viernes, marzo 28, 2008

Racionalidad, sinceridad, sensibilidad, responsabilidad...

Horas después de la última clase, justo cuando hablábamos del hombre como especie racional, prendo la televisión, seguramente como tantos otros, a esas horas, y alguien dice que la racionalidad es, precisamente, uno de los atributos propios de la especie humana.

"Estamos en tema", me digo. Ya antes de esto, conversando unos minutos con alguien de la comisión, luego de terminada la clase, me doy cuenta de que me había quedado una cuestión pendiente. O dos, mejor dicho. Una es bastante conocida, ese planteo de cómo es posible que siendo seres racionales, como se dice que somos, seamos al mismo tiempo capaces de tantas atrocidades como las que no es necesario ilustrar aquí, eso espero, porque todos sabemos de las bajezas de las que ha sido capaz la especie humana, incluso en tiempos recientes.

La otra, quizás más interesante a los fines de la materia, es preguntarnos hasta qué punto la comunicación, considerada desde un punto de vista racionalista, positivista y cartesiano, es verdaderamente efectiva. ¿Podemos confiar en la racionalidad a los fines de decir, explicar, y ser comprendidos? ¿Comprender lo que el otro nos dice? ¿Cuál es el grado de eficacia de esta herramienta, la razón, a los fines de la comunicación?

Cuidado: No me interesa politizar la cuestión. Atengámonos a los contenidos de la materia. Pero intentemos responder a estas preguntas que nos hemos planteado.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo haber escuchado a Lutzy decir que la materia procura incluir la subjetividad y lo no-racional dentro de las teorías de comunicación.

Entender a la comunicación desde lo racional y cartesiano nos permite entender algunos aspectos y, necesariamente, nos obliga a desatender otros. En mi opinión hay muchas cosas que todavía son "ruido" en las teorías de comunicación.

Agustin dijo...

hola que tal, la ultima clase debi retirarme temprano y queria saber que habia que leer para la proxima reunion. quien me lo pueda decir muchas gracias.
saludos Agustin.

Anónimo dijo...

agustin, hay que leer los dos ultimos textos

Pau dijo...

Creo que Descartes no le erraba al decir que el uso de la raz�n no siempre es perfecto. A veces una discusi�n razonada no lleva a ning�n lado, ya sea porque las razones sean contradictorias, o mal interpretadas, o simplemente no escuchadas.

Muchas veces una estructura argumentativa falaz surte mejor efecto que una con resultado argumentativamente verdadero.

A lo mejor me alej� un poco de la comunicaci�n y estoy hablando en t�rminos de debate, pero creo que es interesante pensar a la comunicaci�n tambi�n como una forma de debate, aunque alguna de las posturas sea t�cita.

Si todo intercambio comunicativo no fuera siempre un debate se convertir�a en una aceptaci�n cr�nica de lo que dice el otro.

Me gust� la propuesta de Germ�n de no creerle todo lo que nos dice como docente y buscar siempre el punto de refutaci�n.

Para los que tambi�n les interesa esto les recomiendo �El arte de tener raz�n expuesto en 38 estratagemas� de Arthur Schopenhauer. Yo lo compr� en una Jenny o una de esas 11 mangos, pero encontr� en la web este link (http://www.conoze.com/doc.php?doc=3904) y parece estar completo, no s� qu� onda la traducci�n, pero all� ustedes, f�jense si les interesa.

Saludos

Pau

Germán A. Serain dijo...

Brenda: Creo que escuchaste bien.

Agustín: Pese a la buena voluntad de Melisa, acaso el punto no te haya quedado del todo claro. Hay que leer los dos textos de la unidad uno relativos al zen, firmados por un tal Itzuzu y un tal Herrigel respectivamente.

Pau: En efecto, para D. la razón es sólo potencialmente perfecta, por lo cual no nos da garantías, excepto que respetemos un método racional adecuado. Pero en cuanto a lo demás, ya nos salimos del cartesianismo para ingresar en algunas cuestiones relativistas que veremos en la segunda parte de la materia.

En cuanto a lo demás disiento en un punto, de no menor importancia: El objetivo de cualquier intercambio comunicativo es llegar al otro con lo que se dice o se pretende decir, sin pérdida de información ni tergiversación en el proceso (evitar, por decirlo de algún modo, el mecanismo del "teléfono descompuesto"). Recién luego de que mi mensaje llegue al otro tal cual yo pretendí que llegase, el debate sería posible. Pues de lo contrario el otro estaría debatiendo no contra lo que yo dije, sino contra lo que él entendió que dije. ¿Se entiende?

