Hacía largo rato que no iba un recital. Es que las muchedumbres me ponen cada vez más nervioso. La proximidad con los cuerpos y sudores ajenos. Y también los volúmenes altos y los aires viciados. Así y todo fui. Y si me pongo a escribir estas líneas es porque todavía tengo en mi cabeza la voz de Pedro Aznar cantando, o mejor debiera decir gritando, hasta casi desgañitarse, esa frase tremenda.
LA CARNE MAS BARATA DEL MERCADO ES LA CARNE NEGRA...
que va gratuitamente a la cárcel y adentro de las bolsas de plástico, y va directo al sub-empleo y acaba en hospitales psiquiátricos. La carne más barata del mercado es la carne negra... que hizo y hace historia sosteniendo este país con la fuerza de sus brazos. El ganado aquí no se siente sublevado, porque el revólver ya está engatillado y el vengador es lento pero muy bien intencionado y este país va poniendo a todo el mundo negro.
A todo el mundo negro. Sí. Claro. A mí. Y a vos también. A todos.
La carne más barata del mercado es la carne negra. Y no se trata ni siquiera de una cuestión de razas. Vos, yo, también somos en cierta medida negros. Carne de negros. Carne de cañón. Carne picada. Carne barata. Y me pregunto quién habrá sido y quién será el que le puso y el que le pone precio a la carne. El que nos pone un precio.
Acaso el texto de Michel Henry también tenga que ver con estas cosas. Pero podés estar seguro que tiene que ver con la fenomenología y la cuestión de la alteridad. Porque te cuento un secreto: en la realidad no hay blanco ni negro. Eso sólo existe en relación de los unos con los otros. Este espacio queda abierto a la reflexión y el debate.
2 comentarios:
muy cierto tu secreto... quizás saber eso nos haga sentir un poco más felices y/o aliviados, no?
Creo que todos los cuerpos, de todos los colores existentes, de todas las formas que puedan ser percibidas somos los cuerpos que se forjan de la maldita lógica del mercado...
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