domingo, diciembre 30, 2007

papeles...

Tengo en casa una pila de parciales de alumnos del primer y segundo cuatrimestre del 2007 que nunca se pasaron a retirar. Antes de proceder a su prolija y lamentable destrucción (pero no puedo seguir acumulando papeles propios y también ajenos...) pregunto formalmente, a través de estas líneas, si alguien desea aún desea recuperar la copia de su trabajo.

jueves, diciembre 06, 2007

Dublín, Irlanda, 1729

A partir del debate que surgió en la entrada del sábado 1º de noviembre (Material de lectura), me vino a la mente el recuerdo de una maravillosa sátira política escrita por Jonathan Swift en Dublin, Irlanda, en el año 1729, titulada "Una modesta proposición", que ustedes pueden leer a través de este vínculo.

No hay duda de que mucha agua ha corrido debajo de nuestros puentes, los del mundo civilizado, desde entonces. Y sin embargo la marginalidad social a la cual hace referencia el texto de Swift sigue a la orden del día. Las alternativas para ponerle fin parecen seguir siendo también las mismas. O el Estado dispone definitivamente de los medios necesarios para que todos obtengan una carta de ciudadanía que se ubique al margen del estatus económico, o profundizamos la brecha que separa a los ricos y a los pobres hasta hacer realidad lo planteado por el negro humor del escritor irlandés.

miércoles, diciembre 05, 2007

Comunicado

Se informa a Profesores y Alumnos que tenían mesas examinadoras el próximo lunes 10-12 que -debido al asueto administrativo- las mismas se suspenderán en todas las sedes de la Facultad de Ciencias Sociales. ... La segunda semana del turno se desarrollará con normalidad, quedando los días y horarios informados previamente al Departamento de Profesores.

Atentamente,
Dirección de la Carrera de Comunicación

sábado, diciembre 01, 2007

material de lectura

Yo no sé, debo confesarlo, si alguien sigue leyendo este blog pasado el período de clases y evaluaciones y demás. A fin de ser justo, sé que hay un par de personas que sí lo visitan; pero el debate sano, constructivo, necesario, que se desarrolla durante las clases, eso no lo vivencio del mismo modo en tiempo de receso. Y es una pena.

Teníamos ganas, con Bibiana, de armar un espacio alternativo, paralelo a la facultad, extracurricular, de desarrollo de temas de estudio diversos. No sé si algún dia eso se concretará; supongo que tendrá que ver con las ganas que eventualmente aparezcan en los eventuales participantes. Pero mientras tanto, y como sea, y dado que yo vivo en el reino de Utopía, en el blog de una antigua alumna encontré un link que lleva directo a una entrevista realizada por el diario La Nación al sociólogo francés Loic Wacquant. Una entrevista que me parece sano, constructivo y necesario leer. Una entrevista a la cual, en definitiva, pueden acceder haciendo click aquí.

¿Material de lectura en vacaciones?... Ustedes hagan lo que quieran. Yo quiero seguir aprendiendo.

Mesas de finales

Todas las notas ya han sido pasadas a las actas.

Las mesas de finales son los lunes
10 y 17 de diciembre, 17:00 hs.
en el Aula 10 de la sede Ramos Mejía

Yo estaré presente en ambas fechas.
Devuelvo parciales y se firman libretas.

Esto no es un chivo...



No me interesa hacerle propaganda gratis a ningún banco, lo aclaro de antemano. Pero... ¿vos viste esta publicidad? Y lo más grave: ¿no te sentiste -ligeramente, al menos- en cierto modo identificado? Decime la verdad: ¿no te parece eso espantoso?...

martes, noviembre 20, 2007

Hoy, un año del corte de ruta.

www.noalapapelera.com.ar

domingo, noviembre 18, 2007

Espacio de evaluación DOS

Y aquí serán bien recibidos y valorados los comentarios que quienes hayan cursado en este segundo cuatrimestre de 2007 deseen hacer respecto de la cursada. Se acepta toda clase de críticas constructivas, dado que el objetivo es poder mejorar, cambiar lo que sea necesario y sostener lo que sea conveniente.

Espacio de evaluación UNO

Aquí iremos volcando las calificaciones finales y los correspondientes comentarios.

sábado, noviembre 10, 2007

Del cuaderno de Bitácora

Una de las cosas que aprendí de Bibiana es el nombre de Rufus Wainwright, quien por supuesto no es un teórico de la sociología, ni de la comunicación, ni nada parecido, sino un músico. No sé si Bibiana misma sabía quién era Rufus, pero cuando me dijo que estaba buscando un tema de la banda de sonido de Shrek, la primera de la trilogía, me llevó directo hasta él. Le grabé un disco con una veintena de versiones de la canción, incluida la de Bono, la original de Lonard Cohen y una increíble de Nick Cave, pero Bibiana siguió prefiriendo la de Rufus. Y yo luego supe que el tal Wainwright tiene, aparte de ese famoso Hallelujah que a Bibi le gusta tanto, otros discos editados.

Y ahí fui, a buscarlos en Internet. Y entonces lo que me pasa siempre: está bueno poder bajar música gratis. ¿Pero no tiene algo de robo? Y me pregunto entonces cuántos discos de Rufus Wainwright me hubiese comprado yo de no haber tenido Internet y banda ancha y la respuesta es definitiva: ninguno. Porque no lo hubiese conocido, porque de haberlo conocido andá a saber si conseguía estos discos, y porque de haberlos conseguido andá a saber si hubiese estado dispuesto a pagar lo que te pidan por ellos en una disquería. Y luego otra pregunta: ¿En qué se han perjudicado Rufus o el sello multinacional que lo edita al haber bajado yo de Internet sus discos? En nada, pues ellos ni se han enterado ni se han perdido una venta.

He aquí de nuevo la cuestión de los derechos de autor, entonces. Y esa reflexión que relaciona estos derechos con un cajón de manzanas. Si alguien roba una manzana de un cajón, resulta que el ladrón tiene una manzana más de lo que tenía antes del robo, y el dueño del cajón una manzana menos. Vale decir que lo jorobaron. Pero cuando yo he bajado el disco de Rufus, es cierto que yo tengo algo que antes no tenía, pero esto no ha sido en desmedro del patrimonio de nadie, puesto que de no haber sido así las cosas yo no hubiese ido a la disquería a comprar nada. Yo tengo más, pero nadie tiene menos. Porque existen bienes tangibles y sustraíbles, y otros que por su propia naturaleza pueden multiplicarse, pero no quitarse. ¿Cómo podría alguien robar una idea de manera tal que su autor ya no la posea más? En todo caso, contra lo que se atenta es contra su eventual usufructo.

