jueves, septiembre 11, 2008

11 de septiembre, Día del Maestro... Me acordé de un texto que escribí hace un par de años atrás. Lo traigo a colación no porque tenga que ver con cosas de la materia (todo tiene que ver), sino como un homenaje a mis buenos maestros.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Al fin y al cabo, siempre hay que mirar. Mirar bien, mirar a los dos lados. Mirar siempre que se puede, refrescar la mirada, porque al cabo de un rato lo que habíamos visto ya no es lo mismo.
Fijensé si no es así que segundos después de haber escrito nuestras observaciones de nuestro compañero, ya veíamos otras cosas que no habíamos escrito o nos arrepentíamos de lo atestiguado en el papel, porque ahora veíamos un poco más allá.

Ahora miro el atentado de las torres gemelas y lo veo todo diferente a aquel 11/09/2001. Incluso diferente hoy a lo que argumenta Germán en su comentario. Ya no creo en la culpabilidad de Bin Laden, por ejemplo.
Tampoco miro igual al día del maestro, al Sarmiento al que se conmemora, o mejor dicho su muerte. En algun momento miraba con expectativas al día del maestro, porque no había clases o porque tocaba comprar los regalos para los maestros en la cooperadora en que participaban mis viejos. Cuando conocí el lado oscuro de Sarmiento pensé que el día del maestro en conmemoración a él era una mentira. Después con los años pensé "bueno, por lo menos se festeja el día que se murió". Hoy miro a Sarmiento como un mal necesario en nuestra historia, sin rechazo y sin idolatría.
Siempre hay que mirar...
Maestros, maestros tuve siempre en mi vida y algunos tengo áun. Me enseñaron consciente e inconscientemente a ser y hacer cosas buenas y malas. Aprendí de sus experiencias y también de sus errores. Ojalá -es mi deseo de trascendencia- alguien algun día recuerde haber aprendido algo de mí, no espero que me consideren "maestra", pero espero que en mi vida haya algo digno de ser aprendido y aprehendido también.


Mis maestros "sin título":
mi mamá, mi viejo, mi hermana, mis abuelos Sara y Cholo, mi tío Miguel (92), Ariel Bruno, Juan, Connie, Pablo Tissera, Pinky... (y muchos más).

Anónimo dijo...

Germán...
Siempre la figura del maestro, del concepto que (creo) cnocordamos es el de maestro, para mi siempre fue muy importante. Siempre fui de pensar en si tal o cual era o yo lo consideraba buen maestro. Y son tan pocos Germán, que me da mucha pena pero a la vez me hace valorarlos más.
Tengo la particularidad de que me encargo de hacerles saber a todos cuán feliz me han hecho con sus cursadas, con sus clases (hablo más que nada aca en la facu). Me hace feliz conocer maestros, en distintos ordenes de la vida, pero maestros al fin.
Y de la facu me llevo pocos pero se merecerán ser mencionados el dia glorioso en que reciba mi diploma. Querré decir que agradezco haberlos conocido.
Justo hablás del 11 de septiembre, ese dia del maestro fue super especial para mi, me mandé un error un poco avergonzante (del que no me acordé para poner en los momentos vergonzosos tal vez porque lo recuerdo como terrible) y lo recordaré toda mi vida.
Pero comparto lo que decis en el articulo, es así.

Anónimo dijo...

cuando pienso en el día del maestro se me mezcla un poco Sarmiento con alguna "señorita" de la que no tengo los mejores recuerdos... aunque pensandolo mejor supongo que entonces un verdadero maestro tiene mas que ver con ese que llega a tu vida y te cambia, como dicen q el 9-11 cambio el mundo (aunque yo no este tan segura)
Supongo entonces también que puedo decirte feliz día! (y que nadie me diga nada porque soy ex alumna!, ya me atajo por las dudas jaja)...
aunque nunca me subieron la nota al sistema asi que ya veo que tanta nostalgia y pronto nos tenes a todos de vuelta jaja
saludos!

Anónimo dijo...

Bueno, cuando hice mi comentario en la otra entrada ne quedé pensando en un texto que leí. Aunque ya haya pasado 1 día del 11 de septiembre y algunos pocos nos hayamos acordado de los otros "11 de septiembre", les mando un fragmento del texto "La Naúsea" de Eduardo Galeano (bien existencialista el tipo)

(...) "El año pasado, Ana Luisa Valdés estuvo en Yenín, uno de los campos de refugiados palestinos bombardeados por Israel. Ella vio un inmenso agujero, lleno de muertos bajo los escombros. El agujero de Yenín tenía el mismo tamaño que el de las Torres Gemelas de Nueva York. Pero, ¿cuántos lo veían, además de los sobrevivientes que revolvían los escombros buscando a los suyos?

Las tragedias conmueven al mundo en proporción directa a la publicidad que tienen.

Hay periodistas honestos, que cuentan la guerra de Irak tal como la ven. Algunos, lo han pagado con la vida. Pero hay periodistas disfrazados de soldados, que más bien parecen soldados disfrazados de periodistas, que ofrecen versiones adaptadas al paladar de las grandes cadenas de la desinformación globalizada.

¿Matanzas en los mercados llenos de gente? Fueron bombas iraquíes. ¿Civiles muertos? Escudos humanos que usa el dictador. ¿Ciudades sitiadas, sin agua ni comida? La invasión es una misión humanitaria. ¿Resistieron algunas ciudades mucho más de lo previsto? En la tele, se han rendido todos los días.

Los invasores son héroes. Los invadidos que les hacen frente son instrumentos de la tiranía: los acusan de defenderse.

La mayoría de los estadounidenses está convencida de que Saddam Hussein derribó las torres de Nueva York. También cree, esa mayoría, que su presidente hace lo que hace por el bien de la humanidad y por inspiración divina. Los medios masivos venden certezas, y las certezas no necesitan pruebas. Pero el mundo está harto de que una vez más lo obliguen a tragarse, cada día, los sapos de ese menú.

El país dedicado a bombardear a los demás países, que desde hace añares viene infligiendo al planeta una incontable cantidad de once de setiembres, ha proclamado la tercera guerra mundial infinita.

El presidente, que no fue a Vietnam gracias a papá y que sólo conoce las guerras de Hollywood, manda matar y manda morir.

No en nuestro nombre, claman los familiares de las víctimas de las torres.

No en nuestro nombre, clama la humanidad.

No en mi nombre, clama Dios".

Juls dijo...

Para mi un maestro es alguien que guía, en ese sentido comparto el criterio que expresas en tu articulo, en relacion al buen maestro.
Ejemplos claros de buenos maestros tengo varios pero voy a destacar dos personas especiales, que a mi me supieron tocar y enseñar cosas buenas, una de ella es mi abuela que con 87 años, me sigue hablando de cuando ella ejercia la docencia con tanta responsabilidad y la otra mi tia, que a pesar de ser muy exigente lograba un ida y vuelta fascinante con sus alumnos.
Bueno asi que a todos ellos FELIZ DIA!!