jueves, junio 19, 2014

Experimentos sociales III: Muñeco bueno, muñeco malo...

Para complementar las dos entradas previas, les dejo esta página con una síntesis preparada por Phillip Zimbardo (el padre de la criatura) en relación al experimento de la prisión de Stanford. El material, escrito de primera mano, está en español y ofrece un seguimiento bastante pormenorizado de lo que fue ese experimento. Lo dejo como material de estudio. Tengan a bien repasarlo.

Hay muchos otros experimentos tendientes a mostrar parámetros en relación al comportamiento social. El psicólogo Social Albert Bandura, por ejemplo, realizó un experimento clásico para estudiar el aprendizaje social en los niños, es decir la forma en que estos aprenden por imitación. Bandura expuso a un grupo de niños a diferentes patrones de conducta de los adultos, algunas altamente agresivas y otras sin agresividad. Luego buscó estudiar si los niños repetían la conducta vista en el adulto cuando éste no se hallaba presente. Bandura confirmó cuatro hipótesis a partir de los resultados del experimento: 1- Que los niños que habían visto la conducta agresiva del adulto tendían a imitarla. 2- Que los niños que habían visto al adulto no agresivo eran menos agresivos incluso que el grupo control (aquel que no vio ningún modelo de adulto). 3- Que los niños eran más proclives a imitar la conducta del adulto si éste era de su mismo género. 4- Que los varones eran más proclives que las mujeres a exhibir conducta agresiva. Para el experimento, Bandura utilizó un conjunto de 36 niños varones y 36 mujeres. 24 niños fueron expuestos a conductas agresivas, 24 a no agresivas y 24 formaron el grupo control. La exposición a la conducta del adulto se hizo de la siguiente forma: cada niño entraba en una sala y se sentaba en un rincón rodeado de atractivos juguetes. Del otro lado de la sala se situaba el adulto con un muñeco Bobo. Allí los encargados de mostrar conductas agresivas dañaban verbalmente a Bobo y lo agredían físicamente. El modelo no agresivo jugaba con otros juegos e ignoraba completamente a Bobo. Pasado el momento de exposición al modelo adulto, los niños volvían a entrar en la salita rodeados de juguetes, entre ellos Bobo. Los investigadores estudiaban la conducta de los niños midiendo la agresión que ahora ellos presentaban a Bobo.





Otro experimento, ligado seguramente al anterior, es el del reconocimiento del muñeco bueno/lindo/listo en contraste con el muñeco malo/feo/tonto, realizado con niños a los cuales se les da a elegir entre dos muñecos idénticos, cuyo único rasgo distintivo es el color de su piel. El primero de los videos que van a ver está realizado con niños de México. El segundo fue recreado por la CNN con niños británicos. Les ruego que presten especial atención, en este segundo caso, a la reacción de la mamá de la niña. El tercero tiene la particularidad de estar realizado directamente con niños con rasgos afroamericanos.







1 comentario:

Unknown dijo...

Es impresionante como desde tan chiquitos tienen instalado el prejuicio. Y ni hablar de la madre de la nenita que está más emocionada que su hija identifica a la "nena buena" porque "se parece a ella" -lo toma algo así como si fuera una afirmación de su nivel de autoestima-, pero en ningún momento se pregunta cómo identifica la oscuridad de la piel con algo malo, siendo, como ella dice, que nunca se trataron temas raciales... para pensar... sobre todo teniendo en cuenta que los resultados fueron similares a los que se obtuvieron cuando aún existían leyes de segregación. Será que la sociedad asimila los cambios formales (legales, me refiero) más lentamente? Seguro que no es instantáneo, pero me llama la atención que ya han pasado unos cuantos años y los resultados siguen exactamente igual...