Finalmente sí, es recomendable el texto que sugiere Paula. Verífíquenlo por ustedes mismos.

Unknown dijo...

Hola a todos:
Debo admitir que, me alegra que en esta materia se priorice las subjetividades. Creo que en la carrera tenemos mucha teoría pero pocas materias donde conciban a la comunicación como un proceso y que se lo analice desde la vida cotidiana y de los sucesos que vivimos todos.
Otro punto que me gustaría compartir, partiendo desde una concepción racionalista y efectiva de la comunicación es la cantidad inumerable de libros con títulos del estilo "Cómo comunicarse mejor", "Técnicas para una comunicacióneficaz". Tuve la "suerte" de tener uno en mis manos, se llama " La comunicación eficaz" del Dr. Lair Ribeiro. Puedo decirles con exactitud que el libro contiene técnicas de persuasión "que nos otorgará el poder de la comunicación eficaz, de la influencia sobre los demás y de la conquista de nuevas conquistas profesionales".
Podría objetarse, que la comunicación desde la óptica del Dr. Ribeiro es una concepción con fines prácticos y eso puede no estar mal. Pero creo que, el peligro es reducir a los procesos comunicacionales a meros conjuntos de técnicas que se enumeran y forman un texto de lectura obligatoria para todos aquellos telemarketers o vendedores.
Por este motivo, valoro que en la materia se desarrolle otra mirada posible de la comunicación, quizás mas humana y menos eficaz para algunos...

Mariela dijo...

Hola a todos! Yo elegí mezclar un poco las dos consignas y salió esto, un poco largo, quizás, pero necesitaba explicarlo así...

Miedo a. Miedo a la muerte. Creo que en ese juicio se condensa el nacimiento y la existencia de la idea de un Dios. Fue necesario para la civilización imponer diferencias entre sus habitantes, entre quienes tendrían el poder para y los que tendrían que obedecer por. La institución política (cuerpo, materialidad) en sus formas evolutivas (clan, reinado, estado) necesitó de la institución religiosa (espíritu, mente) para controlar “a la plebe”. ¿Acaso parte de los mandamientos “no matarás”, “no robarás”, “no desearás a la mujer del prójimo” no se corresponden con los deberes básicos de todo buen ciudadano? Era necesario crear en el imaginario social (como bien alguien lo mencionó en su comentario) la idea de un Dios vengativo, castigador y la idea de un infierno más que de un paraíso para que el pueblo le tuviera miedo a ese Dios y a las cosas que éste podía llegar a hacer si no se respetaban las leyes divinas. La crueldad de los castigos, las muertes públicas de la mano de guillotinas, de mecanismos sangrientos y horrendos como encerrar a alguien en una jaula y dejarlo morir de hambre o atarlo a una camilla de pies y manos y tirar de la soga hasta que las articulaciones se rompiesen, promovía ese ideario común; sin dudas, la muerte no era algo placentero y llegar a eso implicaba haber cometido muchos errores.

Con el tiempo, la sociedad – vista como institución - se consolidó y el hombre aprendió a vivir dentro de ella, a trabajar, a formar una familia, a criar y ver crecer a sus hijos…… ¿Qué pasaría si de golpe eso se perdiera? ¿Si el futuro augurara para sus hijos la peor de las pestes, de las miserias? La imagen de la bomba nuclear, ese hongo maldito e incandescente explotando en el cielo con soberbia, demostró de alguna manera, eso, el fin de la humanidad. Dios debía convertirse ahora en el salvador, en la esperanza del mundo. El miedo a perecer, pero más que eso el miedo a la muerte o al sufrimiento de las personas que más queremos nos acerca a Dios para aferrarnos o aferrarlos a la vida. La racionalidad cristiana nos lleva a eso, a rezar, a prometer cosas extremas si alguien gravemente enfermo se salva, si tenemos el pan de cada día en la mesa, si encontramos trabajo, si abandonamos las drogas, etc. Esos miedos son los que siguen acercando al hombre a la religión. El miedo a perderlo todo, a perderse, porque nada es seguro o al menos eso es lo que nos han hecho creer.

