jueves, mayo 02, 2013

Más materiales existencialistas....

Un par de materiales adicionales más, que de un modo u otro coinciden en una misma cuestión: el reconocimiento (o no) del otro, y en cierto modo esto es decir también de uno mismo, a través del ejercicio de lo sensible. Pero prefiero no anticipar ni explicar demasiado. Lean, vean, reflexionen, comenten. Hay dos cuentitos de Hernan Casciari, uno qué se llama"Canelones" y otro llamado "Gente ecológica", del cual rescato sobre todo la idea de que existe una mayor empatía con aquellos animales que pueden gritar ante el dolor que esos otros que no lo hacen.

 Y además estos dos videos:

 


 Y este otro:

 

14 comentarios:

Cristian Boviez dijo...

Acabo de leer los textos de Hernán Casciari, periodista del diario El País (que me encanta leer) y autor de la obra fantástica "Messi es un perro" (IM PER DI BLE..) con lo cual ya corría con ventaja a su favor todo lo que el texto pudiera contarme.

"Gente Ecológica" me hizo volver a mi pasado no tan lejano. Nací, crecí, y voy seguido, al campo de mi papa (por no decir, nuestro). Amo mis perros, son como mi familia y agradezco todos los días que uno de ellos la haya salvado. Nunca dejaría que nada les pase. Pero también en el campo, en esa "otra vida que vivo cuando me toca ir" se mata corderos, picanean vacas, ponemos corriente a los alambrados, pescamos, tenemos pollos (y ellos me molestan porque ensucian mi cancha). También es cierto que a todos les damos maiz o avena, les sembramos pastura o les llevamos fardos..pero a mis viejos no les tiembla el pulso a la hora de quitarles la vida. Jamas mate una vaca, corte la cabeza a un pollo o mate un cordero.
Sin embargo, nadie carnea el cordero más rápido en la casa o usa la carabina si una liebre, nutria o comadreja se pone en la mira.
El texto me hizo recordar todo, y por un momento me puso mal. Acabo de descubrir que en mi casa también se establecen categorias: perros, gatos, pimeos, coloradas, ganzos, pollos, vacas, corderos, liebres, nutrias, chimangos.. Comadrejas, peludos y víboras siempre llevan la perder... Mulitas nunca, papá la respeta.
Ahora que leí el texto me siento mal. Siento culpa.
Sin embargo, las víboras me siguen dando asco y miedo. Y a mis 4 perros nunca dejaría que les pase algo.

No se que paso, pero el texto me hizo dar ganas de contar parte de las vivencias del campo.
El otro texto me recordó a Ricardo Darin, por la pelicula Nueve Reinas y una situación puntual (y también trama) parecida.. La reflexión esta en el tiempo que los dos estuvieron sin mirarse..

Anónimo dijo...

Me impactó mucho la escena con la comadreja, sobre todo después de haberles puesto nombre a las crías. Que su comadreja se llame Ramón es el antes y el después. Creo que esa es la parte más terrible, después de un gesto tan humanizante, como ponerle nombre y después jugar; haberlo vuelto tan cercano, y después poder volver a tomar esa distancia tan fría. Eso me impactó. El ida y vuelta de esa situación. Que en “Canelones” no pasa. Después de la "cachada" pueden reconocer a un otro que sufre. Hay un quiebre.


Excelente el corto Sebastian’s Voodo. Me resulta increíble como a partir de unos muñecos, -que no tienen mirada sino apenas dos puntadas de hilo en el rostro -logren transmitir tantos sentimientos y sobre todo, el sufrimiento.

Yolanda Butler

Anónimo dijo...

