domingo, septiembre 14, 2008

El otro, esa construcción imaginaria...

A veces nos enamoramos. Otras veces no. Pero siempre que detenemos nuestra mirada sobre una persona, inevitablemente terminamos por armar en nuestra mente (y a veces también en nuestros corazones, esos son los supuestos más temibles) un diseño, una imagen, una proyección imaginaria relativa a ese otro. Y por supuesto, nosotros mismos nos relacionamos con ese otro no en función a lo que él sea realmente, sino a lo que nosotros -cierto o falso- concebimos respecto de él.

Así es como tienen lugar los grandes desengaños, pero también las más grandes historias de amor. Los padres proyectan en sus hijos lo que ellos mismos no pudieron ser, los hijos ven en sus padres lo que ellos quieren, para así justificar mejor su propio tiempo pasado, presente y futuro, los amantes... ah, los amantes.

Toco tu boca, con un dedo todo el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Te cuento que si querés escucharlo de boca del propio Julio Cortázar, podés hacerlo desde aquí.

Pero esto sucede siempre. El docente y su discípulo, el vecino con su vecino, el panadero y aquel que va a comprar un cuarto kilo de milonguitas, etcétera, etcétera, etcétera. El que toma la facultad y el que quiere que la facultad no esté tomada. El conquistador y el conquistado. Siempre es igual. Todos somos para el otro nada más que una representación imaginaria. Para bien o para mal.

Nada más... pero también nada menos. El magma de la significación de Castoriadis aplicado directamente a la relación con el otro, con las apariencias del otro, puesto bajo la perspectiva de mi mirada. Lástima que el otro haga lo mismo conmigo. Sólo tengo dos maneras de defenderme: la seducción o la coacción. También está la negación, la indiferencia. Es eso que decíamos en otro momento, la ausencia del grito le quita al acto de matar todo remordimiento, se puede vaciar el sentido de lo que es el otro, negándolo.

Con la llegada de Internet, todas estas cuestiones parecen revelarse de una manera más clara. Es más fácil disfrazarse. Es más fácil ser engañado. Es más fácil no tener que hacerse cargo del otro, que puede anularse mediante una simple operación de hacer click sobre un determinado botón. También es más fácil confundirse. Por ejemplo...

Los gemelos Andreizek eran dos polacos gordos, de cuarenta y cuatro años, que estaban peleados desde hacía una década. Uno de los hermanos vivía en Varsov, el otro en Wroclaw. Los dos solteros, los dos solitarios y obesos. El destino quiso que se encontraran en el chat de Terra Polska con identidades falsas. Uno de los gordos se hacía pasar por una jovencita virgen. El otro fingía ser una lesbiana morena y tímida. Con el tiempo y la charla nocturna, ambos se enamoraron del personaje del otro, creyéndolo real. Se enviaban mensajes de móvil, se pajeaban pensando en las muchachas, se mandaban regalitos. Un día decidieron verse en un hotel. Cada uno tenía planeado decirle a su pareja la verdad. Cada uno tenía la esperanza de que la otra lo aceptase. Y lo más sorprendente: ambos habían decidido invitar al hermano a la boda, si la historia de amor funcionaba.

Pero esto que cuenta Hernán Casciari sucedía ya antes de Internet. Sólo que el rostro, la mirada del otro, nos revelaban. ¿Habrá alguna diferencia entre el contacto mediático y el contacto directo entre las personas? De esto, entre otras cosas, quiero que hablemos en nuestro próximo encuentro. Por hoy, apago la computadora.

14 comentarios:

Gente Reversible dijo...