La idea de un dios se corresponde con las necesidades del hombre y sirve para justificarlas. Como alguien también dijo, la inquisición, se hizo en nombre de Dios. Por eso, si Dios fuera un animal terrestre, por ejemplo, no comeríamos su carne, no utilizaríamos su piel para hacer tapados o carteras, no colgaríamos su cabeza en el living como trofeo. Cambiaría nuestro paradigma social, nuestras conductas y costumbres. Gracias a Dios – frase que viene bien para utilizarla como ironía, pero sirve incluso para ver hasta qué punto tenemos incorporadas, siendo o no siendo creyentes, ciertas cosas –no tenemos una divinidad que nos prohíba destruir al planeta contaminando el medio ambiente y matando animales, porque si ambas cosas fueron creadas por él al igual que el hombre, ¿por qué los mandamientos o la biblia no versan sobre su cuidado?

Con respecto a la noción de racionalidad, si somos seres pensantes, y de hecho lo somos aunque no pongamos al pensamiento en práctica, cómo es posible que el hombre se siga engañando a sí mismo; que la razón critica no llegue a poner sobre el tapate al opio de los pueblos; que muchos intelectuales - incluso nosotros, los estudiantes - no podamos alejarnos de la religión y comunicarle al mundo lo que verdaderamente significa tener una creencia. La barrera a cruzar es esencialmente comunicativa, y ¿por qué no lo hacemos? ¿Por qué no se hace un complot mediático y se publica, se comenta que dios no existe, que es algo que nos han hecho creer para dominarnos en muchos sentidos? Porque el otro es el mundo que se edificó sobre la base de esa creencia y destruirla implicaría muchísimas cosas…….básicamente volver a empezar. Ese es el límite de la comunicación, cuando lo que se dice destruye al otro y le exige un cambio radical.

Anónimo dijo...

Pense que se iba a entender que eran los dos ultimos de la primera unidad jeje!

Germán A. Serain dijo...

Mariela, precisamente para esto es para lo que está hecho el blog. Para reflexionar en voz alta (si tal cosa puede decirse de lo que se escribe en una pantalla silenciosa, pero vos entendés a lo que me refiero, supongo), tal como vos lo hacés.

Diego Moreira dijo...

Concuerdo plenamente en que la racionalidad es el atributo propio de la especie humana. Lamentablemente, como tantas herramientas, por llamarlo de alguna manera, es utilizada muchas veces para fines atroces e imperdonables, por ejemplo, los adelantos en energia nuclear son importantisimos para la humanidad y obviamente muy ùtiles, pero a alguna persona se le ha ocurrido realizar con ello bombas nucleares. Tal vez somos demasiado racionales, el dinero y el poder entre otras cosas, nos llevan a utilizar todo nuestro potencial para querer conseguirlo todo, sin importar a quien se perjudica. Obviamente no todos somos asì, humildemente me incluyo, hay que tener esperanzas de que las cosas van a cambiar, cada uno debe hacer lo propio para ello.
Respecto a los medios de comunciaciòn, creo que el uso de la razòn no asegura la completa comprensión, siquiera recepción del mensaje. Mi opinión es que las personas toman en cuenta y comprenden de una forma màs profunda los mensajes interpersonales, cara a cara, y es a partir de dichas relaciones sociales que se llega y comprende o no, la actualidad.

Quique dijo...

En terminos de Descartes, pienso entonces existo. Pienso entonces hablo, y me comunico. Pienso lo que voy a hablar. Lo que voy a comunicar. Hablo y me comunico entonces existo. Existo en el propio acto de comunicar. Comunico lo que pienso, pienso mi existencia y puedo comunicarla. Pienso la comunicación de mi existencia ya que me pienso y doy cuenta de que existo. La misma razon humana que permite descubrirme, pensar existir, que da cuenta de mi existencia, lo hace en tanto me comunico que existo, y comunico al mundo que pienso, luego existo.
Claro que pienso y me comunico, pero cuando me comunico, cuando hablo por ejemplo, el pensamiento se hace presente en el propio acto de hablar. De comunicar. Descubro lo que pienso tambien, lo descubro cuando me comunico. No alcanzaba con pensarlo, faltaba que se haga presente al hablar, y al escucharme descubro lo que pensaba y mas de lo que creia que pensaba. Descubro tambien, que a veces pienso distinto de lo que creia que pensaba. Entonces vuelvo a pensar, vuelvo a existir, vuelvo a comunicar. Vuelvo a descubrir mi pensamiento. Es como un espiral ascendente.
Asi visto, la comunicación es efectiva. Aunque habria mucho para criticarle ya que la comunicación no depende de un emisor activo y un receptor pasivo, pero alli ya nos vamos de Descartes.
Saludos,

Lectura y Blues dijo...

