jueves, agosto 29, 2013

miradas

Anoten acá sus impresiones sobre el ejercicio que hicimos hoy en clase.

29 comentarios:

lu.z dijo...

El ejercicio de hoy me sirvió para tomar conciencia de mi propio cuerpo, en especial, de mi respiración, calmarme, bajar a tierra. Al abrirlos, teníamos que realizar nuestro primer contacto visual con aquel otro extraño y mirarlo fijamente sin que ninguno de los dos dejara caer la mirada. Entendí sin conocer a aquél que mis ojos miraban atentamente que el cruce de nuestras miradas se expresaba a través de una sonrisa cómplice, que sin ir más lejos decía "Aquí Estoy". Era concentrarse en quién estaba mirando y en mi al mismo tiempo, hacer de cuenta que solo eramos los dos en el aula. Concentrarse, admirarse, conocerse... solo la risa de un compañero me traía a la realidad de nuevo y era entonces cuando el resto de la clase se volvía consciente.

SDP.

Tomás Di Guardia dijo...

Al principio el ejercicio no me relajó, como si mi cuerpo supiera el venturoso futuro que me esperaba. Entré en calor. Se prendieron las luces, abrí los ojos y comencé a buscar a alguien que se conectara conmigo. Sentí más calor y me sentí raro cuando me di cuenta de que una chica me miraba. Me costó mantener la mirada. No se porque a pesar de que estaba muy acalorado ver a aquella anónima me hizo acordar a la primaria, pero ningún hecho particular. La mujer sonrió y cambié el rumbo de la mirada.

Después de un rato de buscar un par de ojos (casi sin querer encontrarlos) me topé con un muchacho de barba irregular que me miraba. Me sentí incómodo, quizás por falta de costumbre o "habitus" pero espero de hombre un golpe de puño, un insulto o una palmada de aliento.


Saludos

Mariángeles dijo...

Cuando empezamos con la actividad me costó bastante abstraerme de lo que había a mi alrededor. Sin embargo, al poner en práctica el ejercicio de la respiración pude relajarme un poco más. Creo que no llegué a hacerlo del todo, pero más bien por una cuestión personal. Quizás necesitaba más tiempo.
Tengo que admitir que se me dificultó mucho el tener que mantener la mirada con un compañero. Más bien por el hecho de que no podíamos hablar, lo que hacía que esté pensando constantemente qué pensaba el otro. Sin embargo, al final del ejercicio pude concentrarme en la mirada y abstraerme un poco más.

Excelente ejercicio!!!!

Saludos!!

Mariángeles

Malena dijo...

Hola a todos! Antes que nada, les cuento que soy malísima con esta clase de ejercicios, NUNCA ME SALEN! Sin embargo, creo que ayer logré una cierta "conexión" con mi cuerpo en el momento de cerrar los ojos y permanecer con la luz apagada. Pero cuando tuvimos que buscar (y sostener) la mirada de un compañero ya no pude concentrarme y sólo sentí vergüenza, risa... no se, era un poco intimidante. De todas formas me gustó el ejercicio y estoy esperando a ver cuál es el remate que le da el profesor.

Saludos!
Malena

Ramiro dijo...

El ejercicio de relajación fue muy interesante. Particularmente me llamó la atención el hecho de haber sentido que podía dar cuenta de todo mi ser al abstraerme de todo tipo de tiempo y lugar aunque no de mis dimensiones. Muy muy bueno.
Con respecto al segundo ejercicio me sentí cómodo porque lo he realizado en varias ocasiones en clases de teatro, aunque a la vez, y no logro entender por qué, también me sentí sumamente incómodo. Supongo que por esa misma incomodidad fue que no logré mantener tanto la concentración y terminé escapando por la vía de la risa, aunque no porque algo me diera risa sino por la incomodidad misma del momento. Puedo entender que se debe deber a la falta de conocimiento entre pares, pero igual estaría bueno probarlo una vez más dentro de un tiempo a ver si todos los que nos hemos sentido incómodos, modificamos en algo nuestro parecer.
Como siempre, gran clase.

Saludos y buen finde,

Rama.