Entonces: ¿Son las ideas en general algo sobre lo cual puedan asentarse derechos patrimoniales, como sucede sobre un bien físico? Hablamos de música, tanto como de los derechos autorales de un libro, o de un medicamento. Me llama la atención que los discos de Rufus los haya encontrado yo en un blog que se titula Robin Hood of Indie Music, retomando la figura mítica de quien roba a los que tienen para repartir desinteresadamente entre quienes no.

Se me ocurre que las nuevas tecnologías, la idea misma de una conectividad y una comunicación reticular, que complejiza sobremanera el viejo y caduco esquema de emisor-receptor, va a modificar necesariamente muchas cosas, y los modelos sobre los cuales se sustentaban muchas ideas hasta el presente, entre ellas la de los derechos autorales, deberán ser revisadas para ser adecuadas a una nueva realidad.

En todo caso, la cuestión queda abierta a debate.
Florencia Pennacchi, neuquina, estudiante de la UBA, tenía 24 años al 16 de marzo de 2005 cuando sus familiares y amigos la vieron por última vez. Desde entonces perdieron su rastro. Su rostro ha recorrido el país en carteles, notas periodísticas y avisos rogando información o alguna pista sobre su paradero, pero hasta hoy nadie aportó ningún dato de importancia para el esclarecimiento del caso.

El pasado 21 de septiembre fue su cumpleaños número 26 y sus amigos y familiares siguen sufriendo la peor de las incertidumbres: no saben si está con vida o no, ni que pudo haberle pasado.

La justicia (fiscalía Nº 26 a cargo de Marcelo Retes, Juzgado de Instrucción en lo criminal y correccional Nº 14) hoy, a dos años de su desaparición, pretende cerrar la causa pues entiende que la desaparición por si sola no constituye un delito. Cualquier información que se aporte a la causa será de gran importancia.

viernes, noviembre 09, 2007

Sábato, el arte, los sueños, poiesis y catarsis

"Somos Dioses cuando soñamos, y pordioseros cuando despertamos"
(Holderlin, citado por Sábato en Abbadón el exterminador)


- Alguna vez Ud. señaló que los escritores sueñan por parte de toda la comunidad.
Hay muchas clases de sueños; algunos son superficiales y otros más profundos. Estos últimos son los más verdaderos y significativos, también los más recurrentes. Los sueños son un gran misterio y han despertado el interés de la humanidad desde sus mismos orígenes. Los sueños son como rompecabezas. Y cuanto más profundos son mayor es el número de interpretaciones que pueden hacerse de ellos. Ya se trate de los sueños de José en la Biblia o de las interpretaciones freudianas o jungianas. Y el que esas interpretaciones sean bien diferentes entre sí no significa que sean falaces y erróneas.

Uno puede decir cualquier cosa acerca de un sueño, pero nunca podrá decir que un sueño sea una mentira. Si acaso hay una verdad absoluta en el ser humano, ella se encuentra en sus sueños. ... Todos sabemos que los sueños nos ayudan a vivir y nos separan de las peores calamidades. Por ejemplo, homicidios, incestos, robos. Un empleado cualquiera de una oficina sueña una noche que asesina brutalmente a su jefe con un cuchillo de cocina. Y eso lo alivia. Cuando despierta toma una ducha (se trata de un hombre limpio), se afeita, se viste para ir a la oficina y cuando llega saluda normalmente al hombre al que acaba de asesinar en su sueño.

Esto es lo que los pensadores griegos llamaban catarsis, una liberación durante la noche de algo que de otro modo podría empujar, por ejemplo, al homicidio. Ahora recordemos la enorme cantidad de casos de asesinato, incesto y perversión que aparecen en la novela de Dostoievsky Los Hermanos Karamazov, por ejemplo. Si el autor hubiese cometido una pizca de esos horrores en la vida real, hubiese terminado en un asilo o en prisión. Sin embargo, la comunidad respeta a estos escritores, les rinde honores y los premia y luego, cuando mueren, construyen estatuas en su memoria y ponen su nombre a calles, avenidas y barrios. ¿No es asombroso?

El trabajo de la ficción, cuando es profundo, es una emanación del propio corazón del poeta. Como dice la expresión, Dios y el Diablo contendiendo por el ser humano. Esta lucha, descripta en los grandes trabajos de ficción, se aplica a cada lector, mientras que el conflicto último de la condición humana es siempre el mismo: amor y odio, rencor y envidia, ambición de poder, el problema de si Dios existe o no, etcétera.

En el caso del oficinista que mencionamos antes, en el sueño mata a su odiado jefe y haciéndolo evita cometer efectivamente ese crimen. De la misma manera, cuando un lector lee un trabajo de un autor de ficción, los sueños más grandes de un escritor, se está ayudando a sobrevivir y a evitar sus peores intenciones. Es en este sentido que el escritor de estas historias extrañas sueña por toda la comunidad, convirtiéndose en su benefactor.

Un sueño es siempre poético. No en el sentido ordinario del término, que constituye un grave error. Uno llama poesía a lo que está escrito en verso. Pero lo que está escrito en verso no es necesariamente poesía. Happy birthday to you, por ejemplo. Y contrariamente, hay poesía en las grandes novelas, puestas, música y pintura. Deberíamos restaurar el antiguo sentido que los griegos le daban al término poiesis.

El arte comparte la misma raíz psicológica que los sueños: se trata de un mensaje que proviene del inconsciente, muchas veces de un inconsciente colectivo. Es contradictorio, ambiguo, fragmentario, pero es siempre una enorme y eterna verdad acerca del género humano. Es en este sentido que debe entenderse la frase del Eclesiastes que afirma que no hay nada nuevo bajo el sol, significando que el corazón humano es y será siempre el mismo. Por eso es que el arte no progresa en la misma medida y sentido que las máquinas o las computadoras.

Cuando despertamos de un sueño, o cuando el poeta regresa a la tierra (pues no podemos permanecer en el cielo, o en ese misterioso infierno, para siempre), entonces piensa con su cabeza, y ya no con su corazón, y muy a menudo se equivoca.

