viernes, abril 20, 2018

4. La mirada del otro

En los comentarios a este posteo, dejen consignado qué les sucedió en el marco del ejercicio de observar y ser observados por el otro, de tener que describir y ser descriptos por el otro. Cuenten qué les pasó durante el ejercicio, y más tarde, al leer lo que el otro descubrió o inventó respecto de ustedes.

Al margen de esta consigna, les dejamos un ilustrativo video protagonizado por Feinmann 'El Bueno', como un aporte adicional al tema de la mirada del otro, incluida una famosa frase de Jean Paul Sartre sobre la cual vamos a volver en reiteradas ocasiones: "Somos lo que hacemos con lo que los demás hacen de nosotros". Aunque, otras especulaciones mediante que veremos en breve, yo prefiero modificar la idea sartreana según esta otra formulación: "Somos lo que hacemos con aquello que creemos que los demás hacen de nosotros". Sutil diferencia que, sin embargo, nos conducirá más adelante a cuestionar el concepto mismo de realidad, para sumergirnos en la idea de una realidad construida desde nuestro pensamiento.



Y como nota aun más al margen, otra vieja publicidad...



El texto que deben leer para la semana que viene: Alain Finkielkraut, "El encuentro con los demás" (del libro La sabiduría del amor).

18 comentarios:

Unknown dijo...

El ejercicio de final de clase demostró lo difícil que es mirarse a los ojos con otra persona. Hoy en día la mayoría de las personas habla sin mirarse, creo que todo fue aún mas incomodo porque había que estar en silencio.

En relación a la mirada del otro, me llamó muchísimo la atención que la persona acertó absolutamente en todos los aspectos que analizó con sólo verme. Me dejó pensando en si se trata de que soy una persona muy transparente o si el otro tenía una mirada muy aguda (y por qué no ambas...)

Unknown dijo...

El ejercicio se me hizo cada vez más incómodo y difícil a medida que se iba completando la consigna, pero lo que más me costó fue leer el papel al salir de la facultad.

Cuando me animé a leerlo, me sorprendí. Mi compañera acertó en casi todas las cosas que escribió sobre mí. Todos fueron aspectos positivos, incluso, me hizo dar cuenta que tuvo una mirada mejor que yo conmigo misma.

Unknown dijo...

"Las palabras que designaban aquello por lo que los hombres siempre se habían preocupado sin atreverse a imaginarlo en un discurso especulativo asumían la dimensión de categorías" Me resistí a describir al otro de enfrente, me tomó por sorpresa el engaño de que había que entregarle el papel al compañero. No quería escribirle categorías positivas ni negativas, a pesar de que le escribí una sola y en una sola línea. En cuanto a mi descripción hecha por el otro, no la sé ni la sabré porque no quiero engañarme para bien o para mal.

Unknown dijo...

Hola! El ejercicio me pareció interesante, observé a los ojos a mí compañera tratando de descubrir su personalidad. Lo que me transmitía. O sea trate de descubrir su interior. Lamentablemente no me gustó su descripción de mi. Dado que solo se fijó en como estaba vestida y en aspectos superficiales y externos, mientras yo trate de ver los internos de ella.

Manuela Darre dijo...

Al principio la consigna me hizo sentir un poco incomoda. Mirarse a los ojos es algo complejo y que no es muy recurrente con extraños. La incomodidad del inicio se transformo en una risa nerviosa hasta que trascurridos los minutos se pudo generar una especie de complicidad con quien tenía en frente y estaba pasando por una situación similar.

La descripción que realice de mi compañera estaba basada en la observación de detalles exteriores fomentados por estereotipos, prejuicios e imaginación.

Dana Martínez dijo...

Qué bien ejemplificó la publicidad de Telecom el ejercicio que hicimos la semana pasada. Como a muchos, me costaba bastante sostener la mirada con mi compañera, me generó algo de inhibición y cada tanto se escapaba una risa nerviosa. Pero como a las dos nos pasaba lo mismo, se terminó transformando en un lenguaje de complicidad que fue desestructurando un poco la situación. Menos a mi nombre y edad, le acertó a todo. Es muy loco pensar que no sé ni cómo se llama, jamás la había visto antes, no sé absolutamente nada de su vida, pero en ese momento sentí que un poco la conocía, y que ella a mi también.

La consigna, a mi entender, ratificó la diferencia fundamental que hay entre ver y mirar. Ver, implica un ejercicio un tanto más básico, mas general. En cambio, mirar nos remite a algo más complejo, a fijar nuestros ojos y concentrarnos solamente en aquello que estamos observando. Mirando podemos observar lo que no se hace visible a simple vista. Pero cómo cuesta mirarnos...

Lara Haack dijo...

