sábado, agosto 23, 2008

La ausencia del grito le quita al acto de matar todo remordimiento

"La ausencia de grito le quitaba al acto todo remordimiento", dice en un lugar el texto, y ahí, nada más que por esta frase, decidí postear este comentario, con el link correspondiente. Aclaro, sin embargo, que se trata de un texto por momentos lúcido, pero por momentos no. Y además bastante desagradable. Otros textos que probablemente proponga de este autor no tendrán semejante acotación de mi parte, pero en este caso me ha parecido necesaria.

Entre los muchos comentarios al texto (no vale la pena leerlos todos), alguien habla de la empatía y señala que "es natural que la sintamos en mayor o menor medida por nuestros semejantes ... y entre ayudar a un animal y a un humano, un CroMagnon promedio no lo pensaría demasiado. Nuestra empatía nos predispone sin embargo a extenderla a lo que se nos asemeje a nosotros o a nuestras crías. En esa escala de semejanza está más cerca un perro (ojos grandes y "expresivos", social, afectuoso) que una comadreja. O que un mero o una langosta. Obvio, los gritos también son rasgos que nos asemejan: es más cercano a nosotros un animal que chilla a uno que se deja cocinar vivo en silencio. Pero son predisposiciones. Los humanos, entre todos los animales evolucionados somos volubles y maleables en nuestros comportamientos y afectos primitivos. Unos decidimos volvernos vegetarianos porque por más que comprendamos los beneficios de la proteína animal y lo práctico que es ser indiferentes al sufrimiento y los gritos de un cerdo, consideramos que es más ético cortar de raíz nuestra complicidad con la tortura y la muerte de un ser con sistema nervioso, capaz de sufrir. Otros asan fetos sin remordimiento, comen sesos de micos vivos y aplastan gatitos. Cada cual atiende como mejor le parece los llamados de sus tendencias atávicas."

Yo pensaba de nuevo en Aushwitz, en Hiroshima, en la Isla de las Flores, en el chico que pide una moneda acá a la vuelta y duerme tirado en la calle, en el que por una moneda mató a un vecino sin duda ni remordimiento... El grito es significativo. De eso no cabe duda. Algunos -los menos, espero; los más enfermos- disfrutan del mismo. A las pruebas de nuestra propia y reciente historia me remito. Otros prefieren hacer oídos sordos. Lo cual es bastante sencillo. ¿Cuál será el límite en el cual se acaba la empatía? Es cierto que la mayor parte de nosotros, si para hacer una milanesa tuviera que matar a la ternera con sus propias manos, se conformaría con la ensalada de lechuga y tomate. Pero solemos ser ciegos para otras cosas, también. "Somos responsables de lo que vemos", leí hace poco por la calle. Voveremos sobre esta sentencia en cualquier momento.

37 comentarios:

Hernán Souto dijo...

Que tal? Para los que no me conocen soy Hernán Souto. Curse la materia el cuatrimestre pasado. Presonalmente creo que en la mayoria de los casos la empatia se acaba cuando hay que decidir entre el otro y nosotros mismos. Como bien dijiste nadie siente empatia por una hamburgesa pero si por la pobre vaca que entra al matadero. Creo que si tuviesemos que matar para alimentarnos, no todos seriamos capces de hacerlo, pero no por piedad sino porque nos sentiriamos mal por haber matado a un animal.
Tambien es una cuestion antropologica ya que consideramos que varios paises asiaticos son barbaros porque comen perros, pero lo que no pensamos es que no es que se comen a su mascota sino que los crian igual que en paises Europeos y Americanos se crian a las vacas u ovejas.

Germán tengo un inconveniente. Me meti en la pagina de la facu y la materia no me figura no solo como aprobada sino que ni siquiera me figura como cursada. Queria saber si podias ver si hubo un problema con las actas o algo de ese estilo? Desde ya muchas gracias.

Germán A. Serain dijo...

Do not worry so much, Hernán. Las notas del cuatrimestre pasado están todavía dando vueltas y no han terminado de aterrizar en el SIU. Si al finalizar este cuatrimestre sigue sin aparecer, volvé a contactarme por ese tema. Mientras tanto, podés pasar cuantas veces quieras a dejar tus comentarios.

Gente Reversible dijo...

Seguro que todo esto a más de un compañero, como en mi caso, le habrá recordado a un texto del libro de la cátedra Rosato de antropología, de la unidad dedicada al consumo. Me refiero al texto del cuy, en Perú, si mal no recuerdo, mascota que eventualmente (por tradición) iba a parar al asador. En realidad toda esa unidad tenía buenos textos sobre el tema, como el de la ingesta de gatos en santa fe, y otros tantos. Pero particularmente, el texto del que hablaba (si es que recuerdo bien, pues primer año de la carrera ya esta lejos en el horizonte) planteaba una cuestión muy interesante acerca del grado de proximidad de los animales con el hombre que los hacía de algún modo incomibles. El mayor grado de proximidad se daba con el hecho de nombrar a un animal, como todos hacemos con nuestras mascotas. Darles un nombre es, de algún modo darles un atributo humano y eso las vuelve impensables como comida. Seguro que si algún compañero cursó antropología más recientemente podrá hablar de esto un poco más que yo (y mejor sin dudas)
Saluditos, hay gato para todos.
Nicolás al fondo.

maj dijo...