(Publicado en Buenos Aires Herald. Traducción del inglés: G. S.)

miércoles, noviembre 07, 2007

Segundo parcial domiciliario

PRIMERA PARTE: Descripciones

1) Reproduzca un fragmento de discurso de carácter poético de producción propia (o en su defecto un equivalente, pero deberá justificar su equivalencia). Señale luego las características propias de esta forma de expresión y su relación con el discurso cotidiano en función a los temas vistos en la materia.

2) ¿Para qué se dice, nombra y/o representa y desde qué dimensiones del sujeto se realizan estas acciones? ¿Qué relación se establece entre quien (se) dice, nombra y/o representa, y aquello que es dicho, nombrado y/o representado?

Ayuda por contraste: ¿Por qué cree que le hicieron comenzar este parcial con un fragmento de discurso poético?


SEGUNDA PARTE: Organizaciones
("La única verdad es la realidad" Pero... ¿qué es la realidad?...)

1) Considerando lo visto en la materia, ¿cuál diría que es la diferencia entre creer y saber?

2) Realice un análisis de las situaciones relacionales planteadas en uno de los siguientes dos relatos, a partir de los elementos vistos en la materia. Se puede escoger uno de estos dos textos: a) La película The Body (El cuerpo); b) La obra de teatro "Los Reyes", de Julio Cortázar, que puede adquirirse en cualquier librería o bien ser descargada gratuitamente a través de este link.


CODA: Cortita y casi al pie...

¿Por qué se afirma que toda psicología individual es al mismo tiempo una psicología social? ¿Qué sucede con el individuo en este punto? ¿Hasta dónde considera que tiene sentido seguir hablando de un individuo en tanto tal?

Se evaluará, a título no excluyente: Profundidad del análisis, pertinencia de los puntos escogidos para analizar, pertinencia de los conceptos utilizados al efecto, capacidad argumentativa y comunicatividad. No es necesario que el parcial sea extenso, en absoluto.

martes, noviembre 06, 2007

...por ejemplo:

Yo no soy más que un grito.
Y no hay nadie,
nadie para escuchar mi voz, ahora.
Yo no soy más que un grito.
Un rostro que se mira en los relojes
y no se reconoce.
Yo soy un alarido. Yo me escucho.
Yo me oigo gritar, y nadie oye.
Así, como una fiera enloquecida
mi corazón golpea contra el muro
y un pájaro asustado
late en mis sienes otra vez,
de nuevo.

(J.P.F.)


(por ahora es nada más para acordarme; luego lo explico. bueno, por lo menos la parte que tiene el asunto de explicable, que la otra, como ya se sabe...)

domingo, noviembre 04, 2007

Segundo parcial domiciliario (adelanto...)

En ocasiones uno cede. Sabe Dios por qué, pero en este caso me temo que se lo tienen que agradecer a Bibiana, que me convenció. La idea es darles un adelanto de lo que será el segundo parcial domiciliario, y la cuestión es que aquí está la segunda pregunta, para que puedan ir elaborando...

Viene con dos opciones, para elegir una o la otra.

En ambos casos la pregunta dice:

2) ("La única verdad es la realidad." Por supuesto, pero... ¿qué cosa es la realidad?) Realice un análisis, lo más exhaustivo que pueda, de las situaciones relacionales planteadas en el relato escogido a partir de los elementos vistos en la materia.

Se puede escoger uno de estos dos relatos: a) La película The Body (El cuerpo); b) La obra de teatro "Los Reyes", escrita por Julio Cortázar, que puede adquirirse en cualquier librería o bien ser descargada gratuitamente a través de este link.

Se evaluará, a título no excluyente: Profundidad del análisis, pertinencia de los puntos escogidos para analizar, pertinencia de los conceptos utilizados al efecto, capacidad argumentativa y comunicatividad.

El jueves, al final del práctico, daremos el resto de las preguntas que completan la pauta de evaluación.

domingo, octubre 28, 2007

El enajenado, la víctima y el cobarde

(Y también el ojo que todo lo observa...)

Hace unos días una noticia en los medios de comunicación de todo el mundo daba cuenta de cómo un hombre español había atacado, en un vagón de tren de Barcelona, a una chica ecuatoriana. El ataque había tenido un único justificativo: la chica en cuestión era extranjera.

Un tercer protagonista, un muchacho de quien después se supo que es argentino, es testigo involuntario de la escena. Involuntario y pasivo.

Las cámaras de seguridad del tren registran todo lo sucedido. Y las imágenes dan la vuelta al mundo. Todos pueden ver lo sucedido. Allí están los tres: el enajenado, la víctima y el cobarde. Para el primero, la cámara de video representará el inicio de un no demasiado dramático proceso judicial. Para la segunda, el testimonio de su indefensión. Para el tercero, el oprobio de quienes, sin haber estado allí, fueron testigos de lo sucedido.

Otro argentino, también residente en España, intentó ponerse en la carne de su compatriota. Ese que también estuvo en el momento justo en el lugar equivocado, sin haber sido capaz de hacerse cargo de la situación, y que no imaginó que su imagen sería pública, pues ese es el límite hoy entre lo público y lo privado: somos desconocidos y anónimos, hasta el preciso momento en que algo sucede al lado nuestro, y hay una cámara para registrarlo.

Los comentarios a esta entrada corren ahora, por supuesto, por cuenta de ustedes.
Les recuerdo que es necesario que vayan consiguiendo y viendo la película "El cuerpo" (The body), dado que vamos a trabajar sobre esta película en nuestro segundo y próximo parcial domiciliario. Para quienes faltaron, para la clase que viene hay que tener leído el texto de Freud sobre Psicología de las masas. Y acercar cualquier duda que haya quedado sobre los textos de constructivismo y/o el texto de Joel Dor sobre Lacan y/o cualquier otro texto de los ya vistos.

viernes, octubre 26, 2007

lunes, octubre 08, 2007

Notas del parcial

(Confesión: Esta entrada es más que nada para generar expectativa, porque dudo que las notas estén antes de un par de semanas a esta parte...)

domingo, octubre 07, 2007

Dilema

La cuestión a resolver es simple: cómo dar respuesta a la clásica pregunta de qué debe estar cronológicamente primero, si el huevo o la gallina.