Tomás Di Guardia dijo...

Hola de nuevo, somos dos hasta ahora para el TP. Somos de Colegiales y teníamos pensado la tópica del desencuentro amoroso (aún no lo tenemos 100% definido).

Algun@ de la zona que se prenda??

Saludos!

Martín (Rasta) dijo...

Interesante ejercicio. Sinceramente llegué a relajarme ( no creí que pudiera suceder) cuando se apagaron las luces. Luego busqué a alguien con quien conectar, y encontré tres personas, con dos sobre todo me costó concentrarme un poco ya que la situación parecía resultarles graciosa, o algo incómoda lo que derivaba en una risa. A pesar de estas dos risas valoré la primera que se esforzaba por sostener la mirada, por que haya un encuentro y no escapar buscando otros ojos. Con la tercer persona con la que nos miramos hubo una conexión más prolongada, y más distendida. Fue raro, estuvo bueno y creo que podríamos intentarlo de nuevo. Necesitamos relajarnos aún más... y propongo repetir el contacto visual, pero también sumarle el contacto corporal, a ver qué tan incómodos nos ponemos. Saludos!!!

Aldi dijo...

El ejercicio me ayudó a relajarme un poco, caí en la cuenta de lo tensa que estaba en ese momento. Pero coincido con algunos en que la parte de las miradas fué quizás incómoda. Creo que no estamos acostumbrados a mirarnos a los ojos, en mi caso no pude sostener ninguna mirada por más de 3 o 4 segundos.


Aprovecho el espacio de difusión para sumarme a la iniciativa de mi compañero Tomás, si alguno no tiene grupo y es de la zona aledaña a Colegiales, bienvenido sea.

Saludos.

Juan dijo...

Muy interesante el ejercicio. Una de las cosas que más me queda, es que en la parte en que teníamos que imaginarnos solos en el universo, no pude imaginarme sin la silla. No había sala, gente, piso, techo, pero aún así estaba yo sentado en mi silla. Como para pensar en lo que hablamos de dónde empieza y donde termina nuestro propio cuerpo.
De la segunda parte, concuerdo con la mayoría. Es muy fuerte la mirada del otro y no estamos acostumbrados a mirarnos fijamente con otras personas que no conocemos.

Saludos,

Cachengue dijo...

Bueno en primer lugar, logré una cierta desconexiónaunque tenía la costumbre de hacer tronar los dedos (cuando se indicó concentrarse en el movimiento de los mismos) y en el cuello. Se notaba claramente el ruido en otros sectores lo cual no permitía una abstracción total. había un exterior que me impedía concentrarme del todo en mi cuerpo.
Una vez que abrí mis ojos busqué el contraste, así que fijé mis ojos en el colorado (perdón no se el nombre). Lo miré fijamente aunque con los ojos entrecerrados. El resto del alumnado se iba borroneando hasta quedar definitivamente el colorado (en ese momento mirando a otro lado) como único cuerpo que podía distinguir. Esto se interrumpió cuando no pudo controlar una risa repentina. Toda la visión se aclaró de golpe. Intenté una segunda vez. Esta vez el colorado me miraba fijamente al mismo tiempo que yo le fijaba la vista. Volvió a borronearse el resto de mis compañeros. Nuevamente volvió a reirse sacando el foco puesto en él para recordarle a mi vista que había otras personas alrededor. Así terminó el ejercicio.

Carolina dijo...

Estuvo bueno el ejercicio. La primera parte me sirvió para relajarme y conectarme con mi propio cuerpo. Me costó un poquito al principio, pero menos de lo que pensé que me iba a costar (que las luces estén apagadas fue una gran ventaja).
La segunda parte del ejercicio me costó un poco más. En un principio me concentré en una mirada, pero luego se comenzó a sonreír y fue ahí donde empecé a sonreírme también, quizás porque me dio verguenza la situación.
Estaría bueno volver a repetir este tipo de ejercicios.

Saludos...

Yesica dijo...