Bueno, la verdad es que no puedo salir del asombro de todo lo que leí, y es verdad... no sé por qué hacemos ese tipo de diferenciaciones al estilo "tiene más derecho a vivir x que y, porque no grita" no sé si esa es la respuesta conformista que nos damos concientemente pero funciona, y nos tranquiliza o al menos nos hace sentir menos culpa...

habría que recuperar esas sociedades animistas pre alfabetizadas y rendir culto a la naturaleza pero desde una perspectiva moderna... se podrá? qúe dificil!

Creo que habría que empezar, al menos, por tomar conciencia de estas cosas y depués ver la forma de abrirle los ojitos a los que nos rodean... dejar de tener nuestra mirada y nuestra mente siempre abocada hacia el exterior y conectarnos con nosotros mismos, con nuestra esencia interior y escuchar nuestro corazón y ver qué nos dice...

Anónimo dijo...

Yo también me acordé del texto de Rosato y de las últimas clases (o la última) del Seminario de Informática, se llamaba "la mecanización del cadaver y la mala suerte de los animales", se habló del testeo de cosméticos en animales, etc y un fragmento que resumo:
Cuando los maoríes arribaron a lo que hoy llamamos Nueva Zelanda alrededor del 1300 d.c. se encontraron con el moa, el pájaro mas grande del mundo, que no podía levantar vuelo. Siendo uno de los alimentos preferidos de los maoríes, se extinguió en el siglo XVII. En 1893, se descubrió que en una pequeña isla llamada Stephens en el Estrecho de Cook, habían sobrevivido algunas especies ya extintas, entre ellas el famoso pájaro. Rapidamente, el gobierno neocelandés prohibió las pisadas humanas, declaró el lugar como "reserva natural" y mandó a construir un faro. Un año mas tarde, todos los pájaros estaban muertos. El encargado del faro había llevado un gato que tardó apenas un año en matar a todos los pájaros. Un solo ciclo de contacto con la cultura humana había dado de baja a cien millones de años de evolución para siempre.

Anónimo dijo...

Hola foristas de P y C!

leyendo el texto y los comentarios del mismo, sobretodo lo srugido con la "empatía" quiero decir un par de cosas:
-El argentino promedio carece de empatía, por lo menos para con otras personas, fácil de comprobar en como convivimos cotidianamente, sobretodo por como nos ponemos en el lugar del otro, nada menos empático es intentar circular por Florida al mediodia o a las 18 hs. por ejemplo, o subir o intentar descender del subte en cualquiera de sus líneas o cualquier tren (sobretodo el roca), etc. (increible como aparece lo peor de nosotros en esos momentos, odio e intolerancia por doquier).

-Aunque si podemos decir que tenemos empatía, al menos se como debe de sentirse la sardina dentro de su lata o mejor aún la vaca cuando se dirige al matadero, cuando voy a laburar o salgo para la facu ahhh que lindo es viajar en capital che!... (?)

Sepan disculpar la limadura sin sentido a las 0.45 del lunes, esquivando mis obligaciondes de Taller 3...

Saludos!


PS:(fue más fuerte que yo, tuve que copiar el comentario que equivocadamente puse en otro posteo), saludos!

Anónimo dijo...

es asi!
vieron la película "la isla" (donde actúa Leonardo Di Caprio)? No es muy buena, peor siempre hay cosas que se rescatan.

Supuestamente era una pequeña "sociedad" perfecta, donde todos estaban felices y contentos.
En un momento a uno de los que vivían ahí le come la pierna un tiburón.. no tenían los medicamentos apropiados, se iba a morir, pero en el medio el muchacho sufría y gritaba.. mucho..

En ese lugar donde todos eran felices dejaron de serlo: no podían dejar de escuchar los gritos de sufrimiento y por eso (y también por un poco de hipocresía) no podían seguir haciendo fiestas mientras el muchacho se moría.. ¿qué es lo que hacen? Fácil!! lo llevan en una camilla hasta un lugar alejado de la isla! donde pueda gritar tranquilo sin molestar a los demás!!!!

Algo así somos los humanos: ¿se acuerdan del caso de los chcos que se morían de hambre en Tucumán?
Seguro que deben seguir esos casos... peor están lejos, no escuchamos. Muchos políticos (y medios) hacen esto: mientras el grito no se escuche, no existe! No hay problema! Son como plantas!

Para todos nosotros, entones tengo algo que decir:

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHGGGGGGGGGGGGGRRRRRRRRR!!!!!!

Anónimo dijo...

