martes, julio 20, 2010

No todo es lo que parece



(Es otra lección que deberíamos tener en cuenta...)

sábado, julio 17, 2010

¿Es cierto que la gente se entiende cuando habla?

El diario Clarín de hoy publica una entrevista a Pedro Luis Barcia, presidente de la Academia Argentina de Letras. Allí habla, entre otras cosas, de las groserías verbales, y sostiene que no le preocupan, excepto cuando se hacen demasiado frecuentes. En tales casos reconoce que lo censuraría, pero no tanto en defensa de las buenas costumbres como de la propia puteada: "Porque la puteada es un bien de la lengua que se debe preservar para momentos contundentes. Y no hay que pervertirla ni banalizarla, como se hizo con la palabra boludo, que inicialmente tuvo un valor descalificativo y hoy no tiene nada." Luego reconoce que, en cambio, la palabra pelotudo ha mantenido un peso específico natural. Seguramente por la particular sonoridad de la letra p, hubiese señalado el Negro Fontanarrosa...

Pero lo que hoy más quiero rescatar de esta entrevista aparece recién en el último párrafo. El periodista pregunta: ¿Es cierto que la gente se entiende cuando habla? Y Pedro Luis Barcia responde:

"La gente se entiende menos de lo que cree porque maneja palabras grandes. La palabra grande, al serlo, tiene mucha cavidad y todo el mundo pone algo distinto adentro. Como en la palabra amor, usada para acostarse con alguien. La intención con que la mujer la recibe es sentimental, y el hombre le pone carga erótica. Ahí se produce el malentendido. Por eso es difícil llegar a acuerdos finales."

sábado, julio 10, 2010

Obsequio de Stella

“Nadie cobra conciencia separadamente de los demás. La conciencia se constituye así como conciencia del mundo. Si cada conciencia tuviera su propio mundo, ellas se ubicarían en sitios diferentes y separados, cual nómadas incomunicables. Su lugar de encuentro necesario es el mundo, que si no fuera originariamente común, no permitiría la comunicación. Cada uno tendrá sus propios caminos de entrada en ese mundo común, pero la convergencia de las intenciones que significan es condición de posibilidad de las divergencias de los que en ese mundo se comunican. De no ser así, nuestros caminos serían paralelos e intraspasables.”

Lo dice Ermani María Fiori, en el Prólogo de "La pedagogia del oprimido" de Paulo Freire.

Me lo envía Stella H., sólo porque le gustó, según me explica. Sería motivo suficiente. Pero en realidad yo creo el verdadero motivo es que, precisamente, nadie cobra conciencia separadamente de los demás. Y por eso mismo lo pongo yo acá, más a la vista de todos los que por aquí pasen.