Tanto "Canelones", "Gente Ecológica", como el video "Carne", hablan de la crueldad humana y la dualidad que vive en todos nosotros. A través de los distintos relatos sale a la luz la puja interna que existe entre nuestros impulsos más transgresores y oscuros, y aquello que es políticamente correcto o aceptable socialmente. Esto último se puede ver en "Canelones", cuando existe ese punto de inflexión en uno de los protagonistas, quién advirtió que la “cachada” había llegado demasiado lejos.
Sin embargo, lo que más me dolió fue el relato sobre la comadreja. La aberración con la que los protagonistas del relato saciaban casi "obscenamente" esa pulsión "maldita", me provocó un profundo asco, y hasta lloré un poco. Creo que lo que más me chocó fue ese detalle puntilloso, y casi orgulloso, del inmundo hecho. Sobre todo -como decían los compañeros más arriba- mediante el hecho de ponerle nombre a los animales para luego asarlos, habla de un nivel de salvajismo aún superior. Eso, claramente, tiene que ver con la posición de poder que ejerce el sujeto humano al momento de "darle identidad" a una criatura viviente. Y con la misma impunidad con la que se lo bautiza, se lo mata cruelmente. Eso, para mí, es lo más terrible.
Finalmente, luego de tanta crueldad, encontré humanidad en lo inhumano. Esto ocurrió cuando vi el corto Sebastian’s Voodo. En el relato, esos muñecos- objetos antropomorfos, sin ojos, sin boca, sin parte biológica - lograron enternecerme, y en cierta forma, los sentí vivos, e inmensamente sensibles. Ese es el gran valor del corto: la capacidad de transmitir solidaridad y empatía desde el corazón de un muñeco de trapo.

[DANIELA RABÁN]

Carla Constantino dijo...

Me pareció muy bueno el corto de Sebastian's Voodoo (el otro no me animo a verlo). Sencillo y potente. La humanización de los muñequitos está muy lograda y, como dijeron, transmite todo lo que se propone. Me hace pensar en lo que hablamos en clase, como humanizamos a muchos animales poniéndoles nombres (me recuerda también a la pelota Wilson de Naúfrago) pero también podemos deshumanizar a muchas personas cuando las lastimamos o discriminamos, etc. Uno vive estas cosas como algo natural y obvio pero no lo son...

Unknown dijo...

Creo que tanto los cuentos de Casciari como los videos demuestran una cosa, en mayor o menor medida, que es el egoismo del ser humano y la necesidad que tenemos de ver sufrir al otro para poder estar contentos.

Ahora veo que muchas veces (obvio que no todas) reconocemos al otro solo para burlarnos y sentirnos felices. No solo desde la crueldad hacia los animales indefensos como la comadreja, sino ante un chico de la calle, una cucaracha, un ciego, o un invalido. Todo es lo mismo, nos regocijamos con mucha gracia ante el sufrimiento de reconocer al otro y nos encanta ver que nosotros no pasamos la misma penuria. Bastante triste.

Archie Santiago dijo...


Hola a todos!
el video de gaspar noe lo vi hasta que le empieza a salir sangre al caballo, no pude ver mas. y me pregunto por que no vi mas. ¿y si fuera una vaca? ¿y si un hindu viera el video de la vaca? (que lo que acabo de inventar, pero supongamos) cualquier respuesta me remite a lo cultural, que en francia comen caballos, en argentina comemos vacas y en india las vacas son sagradas. y pienso que probablemente, detras de esto, hay más que una identidad cultural, quizas hay tambien una insuficiencia para reconocer la alteridad. (de todos modos estoy opinando con un par de segundos de video)
el otro, el de los muñequitos voodoo lo vi completo. me gusto mucho la animación, realmente se los logra humanizar. y para relacionarlo, creo que a pesar de todo, somos capaces de sensibilizarnos ante el sufrimiento del otro. si bien la sensibilidad, como dijimos y con lo que estoy de acuerdo, es intransferible, somos capaces de simular el lugar del otro, porque a veces es el mismo lugar (como se ve en el video con todos los muñequitos colgados de la misma manera).

Karen Benitez dijo...

Los relatos de Casciari ejemplifican modos de relacionarse "con otro" (ya sea un par, o bien la valoración que se tiene de un animal). De cada una de las anécdotas pueden reconstruirse formas por las cuales uno se define. Con algunas nos sentiremos más identificados y otras nos darán vergüenza reconocer.

Con las segundas, no queda más que admitir que todos tenemos una cuota de crueldad que aflora en actitudes, frases o gestos. Consciente o inconscientemente hacemos cosas que nos generan gratificación, seguridad o status; en detrimento de otro que las padece.