Además (pero esto no es para resolver en el blog), para la clase próxima traigan la respuesta al siguiente problema. Se trata de unir con cuatro líneas rectas consecutivas los nueve puntos dispuestos según el siguiente diagrama:


Una vez que lo resuelvan, propónganle el problema a otra gente y estén atentos a ver cómo intentan resolverlo. En realidad lo que nos interesa es determinar por qué razón unir estos nueve puntos con sólo cuatro líneas rectas consecutivas puede convertirse en una dificultad.

lunes, octubre 01, 2007

Constructivismo: Lección número uno.


Gentileza de Bibiana (...y lo más grave es que, en cierto punto, el resultado no es del todo incorrecto...)

Psicosomatización (Del cuaderno de bitácora)

Cinco días con fiebre. Si no me conociera diría que se trata de una gripe, pero conociéndome apunto mis dardos sobre otras causas posibles. En medio, un simposio de farmacología...

"No se puede separar al bailarín de la danza", dice el Dr. Carlos Soria, que es uno de los expositores. Y yo me quedo pensando en la lucidez de la frase. Luego se dedica a atacar el dualismo cartesiano, señalando que una división entre el alma (ossia la mente) y el cuerpo es absolutamente falaz. De igual modo -dice- no se puede separar al individuo de su ambiente. En otras palabras, lo que Soria dice es que es necesario hacer colapsar el concepto de unidad. ¿Cuáles son los límites en el caso de la unidad mínima del ente humano? ¿Podemos hablar, verdaderamente, de un individuo (vale decir, de una entidad que no sea pasible de división, en la cual quepa reconocer cierta autonomía) y asimilar esto al concepto de persona o sujeto?

"¿Quién manda en una situación psicopatológica?", se pregunta luego. "¿Dónde se ubica el centro de control?" El cuestionamiento es adecuado, tratándose de un farmacólogo. La cuestión es si la medicación que se suministra al paciente debería operar sobre la mente o sobre el cuerpo. Pues bien, el verdadero problema no reside en el cuerpo, evidentemente, pues el malestar está determinado por la mente (hablamos de una somatización). Sin embargo, al mismo tiempo resulta que la mente funciona de manera adecuada, pues lo que en definitiva hace es responder a un estímulo contextual. Otra cuestión será ver si esta respuesta es la más acertada. Pero finalmente las causas suelen no estar tampoco en el ambiente, dado que la mente no responde a algo real, tanto como a una lectura de algo que acaso puede no estar allí.

Si asociamos la somatización al stress, hablamos de un desequilibrio de la mente/ánimo, que es en cierto modo positivo, dado que este estado es lo que promueve un intento de adaptación al entorno, que se traduce en la huída o en la lucha, a través de un intento de adaptación o de modificación del medio. Sin cierto nivel de stress, no habría capacidad de supervivencia. El problema, en todo caso, es que a menudo el stress se prolonga demasiado a través del tiempo o adopta niveles muy elevados. Entonces se produce un estado crítico.

Me llama la atención que Soria defina el stress como una modulación de las emociones, sin realizar una distinción precisa entre este concepto y el de un estado cerebral vinculado a la percepción de un ambiente que ofrece en forma cotidiana recompensas y/o castigos en respuesta a nuestras acciones. Sin embargo, no me extraña que hable del enamoramiento como una estado típico de desequilibrio.

"En el enamorado hay una respuesta positiva, del orden de lo placentero, generada con anticipación a la experiencia que se considera placentera en sí misma", explica el catedrático. Vale decir que el placer se realiza más en la expectativa que en la consumación. No es raro, entonces, que termine vinculando el enamoramiento a la experiencia del consumidor de alucinógenos.

Del mismo modo, la incertidumbre genera una mayor situación de stress que los factores negativos reales que dicha incertidumbre eventualmente encierra. Pero si la incertidumbre es algo incierto, desde el momento que apunta a algo que tanto puede suceder como no, la respuesta psicosomatizadora es real, concreta y visible. De este modo, lo virtual y lo real se confunde de manera permanente.

Somos sistemas condenados a una interacción cotidiana. Lo cual nos lleva a tener que adaptarnos al otro, ese que casi siempre maneja pautas de percepción del mundo diferentes de las nuestras. Pero hay errores que median en estos intentos de adaptación, y esto genera stress. Claro está, parte de estos errores pasa por creer, concientemente o no, que el otro comparte nuestros sistemas de valoración del mundo, nuestros códigos, nuestras perspectivas. Cuando la realidad es que todos operamos de una manera particular y diferente del resto de las personas en este sentido.

Somos seres en interacción, que construimos una realidad imaginaria, que se convierte en nuestra realidad física, al punto de poder generar en nosotros malestares reales. Lo cierto es que no somos individuos autónomos, sino parte de un complejo sistema de redes vinculares, en medio del cual nacemos, nos desarrollamos, nos enamoramos, vivimos, tememos, trabajamos, disfrutamos... En el medio de todo esto, una realidad imaginaria es lo más concreto y real que al parecer tenemos como para manejarnos.

jueves, septiembre 27, 2007

Primer parcial domiciliario

Este resumen no está disponible. Haz clic aquí para ver la publicación.

viernes, septiembre 21, 2007

Llamados telefónicos (es en serio)

http://orsai.es/2007/04/canelones.php

Este es un breve relato, que habla de la disolución y/o el reconocimiento del otro como alter ego a través de una comunicación mediática.

Le podría pasar a cualquiera.

Contestadores telefónicos (es broma)

Mensaje en el contestador automático del Hospital Psiquiátrico

Gracias por llamar al Instituto de Salud Mental.

- Si usted es obsesivo-compulsivo, presione repetidamente el número 1.
- Si usted es co-dependiente, pídale a alguien que le presione el número 2.
- Si usted tiene trastorno de personalidad múltiple, presione 3, 4, 5 y 6.
- Si usted es paranoico, nosotros ya sabemos quién es usted, sabemos lo que hace y lo que quiere, de modo que espere en línea mientras rastreamos su llamada.
- Si usted sufre de alucinaciones, presione el 7 en ese teléfono gigante de colores que ud. (y sólo ud.) ve a su derecha.
- Si usted es esquizofrenico, escuche cuidadosamente y una pequeña voz interior le indicará qué número presionar.
- Si usted es depresivo, no importa que número marque: nada conseguirá sacarlo de su lamentable situación.
- Si usted sufre de amnesia, presione 8 y diga en voz alta su nombre, dirección, teléfonos, cédula, fecha de nacimiento, estado civil y el apellido de soltera de su madre.
- Si usted sufre de indecisión, deje su mensaje después de escuchar el tono... o antes del tono... o durante el tono... En todo caso, espere el tono.
- Si sufre pérdida de la memoria a corto plazo, presione 9.
- Si sufre pérdida de la memoria a corto plazo, presione 9.
- Si sufre pérdida de la memoria a corto plazo, presione 9.
- Si tiene la autoestima baja, por favor cuelgue. Todos nuestros operadores están atendiendo a personas mas importantes que usted.