El tema del contacto mediatizado es interesante. Yo creo que cierto avance de los medios de comunicación interpersonales (si es que se los puede llamar así) van cada vez restando más elementos a la comunicación a la vez que expanden otros; la van defigurando pero siempre, en mi opinión, con más saldos negativos que positivos. Por ejemplo: el teléfono permitió una comunicación a grandes distancias, sacrificando toda la gestualidad y los usos del cuerpo. El teléfono celular le añade otro elemento tan de esta época: la deslocalización. Esto puede parecer una boludez, pero yo lo creo significante para lo que son las expectativas y los sentidos compartidos de todo intercambio comunicacional; ya no sabemos dónde está la persona a la que le hablamos. Antes sabíamos que era en su casa o en algún otro lugar fijo. Con el celular se pierde eso, todo es un no lugar, y a ello se le suman los mensajes de texto. Se incrementan mucho las posibilidades de contacto.
La publicidad y el discurso tecnológico nos hablan siempre de cómo mejoran las comunicaciones en la sociedad. Yo creo que esto es falso, y que reposa en un mero posibilismo. Lo único que se expande es el contacto, que como sabemos, es sólo uno de los seis factores de la comunicación según el esquema tradicional de Jakobson.
Con el msn, el fotolog, el facebook y otros tantos dispositivos esto se vuelve cada vez más visible. Tener cientos de amigos para sostener conversaciones intermitentes, fragmentadas y superficiales con algunos pocos. La función fática se come a todas las demás.
El chat suprime también las variaciones tonales del habla e intenta de forma patética recuperar esa gestualidad perdida con símbolos prefijados que de ninguna forma reproducen la potencia de la expresión corporal.
Creo, para no extenderme más, que el avance de la mediatización en las comunicaciones interpersonales está borrando a las personas de la comunicación, que se convierte en un proceso automatizado de puro contacto. Lo que importa es estar conectados, y aprovechar todas las posibilidades del entorno digital para construir una mejor imagen de nosotros mismos. Nuevos nombres, fotos engañosas, frases inteligentes de canciones y de libros que creemos que nos representan. Internet nos desfasa de nosotros mismos, y en ese desfasaje nos perdemos de los demas.
Viva la comunicación face to face.

Anónimo dijo...

Primero antes que nada me encanta ese fragmento de Julio Cortazar y esta muy bueno el cuento de Castoriadis, que en realidad relata una vivencia que podría bien haberse relatado en la situacion más vergonzosa de tu vida, llevada obviamente a un extremo en el cuento de Castoriadis. Pero quien no mantuvo una conversacion virtual con otra persona totalmente desconocida a la cual podrías conocer o no, podrías contarle toda la verdad de tu vida y tus mas intimos secretos como crear un personaje ficticio o crear esa persona que desearias ser en realidad.
Creo igual que el compañero, que la comunicacion actual esta haciendo que perdamos la esencia de la comunicacion cara a cara que perdamos la verdad y de entregarnos tal cual somos, con los defectos que todos tenemos y con nuestras virtudes personales y unicas.
Aun asi vivimos criticando la comunicacion actual, pero como la usamos! como nos apropiamos de ella, tanto para cuestiones que consideramos "malas" como "buenas" (por ejemplo este blog). El tema es que me pregunto, si constantemente estamos avanzando y cada dia traen tecnologías nuevas, cual va a ser el ultimo casillero? existira alguno? se borraran por siempre los contactos frente a frente donde uno pueda ver la mirada del otro, pueda tocarlo, pueda sentirlo? tocar el borde de una boca? e imaginarse como es el otro, proyectarlo, crear un diseño, enamorarse pero por lo menos con todos sus sentidos puestos en la otra persona...

Gente Reversible dijo...

Ehmmm..... el cuento no es de Cornelius Castoriadis.

Germán A. Serain dijo...

No, no, claro que no, aclaremos los tantos: Cornelius Castoriadis es quien habla de la significación como un magma; el cuentito en cuestión ha sido escrito por Hernán Casciari.

Anónimo dijo...

Jamas el contacto mediatico va a equiparar la enriquesedora situacion del contacto cara a cara.
Gran paradoja de la nueva mediatización:estamos mega super conectados, pero mas distantes que nunca.
Relaciones superficiales con gente desconocida,emoticones que "representan" sentimientos,fotos photoshopeadas para que nos miren..!!que mundo frívolo! ¿En que lugar quedan los abrazos, los besos apasionados,la cerveza compartida,las miradas complices y las situaciones ridículas con amigos(como ya vimos que hay muchas..)que simplemente hay que VIVIR.
Sin duda, no se puede ni comparar, pero la tecnología te pisa la cabeza y te obliga a ser parte del sistema. Lo afirma una persona medio retro,que considera que definitivamente nacio en el siglo equivocado,y que hace un mes tiene banda chancha en casa porque no podía seguir laburando mas sin la dichosa internet.

Anónimo dijo...

