jueves, agosto 30, 2007

Este es el lugar adecuado...

...para dejar asentadas sus impresiones respecto del ejercicio realizado en la clase del jueves 30/08.

16 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo me sentí expuesta.
Creo que vivimos tan acelerados que no nos damos cuenta qué tan poco reparamos en la mirada del otro.

Anónimo dijo...

Por mi parte tuve una sensación de inseguridad y de incomodidad consecuencia de saber que el otro me mira y de mirar a alguien que sabe que lo estoy mirando.
Las miradas de los otros por lo general me generan una presión.

Anónimo dijo...

lo bueno fue cuando decias que sintieramos nuestras manos, nuestras piernas. no se si fue mental o que pero las sentia como mas pesadas, distintas a lo habitual, estuvo bueno. En cuanto a mirarnos no senti nada especial para ser sincero. Capaz unh poco de incomodidad de no poder correr la vista, uno lo hace en ocasiones cotidianas de miradas enfrentadas.
lo podriamos hacer 2 horas todas los jueves? jajaja
juancito

Anónimo dijo...

Que raro hacer esto en la facultad! Y qué bueno!!!
Me cruce con miradas muy distintas, algunas eran un poco violentas y de costado. Otras amigables y cómplices.
Lo que me quedé pensando es que si yo noté esas diferencias en cada una de las personas con las que me cruce, será porque de alguna manera esas dos miradas juntas (la de mi compañero/a y la mía)confluyeron en esa cualidad. Hay una cuestión de ida y vuelta, la mirada propone algo, y uno se acopla, lo rechaza, propone algo nuevo o lo abandona.
También sentí por momentos incomodidad, o ganas de reirme (que supongo será parte de lo mismo)estaría bueno hacer más de estos ejercicios.

Listo... eso!

Emilia S.

Anónimo dijo...

Buenas!! Coincido plenamente con Mari la menza,vivimos a mil, y muy pocas veces reparamos en la mirada del otro.
Por mi parte me gustó mucho el ejercicio, de todas formas debo confesar que no podía mantener la mirada por mucho tiempo, siempre tenía desviarla por unos segundos...
-Florencia Illbele-

Anónimo dijo...

No sé si coincideré en la forma de contar esto con el resto de mis compañeros, pero este comentario me lo voy a tomar muy personal. Aviso.

En el momento de la relajación inevitablemente me remití a los largos tiempos en los que hice fonoaudiología, cuando gran parte de mi tarea era aprender eso. A relajarme, a sentir mi cuerpo y, sobre todo, a tomar conciencia de mi respiración, y adquirir buenos hábitos con respecto a ella. Hace ya… 4 años (¡!!!) que dejé esa terapia, y realmente me doy cuenta que perdí esa costumbre y que debería recuperarla (seguramente todo esto no venía al caso jeje).

En cuanto a las miradas… debo confesar que lo primero que cruzó por mi mente tiene que ver con el debate que venimos sosteniendo desde la primera clase acerca de la relación maestro – a/lumno: “¿por qué le hacemos caso y estamos haciendo esto?” jejeje, sisi, eso pensé… perdón, pero no fue con mala onda, fue en tono cómico mi pensamiento, como riéndome de la situación tan extrañana, pero así fue…
Después me costó mucho encontrar una mirada que me mirara, y cuando la encontraba me era muy díficil mantenerla. Me tentaba de risa, principalmente por vergüenza supongo… es como que me sentía completamente expuesta, hasta desnuda quizás, ante el otro (salí de la clase totalmente acalorada, no fue nada fácil je). Por suerte no me miré con mi amiga, porque ahí la risa hubiera estallado, pero más que por vergüenza, por la complicidad de conocer todo lo que estábamos pensando. La última parte fue la más complicada, creo que es obvio, todo lo sentido antes se potencializó … el triple!! Me tocó “enfrentarme” a un varón, durísimo (no me pregunté por qué esté condicionamiento sexista, pero así me pasó, me limito a relatar).

La situación de las miradas creo que me remitió a dos momentos de mi vida: 1) En el momento de mirar con lejanía, me sentí queriendo “levantarme” a un chico en el colectivo, en una cola, en la calle, en algún bar (cosa anterior de mi vida porque estoy felizmente de novia hace muchos años) y 2) en el momento de mirada cercana y fija (además de la triplicación de vergüenzas), le sumé una vergüenza fuerte más, porque justamente sentí que solamente miro así a mi novio y dudé incluso si de esa manera mantengo una mirada, por tanto tiempo prolongado, con mis más íntimas amigas o mi mamá (y todavía no lo sé). Básicamente eso. Ah… también entendí al físico!!! cómo el ojo hace foco, y las cosas que hay detrás de lo que uno mira fijo cambian de forma por completo… Muy impresionante cuando aflojé la mirada y reconocí el detrás de mi compañero.