Fue muy bueno leer ese texto, creo que abre un poco los ojos y da cuenta de la crueldad del ser humano, que siendo racional,se comporta de determinada manera frente a algunas situaciones.
Lo peor de todo es que uno no deja de sentirse identificado con el rechazo, por ejemplo, a la cucaracha.
Creo que no solo que hay un importante porcentaje de cultura sino que también está el factor que hace que admiremos lo bello. Y lo bello, en algun momento de la historia, se ha establecido y hoy sigue el mismo camino.
Podemos decir, pobres aquellos que mueren de hambre, pero no lo sentimos en carne propia. Podemos decir pobres los negritos de África porque nos parece más "cool" y en Latinoamerica desbordamos de pares de tez morena a quienes llamamos "bolita".
A ver, me parece que (como en muchos temas) hay un tema de fondo que sigue siendo en razocinio. Creo que nos duele saber, conocer, ser conscientes de que somos crueles y no lo podemos evitar.
Es muy difícil imaginarse un animal con razón, con consciencia. Creo que habría una gran masacre, mezcla de venganza y supervivencia.

Anónimo dijo...

Si nosotros mismos tuvieramos que matar a la ternera para hacer las milanesas, es seguro que nos conformaríamos con la ensalada...Y tengo una anécdota al respecto.
Mi abuela vive en 9 de julio, un pueblito de la pcia de Buenos Aires.
Ella criaba gallinas. Una navidad una de ellas salió sorteda para pasar a la parrilla. Pobre gallina...No voy a entrar en detalle de cómo las mataba, pero si de algo estoy segura es de que nunca podria hacerlo. Esa noche, mis hermanos y yo COMIMOS ENSALADA.

Pam dijo...

Varias cosas se me vienen a la mente.

Una es Moria Casan, que al parecer no conoce ni el mas mínimo grado de empatía,

hablando sobre como ella se encierra en una burbuja que es su auto importado con

vidrios polarizados, haciendo oidos sordos y ojos ciegos a todo lo que la rodea...

Otra, es la mesa familiar de los simpsons en la que Lisa, al volverse vegetariana,

es cuestionada por su padre. Parafraseando: ¿Nunca mas comeras chuletas?, ¿Nunca

mas jamon?, ¿Nunca mas tocino?
A lo que Lisa responde: Papa, eso es todo del mismo animal...
Homero: Claaaaro Lisa, es un graaaaan animal mágico.

Es una exageracion obviamente, pero el borramiento de la cadena es bastante

FUNCIONAL, pocos hablan sobre el tema. Estoy segura que preferiria una ensalada a asesinar con mis propias

manos una vaca...pero mientras tanto sigo alimentandome de ellas...
Creo que si se hablara mas sobre el maltrato animal, se comenzaria a hablar sobre toda clase de maltratos y creo que eso seria poco agradable para muchos.

Anónimo dijo...

Buenas, la frase citada donde dice que somos responsables por lo que vemos creo que es muy certera. La mayoria no podriamos matar un animal para comerlo, pero si lo mata otro y no lo vemos, un aplauso para el asador !!! Por otro lado, entiendo que hay gente que ve carnear un cordero y eso no le perturba, no?

Y la usencia del grito habla de lo mismo: lo que no oimos o vemos pareciera no ser responsabilidad nuestra, por lo tanto puede no molestarnos. Si a uno le roban en Florida, nadie va a saltar a defenderlo. Frases como "para que me voy a meter?" o "eso no es problema mio" son recurrentes.

Saludos,

Anónimo dijo...

Primero, me parece que muy interesante toda la discusión sobre la matanza de animales, la culpa, la elección o escala de valores. Pero personalmente me produce mucha más impresión el desinterés de la propia raza.
"(el avión, durante el vuelo, pasa por encima de África, pero va tan alto que los negritos muertos de hambre no se ven)" Esta parte del texto es con la que coincido. Hay ciertas imágenes que se encuentran en todas partes, sin tener que ir hasta África, pero que son igual de fuertes y a mí personalmente me producen impotencia. Y más cuando la gente que mira con asco y de reojo al nene pidiendo en el subte o se cruza de vereda cuando pasa el cartonero, son compañeros que salen de esta facultad paradójicamente de Ciencias Sociales.
En este sentido no creo que seamos responsables por lo que vemos. Aunque estaría buenísimo...
Gisella.

Germán A. Serain dijo...

Gisella, por una vez quise que el debate se diera entre ustedes, sin participar yo demasiado.

Pero quiero decir algo respecto de lo que acabás de señalar: se trata, justamente, de que somos responsables por lo que vemos. Y nos arreglamos para no ver aquellas cosas de las cuales no queremos hacernos responsables. Combinamos cierta cuota de responsabilidad con la mirada pero también con la ceguera. Es por eso, precisamente, que "la ausencia del grito le quita al acto de matar todo remordimiento". Como no vemos (o no escuchamos), pretendemos liberarnos de nuestra responsabilidad. Bien lo dice el dicho popular: no hay peor sordo que el que no quiere escuchar; no hay peor ciego que el que no quiere ver...

Anónimo dijo...

