Si vos no sos creyente, recordá lo que cantaba el prudente Chacho Echenique:
Me persigno por si acasoY si sos creyente, recordá -pero es sólo por poner uno de los tantos ejemplos posibles- la oración que pronunció el capellán del ejército de los EE.UU. William B. Downey el 6 de agosto de 1945:
no vaya que Dios exista
y me lleve pa'l infierno
con todas mis ovejitas.
"Oh, Padre Todopoderoso que escuchas las súplicas de los que te aman: te rogamos que ayudes a quienes desafiarán las alturas de tus cielos y llevarán el combate a tierras enemigas. Guárdalos y protégelos mientras cumplen el vuelo que se les ha ordenado. Armalos con tu poder para que puedan poner rápido fin a la guerra y para que conozcamos nuevamente la paz. Hazlos volver sanos y salvos. Esperaremos el porvenir confiando en Tí y colocándonos bajo tu protección ahora y siempre. Amén."
Poco después, la tripulación del avión bendecido, el Enola Gay, dejaba caer sobre Hiroshima la primera bomba atómica utilizada en una guerra. Al menos 75.000 personas murieron de inmediato. Otras 163.000 quedaron seriamente heridos. Los bosques de Onagacho y Futabano-sato, ubicados a tres kilómetros del epicentro, se perdieron por completo. Unos 63.000 edificios, incluidas viviendas, hospitales y escuelas, fueron arrasados. ¿Cabe suponer que ninguna de entre las miles de víctimas de Hiroshima amaba a Dios, que por ese motivo se olvidó de proteger a toda esa gente? ¿O acaso sucedió que a ninguno de ellos se le ocurrió suplicar por sus vidas y las de los suyos esa mañana o durante la noche anterior?
Sea como sea, les dejo dos textos que me interesaría que leyeran. Uno de ellos fue escrito por un anarquista francés llamado Sébastien Faure. Se titula Doce pruebas de la inexistencia de Dios, y lo pueden leer en línea a través de este enlace. Es sobre todo muy interesante su cotejo con las Meditaciones metafísicas de Descartes, que deberían leer primero. También les dejo un breve ensayo de Mario Benedetti sobre casi el mismo particular.
La pregunta que surge, a la luz de estos textos, y a la que pido que respondan con lo que se les venga a la cabeza, es qué sucedería si Dios, para el caso de existir, fuese en realidad algo diferente de lo que nosotros pensamos que es.