Material de lectura para descargar: Paul Watzlawick: ¿Es real la realidad? Sobre todo la Presentación y las Partes primera y segunda. Es tal vez largo, pero de muy fácil lectura.
Les dejamos además algunos valiosos materiales que hacen a la cuestión de los mapas y las construcciones de la realidad. Estos experimentos sociales tienen que ver con la empatía, tanto como con la construcción de las identidades (propias y ajenas).
En este experimento social, un mendigo pide dinero en la calle. Luego, la misma persona, en el mismo lugar, realiza la misma acción, pero esta vez vestido como una persona sin mayores problemas económicos.
En este segundo video, una misma persona se desmaya en una plaza pública, en un caso vestido como una persona de clase media/alta y en el otro caso disfrazado de mendigo. Adivinen en cuál de los dos casos la gente acude pronta a brindar su ayuda...
Estos otros videos son algunos de los que han sido referidos en el último teórico. En el primero se busca que un grupo de niños establezca un reconocimiento de un muñeco bueno/lindo/listo en contraste con un otro muñeco malo/feo/tonto. A los niños se les da a elegir entre dos muñecos idénticos, cuyo único rasgo distintivo es el color de su piel. El primero de los videos que van a ver está realizado con niños de México. El segundo fue recreado por la CNN con niños británicos. Presten especial atención, en este segundo caso, a la reacción de la mamá de la niña. El tercero tiene la particularidad de estar realizado directamente con niños con rasgos afroamericanos.
En el caso que sigue, aplicado también a indagar sobre parámetros que se relacionan con el comportamiento social, Albert Bandura quiso estudiar el aprendizaje social en los niños, es decir la forma en que estos aprenden por imitación. Bandura expuso a un grupo de niños a diferentes patrones de conducta de los adultos, algunas altamente agresivas y otras sin agresividad. Luego buscó estudiar si los niños repetían la conducta vista en el adulto cuando éste no se hallaba presente. Bandura confirmó cuatro hipótesis: 1) Que los niños que habían visto la conducta agresiva del adulto tendían a imitarla. 2) Que los niños que habían visto al adulto no agresivo eran menos agresivos incluso que el grupo control (aquel que no vio ningún modelo de adulto). 3) Que los niños eran más proclives a imitar la conducta del adulto si éste era de su mismo género. 4) Que los varones eran más proclives que las mujeres a exhibir conducta agresiva. Para el experimento, Bandura utilizó un conjunto de 36 niños varones y 36 mujeres. 24 niños fueron expuestos a conductas agresivas, 24 a no agresivas y 24 formaron el grupo control. La exposición a la conducta del adulto se hizo haciendo entrar a cada niño en una sala y se lo sentaba en un rincón rodeado de juguetes. Del otro lado de la sala se situaba el adulto con un muñeco Bobo. Allí los encargados de mostrar conductas agresivas dañaban verbalmente a Bobo y lo agredían físicamente, mientras que el modelo no agresivo jugaba con otros juegos e ignoraba completamente a Bobo. Pasado el momento de exposición al modelo adulto, los niños volvían a entrar en la salita. Los investigadores estudiaban la conducta de los niños midiendo la agresión que ahora ellos presentaban hacia Bobo. No parece demasiado difícil extender lo que se ve en esta experiencia a nuestro ámbito social cotidiano...
Finalmente, dos variantes del Experimento Asch, que nos habla acerca de los procesos de imitación social. El experimento original trabaja sobre la comparación de unas líneas dibujadas sobre unas tarjetas. El video del ascensor, gracioso y todo como puede parecer por la música que le pusieron, no es sino una variante de lo mismo.
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