A mi no me gusta mucho cuando se habla de cosas tan imprecisas y dudosas como "la crueldad del ser humano", ya sea por la matanza de animales o por los propios humanos excluidos.
Sobre los animales quiero decir que si a todos nos produce horror la idea de degollar una gallina para comérnosla es por falta de costumbre o porque nunca nos urgió hacerlo. Si estuviesemos cagados de hambre en el medio de la nada, con asco o sin asco pero con justa causa la gallina se degolla. El problema es la matanza industrializada de animales, que es tan anónima y sin grito como la exclusión de los humanos del sistema de producción que aglutina en pocas manos muchas riquezas. O sea, nada nuevo bajo el sol: es el capitalismo. Sí, a riesgo de sonar como un militante acartonado del Partido Obrero, creo que no es mear fuera del tarro decir que estas cosas por algo pasan, y ese algo es mucho más preciso, más delimitable que una supuesta condición destructiva del hombre, que es malo, no como los sagrados animales y seres desprovistos de lenguaje y raciocinio.
Yo no creo que esté mal matar animales para comérnoslos; pero una cosa es cazar conejos con una lanza y otra cosa es meter 400 vacas en una máquina trituradora (igual aclaro que yo no soy vegetariano, por mi escueto repertorio de platillos predilectos y porque no tengo ganas).
Saludo a la compañera que hizo alusión al célebre episodio de los simpsons en el que Lisa se hace vegetariana. Es cierto, los simpsons sirven para explicar cualquier cosa... o al menos así era antes de que se volvieran malísimos a partir de la 9na temporada.

Saludos,
Nicolás al fondo.

Anónimo dijo...

Todavia no lei el texto, pero tengo un comentario disparado por una anécdota de una compañera: mi bisabuela se crió en el campo en las colinas de Galicia, donde su tarea por ser la menor consistía en cuidar, éase alimentar y limpiar el chiquero, de los chanchitos chicos. Cuando se hacían las sangrías (porque, les cuento, el chancho se mata dejandolo que se desangre, cosa horrible si las hay) los chanchos gritaban como locos (de allí el dicho "grita como un marrano") y mi pobre bisabuela que de empatía no sabía un soto miraba por un agujerito )porque el espectáculo era impresionante y por eso encerraban a los chicos) y por allí mismo gritaba "os pequenos tambein" -es decir que también mataran a los chiquitos, que eran los que le tocaba cuidar a ella.
Con esto quiero decir que la empatía con lo que se puede convertir en alimento es directamente proporcional a la necesidad de, o bien matarlo para comerselo o matarlo porque a uno le genera un problema... pero en los casos de caza deportiva, así como en los casos de aquellos enfermos aberrantes que disfrutan del dolor de otro ser humano (ni hablar de los pobrecitos animales que no pueden siquiera sospechar porqué los hacen sufrir) creo que a esa gente algo le falla. De todos modos creo que la empatía se mide por muchos lados, mucho menos extremos que el hambre, vemos a diario el sufrimiento ajeno y no nos rebelamos, sufrimos a diario la falta de empatía de nuestros congéneres y la nuestra propia y tampoco la modificamos. Pensar en el "yo estoy bien, los demás que se jodan" creo que es la esencia del hombre capitalista de occidente (no lo circunscribo a este país).
Saludos!!!

Anónimo dijo...

algo más...
"ojos que no ven, corazón que no siente"
Sin duda alguna somos responsables de lo que vemos, la cosa es que muchos ven pero prefieren no MIRAR. "El país que no miramos"
Entiendo que ver vemos todos los videntes (y no me refiero a los que tenemos dos dientes... je!), pero mirar implica ver con intencionalidad, con atención, con voluntad. Creo que si miráramos, no podríamos eludir la responsabilidad. De alguna forma responde a lo que Germán mencionó sobre el contacto visual la primera clase, mirar, mirar-se, mirar-nos, implica dar la cara, conectar... ver es mecánico. Mirar es ver profundo, más allá. en fin... dada la hora y mi capacidad de irme por las ramas, sólo quería dejar esa reflexión, si miramos de verdad no podemos hacernos los boludos.
Ta maniana..!

Germán A. Serain dijo...

En base a algunos de los comentarios que se fueron haciendo en esta entrada, sugiero que vean este video de Gaspar Noé, pero no sin antes advertirles que es sumamente violento.

No obstante, no es violento gratuitamente. Nos asquea ver matar y carnear a un animal. Pero no nos parece mal comernos el resultado de ese acto.

La dirección para cortar y pegar, si el link de más arriba no funciona:

http://www.youtube.com/watch?v=LfmI1HiSiRk&feature=related

Anónimo dijo...

German, me gustaría pasarte un video para subir, pero no tengo idea de còmo se hace... aiuda!!

Germán A. Serain dijo...

Cecilia: Si tu video está en una página como YouTube, Google video o una de esas, simplemente entrá a la página, copiá la dirección completa que aparece en la barra del navegador y copiala en esta ventana de comentarios.

Anónimo dijo...

Germán, Fue durísimo ver el video de Gaspar Noé... para serte sincera no pude terminar de verlo. Me dió mucha impresión no sólo la estética, la sangre, la cruel realidad del hecho, sino también la simpleza operativa del trabajo de quien estaba matando al caballo. Durísimo. Pero ¿sabés qué es lo que me impresiona más? Que con el tiempo estas cosas se nos olvidan. Sé que ahora no puedo borrar esta imagen de mi mente, al menos durante este día. Es muy doloroso. No puedo decir mucho, me quedé sin palabras después de este video, me quedé con culpa.

Anónimo dijo...