En primer lugar comento algo que no mencione en clase, en mi trabajo anterior tuve que hacer un curso de "meditación intensiva" por el periodo de una semana. El objetivo era llegar a niveles de pensamiento o conciencia por debajo de los habituales; hasta alcanzar una conexión lo más próxima de mi ser con "el universo". Algo que me costo muchisimo, de hecho no se si en algún momento lo pude lograr. Pero si llegue a sentir un grado profundo de relajación que me desprendía totalmente de la realidad. La forma de comenzar el ejercicio me recordó a esta experiencia pasada.
El jueves pude lograr relajarme y tomar conciencia de mi cuerpo, y eliminar la presencia de los demás. Al abrir los ojos, primero, esquive la mirada de un chico sentado al fondo por que estaba muy lejos y pensé en que no duraría mucho el intento de conexión. Entonces, busque un segundo más y encontré a una chica que me miro al mismo tiempo. Logramos mantener las miradas hasta el final, aunque hubieron parpadeos de las dos partes. Fue raro lo que sentí, en el sentido de que ambas miradas eran muy fuertes y constantes. Parecía una competencia por quien aguantaba más tiempo, pero a la vez, ambas estábamos tranquilas o eso es lo que me transmitía. Creo que la concentración y el objetivo de no perder el contacto hizo que el resto de los presentes parecieran ausentes. Con excepción del final en el que se escucharon risas y ambas sonreímos, siendo conscientes de que había otras personas. Recién en este momento el ejercicio me resultó intimidante, pero muy al final.

Al salir de clase me quede pensando en que bueno estaría si mirarse a los ojos fuera un habito cotidiano. Capaz se entendería o se conocería más a un otro, a veces más cercano de lo que uno imagina.

Saludos, y buen finde!!

Alina dijo...

El ejercicio me pareció muy bueno. Al principio pude relajarme y sentir mi cuerpo, y al abrir los ojos me costó encontrar alguien que me sostuviera la mirada, hasta que conecté con una compañera y pudimos sotenerla entre risas cómplices hasta el final del ejercicio. Me parece que es bueno hacer estos ejercicios en clase para poder bajar a tierra después de un día agitado y también para poder conocernos de otra manera. Estaría buenísimo poder hacerlo de nuevo, o poder pararnos y acercarnos a los compañeros.

Saludos!!

Sol Cialdella dijo...

Me gustó mucho, durante los primeros 3 años de teatro con el profesor siempre hacíamos una relajación y también esto de cerrar los ojos y luego elegir aleatoriamente a alguien para mirar fijo. También otros ejercicios como abrazar, o hacer masajes en los hombros. Y bueno muchas más pavadas. Después con los años esas cosas se hacen cada vez menos para pasar letra. Me rememoró esa época.

Gonzalo dijo...

Concentrarme, en un principio, no me costó mucho. Logré relajarme, aunque no creo que en un 100%. Al momento de abrir los ojos y encontrar la mirada de un compañero, primero me costó ubicarla, una vez que lo hice sentí como que estaba enfocado sólo en eso, como una especie de abstracción. Pero la mantuve solo un tiempo, y después no pude volver a encontrar otra mirada.
Interesante ejercicio.
Saludos!

Florencia dijo...

El ejercicio me gustó mucho. Sobre todo el comienzo. El intentar relajarse, sentirse a uno mismo, conectarse con el interior. La segunda etapa fue difícil e intimidante. La idea en su conjunto es genial y puede ser muy positiva y reconfortante pero creo que se necesita una relación y una conexión muy profunda como para poder lograr la segunda parte del ejercicio y eso lleva tiempo, no se puede lograr en cinco minutos, creo que es un proceso. Quizás por eso me costó, como le sucedió a muchos.
De todas formas, es una experiencia que es muy lindo vivir, compartir con otros y sobre todo que se de en la facultad cortando con la rutina y lo esquemático.
GRACIAS!

Alejandra dijo...

Hola, la primera parte del ejercicio no fue muy positiva. Tenia un leve dolor de cabeza que al intentar centrarme en mi cuerpo lo único que sentí es que se agudizaba más el dolor. Luego al buscar la mirada, primero me resultó incomodo, invasivo hasta que me miró fijo una compañera por varios minutos, lo cual me pareció un desafío y ahí pude dejar de lado la verguenza.