Que tema controvertido.
Seguro hay diferencias entre el contacto mediático y el directo.
Pienso que las cosas que pueden considerarse negativas en el mediático son las mismas que pueden verse positivas también.
Para mí es fundamental al hablar con alguien mirar a los ojos, pero también al mirar muchas veces uno no se atreve a decir ciertas cosas, que sin embargo en el contacto mediático, se caen de la boca o en el caso del chat de los dedos, al teclado.
Las cosas que uno dice personalmente o por teléfono no tienen marcha atrás, pero en el msg de texto, el mail, el chat...uno siempre está a tiempo de corregir…salvo que se nos vaya un enter de mas, mandemos msg sin pensar, mails sin terminar en fín...
a veces puede ayudar o terminar en la catástrofe absoluta, según lo que esté en juego.
En el contacto mediático todo lo terrible se soluciona con un jaja, con una carita sonriente, una carita ruborizada, una rosa, un corazón etc...cosa que en el contacto directo no tenemos. Podemos decir cualquier cosa, sin que eso signifique la verdad…total quien sabe?
Mi experiencia en el caso me dice que igualmente uno puede sacar alguna conclusión acerca de la veracidad de lo que dice quien tenemos del otro lado de la pantalla, o de la pantallita, y puede llegar a conocer algo, poco o mucho de ese otro. Me dirán que eso puede ser totalmente falso, sí, es cierto…pero hay que confiar en la intuición, en el instinto, en eso que al leer lo que ese otro te escribe te hace pensar: esto es así, esto es cierto, o si estamos hablando de una relación mediática mas o menos larga, vamos conociendo a ese otro, y hasta podemos llegar a quererlo mucho.
Obviamente hablo por mi experiencia, y puedo estar equivocada, esperemos que no ya que no me gustaría de repente enterarme que si me hice amigos por Internet, en realidad son perros como el del dibujito.


PD: No me van a decir que después de tanto participar en el blog no se sacaron la ficha todos ya????...
A nosotros nos pasó... ;)

Anónimo dijo...

En lo personal creo que hay una gran diferencia entre el contacto mediático y el directo. Ya todos lo sospechamos e incluso hay quienes han ahondado en el tema... teóricamente.
Pero creo que el contacto directo no necesariamente es "más confiable". A veces uno se atreve a decir o mostrar mucho más de uno, con más honestidad, más sinceramente en el contacto mediatizado que en el directo... y otras veces uno miente mucho más o "se disfraza" mucho más en el contacto directo para protegerse...
No sé cuán correcto es traer esto a colación, pero a pesar de que no sufro de gordura (u obesidad) a nivel clínico, para las mujeres este suele ser un tema... y hablando de eso con mi psicologa, me comentó algo que en este contexto me hace pensar mucho en esto de los contactos... ella me dijo que a veces el comer -desmedidamente, engordar- puede ser una forma no sólo de "llenar" un vacío sino también una forma de protegerse del otro...
Segun lo interpreto yo... a veces puede ser un protegerse no sólo de ser lastimado, sino también de ser visto, o bien de ser objeto de la mirada del otro... ya sé que no descubrí el agujero del mate, pero pensando en eso se me ocurre que a veces el «contacto directo» puede ser consciente o inconscientemente afectado... y por eso mismo volverse más «indirecto» aún que el mediatizado, aunque siempre siempre haya un mensaje sobre lo que uno es (tanto si nos "disfrazamos" o nos escondemos).

Saludos!!

Carmen Ledesma dijo...

Hay muchas diferencias entre el contacto mediatizado y directo entre las personas. En el contacto mediatizado, se pierde ver el rostro de la otra persona, los gestos, las miradas y escuchar el sonido de la voz. Considero que es muy distante y muchas veces, lleva a los malos entendidos y enojos. Puede servir para chatear o mandar un mensaje de texto, a un amigo o familiar, que este de viaje o se fue a vivir a otro país o Provincia o para entretenerse un rato, con alguien que te ves cotidianamente. Pero muchas personas se esconden detrás de una pantalla, celular, para decir cosas que no se animan a decir personalmente o porque les cuesta enfrentar a la otra persona. También considero que el Fotolog, Facebook, y demás sirven para que muchas personas que tal vez nunca te habla o ni te llama para saber cómo estas, se haga la amiga o amigo, para demostrar que tiene un montón de gente amiga. Hay algunas que tienen más de 200 contactos y dicen que son los amigos. 200?? Jaja. O ponen fotos rodeados de gente que tal vez ni la conocen y se las cruzaron en un boliche. Simplemente para aparentar. Igualmente yo utilizo el contacto mediatizado, a veces no te queda otra, porque tengo familiares en la Plata, San Luis, etc. O para boludear n con gente que veo siempre, pero la verdad no es lo mismo que cuando nos vemos cara a cara y conversamos personalmente; debido a que en el contacto mediatizado y no me vengan con la camarita, porque también se está detrás de una pantalla, se pierde lo más importante de las personas “las miradas” y sobre todo “el rostro” y lo que más me gusta a mi es escuchar el tono de voz. Ojala si todo fuera como antes y nos basáramos principalmente en el contacto cara a cara y utilizáramos solo el mediatizado para casos especiales. Saludos, Carmen, Ledesma

Anónimo dijo...