Ayer cuando estaba buscando informacion a altas horas de la madrugada, decidí entrar al blog.Grande fue mi asombro al ver el tema que se trataba, porque casualmente hoy le hago una entrevista a un criador de ñandues. Una de las importantes cualidades de criar este animal(ademas del chiste facil que todos pemsamos,que efectivamente sus plumas si se usan para hacer plumeros)es que su carne es magra, baja en colesterol, y segun se comenta de muy buen sabor. Actualmente se vende muy caro en hoteles y restaurantes.Ahora, es un animalque culturalmente no estamos acostumbrados a mordisquear,¿ustedes se comerian uno?

maj dijo...

pero.... ¿no es que pasa lo mismo entre los seres humanos?....... No es lo mismo el dolor de una madre o la muerte violenta de alguien o.... el mendigar de algún otro ......según ....vaya a saber que....... su origen, su piel, si es pobre, oscuro, o no..... Cualquier caractrística según nuestro grupo de pertenencia y socialización hace que nos resbale o aún justifiquemos hechos en algunos grupos que si aparecen en otros nos llenan de dolor, visualizamos con claridad la injusticia, nos dejan totalmente mal e incluso hasta por ahí hacemos algo.....
El ser humano no es tan racional como suponemos cuando no pensamos en cosas como las que plantea este link. entonces no nos idealicenos. Veamos como somos en realidad. Tal vez, eso nos permita poner un granito de arena en el camino hacia la racionalidad y el corazón que son nuestras reales posibilidades humanas y como bien se ve en este texto, no usamos tanto.... ni nos damos cuenta..... ahh y dónde esta Dios en todo esto?

Anónimo dijo...

Maj, tal cual, ¿dónde está Dios en estos casos? ¿Cuál es el gran y fiel fundamento de las religiones?
Cada uno tiene su propio Dios, lo llama como quiere, según sus preferencias y creencias. Dios, para mi, es una fuerza superior a uno, que puede confundirse con lo que solemos llamar "destino" como "lo que debía ser". En el caso de los animales... es difícil dilucidar qué leyes determinan los derechos de unos, y si no son leyes (culturales, por ejemplo) qué son.

Anónimo dijo...

Lo primero que me gustaria decir es que esto de participar en el Blog es espectacular. Pocas veces me interesé tanto por una clase...
Con respecto al artículo y al debate creo que tengo una posición contradictoria.
Por un lado me acuerdo de una pelicula "Tocando el Viento" en donde una banda de una mina de carbón en Inglaterra, que había cerrado, gana un prestigioso premio en el Albert Hall y cuando el director de la banda va a recibir el premio dice que lo va a rechazar por que asi van a ser noticia, esa gente se quedaba sin trabajo pero a nadie conmovian; de haber sido Ballenas o Focas hubieran recibido mas ayuda. Y esto es así, nos preocupamos mucho por los animales pero poco por los humanos, creo que somos hipócritas en ese sentido.
Por otro lado, me gusta esa cosa del Budismo de respetar a todo por igual, a un bambú, a un río, a un pájaro o a una persona. Es como que nos baja un poco del pedestal en el que nos pusimos los seres humanos y nos hace ver que somos igual que el resto de las cosas que hay en el planeta.
Por último no me parece que los maoríes sean crueles por el exterminio del pajaro ese (MAO?), creo que si los tipos llegan a una isla y tienen hambre van a comer lo que venga. Cuando una hiena se come una Zebra decimos "que bárbaro National Geográfic, siempre están en el momento justo!" y la hiena en ese caso es tan cruel como el Maorí.
Adonde voy con esto? Muchos seguro pueden creer que la gran diferencia entre la hiena y el Maorí es que el último puede hacer uso de razón y discriminar entre lo que esta "bien" y lo que no, cuando la hiena actua por instinto... Y si la razón no es algo tan grandioso como creemos que es?
me fui a la mierda...

Hombre polietileno dijo...

Holaaa! Después de leer los 24 comentarios (ufff) creo que no tengo mucho más para decir. Coincido con Nicolás al fondo: si no matamos un animal, es porque no estamos acostumbrados a hacerlo. Y también con esto de la costumbre y la "jerarquización" en la matanza de animales (a los que tienen nombres propios no los comemos, etc.), volvemos al caso del cuy y al porqué de la doble hipótesis de Verón (me encanta la semiótica no sé si se dieron cuenta jaja). Digo, esto de que toda producción de sentido es necesariamente social puede anclarse en cualquier fenómeno: que la vaca en la India sea sagrada, y acá se coma se remite justamente a que son sociedades diferentes con creencias diferentes y por lo tanto, culturas y prácticas distintas. Creo que hay que pensar más allá de lo que pueda sentir cada uno y tener una visión más macro, si se quiere.
No me animo a ver el video, sé que no aguantaría ni un segundo.
Germán: yo tengo "algo" con los chinos, no puedo dejar de soñar con ellos. Encima con los JJ.OO., imaginate!jaja.
Saludos!!
Sole

Anónimo dijo...