Los diferentes sentimientos que experimenté durante el ejercicio, me llevaron a pensar una serie de cuestiones. En definitiva, creo que padecí un nerviosismo doble, por un lado nervios por mirar al otro y al mismo tiempo nervios por sentirme mirada. Leyendo los comentarios de mis compañeros, puedo ver que todos vivimos situaciones similares, lo que a su vez me remite a pensar que no es la primera vez que paso por una situación incómoda al estar en silencio frente alguna persona. A su vez, siento que tanto para mí como para mi compañero fue una experiencia positiva ya que ambos vimos puntos favorables en el otro y por breves segundos pudimos "conocernos". Es en base a esta sensación placentera con la que me fui de la clase que me preguntó, ¿Qué hay en la combinación entre el silencio y la mirada que nos desconcierta tanto? Parecería ser que rompe con la lógica cotidiana, y a su vez, creo, delata algo intrínseco en nosotros como sociedad, que una práctica tan simple como es mirarse a los ojos, nos cueste tanto.

anto picarelli dijo...

Cuando hablo con una persona me gusta mirarla a los ojos. Soy muy observadora. Pero al mismo tiempo me intimida un poco cuando me miran a mi a los ojos. Lo que mas me costo del ejercicio fue el hecho de que no nos podíamos decir nada. Es raro no conocerse con una persona y mirarse por unos minutos, aunque muchas veces sucede en los medios de transporte. Pero esa persona seguirá siendo un desconocido , mientras que en la clase es un compañero al que te vas a seguir viendo. Creo que eso era lo mas vergonzoso.

En la descripción que hizo mi compañera me describió muy bien en algunas cuestiones pero en otras le erro bastante. Siempre me creí una persona transparente, pero el resultado me lleva a pensar que quizás no lo sea tanto... Creo que es un ejercicio para pensar al otro, pero también para preguntarnos sobre nosotros mismos o al menos ¿por qué el otro nos ve de ese modo?

Unknown dijo...

Lo que me sucedió con la actividad del final fue encontrarme con la dificultad para sostener la mirada con un otro desconocido, en silencio y el intento por interrumpir esa situación por cualquier motivo. El ejercicio derribó mi comodidad dentro de lo anónimo de la clase para ponerme en un lugar inconforme bajo la mirada de ese otro.

“Antes yo era libertad pura, conciencia liberada de toda imagen. Pero de pronto me he convertido en alguien. Observado, escrutado, medido por una desdeñosa mirada o aun simplemente percibido por una extraña mirada”.

Con respecto a lo escrito por mi compañero, me sorprende que concuerde con algunas de sus premisas. Otras considero que pueden ser atribuidas a cualquiera.

Ornella Pellecchia dijo...

Me sorprendió lo difícil que es mirar a los ojos en un tiempo mantenido... ¿Tal vez podríamos marcar la diferencia entre ver y mirar? Esa incomodidad despertó el vinculo; una complicidad que rompió el hielo y transformó lo desconocido.
Mi descripción del otro fue bastante superficial, con prejuicios poco jugados, que igual me gustaría constatar. Me sorprendió leer lo que el otro ve sobre mi, ya que en muchos puntos, fue acertado.
Es raro pensar sobre lo que uno muestra, qué es lo que refleja... ¿Es acaso sólo una parte? Algo así como un perfil de Facebook, que muestra la cara más apetecible que quiero "vender".
Me resultó un ejercicio interesante y para sacarle jugo.

Unknown dijo...

Cuando plantearon de realizar el ejercicio me causo nervios y verguenza que un otro me este mirando a los ojos para poder describir como soy o inventar como cree que puedo ser. Me parece que es complejo porque siempre nos dejamos llevar por lo superficial por como alguien se viste, si esta peinada etc. Cuando lei lo que escribio de mi la compañera me causo gracia y fue bueno.... Pero no acerto tanto y yo la verdad que invente porque no logre mirarla mas alla, repito me deje llevar por lo superficial.

Unknown dijo...

Vi este ejercicio alguna vez en algún programa de televisión. Dos hermanas que lloraban al mirarse sostenidamente, acordándose de algún momento o la complicidad en situaciones adversas. Pero esto es diferente, no conocerse de nada y mirarse a los ojos es intimidante, como si te estuviesen desnudando un poco y pidiendo prestadas algunas cosas que no pensaste en compartir. No sé quién dijo que la mirada y el silencio son los canales de comunicación más profundos. Me pareció trillado aquella vez, pero poniéndolo en práctica te das cuenta de que podés decir mucho y te pueden leer aún más.

La escapatoria a esa vergüenza fue la risa, no pude evitarlo. Quizás por eso mi compañero me atribuyó valores por ahí más idealizados que todos querríamos tener pero no logró describir las cosas que me identifican más profundamente.

Melisa Ojeda dijo...

Al principio del ejercicio me sentí incómoda, es algo raro tener que mirarse en silencio con alguien que no conocés, y además intentar describirlo. Es algo intimidante. Me centré en listar aspectos físicos y de la vestimenta de la compañera que me tocó. Al final me terminé riendo de la situación, porque soy una persona que mira mucho a los ojos a las personas con las que interactúo en el día a día, pero esta vez me resultó algo dificultoso.

Sobre la descripción que hizo mi compañera sobre mí, me sorprendió lo acertada que fue. Nunca habíamos cruzado una palabra, y sin embargo intuyó cosas ciertas, como que me gusta tomar cerveza (!). Esto abonó mi teoría de lo mucho que se dice con la mirada.