Casciari busca incomodar y lo logra. Sus relatos critican a varios, por igual (hasta ponerse él mismo como blanco de crítica).

En muchos casos, los límites los demarcamos según lo que rescatemos como valores, que está mediado por lo que llamamos cultura. Muy probablemente, quienes hayan vivido en el campo tendrán un vínculo distinto con la naturaleza. Valorarán los recursos naturales que permiten la supervivencia (valorarán y no vanagloriarán. Digo, en caso de tener que alimentarse, sabrán a partir de qué animales hacerlo y en qué periodos). Dsitinto será la concepción que tenga de la naturaleza una persona que haya vivido en la cuidad toda su vida. Probablemente no reconozca que su supervivencia la encuentra gracias a los mismos recursos naturales. A lo mejor, valorará más otro tipo de recursos (desvalorizando otros).

Silvia Susana Durruty dijo...

Una de las preguntas recurrentes que se me vienen a la mente es si es propio del hombre el devorar, el poder, la explotación, el sometimiento, el placer, goce puesto en el sufrimiento del otro. Siempre me pregunto si es algo intrínseco al hombre. Estos videos hacen que vuelva a esta pregunta.

Ivana Branc

Ana M. Pereyra dijo...

Mantengo mi posición respecto a lo que dije en clase cuando usted nos instó a ver el film. No lo vi ni pienso hacerlo. ¿Por qué? Porque no me hace falta ver un documental para saber que me retorcería las tripas ver cómo matan a un animal ¿Y eso a qué responde? Encuentro una respuesta socio-cultural: se nos dice que comer carne es sano (y de hecho lo es, somos omnívoros), pero todo el proceso para que el animal se convierta en alimento no sólo se lo oculta sino que se lo plantea como bárbaro, "carne es crimen". Formamos parte de un sistema que apunta a la superproducción y reducción de costos,creo que toda esa crueldad de fábrica de la industria alimenticia responde, justamente, al hecho de que es una industria y no al de satisfacer algún deseo de crueldad de los sujetos, ya que, como dije, el proceso está oculto. Soy omnívora y no reniego de ello (el tiempo de hacerlo quedó en mi niñez). Si me niego a ver ese documental es porque no pretendo espantarme con algo contra lo que poco puedo hacer. El asunto es ¿Está mal comer carne o está mal el trato que se le da al animal en nuestro sistema de producción, antes de que se convierta en alimento? Yo, que elijo la última cuestión suelo preguntarme si dejar de comer carne es siquiera una idea respetable. Repito, no lo veo como la satisfacción de una cuota de crueldad del ser humano, sino como la consecuencia de la implementación de una medida de producción y reducción de costos propia de un sistema que valora por sobre todo, lo económico, y como tal, poco suele importar el dolor sea de animales o de hombres (a este último sumémosle la capacidad de reflexionar sobre su dolor, lo que creo que lo dota de sufrimiento propiamente dicho) siempre y cuando no afecte al sistema.

Anónimo dijo...

Mirar drogado el video de Sebastian voodoo no tiene precio! Gracias German!

Anónimo dijo...

Me conmovió el video de Voodoo, ese sacrificio del muñeco en defensa de sus pares, encontrarles vida a esos muñecos y que sientan el dolor de la misma forma que nosotros. Respecto de los cuentos de Casciari, en el de "Gente ecológica", yo convivo con esa contradicción. Cada vez me enojan más situaciones de maltrato animal o de abandono, sobre todo de perros. Son cosas que me movilizan. Sin embargo, soy un ultra carnívoro, no se si hay algo que me guste más que la carne vacuna. O el lechón de fin de año, que duerme con toda su forma animal en el freezer varios días antes al momento de la cocción. Y ante eso, no tengo el más mínimo remordimiento. Mucha gente va a las granjas y elije al chanchito que se van a comer despúes, lo ven corretear. No se si podría estar presente en ese momento, pero de estar, no afectaría mis ansias de digerirlo.
El cuento "Canelones" tiene un final duro, con esa falsa ilusión que le generan a la señora a raíz de la broma teléfonica. En ese punto uno se pone del lado del otro, sin conocerlo físicamente, a través de esa sensibilidad que se advierte en la voz. Uno puede comprender ese cúmulo de emociones que pasan por la cabeza de la señora, nos podemos identificarse, se genera una empatía. Y ese remordimiento es claro, se llegó al límite de una broma, porque afectó de sobremanera la sensibilidad de otra persona.