Fuerte el video.Si alguno se quedó con ganas de ver mas matanzas, les recomiendo una película argentina llamada "La rabia", donde se dedica una parte demasiado extensa a mostrar como se mata un cerdo. La dan en el Malba.
Supongo que con todo este debate y video mas de alguno de nosotros se habrá planteado el hecho de seguir comiendo animales, pero que solo va a durar hasta que te traigan un buen pedazo de vacio y digas:"Ma si!al pobre bicho ya lo mataron,ya esta muerto, si no me lo como yo se lo va a comer otro!
Y hasta ahi llega nuestra empatia.

carla

Anónimo dijo...

Atento a los comentarios, la verdad recíen hoy pude leer el link con el texto de Casciari..me dió un poquito de asco..
Más allá del asco...me parece que el tema del grito o su ausencia es bastante importante, no sé si quita el remordimiento, pero evidentemente el grito expresa sufrimiento, quizás un animal que no grita, podría parecer que no sufre...aunque obviamente todos sabemos que eso no es así...por eso la gente se horroriza con ciertas muertes y con otras no,
Yo soy la típica que se agarra a las puteadas con los paseadores de perros cuando ve algún maltrato para con los animalitos...pero también soy la primera en comerse un buen asado...o pisotear un insecto con todas mis ganas...
En fín...no sé cuantos podemos hablar de ecología sin culpa...
No puedo no pensar en los distintos abusos y crimenes a nenes y nenas chiquitos..o a bebés, que uno no puede entender, será que la ausencia del grito en la mente del asesino oficia de aceptación, de acatamiento...el que calla otorga? Imposible saber que pasa por esas cabezas...
La empatía termina donde comienzan a jugar los intereses y deseos personales, como dijo alguien mas arriba...todo bien con la vaquita, pero donde hay que anotarse para el asado?

Carmen Ledesma dijo...

Hola, ¿cómo están?, yo pienso que alimentarse de animales vivos que griten, chillen o no, ya sea una vaca, un cerdo, una comadreja, un conejo, un perro o un gato no se puede juzgar, ya que tal acto, depende del contexto cultural. Por ejemplo en Argentina es normal que se coman vacas y en la India está prohibido comerlas debido a que va en contra de su cultura.
También considero que las personas que consumen carne no siente culpa alguna de comerla ya que las mismas no matan al animal o aquellas que lo matan y luego lo comen no tienen ningún vínculo afectivo con el mismo. Recuerdo que una vez en Córdoba, en un restaurante de variedad de alimentos, se podía elegir el cordero que se deseaba comer y los mismos también se podían visualizar a través de los vidrios del restaurante, mientras la gente comía. En ese mismo lugar oí decir a un padre a sus hijos: “Miren que lindos corderitos”, mientras que él, su mujer y sus hijos, estaban comiendo cordero. Este comentario que hizo, el padre, lo hizo sin ninguna culpa y remordimiento de estar comiéndose el animal ya que su acto esta aceptado por el contexto cultural y por el mismo. Creo que ese comentario lo debo recordar yo sola, porque me pareció anecdótica la situación.
Por otro lado considero que cuando se pasa por hambre, como los habitantes de África, las personas comen lo que encuentran por una cuestión de supervivencia, como suelen contar muchos ex combatientes de Malvinas que se peleaban por comer una rata y recuerdo haber escuchado a uno que encontró una gallina y la corrió hasta matarla. También otro ejemplo es el caso de los sobrevivientes de la caída del avión en la Cordillera de los Andes, los mismos por cuestión de sobrevivencia comieron carne humana, de los compañeros que iban muriendo. Dejaron a un lado la culpa y pensaron en la supervivencia y nadie puede juzgar tal acto.
Lo que si considero que está mal es la agresión a los animales y matar por matar y no por una cuestión alimenticia, como se comenta en el texto que la nena tiro el gato contra la pared y lo mató. Pero esa es mi opinión y supongo que los que cometen esos actos tendrán alguna justificación y creerán tener la razón. Como lo que sucede con las personas que matan por una billetera, cartera y demás. En este país hay mucha pobreza y poco nivel cultural, chicos que viven en la calle y se crían en un mal ambiente, en donde para ellos es normal matar, porque eso fue lo que aprendieron y viven a diario.
También con lo que no estoy de acuerdo es con determinadas actitudes que tiene la humanidad, como por ejemplo, cuando se le otorgó un importante premio a un fotógrafo llamado Kevin Carter, por fotografiar a una niña desnutrida y moribunda y un buitre esperando a que se muera para comerla, el fotógrafo no la ayudo y la dejo allí. Lo más aberrante es que a nadie le importo que un animal se alimentara de una niña indefensa y que a su vez muchos niños mueran de hambre y tal vez en equivalente situación, sino tan solo les importo la captación de la imagen, a lo cual lo relacionan con arte. La humanidad es irónica y contradictoria por un lado se quejan si se comen a un perro y por otro lado le dan un premio a una persona que abandono a una niña sin ningún tipo de piedad. Pero repito esta es mi opinión. Por tal motivo concluyo que este caso, que se público en la página es muy abierto y las opiniones y pensamientos van a variar según el ámbito, vivencia y creencia que tenga la persona que lo lea o se lo comenten.


