo del libro "Lecciones de los maestros", de George Steiner, y me pareció que reproducir aquí un fragmento podría servir como bienvenida para iniciar este cuatrimestre.

“¿Qué es lo que le confiere a un hombre el poder para enseñar a otro ser humano? ¿Dónde está la fuente de su autoridad? Por otra parte, ¿cuáles son los principales tipos de respuesta de los educados? Estas cuestiones desconcertaron a San Agustín y aparecen con toda su crudeza en el clima libertario de nuestra época."

“Simplificando, podemos distinguir tres escenarios principales o estructuras de relación. Hay Maestros que han destruido a sus discípulos psicológicamente y, en algunos raros casos, físicamente. Han quebrantado sus espíritus, han consumido sus esperanzas, se han aprovechado de su dependencia y de su individualidad. El ámbito tiene sus vampiros. Como contrapunto, ha habido discípulos, pupilos y aprendices que han tergiversado, traicionado y destruido a sus Maestros. Una vez más, este drama posee atributos tanto mentales como físicos. Recién elegido rector, Wagner triunfante desdeñará al moribundo Fausto, antaño su magíster. La tercera categoría es la del intercambio: el eros de la mutua confianza e incluso el amor (es el caso del discípulo amado de la Ultima Cena). En un proceso de interrelación, de ósmosis, el Maestro aprende de su discípulo cuando le enseña. La intensidad del diálogo genera amistad en el sentido más elevado de la palabra.” (…)

“Evidentemente, las artes y los actos de enseñanza son, en el sentido propio de este término, tan denostado, dialécticos. El Maestro aprende del discípulo y es modificado por esta interrelación en lo que se convierte, idealmente, en un proceso de intercambio. La donación se torna recíproca.”

Es en esta última aproximación, por supuesto, donde se lee de algún modo el espíritu de cómo uno (el responsable de este blog, quiero decir) comprende el ejercicio docente. Ojalá que del lado de los alumnos, que no es en definitiva sino el mismo lado, se comprenda de la misma manera. Este es un espacio participativo. Siendo ésta la carrera de Ciencias de la Comunicación, nuestra prioridad es ejercitar este intercambio y aprender en el interín todo lo que podamos. No hablaremos en esta materia, en definitiva, de ninguna otra cosa.

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P.S. ossia Un detalle que omití: Tengan en cuenta que si bien pueden dejar sus comentarios en forma anónima o con seudónimo (ej: elparalepípedo; chicabonita, boxitracius, etc.), situación ideal a ciertos y determinados fines (insisto en el carácter lúdico de este blog), no deja de ser importante poder identificarlos a través de su nombre, si de recabar un concepto del alumno se trata.