Sdos!!

Unknown dijo...


Soy Diego

LA verdad que no me pude concentrar nunca en el ejercicio, no sé si tuvo que ver mi contexto en lo que se refiere a mis cosas personales o laborales. Después nunca pude encontrar esa mirada fija que tanto remarcabas para realizar el ejercicio

Hernán S. dijo...

El ejercicio se dividió en dos partes. La parte de relajación fue genial, de verdad.

Justamente lo que note es la dificultad para encontrar una mirada, a pesar de estar todos con los ojos abiertos no fue nada fácil.

Tamar dijo...

El ejercicio me gustó, pero en un principio me costó un poco llegar a un "desenchufe" de la rutina -ahora veo que no fui la única a la que le pasó esto-. Creo que logré cierta abstracción cuando teníamos que imaginarnos solos en el aula y dar cuenta de cada parte de nuestro cuerpo. No tengo dudas de que la luz apagada y el silencio total ayudó muchísimo. Creo que en la vorágine de la rutina diaria no solemos darnos un rato para estar en silencio, con la luz apagada y tratar de relajarnos. Y muchas veces es necesario.

Luego, al intentar conectar con algún compañero, mantuve la mirada con 3 personas: el lazo con el primero fue con el que más duró, el segundo fue breve y con el tercero mantuve una risa cómplice durante el tiempo que duró la mirada con él.

Lo que me llamó la atención del ejercicio es cómo, en un principio, debíamos imaginarnos solos en el aula, e inmediatamente luego -al abrir los ojos- debíamos buscar el contacto visual con otra persona, dando por sentado de que en realidad no estábamos solos...

Saludos!

Rodrigo dijo...

Despues del ejercicio me corte el pelo.

Ángeles dijo...

Hola! Me re perdí el ejercicio por faltar la clase pasada.
No sé si alguien verá este comentario pero me interesa mucho el tema del amor en el fútbol, fundamentalmente esa cuestión tan irracional pero profundamente triste que es el descenso de tu equipo.
Saludos,
Ángeles

PD. Soy de Villa Urquiza.

Ángeles dijo...

Volví a leer el post de los equipos y veo que el descenso estaría contemplado en el "Sentimiento del hincha de fútbol". Me gusta igual pero no sé cuánta gente hay en el grupo.
Saludos!

Matías dijo...

El ejercicio me pareció una novedad ya que dentro del ámbito académico no es frecuente este tipo de practicas. Según mi manera de ver, estimo que puede ser una buena "herramienta" para las introducciones de las clases.
Un saludo para todos/as.

Unknown dijo...

Particularmente no me gustó el ejercicio, no por la dinámica en sí, sino porque hace tiempo decidí no mirar a los ojos, a menos que fuera necesario o que llegara a salir porque sí. Me incomoda, quedo expuesta, me pongo nerviosa, roja, me río... Prefiero evitarlo.

Martina dijo...

Hola, la primera parte del ejercicio me gustó porque pude relajarme. El momento de buscar las miradas no me resultó difícil porque conecté rápido con una compañera, pero después me dio vergüenza y me empecé a reír. En la última parte del ejercicio me sentí incómoda y quería que termine! Igual me resulta novedoso este tipo ejercicio en una clase y me parece interesante poder hacer estas prácticas.

Fran Galea dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Hola, tarde pero seguro. El ejercicio de la clase pasada logró relajarme en la primer parte, pude imaginarme sin nadie al rededor. Como cuando uno se ve desde afuera en los sueños, en este caso en un lugar negro. La segunda parte me costó, porque no pude encontrar fácilmente una mirada,y porque me pone nervioso sostener la vista en otros ojos. Saludos.
Fran.

Fernanda Ibañez dijo...

Me costó relajarme en la primer parte pero me costó mucho más concentrarme en la mirada de otro. Estaba muy pendiente de la cantidad de veces que pestañeaba y eran muchas. Entonces pensaba que si era un juego para ver quién pestañeaba primero perdía por goleada... y así pasé de mirada en mirada, conteniendo la risa. No podía evitarlo.
Saludos