No se si lo que van a leer engancha en algo con lo que dice Descartes o si se basa en algún fundamento teórico, pero es algo que creo se comento en la clase sobre la cuestión de lo que sentimos como hombres racionales.
Me parece que muchas veces SOBREDIMENSIONAMOS a la razón y le dejamos un lugar muy pequeño, si es que le damos alguno, a nuestros sentimientos, a lo que cada uno siente, esas sensaciones tan inabarcables, indomables, alejadas de “la civilización”, esos odios y adoraciones que a veces nos sobrepasan.
Si, ya se, algunos me van a objetar: “Pero lo que sentimos, lo sentimos gracias a que la razón los traduce, los decodifica y lo baja a un nivel al cual se lo pueda expresar, comunicar, de esa manera la razón es quien tiene la última palabra”
Disculpen, pero yo no creo mucho en eso. No creo que para pasar del dormitorio al baño tenga que pasar, si o si, por el living. Creo que muchas veces los sentimientos hacen actuar a la persona sin pasar por el filtro de la razón; como también existen veces en que la razón interpreta correctamente a los sentimientos y muchas otras le pifia en la comprensión, si es que tienen alguna.
Y con esto no quiero culpar ahora a los sentimientos (bienvenidos sean!!) de todos los males, ni tampoco decir que todo aquel que obre mediante la razón actúe siempre haciendo el bien.
Tenía algunas cosas más para decir, pero si mi razón no falla en su interpretación creo que siento sueño y me voy a dormir.
Nos vemos
Hilario

Agustina Veronesi dijo...

La racionalidad es uno de los atributos propio de la especie humana en pos de la cual se han llevado a cabo atrocidades en el mundo, ya que si bien hechos como las guerras, los avances cientificos capaces de destruir la humanidad, la exclusion, por mencionar algo, no tenga otra explicacion que la irracionalidad de los seres que los generaron son totalmente racionales, por eso se condena.
En cuanto a la comunicacion no basta la racionalidad para decir y ser comprendidos ya que intervienen mediaciones que afectan el mensaje,subjetividades,poder simbolico, que nos traspasa.
No basta solo con la razon y a la vez no es necesariamente utilizada a los fines de la comunicacion.

Anónimo dijo...

Retomo algo de Hilario y lo mezclo con un poco de Pau y Mariela. Quizás uno de los motivos por los que la modernidad es el escenario de terribles atrocidades sea la entronización de la Razón en todos los ámbitos. Como dijo Agustina, es indudable que es una facultad inherente a los hombres y un instrumento valioso en la búsqueda del conocimiento, pero no todo puede cubrirse bajo su manto.
La comunicación tampoco escapa a este problema. La razón puede ser eficaz ante la necesidad de argumentar, de arribar a conclusiones validas y reflejarlas lógicamente. En este sentido, y sin profundizar en los distintos problemas que plantean algunas teorías en torno al proceso de la comunicación y el sentido entre los sujetos, la razón es una herramienta necesaria. Sin embargo, al entrar en otros terrenos como los sentimientos y lo inconsciente, la razón no brinda la misma calidad en sus respuestas. En mi opinión, la razón positiva es imprescindible en ciertos aspectos de la vida humana, sin embargo es insuficiente para expresar la complejidad de la misma.

Anónimo dijo...

Todavía no entiendo bien cuando se habla de "ser objetivo a la hora de analizar o comunicarse", ¿No habría que despejar ya esa falsa creencia de llegar a la objetividad, cuando es sabido que el hombre es un ser individual, único, de ideas y pensamientos propios, y por ende cada acto de habla o comunicación lleva en si la propia subjetividad?
Con respecto a confiar en la racionalidad del humano a la hora de comunicar y ser comprendidos se me hace que es un cuento que a veces resulta y otras no, y muchas otras veces no queremos que resulte y hasta hacemos lo imposible para no comprendernos.
Es posible que dos personas que comparten la misma cultura se comuniquen y a la vez no se entiendan. Un buen caso a ejemplificar es el texto de Toshihiko "El zoan ken", donde maestro y discípulo (bajo una misma cultura) se comunican pero es necesidad del discípulo años de sabiduría, práctica y enseñanza para mantener una eficaz comunicación.
La razón es una herramienta de la “cosa pensante” (en términos cartesianos) necesaria para lograr la comunicación, pero yo no diría que la misma logre un exitoso grado de vigor; basta con manejar un auto una hora por la ciudad de Buenos Aires para darse cuenta de esto.

Abrazo de gol!
Pablo Espindola.