Saludos, Carmen, Ledesma.

Anónimo dijo...

hola gente, como están? luego de leer el posteo de Germán y los veintitantos comentarios de mis compañeros, asumo el estar de acuerdo con la mayoría. Por un lado, la falta de remordimiento ante la matanza de ciertos animales remite a un patrón estrictamente cultural. Yo no podría matar a mi gata Greta, pues la alimento, le lleno el tarrito de agua, le cambio las piedritas y duerme conmigo en mi cama. Supongo que no requiere de mayor explicación, la tipa es una más en mi casa. Me encargué de "humanizarla", como lo hacen la mayoría de las personas que conozco con sus animalitos domésticos.
Asimismo, me siento obligada a realizar un comentario un tanto boludo pero no por ello poco pertinente...previamente a la lectura del blog, colgada leyendo sobre la cultura zen, el ombú, la piedrita que choca con la punta de mi zapato y el buda, se hicieron las 00.00 hs y procedí a saludar a un gran amigo por el msn. Motivo: su cumpleaños. Éste me comunicó que el sábado será el gran festejo: el mismo se caracterizará principalmente por la degustación de un tierno cordero y bebidas varias. Al instante me mandó el mail con la invitación. Me anticipó que me iba a causar "impresión" y temía que nadie quisiera comer en su cumpleaños después de levantar el mail en cuestión. Se trataba de un video que mostraba la matanza un chanchito que no paraba de gritar como un niño y perdía mucha sangre...mucha sangre, en demasía. ah, y claro, el texto que hacía referencia a la invitación y al cordero. En principio pensé, este es un enfermito importante...linda idea tuvo...
Admito que la sensación de asquito tardo en irse, pero finalmente emigró.
De hecho, no veo la hora en que termine la semana, juntarme con mis amigos y embuchar el cordero...justamente por lo que comentaba Germán, pues me hago responsable de lo que voy a ver en ese momento, el cordero ya asado y bien muerto. Suena fuerte, pero es la realidad.
Saludos!!! Giselle

Hombre polietileno dijo...

Hablando de Dios... http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1043777&pid=4967369&toi=6270

Anónimo dijo...

Coincido con la mayoría, es una cuestión cultural... además, como planteó Nicolas (el del fondo) que no estamos acostumbrados, pero en caso de estar en el extremo de morir de hambre el instinto de supervivencia nos lleva a mucho mas que matar un animal (ejemplo obvio: viven)
matar por comer es una cosa y matar por la piel, los colmillos, placer.. es otra.

manulandia dijo...

No vi nada... sólo leí algunos comentarios y me quedó una pregunta que ví por ahí:
¿dónde está Dios en estos casos?
los que creen en él ya saben donde está... los que no, en ningún lado... Y a otro tema.

Pero... más que preguntarse en dónde está Dios, habría que preguntarse en dónde está el hombre. Digo... Dios no es boludo, calculo que a nadie le ha de divertir estar arreglando todo el tiempo las cagadas ajenas...
A hacerse cargo, esto es lo que hay...

Anónimo dijo...

casciari me sorprendio mucho. Al margen: impresionante como describe con cada palabra la escena de la comadreja y las crias. tal cual guion cinematografico. Pero mas alla de eso me causó muchisima repulsión.
Después me quede chusmeando y viendo su posteo anterior: una novela pura, "el sms esperado".
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destaco "somos responsables de lo que vemos y escuchamos" y agregaría "de lo que comemos"...

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sobre ZEN: rescato la oposición a un arte donde prevalece el EGO, el "yo hice esto", por un arte que lleve a la COMUNION.
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esepro inspirarme mas para el prox comentario

Germán A. Serain dijo...

Se imponen algunos comentarios puntuales. El primero de ellos es que creo que esta entrada ha dado como resultado un debate más que interesante.

De abajo para arriba, algunas cosas:

Karol, vas a tener que aclarar, porque hay dos Carolinas en el curso. Casciari tiene textos muy interesantes. Otros no tanto. Pero vale la pena rastrear un poco por allí. Siempre digo que no hace falta ser un teórico para decir cosas que vale la pena escuchar. En cuanto a la responsabilidad... no concuerdo demasiado. En el sentido de que la responsabilidad nace en la toma de conciencia. Y la irresponsabilidad en la negación de una realidad, por los motivos y medios que sean.

Manulandia, cualquier miércoles que falte Savransky, date una vuelta por el aula. (Y vos también Mel, si llegás a leer esto.) (¿"Dios no es boludo"? Qué rara que me suena esta frase...)

Justina (y tantos otros): De lo que se trata acá es de que comemos carne sin remordimiento porque no matamos nosotros al animal. Y si matamos, nos remuerde menos la conciencia la muerte del animal que, por su ausencia de gritos, no nos comunica que le estamos haciendo daño. Excepción hecha, claro está y por razones obvias, de un sádico, que disfruta precisamente con esas manifestaciones de dolor. Y atención, que en el límite de la cadena alimenticia se encuentra escondida la antropofagia.