Matías Berges

Gretel_War dijo...

Llego un poco tarde a esta discusión, pero porque tal vez no la entendía bien. Respecto de las opiniones, me parece que se ve mucho eso de que resulta más incómodo ver sufrir a un animal que puede gritar o chillar que a uno que no. Pero la realidad es que pasa con todo, no sólo con los animales, estamos alertas a los sonidos que nos perturban. Un niño que llore de una forma calmada no va a darnos tanta impresión como uno que sí. Y en ese sentido a veces las percepciones de la gente pueden llevar a que a algunos les de más pena un perro en la calle que un niño que vive en la calle.
Si no es un grito interno el del niño que roba para comer, un grito que tiene oídos sordos en la sociedad, pero un perro flaco puede hacer que se le caigan las lágrimas a otra persona.

Si me impactó el corto sobre el budú, pero no tanto como el de los caballos, porque siendo sinceros, a mucha gente que ve esto, le puede parecer horrible, la cantidad de sangre, porque saben que es 'real' que no es una realización de tarantino, pero igualmente no se dan cuenta que así sean, conejos, gallinas, cerdos o vacas eso es lo que sucede cuando entran en el procesamiento de los alimentos que tenemos en la sociedad.

Lo que me gustó mucho de los cuentos es que ponen en evidencia a la culpa. Por ejemplo a mi me pasa mucho, si bien no soy vegetariana, trato de evitar lo más posible comer carne, pero como mi indecisión me ha impedido ponerme el letrero, comúnmente cuando me invitan a cenar, por "educación" como lo que me brinden. Y sí, tengo culpa, como amante de los animales y de todo lo que existe en el mundo (no de todo igual, porque tengo una fobia latente) me duele pensar en como mataron al animal con cada mordida que yo estoy dando. Debe ser por eso que toda la carne me sabe amarga. Pero sin embargo, eso no me sucede con los crustáceos ni los peces, y sí , porque no gritan, se podría decir que hasta no sufren. Como ve uno sufrir al camarón? No lo ve. Incluso, he matado cangrejos y no se nota una emoción en su rostro, como si no le doliera morir. No parecen ser experiencias traumáticas para el individuo y eso se ve como un refejo en nosotros, porque hablando desde la experiencia sensorial, sin una causa visual o auditiva como puede haber un efecto traumático.

Denise dijo...

Muy buena e increible la humanización de los muñecos. El director logro trasmitirme cada pinchazo que el/los muñecos recibían. Se me hace dificil comentar sin dejar experiencias personales de lado, pero voy a evitar hacerlo, al menos con ese video.
Con respecto al de Noe, la comida es un acto cultural, qué y cómo comemos es puramentec cultural. No puedo dejar de pensar en un graffitti que dice ''rosarino come gato'' ¿Por qué habrán llegado a comer gatos, bajo que circunstancias? Ojo, toda vitamina y proteina se puede reemplazar perfectamente sin necesidad de matar animales... Si van a mataderos en determinadas horas del dia/madrugada es asqueroso el olor a sangre que se siente, o a animal muerto -asumo q son animales- Me repugno el olor y ver las calles manchadas con rojo, sin embargo no he dejado de disfrutar comer un buen asado! ja. Por otro lado, de grande me entere que mi abuela tenia para cocinar las centollas las hervia vivas, y que ella cada vez que lo hacia sufria muchisimo!!! Yo solo tengo el recuerdo de los bichos caminando por el pasillo con unas patas gigantes, de chica pensaba que las mataban y deps las cocinaban..no que las hervían vivas!!

Sol Cialdella dijo...

Pude solucionar mi tema de horario así que seguiré en esta comisión Germán. Gracias,