Gracias por comunicarse con nosotros.

martes, septiembre 18, 2007

X X X



Hablábamos en la clase pasada de máscaras y de disfraces. Respecto de esto les sugiero la lectura de un breve artículo firmado por un tal Germán A. Serain que quizás aporte algún concepto adicional sobre el tema que pueda ser aprovechado por el alumno.

¿Y qué sucede cuando nos despojamos de todo disfraz? ¿Es acaso eso posible? ¿Somos capaces de conocernos como realmente somos? La pretendida ausencia de todo disfraz, ¿no será en sí misma un disfraz?

La fotografía de más arriba es de Spencer Tunick, un artista obsesionado por los cuerpos sin ropas. Deténgase la atención en un individuo cualquiera pero en particular de este cuadro. El que cada uno de ustedes quiera. Intentemos inventarle un nombre, una profesión, una historia, que seguramente los tiene. Sin embargo, el desnudo nos confunde y nos provoca. Lleva a igualarnos en la falta de un disfraz. Salvo que convengamos que el desnudo es disfraz, en sí mismo. Es por lo pronto indefensión y fragilidad (cuando soñamos que estamos desnudos en público, por ejemplo, eso representa la exposición indefensa frente a la mirada del otro), pero hay que ser muy decidido para quitarse las ropas delante de un otro que nos mira. Desnudez, entonces, como señal de fortaleza.

¿Y qué sucede con la desnudez del rostro? ¿Es ella disfraz o revelación? ¿Cómo podríamos estar seguros? ¿Qué podría decirse, por ejemplo, de un sitio de internet basado en una colección de rostros de hombres y mujeres y sus gestos en el momento preciso de tener un orgasmo? ¿Qué se busca en estos rostros? ¿Y qué buscan quienes los ofrecen, primero a una cámara y luego a la mirada de los demás?

¿Por qué la compulsión a mostrarse? ¿Y qué es lo que se muestra, en definitiva? He aquí el enlace a una entrevista (en inglés) realizada al creador del sitio en cuestión, para quien quiera encontrar algunas respuestas posibles.

Disfraces. Exhibicionismos. Mostrarse y ocultarse. ¿Quiénes somos, en definitiva? ¿Y quién es el otro? No, definitivamente esta entrada no está aquí para ofrecer respuestas, sino apenas para generar algunas inquietudes en quien las lea. Los comentarios, por supuesto, están abiertos.

sábado, septiembre 15, 2007

Interludio televisivo

"Es el sábado, a las 23:00, por canal 2", me dicen. Yo ya lo sé. Mentalmente tomo nota, no digo que no, tampoco que sí... No digo nada. Pero me pregunto qué cosa tendrá la televisión como para generar esta fascinación, esta tensión que hace que uno quiera verse a sí mismo en la pantalla. ¿Será una nueva manera de convalidar la propia existencia? ¿Aparezco en la tele, por lo tanto existo? ¿Nos fascina el artilugio técnico en sí mismo, como a un chimpancé lo fascina el espejo? ¿Eso de vernos desde fuera de nosotros mismos, tal como otro podría vernos? ¿Nos creeremos verdaderamente esa estupidez de los diez minutos de fama? ¿O eran sólo cinco?...

También está la manía actual de videograbarlo todo. El cumpleaños, la fiesta con amigos, el casamiento, las vacaciones, la graduación. Etcétera. Dicen que en uno de los realitys de la tele (estas dos palabras comulgan de una manera extraña: reality... televisión...), financiado por la Disney Corp., una de las participantes fue expulsada porque se supo que había videograbado un encuentro demasiado íntimo con su pareja, fijate vos que mala imagen hubiese sido. Algo así como si Dippy (a.k.a. Tribilín) hubiese querido transar con la novia del ratón Mickey delante suyo...

Como sea. ¿Para qué videograbar? De nuevo la fascinación por la pantalla. Pero no se trata ya sólo de ver a través de ella, sino de ser atravesado por la cámara, tomado, secuestrado, porque ahora mi imagen es algo que está afuera de mí, y es algo que ya no puedo manejar. ¿Y si no me gusta lo que veo? ¡Tarde piaste!... Pero, ¿es que acaso alguien nos preguntó antes de filmarnos? Pero estas son las reglas del panóptico: nadie tiene que pedir permiso. Estabas ahí, las cámaras también, allí se termina el asunto.

¿Se termina allí el asunto? Mmm... me parece a mí que no, pero eso lo dejamos para tema de otra entrada.

viernes, septiembre 14, 2007

Consigna: Chat!...

El alumno deberá ingresar a un canal de chat abierto y permanecer allí durante un lapso de tiempo razonable (30 / 60 minutos), integractuando con los participantes. El objetivo es que en los comentarios de esta entrada registren las dinámicas comunicacionales que se pongan en juego y todo otro detalle que les parezca pertinente.

jueves, septiembre 13, 2007

Del cuaderno de bitácora

y entonces, sin que nadie lo esperara, entró al aula Pablo Granados con un peinado punk y dos tipos más, cada uno con una cámara de video encendida, así es como se da clases en esta facultad, con las luces apagadas, pero no era porque las hubiésemos apagado nosotros, sino que de verdad no andaban, y todo fue como un gran chiste, aunque más tarde alguien dijera y no sin razón que no había chiste alguno en las cosas malas que nos pasan en la facultad, pero la verdad es que a mí la situación me pareció divertida, cada uno actuando un papel como si nos hubiésemos puesto de acuerdo, nadie que pusiera las cosas en claro, quién era el docente, quién el alumno y quién el protagonista de su bautismo, aplausos para vos Bibiana, porque de verdad que la remaste muy bien, y yo pienso en Andy Warhol y... ¡mierda!, que me perdí mis cinco minutos de fama, pero no importa, porque igual me divertí mucho, y por ahí es que me parece que está bueno poder reírse de vez en cuando de uno mismo, y no es lo mismo que festejarle el chiste a quien venía de afuera, a no confundirse.