S y H (por favor: ¿por qué la H, Sole?): Una cosa es el discurso sobre la creencia, otra la creencia, otra que exista aquello en lo que creemos, otra cómo opera la creencia, más allá de que eso en lo cual creemos exista o no, otra cómo opera el discurso relativo a la creencia más allá de que creamos o no... (lo de los chinos... interesante. ¿Creerías en un Dios Chino, por ejemplo?)

Giselle: Enfermo importante, tu amigo. Pero al menos enfrenta la realidad de las cosas sin hipocresía, ¿no?

Carmen, Meli, Carla... Como decía antes, la cuestión no es lo que comemos, sino el reconocimiento de lo que comemos. El antropófago, ¿por qué razón come lo que come? La comida es símbolo, también. Pero vuelvo sobre el video de Gaspar Noé (ver más arriba)... ¿Por qué nos escandaliza?

Lucas, después de todo, ¿qué es lo que debería poner al hombre por encima de otras especies en lo relativo a nuestra preocupación, excepción hecha de la empatía? Digo: No creo que una ballena o una foca reciba más atención que un humano, no creo que esa sea la cuestión aquí. El punto es la toma de conciencia en cualquiera de los dos casos. O la ausencia de esa conciencia.

Majo y Leti, tal vez nada tengan que ver los dioses (o la idea que tenemos de los dioses) en todo esto. Sí la razón, claro. Pero enfatizo: la razón opera sobre aquellas cosas que nos resultan reconocibles. Y en este caso lo que no vemos no afecta nuestra conciencia. Somos ciegos y sordos a ciertas realidades. Y a veces nos complacemos en esa ceguera, en esa sordera. Es como dice la Licenciada Cecilia... "Ojos que no ven, corazón que no siente".

Gracias a todos por participar.

Germán A. Serain dijo...

Otrosidigo (así se consigna en los escritos judiciales...): En mi caso, comencé a sospechar de las virtudes de la alimentación carnívora a través de un personaje de Ernesto Sábato que me hizo notar que una milanesa, un bife, una salchicha, todo eso no es más que sustancias cadavéricas en proceso más o menos avanzado de descomposición. Un asco. La solución, claro está, es no pensar demasiado en ello. Me cuesta imaginar que mi abuelo trabajaba en un frigorífico. De nuevo: mejor no hablar de ciertas cosas, como cantaba Luca. Mejor no pensar en ciertas cosas, no ver ciertas otras. Me recuerda la gente esa que gusta de las películas pasatistas, los programas de TV vacíos y la literatura ligera para refugiarse de la realidad. También me recuerda otras cosas, que no viene al caso citar aquí pero.

Fede Fernandez dijo...

Compas y profe: Sigo insistiendo en que son una delicia (no alimentaria) los textos de Hernán Casciari. (El de la falta de bidet en España es monumental, digno de aplauso, medalla y beso). En la cuestion que nos compete, creo que vivi en algun momento una situacion parecida, y queria compartirla: Hace unos años, ingresando a la tierna adolescencia, mi padre no encuentra mejor hobbie para pasar sus tardes primaverales que la de ponerse a criar conejos. Yo con mis tiernos 12 o 13 años vivi ese gesto tierno, con esos animales tan hermosos, que no le hacen daño a nada (solo a la lechuha?), como los compañeros ideales de mis perros. Los conejos se fueron multiplicando (es conocida la frase "hace el amor" -por no decir groserias- como un conejo), hasta llegar a la cantidad aproximada de 300. Los tenia en jaulas, encerrados, les daba agua y de comer. Muchas veces me incentivo para ello, al ocual yo acudia felizmente. Un dia comence a sospechar sobre tal cantidad (tantas mascotas tenemos¡¡) hasta que un dia vi al marroncito que tanto queria en la cacerola, a fuego lento; y a mi madre hechandole una botella de vino blanco para tiernizarlo. Quede shokeado, algo dolorido. El verdadero problema fue cuando mi padre me manifesto su interes para que yo matara a uno de estos pobres animales. Con mi negativa convincente, procuro matarlo el mismo enfrente mío. No se si fue un acto cruel, o si el fin fue que viera eso con algun objetivo (me acuerdo cuando Homero lleva a Bart a matar un venado para hacerse hombre, por que dudaba de la sexualidad de su hijo); solo se que creo que a partir de ese momento algo cambio y la vida no fue la misma para mi.

Lorena dijo...

No pude leer muchos comentarios ya que son muchisimos y otras materias me esperan, pero estoy doblemente impactada jaja antes por los videos del experimento y ahora por el relato Casciari, (lo del mapa ya lo vi pero es otra cosa) un poco desagradable el texto, bastante diría.
Y así somos, nos da mas compasión aquellos animales que emiten sonidos de dolor porque llegan a través de nuestros sentidos a la conciencia lo mismo que si escuchamos a una persona sufriendo, impacta sobre nosotros de distinta forma que si no lo escucharamos o vieramos. Como leí por ahí también, nos quita responsablidad, un peso de encima "sentir" (en cuanto sentidos todos) que no sufre aunque realmente no lo sepamos.
Lo mismo con el tema de la comida, nos horrorizamos ante matanzas de animales y después muy tranquilamnete nos sentamos a comer un pedazo de carne.
Que especie tan particular que somos...