Mariano Muldowney dijo...

Con el ejercicio final me pasó que en primer lugar pensé que se trataba de una práctica inédita la de tener que inventar algo respecto solo de lo que vemos en el otro. Pero rápidamente me di cuenta que lo hacemos todo el tiempo,
cuando vemos un desconocido creemos saber cosas sobre él o ella. Solo que esta vez lo hicimos conscientemente y lo escribimos. Por último también pense en lo dificil que es mirar a los ojos a alguien por algunos segundos. Al ver los ojos de mi compañero mi di cuenta que casi nunca miro fijamente a las personas, incluso a seres queridos.
Cuando lei lo que escribió sobre mi me dio mucha risa porque algunas cosas estaban muy alejadas de la realidad(allí supe que no me ofenden o preocupan esos errores). Sin embargo, otras se acercaban bastantes.

Oriana dijo...

Me costó mucho fijar la mirada en los ojos de mi compañera. Miro siempre a los ojos cuando hablo con las personas, pero con el silencio se me volvió demasiado incómodo, y en reiteradas veces desviaba la mirada a otro punto.
Ella acertó en absolutamente todos los aspectos de mi personalidad que describió. Me sorprendí. Abrí el papel en el pasillo de la facultad y sinceramente me quedé boquiabierta. Me cuesta entender cómo alguien que no cruzó ni una palabra conmigo puede decir tanto y tan certeramente. Son las mismas características que diría de mi cualquier amiga de hace muchos años.
Me sentí mal, acto seguido, porque los aspectos que yo describí de ella era lo que podría haber dicho de cualquier persona sin mirarla a los ojos...me centré en aspectos físicos sin ir mucho más allá.

Siento que es más fácil mirar a los ojos al otro cuando es ese otro el que está "mostrándose" que cuando lo hacemos nosotros. En una conversación, por ejemplo, siento que nos es más fácil centrar la mirada en los ojos del otro cuando es él el que habla que cuando lo hacemos nosotros. En el ejercidio, además de que nadie hablaba, sentí la presión de los ojos de un otro que me está mirando "sin motivo" , más que tratar de sacarme la ficha. Y creo que eso es lo que nos hizo sentirnos incómodos; como dijeron en otro comentario es sentir que te están desnudando sin tu consentimiento y tomando prestadas cosas tuyas que no queres prestar.

Unknown dijo...

ANDREA RODAS :

Fue muy curioso, incomodo, intimidante, siente que se te apaga la seguridad propia a sabiendas de que todo el tiempo eres observado igual, sin embargo el ser momentáneamente consciente de quien te está mirando y a su vez enfrentar su mirada con la tuya, te mueve y te destruye la estructura de seguridad, empiezan las preguntas sobre el que estará pensando esa persona de ti " que juicios estará haciendo" y el temor de dar una mala impresion.

Sin embargo cuando lei lo que ese alguien escribio de mi, me sorpendi incluso de lo certera que fué si descripcion, ¿Como puede deducir cosas tan abstractas con solo mirarme? me pregunté..

Marga Cunningham dijo...

Voy a ser sincera y decir que me tome el ejercicio como un juego, no me incomoda mirar a los ojos ni que me miren. En relación con la mirada de mi compañero, el resultado fue medianamente correcto.Creo que la primera impresión siempre nos influencia, nos formamos una idea de la persona que tenemos en frente por su ropa, sus gestos, su aspecto, en síntesis aspectos superficiales del otro. Si me pareció una propuesta interesante, ya que note que a la mayoría le incomodaba, sobretodo al momento de mostrar los resultados y creo que esto es por el miedo de haber caido en un estereotipo o decir algo que el otro encuentre ofensivo de alguna manera. Lo que mas rescato del ejercicio es que me parece una forma original de descontracturar la típica "presentación", donde es uno el que elige como definirse.

Unknown dijo...

Publique y no sé por qué motivo no se guardo el comentario, así que intentaré volver a plasmar los sentimientos vividos en la práctica del otro día.

Como dijo una compañera, el juego demostró lo difícil que es fijar la mirada, permitirte ser observado y sobre todo aprender a mirar.
En un principio estaba incómoda, creía que ese día no era mi mejor perfil ( que el pelo despeinado, que las ojeras grandes y demas excusas sin sentido). Me había dado cuenta que en realidad no esa no era la imagen que quería demostrar... pero ¿por qué? Esa era yo, ese había sido mi día. Corrección así eran todos mis días. Comprendí que la cuestión era otra, mirar más allá de todo.
El resultado fue raro, me pareció excelente la posibilidad de ver como te interpreta la gente, a través de qué elementos (ya sean físicos o materiales) pero también la lucha interna de querer contarle un poco más, de darte a conocer de una forma real o lo que uno cree que es real. Ahora la construcción de mi “yo” me excedía, ahora una parte era de ella, y eso era raro.
Dejo una cita que me pareció excelente para demostrar lo que sentí “tengo una naturaleza que no puedo recusar y que no me pertenece, mi ser ahora es exterior, esta enredado en otro ser”