Atacamos, nos defendemos, nos ignoramos o intentamos concernos. Por eso es bueno dar clases de a dos, sobre todo cuando te llevás bien con la otra persona, porque podés retomar cosas que a vos se te hubieran por ahí pasado, y la verdad es algo tan básico pero a la vez tan importante esto de que nos relacionamos siempre a partir de alguna de estas cuatro dimensiones, que me pareció fundamental dejarlo anotado por aquí, para no olvidarme.

Igual después me quedé pensando que si bien es verdad que las luces del aula no andaban, fue decisión nuestra (sí, nuestra y no sólo mía, porque yo les pregunté) habernos quedado allí, en lugar de ir a otra aula más iluminada, y por algo habrá sido, que yo tengo mis razones, pero estaría bueno conocer las de ustedes.

nota al margen: a la salida de la clase Bibiana me dice que le gustaría hablar en alguna otra ocasión del panóptico, y yo le digo entonces, más allá de la broma del momento, algo así como que el panóptico es esto: tres cámaras que ingresan de repente y sin pedir permiso y sin darte tiempo a reaccionar, la mirada del gran hermano, con la única diferencia que no está claro quién es el que mira y quién el mirado, mirá vos... (y entre paréntesis, BB: muchas gracias...)

domingo, septiembre 09, 2007

Entre el gusto de los otros y nuestra imaginación

¿Por qué razón nos gusta lo que nos gusta? ¿Por qué no otras cosas distintas? Será la cuestión del gusto algo vinculado a las cualidades intrínsecas de aquello que nos satisface o molesta? ¿O acaso operamos en función de relaciones de empatía con los demás?

Antes de seguir adelante les sugiero la lectura del artículo al cual se accede a través de este vínculo. El mismo fue redactado para una revista de música clásica, con lo cual se explica su perfil; pero las conclusiones son válidas para ser aplicadas de un modo general.

Una vez leído el artículo, prosigamos...
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Sin renegar de las capacidades de nuestro juicio crítico, ni de las propias inclinaciones estéticas, pareciera ser que nuestra capacidad de juzgar no es impermeable ni tampoco del todo objetiva. No es nueva la pregunta relativa a si las cualidades de un objeto o de una persona que nos atrae residen en el objeto o en la persona en sí, en nuestro juicio, desvinculado de las verdaderas cualidades que nos parece observar, o en la articulación de ambas dimensiones.

La pregunta acerca del porqué nos gusta una determinada canción, o una determinada película, o un determinado libro, también nos puede llevar al terreno de las relaciones interpersonales. ¿Qué es lo que admiramos en una persona, por ejemplo? Ad-mirar significa promover cierta inclinación del propio ánimo hacia alguien o algo. ¿Qué es lo que produce esta inclinación? Llamémoslo gusto, atracción, amor o como ustedes prefieran. ¿Es real? ¿No nos expone al peligro de un posterior desencanto? ¿No nos demuestran las experiencias propias y ajenas que tantas veces esta ad-miración ha sido el eje de tantos conflictos y descepciones? Y sin embargo, resulta inevitable que nuestro ánimo tienda hacia determinadas cosas o gentes.

En definitiva, parece claro el hecho de que nuestra identidad se forma tanto a partir de nuestros propios actos como en la mirada de los demás, en el gusto de los demás, en la eventual admiración o rechazo que recibimos de parte de los demás. Así es como se definen los sectores marginales. Así también los grupos de poder. Así también las pasiones inexplicables. Y las canciones y artistas de moda. La mirada del otro jamás es inocente. Ni tampoco lo es la nuestra. Somos espejos y moldes. Y la objetividad no existe, pues está siempre atravesada por la mirada de un sujeto.

Ojalá reciban ustedes miradas magnánimas. Y puedan ofrecerlas a su vez. Así nos constituimos como individuos. Y constituimos un modo de aproximarnos al mundo.

viernes, septiembre 07, 2007

Del cuaderno de bitácora

"El verdadero poder está dentro de uno", me dijeron que dije en la clase de ayer, haciendo referencia andá a saber a qué cosa.

Y me pidieron que lo anotara en alguna parte, por eso de que lo que mejor se enseña es lo que más se tiene que aprender y demás. Y yo entonces, obediente al fin y al cabo, lo dejo anotado acá en el blog.

Pero también dejo anotada esta otra frase, que también me dijeron ayer, misma persona, mismo lugar: "Hoy me gustó ser yo".

Y pienso que claro, que si uno pudiera cambiar algunas cosas como para que ese yo fuese ligeramente diferente de lo que es seguramente lo haría; cosas relacionadas con el paso del tiempo, ponele, u otros detalles menores relativos a diferentes cuestiones, que cada cual se ponga su sayo. Pero bueno, también es sabido es que hay cosas que no podemos cambiar.

Y sin embargo Sartre dice que el hombre siempre es libre. Y esto es algo que me quedó pendiente, y lo anoto acá para no olvidarme de comentarlo en la case que viene. Porque es importante.

Según Sartre siempre hay cosas que podemos cambiar. Siempre hay por delante al menos dos alternativas entre las cuales decidir. Y es un difícil desafío, que también nos define como sujetos. Sujetos sujetados a la propia libertad, entre otras sujeciones varias y diversas, el difícil punto de equilibrio, etcétera.

Ser libre siempre es bueno, de más está decirlo; pero no siempre es cómodo. ¿Qué cosas podremos hacer con este poder que tenemos dentro nuestro? La respuesta no es sencilla. Me recuerda aquello que escribió alguna vez Sábato:

¿Qué se puede hacer en ochenta años?

Probablemente, empezar a darse cuenta de cómo habría que vivir y cuáles son las tres o cuatro cosas que valen la pena.

Un programa honesto requiere ochocientos años. Los primeros cien serían dedicados a los juegos propios de la edad, dirigidos por ayos de quinientos años; a los cuatrocientos años, terminada la educación superior, se podría hacer algo de provecho; el casamiento no debería hacerse antes de los quinientos; los últimos cien años de vida podrían dedicarse a la sabiduría.

Y al cabo de los ochocientos años quizás se empezase a saber cómo habría que vivir y cuáles son las tres o cuatro cosas que valen la pena.

Un programa honesto requiere ocho mil años...

Etcétera.

