jueves, octubre 06, 2011

Milgram

Les dejo tres videos. Les encomiendo que los vean en el orden en el cual aparecen, comenzando por el de más arriba. Los dos primeros, casi con subtítulos, corresponden a una película francesa titulada "I como Icaro" y es una ficcionalización de un experimento real, de los tantos que se realizaban allá por la década de 1960 en las universidades de los Estados Unidos.

El tercero, en cambio, es una filmación documental. Mi especial recomendación: véanlo completo, hasta el final, para comprenderlo cabalmente. Y presten especial atención a los rostros de los sujetos que se ven sometidos a la experiencia. ¿Por qué razón se ven compelidos a obedecer, incluso a pesar de sí mismos?...





En cuanto al tercer video, para verlo, por favor hagan click en el presente enlace.

4 comentarios:

Teresa dijo...

No puedo ver ninguno de los 3 videos! Los primeros dos dice que fueron desactivados, el ultimo dice que es un video privado!

Germán A. Serain dijo...

Ya está corregido el problema, Caminante. Muchas gracias por avisarme.

Emi S dijo...

Cuando ví los videos me dio mucha "impresión", pero reflexionando, creo que lo que muestran es la manera en que respondemos ante lo que creemos "autoridad", en los rostros de las personas vi la tensión entre la solidaridad con el otro y la sumisión al "deber". En el segundo experimento, sin embargo, muchos de los participantes llegaron hasta el final de la prueba -lo que podría significar un terrible daño para el supuesto "alumno"- y creo que esto se debió a que los participantes no pudieron ver el gesto de dolor del experimentado.
Cumplir con el deber, respetar a la autoridad -figura presente en ambos ejemplos- se opoenen a los "sentimientos" de cada participante. ¿cómo convivir con esas presiones? ¿cómo continuar con su tarea? La respuesta figura en uno de los primeros videos; si se detiene significaría darse cuenta de que nunca debería haber empezado, pero si continúa, se aliviará con la certeza de haber podido "terminar con la misión encomendada", de haber cumplido con su deber.
Este podría ser el caso de quienes participaron en grandes homicidos en nombre de una misión. La inquisición, las guerras, el nazismo, la dictuadura, y un largo etc. Pero, no sería este también un buen modo de justificar esas acciones? ¿acaso no es una buena manera de deslindarse de responsabilidades? Con esto se abriría un interrogante aún más polémico: ¿qué hace que obedezcamos a la autoridad, aún cuando somos conscientes de que lo que manda es perjudicial, dañino, malicioso (...)?
Creo que el debate es amplio y podría abordarse desde distintas perspectivas, aún así, creo que uno de los ejes centrales a debatir sería el par: deber/poder.

Luchi Belsito dijo...

Me impresiono muchísimo el último video, es grande el porcentaje de los que siguieron castigando, los que siguieron obedeciendo a una persona con guardapolvo blanco. Los mueve más el miedo/decepción a no cumplir su objetivo, su compromiso: no se como llamarlo! que el dolor o sufrimiento del otro. Cada día confirmo un poco más el egoísmo del ser humano, lo poco que se toma en cuenta al otro (fuera de la afectividad, o mismo dentro de esta).