(Uuuuffff veo que soy la primera que me excedí en el relato jeje, quizás no me cueste exponerme a través del texto y si de la mirada… cua! Perdón si aburro…)

Saludos!!

Anónimo dijo...

jueves 30 de agosto, 20:30hs, aula 402. Instante en cual senti una sensación casi perdida desde hace años: Que bueno que es presenciar una clase universitaria!!!!
Se apagó la luz, cerré los ojos y empecé a escuchar una voz que intentaba liberarme (por un instante) de mi cuerpo. Esa voz logró en parte con su cometido: me "aflojé" en un momento, no se si a tal punto de poder sentir mis manos, pero era una sensación rara, quizás había algo de eso.
Lo mejor de todo fue el momento de las miradas. LLegó un instante que de tanto mirar fijo a una compañera (y de tan cerca), mi mirada se focalizó en una parte del rostro, y me daba la sensación de estar más cerca de ella, como si estuviera adentro de su cuerpo, como si fueramos uno, o algo así. Fue muy extraño, pero exitante. La verdad, está más que aprobado su ejercicio Doc. Abrazo
George Albert

Anónimo dijo...

Gracias, Clara. Esta es exactamente la profundidad pretendida desde este lado para el desarrollo de la consigna.

Anónimo dijo...

También voy a tomarme el comentario en forma personal, Clara. He dicho.


Empecé el ejercicio con la disposición de quien ve una película por segunda vez. Es que, hace un par de años, pasé por idéntica experiencia. Y ahora me sentía como corriendo con ventaja al lado de mis compañeros. Antes de que se apagara la luz, yo ya sabía lo que vendría después. ¿Sabía realmente? No, ahora me doy cuenta que nada fue como yo me lo esperaba.

Mantuve la mirada con tres personas, casi cuatro (hubo un intento fallido en el medio). Lo primero que noté, por lo menos fue así en dos de los casos, fue que ellas me “cazaron”. Porque sentí que ya me estaban mirando antes de que yo posara mi atención en sus ojos. Lo segundo que noté (en realidad esto lo descubro ahora, mientras escribo mi experiencia) es que a medida que avanzaba el ejercicio las personas con las que me iba encontrando estaban cada vez más cerca físicamente, como si los encuentros se fueran haciendo cada vez más íntimos (Y si, el último fue casi prohibido para menores de 18 años…)

El primer contacto fue creo el más relajado. Tal vez la distancia en el espacio (nuestras miradas atravesaban prácticamente todo el aula diagonalmente). Tal vez el relax me lo transmitían esos ojos. Mantuvimos la mirada bastante tiempo (ahora supongo que no habrán sido más que unos pocos segundos) y sin tensión. Hasta que sonrió, yo le devolví la sonrisa, y dejamos de mirarnos como “de común acuerdo”, para seguir nuestros caminos. El segundo intercambio, el fallido, duró apenas un segundo, supongo. Nos miramos un momento y en seguida bajó la vista, apuntando al suelo. Y ahí se quedó. Me quedé unos instantes más mirando en su dirección, para ver si cambiaba de opinión. Pero no. Entonces giré mi rostro hacia la dirección opuesta, para que notara que me había ido y se relajara. No quería molestar. Me encontré entonces, con la tercera experiencia. Lo primero que sentí fue la respiración. Respiraba profundo, como si acabara de subir los cuatro pisos de la facultad por la escalera y necesitara reponer el aire que había perdido en el camino. Yo hacía lo mismo. Y la mirada también era profunda. Casi no pestañeaba. O quizás eso me pareció a mi, que entonces pestañeaba por los dos. Seguramente me sentía intimidada. Y después, una paz increíble. Nuestras respiraciones eran mucho más pausadas que al principio. Creo que hasta llegué a conversar con esta persona. Y creo que podríamos habernos quedado charlando un rato más. Pero llegó la última consigna. ¡Qué momento! Si, ésta fue incómoda. Tanto que de vez en cuando, mientras duró el ejercicio, teníamos que soltar una carcajada, simultáneamente, para relajar. Pero nunca dejamos de mirarnos. (creo que unos instantes más hubiesen alcanzado para llegar al momento de paz que había logrando en la experiencia inmediatamente anterior). Creo que lo incómodo para mi fue sentir que estaba incomodando a alguien. Me sentía mal por eso. Entonces traté de explicarle en el último minuto que yo no quería… Por las dudas, por si no había comprendido mi intención, le di una palmada en el antebrazo cuando terminó el ejercicio. Para irme tranquila a descansar.