De más está decir que esto no es una consigna. Pero nobleza obliga: ayer, al menos por un rato, me gustó ser yo; y en parte eso tuvo que ver con el gusto de dar una clase en la facultad. El resto es aprender a vivir, lo cual jamás ha sido una empresa sencilla de abordar. Pero es necesario afrontar el desafío. Buen fin de semana.

lunes, septiembre 03, 2007

Y a vos...¿qué cosas te dan vergüenza?

¡Dale!... ¡Animate!... Contá en los comentarios de esta entrada la anécdota de aquella vez que sentiste mucha pero muuuuuuucha vergüenza. Tenés la ventaja de poder contarlo en forma anónima. Pero la verdad es que sería una precaución innecesaria, porque no tenemos de qué avergonzarnos. ¿O sí?...

Para romper el hielo, el link a una nota de un portal en internet que da cuenta de algunos casos más o menos típicos.

Y el relato de una anécdota personal, si cabe, no porque me guste exponerme, sino para que no digan que el docente pide que se expongan ustedes mientras él permanece a buen resguardo:

Centro Cultural San Martín, de esto hace ya unos cuantos años. Curso de fonación y proyección de la voz, algo ideal para quien en ese momento comienza a trabajar en radio y ofrece clases en la facultad, vamos a ver qué onda.

Aquí estamos ya. El curso está por comenzar, pero... ¡Ay!... Un pequeño detalle: el curso no era para profesionales de la radiofonía ni de la docencia, como uno creía, sino para actores. Y bueno, ya que estamos, nos quedamos; por ahí pinta algo bueno.

Llega el coordinador del taller. Buenos días, buenas tardes, vamos que arrancamos, primera consigna para irnos conociendo: cada uno elija un animal y comienza a representarlo.

Detengámonos un momento. Debe quedar claro que los asistentes al taller en cuestión, a sabiendas de que era un taller de fonación PARA ACTORES, son personas deshinibidas, con un fuerte sentido lúdico, desvergonzadas, en definitiva, a diferencia de aquel que por entonces era quien esto escribe, que podría ser descripto más bien como melindroso, pero sobre todo como VERGONZOSO.

Sigamos, pues. Allí nomás cada uno de los asistentes al taller en cuestión elige una especie zoológica y todos comienzan a actuar del modo más extraño que se pueda imaginar. Hay chicas en cuatro patas que maúllan, otras que cacarean, muchachos que intentan treparse por aquí y acullá mientras emiten curiosos sonidos guturales... Y en medio de todo eso, con el espanto de no saber qué hacer, un servidor. La intuición me indica que en cualquier momento toda esa manada de extraños animales comenzará a fijarse en mí, único bípedo que de repente ha quedado en el recinto, y la reacción por una vez es rápida:

Me tiro al piso y comienzo a gemir, a gesticular, a mugir, ladrar y balar, como si fuese un alienado. Si me preguntaran qué especie animal es la que he escogido no sabría responder. Sólo intento alejarme lo más posible de la especie humana. No porque el ejercicio me atraiga, sino porque de repente se ha convertido en el único modo de pasar desapercibido en medio de ese conjunto de locos dementes. No quiero que me miren, no quiero que me vean... Sólo un rato más tarde me doy cuenta de lo bien que se siente ser por un rato un alienado. Pero eso ya es parte de otra historia.

jueves, agosto 30, 2007

Este es el lugar adecuado...

...para dejar asentadas sus impresiones respecto del ejercicio realizado en la clase del jueves 30/08.

Espantapájaros Nº 16

A vos, pibe... ¿no te gustaría ser mujer, aunque más no sea por un rato?... Y vos, chiquita, decime la verdad: ¿no hay días en que te gustaría ser... una jirafa?

Lo que sigue lo escribe
Oliverio Girondo, en 1932. Como eventual consigna estaría bueno saber si el concepto del texto les resulta atractivo o no, plausible o no, deseable o no, sobre todo.

A unos les gusta el alpinismo. A otros les entretiene el dominó. A mí me encanta la transmigración.
Mientras aquellos se pasan la vida colgados de una soga o pegando puñetazos sobre una mesa, yo me lo paso transmigrando de un cuerpo a otro, yo no me canso nunca de transmigrar.
Desde el amanecer, me instalo en algún eucalipto a respirar la brisa de la mañana. Duermo una siesta mineral, dentro de la primera piedra que hallo en mi camino, y antes del anochecer ya estoy pensando la noche y las chimeneas con un espíritu de gato.
¡Qué delicia la de metamorfosearse en abejorro, la de sorber el polen de las rosas! ¡Qué voluptuosidad la de ser tierra, la de sentirse penetrado de tubérculos, de raíces, de una vida latente que nos fecunda... y nos hace cosquillas!
Para apreciar el jamón ¿no es indispensable ser chancho? Quien no logre transformarse en caballo ¿podrá saborear el gusto de los valles y darse cuenta de lo que significa "tirar el carro"?...
Poseer una virgen es muy distinto a experimentar las sensaciones de la virgen mientras la estamos poseyendo, y una cosa es mirar el mar desde la playa, otra contemplarla con unos ojos de cangrejo.
Por eso a mí me gusta meterme en las vidas ajenas, vivir todas sus secreciones, todas sus esperanzas, sus buenos y sus malos humores.
Por eso a mí me gusta rumiar la pampa y el crepúsculo personificado en una vaca, sentir la gravitación y los ramajes con un cerebro de nuez o de castaña, arrodillarme en pleno campo, para cantarle con una voz de sapo a las estrellas.
¡Ah, el encanto de haber sido camello, zanahoria, manzana, y la satisfacción de comprender, a fondo, la pereza de los remansos... y la de los camaleones!...
¡Pensar que durante toda su existencia, la mayoría de los hombres no han sido ni siquiera mujer!...
¿Cómo es posible que no se aburran de sus apetitos, de sus espasmos y que no necesiten experimentar, de vez en cuando, los de las cucarachas... los de las madreselvas?
Cuando la vida es demasiado humana ‑¡únicamente humana!‑ el mecanismo de pensar ¿no resulta una enfermedad más larga y más aburrida que cualquier otra?
Yo, al menos, tengo la certidumbre que no hubiera podido soportarla sin esa aptitud de evasión, que me permite trasladarme adonde yo no estoy: ser hormiga, jirafa, poner un huevo, y lo que es más importante aún, encontrarme conmigo mismo en el momento en que me había olvidado, casi completamente, de mi propia existencia.

viernes, agosto 24, 2007

Dos fragmentos de Sábato

Esto no es una consigna. Es nada más que la reproducción de dos fragmentos que acabo de leer en internet. El resto fue el impulso de reproducirlos en alguna parte. Por ejemplo, en este blog.