Y también está el tema de como el despliegue de estas técnologias dejan su efecto en las comunicaciónes de cuerpo presente, trasformandolas.
La comunicación cara a cara no deja de existir (al menos por ahora). Pero el críterio donde la "información" pasa a ocupar el espectro total de la comunicación, deja su marca también en la comunicación no mediada.

Anónimo dijo...

Me parece que el contacto mediático hace que se pierdan muchas cosas, más allá de los gestos, expresiones y el lenguaje no verbal que se puede apreciar en el contacto directo. Al escribir un msj de texto o usar el msn, por ej, pensamos mil veces qué poner (en especial si estamos hablando con "esa" persona), borramos, volvemos a escribir...y otras veces no nos alcanzan las palabras para sintetizar toda una idea o un sentimiento, y es en esos momentos cuando vuelvo a pensar que no hay nada como el contacto cara a cara. Ojo, también reconozco que en ocasiones agradezco no tener que estar ahí para decir las cosas, pero también pienso que eso forma parte de la cobardía que puede tener cada uno...y acá volvemos al tema de la mirada y lo que puede pensar el otro de nosotros

Saludos!
Carolina

Anónimo dijo...

Creo que el contacto que permite la tecnología es fugaz y va de la mano con los tiempos en que vivimos, donde todo lo queremos ya, rápido, lo mas fácil y corto posible asi pasamos a otra cosa. Gracias a internet tengo trabajo asi que mi crítica al sistema es a medias.
Quién no se puso contento con un msj de texto de algun "filito" que no se animó a llamar por teléfono? o le pasaron resumenes/trabajos prácticos/etc por mail?
Despersonaliza y hay un no lugar como dijo nicolás, totalmente de acuerdo, pero a lo que voy es que ya estamos con la corriente y, honestamente, no se cómo se puede dar un paso atrás (o al costado!)

Gente Reversible dijo...

Esto me recuerda a Apocalipticos versus Integrados. No se trata de negar las nuevas posibilidades que nos acercan las tecnicas modernas para la comunicación, ni de volver a un pasado remoto de puro intercambio epistolar y de interacción cara a cara.
Se trata de generar mejores climas para un mejor uso de los nuevos dispositivos que no opaque otras formas de comunicación y de intercambio. Toda esta corriente de comunicación rápida, fragmentada y esencialmente fática se corresponde con los tiempos de una sociedad cada vez más apresurada y más despersonalizada. Es necesario, creo yo, que se implementen políticas culturales y comunicacionales que puedan resguardarnos de estas tendencias, y darnos el distanciamiento crítico necesario para encararlas.
A cuento de eso es que creo esencial refortalecer los espacios públicos y las instituciones en las que es posible la construcción identitaria grupal y la generación de un sentido de pertenencia, al margen de la actividad privada y de mercado que tanto ha avanzado en estos pagos, privatizaciones de por medio.
Sin embargo creo que mi aporte ya abandonó los objetivos de la consigna, que deben estar más orientados a esto de la constucción imaginaria del otro.

Anónimo dijo...

De acuerdo. Pero a nadie se le ocurrió qué es lo que hacemos acá? Acaso no es mucho más efectiva esta comunicación «mediatizada» que la que podemos tener cara a cara en la clase...
Yo no creo que todo sea tan blanco o tan negro... como siempre también entra en juego la subjetividad de lo usos...

Anónimo dijo...

comparto!
lo que decía en "Palabras Fugaces" era que tenía miedo de que todo accionar se reduzca a un botón, que se digitalice absolutamente todo! ya bastante digitalizado está todo, verdad? digo... para mi la tecnología no es mala, solamente depende del uso que se le de. y sobre este tema tenemos muchos libros y debates. preguntenle a mastrini sino, o a diego de charras... es complicado el asunto. pero creo que todo es cuestion de costumbre y nos estamos acostumbrando a esta tecnologia que nos acecha