Y entonces llegué a mi casa. Después de comer, le conté la experiencia a mi media naranja. Excepto que preferí no contarle un detalle. No le dije que una de esas cuatro experiencias había sido con un hombre. No sé, no me animé. Tal vez porque sentí que en un punto le había sido infiel.

Anónimo dijo...

Realmente el ejercicio me tomó por sorpresa pero no por el ejercicio mismo, ni por la relajacion, ni por el hecho de estar haciendo eso en la facultad, sino por lo que me quedó despues de la experiencia.

En la primera mirada, la que mas me impactó, sentí que me acercaba a la otra persona y que estabamos compartiendo algo que yo hubiese querido que durara mas tiempo. Fue un momento en el que me sentí bien, el que incluso me dejo pensando durante mucho tiempo, incluso hasta hoy. Cuando yo abri los ojos ella ya habia puesto su mirada en mi.. Al principio tardé un par de segundos en decidirme a mirarla y seguir con esa mirada (será la costumbre de no mirar mas de cierto tiempo a quienes tenemos al lado, lo que me hacía dudar...); después me di cuenta que ella me estaba invitando a compartir ese momento y decidí acompañarla... Y asi estuvimos. Por momentos sentía que era consciente de la experiencia, de la exposición por la que estaba pasando, pero rapidamente trataba de escaparme de esa autopercepción racional para disfrutar del momento.

La mas cercana no fue igual. No la sentí mas invasiva, ni yo mas expuesto. Fue diferente, pero también interesante. Aca nos tentamos los dos varias veces, y también por la ubicación en la que estabamos había momentos en los que percibía como la luz y el enfoque de sus ojos en los mios iban abriendo y cerrando su pupila... Creo que esos eran los espacios de tiempo de "analisis" por los que pasé en esa segunda experiencia.

Al igual que las dos compañeras que escribieron antes, tampoco le comenté demasiado a mi novia cuando nos vimos... Ahora, por que?

Yo se que no iria por la calle cruzandome las miradas con la persona que fuera.. Estamos demasiado habituados a ver al otro como ajeno, a imposibilitarnos todo el tiempo una comunicacion que vaya mas alla de lo instrumental. Si bien ahora soy consciente de ésto en forma práctica, se que sería imposible sostener una comunicacion diferente en nuestra sociedad. Igual, está bueno saber que es posible...

Leandro.

Leónidas dijo...

maldita sea! falte el jueves!, analizandolo bien, no falte...me retuvieron en el trabajo...

aparentemente, me perdí una gran experiencia

germán, repetila, o por lo menos alguien puede postear básciamente de que se trató? no entiendo nada!!!

(asumo la responsabilidad)

Anónimo dijo...

A mi me retuvo una angina eterna!!!! me gustaria a mi tambien q se repita, porque por los comentarios parece que estuvo buena la experiencia...

de paso, alguien me dice que nos toca de lectura para el proximo jueves?

gracias!!!

Cecilia Matas

Anónimo dijo...

Lecturas para el Jueves:
"La sabiduría del amor" de Finkielkraut, Alain (ese está en el apunte) y después hay que comprar en la fotocopiadora que está en frene de los baños un texto de Milán Kundera. Es un texto cortito, debe tener alrededor de 10 hojitas!
Besos a todos!!!
Flor.

Anónimo dijo...

Atenti!! El texto de Kundera viene en un paquete que también incluye, entre otras cosas, un material de Paul Watzlawick, del libro "Es real la realidad". No es un paquete de sólo 10 hojitas!!!

Anónimo dijo...

Comparto con Leónidas, el jueves me tuve que ir media hora antes del final de la clase y en base a los comentarios hago una reconstrucción total y arbitrariamente personal y posiblemente alejada de los hechos reales. Saludos a todos y nos vemos el jueves!

Anónimo dijo...

bueno...que ejercicio por dios. Inesperado por lo menos para mi. En cuanto a la mirada con el otro, me toco confrontarme con alguien a quien ni siquiera habia visto EN UN AULA de 2X2. Eso de que andamos a mil es verdad. Y al chocar miradas tuve una sensación de que hubo una "conexión" en esos pocos minutos que duró el ejercicio. Conexión de que tipo? No tengo idea. Pero la hubo y lo más importante es que no fue necesario utilizar la palabra.
Dejo de escribir, tengo que volver al fucking laburo...
AH lauram! ves las mujeres son infieles hasta con una mirada! dsp se quejan jeje
hasta el jueves.