Hay varios tipos de resistencia. Se puede resistir a un casamiento por obligación que uno no desea (risas)… Cuando se me acercan los jóvenes pidiéndome consejos mi respuesta es bien clara: resistir. Esa es la consigna. Los jóvenes se tienen que hacer cargo de una rebelión que acabe de una vez por todas con esta sociedad que nos lleva a la ruina; a una ruina que no sólo es material, sino que es también espiritual, algo todavía peor; de alguna manera, todos aquellos que aún nos sentimos jóvenes vamos a apoyarlos. Cierta vez, un amigo me dijo: “lo que pasa es que vos no maduraste”, y yo le respondí: “Si para vos madurar significa acomodarse y aceptar la realidad, tenés razón, soy un desacomodado.”

[de una entrevista a Ernesto Sábato]

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"He visto algunas peliculas donde la alienación y la sociedad son tales que las personas buscan amarse a través de un monitor. Por no hablar de estas mascotas artificiales que inventarón los japoneses, que no sé que nombre tienen, que se las cuida como si vivieran, porque tienen "sentimientos" y hay que hablarles. ¡Qué basura y que trágico pensar que esa es la manera que tienen muchas personas de expresar su afecto!. Un juego siniestro cuando hay tanto niño tirado por el mundo, y tanto noble animal camino a la extinción."

(Ernesto Sábato, "La Resistencia")

viernes, agosto 17, 2007

Consigna: Imagine... God as a woman

Durante un par de cuatrimestres propuse un poema pretendidamente herético escrito por el uruguayo Mario Benedetti para cruzar con las Meditaciones metafísicas de René Descartes, que vosotros habéis de leer para la próxima clase.

El texto de Benedetti en cuestión puede ser leído a través de este link (lo cual significa que la consigna sigue en pie). La idea es imaginar qué sucedería si Dios, en lugar de ser lo que todos y cada uno de nosotros sabe que es (?), fuese -por ejemplo- mujer. O en lugar de uno varios. O si fuese alguna otra cosa, la que a ustedes se les ocurra.

Pero además se me ocurrió, como para completar la cosa, que otro texto que bien podría vincularse con lo mismo es éste que canta aquí debajo el bueno de John Lennon. Que como es tan conocido quizás ni valga la pena que copie su letra y/o la traduzca.

Aguardo vuestros aportes y comentarios.

jueves, agosto 16, 2007

Del cuaderno de bitácora (Here we go again...)

A confesión de parte relevo de prueba: tuve que preguntarle a una alumna de otro cuatrimestre si las clases comenzaban esta semana o la otra. Suerte que uno tiene esta clase de contactos dentro de la facultad, porque de lo contrario todo sería más difícil.

Por lo demás, las comparaciones siempre son odiosas. Al menos esto es lo que habitualmente se dice. Aunque si vamos a comparar, debe haber cosas mucho más odiosas que las comparaciones. Pero vamos al punto: lo que quería decir, sin ánimo de establecer comparaciones (que por otra parte serán inevitables), es que disfruté mucho del cuatrimestre anterior, que fue particularmente movilizador, lo cual abre una expectativa especial en lo que respecta a éste.

Entonces, como una especie de cábala, me voy a permitir comenzar esta cursada repitiendo el texto con el cual arranqué el cuatrimestre anterior. Es un texto de George Steiner, del libro "Lecciones de los maestros", y puede tomarse tanto como una bienvenida o como una reflexión acerca de la naturaleza del ejercicio docente.

En todo caso, sé que me arriesgo a que me comparen con otros docentes que, de tener un blog como éste, acaso no repetirían lo dicho en ocasiones pasadas. En fin, ya se sabe: las comparaciones son odiosas... pero inevitables.

“¿Qué es lo que le confiere a un hombre el poder para enseñar a otro ser humano? ¿Dónde está la fuente de su autoridad? Por otra parte, ¿cuáles son los principales tipos de respuesta de los educados? Estas cuestiones desconcertaron a San Agustín y aparecen con toda su crudeza en el clima libertario de nuestra época."

“Simplificando, podemos distinguir tres escenarios principales o estructuras de relación. Hay Maestros que han destruido a sus discípulos psicológicamente y, en algunos raros casos, físicamente. Han quebrantado sus espíritus, han consumido sus esperanzas, se han aprovechado de su dependencia y de su individualidad. El ámbito tiene sus vampiros. Como contrapunto, ha habido discípulos, pupilos y aprendices que han tergiversado, traicionado y destruido a sus Maestros. Una vez más, este drama posee atributos tanto mentales como físicos. Recién elegido rector, Wagner triunfante desdeñará al moribundo Fausto, antaño su magíster. La tercera categoría es la del intercambio: el eros de la mutua confianza e incluso el amor (es el caso del discípulo amado de la Ultima Cena). En un proceso de interrelación, de ósmosis, el Maestro aprende de su discípulo cuando le enseña. La intensidad del diálogo genera amistad en el sentido más elevado de la palabra.” (…)

“Evidentemente, las artes y los actos de enseñanza son, en el sentido propio de este término, tan denostado, dialécticos. El Maestro aprende del discípulo y es modificado por esta interrelación en lo que se convierte, idealmente, en un proceso de intercambio. La donación se torna recíproca.”

lunes, agosto 06, 2007

Escribe Andrea Gentil en www.saludyciencias.com.ar:

El placebo tiene una historia tan larga como los primeros estudios sobre el ser humano, sus enfermedades y sus curas. El térmico placebo proviene del latín, de un vocablo que significa satisfacer, y alude a aquello que se aplica a las personas hipocondriacas (las que están convencidas de tener alguna enfermedad) como un remedio inofensivo. Hoy día los placebos se utilizan en pruebas de laboratorio en las cuales se testean los efectos de fármacos nuevos, antes de que los mismos salgan al mercado.

A ciertos enfermos se les administra una sustancia inerte para descubrir el efecto psicológico que puede reportar ingerir una pastilla y compararlo con el efecto biomédico del nuevo fármaco. Durante las pruebas, ni el voluntario que recibe el fármaco ni quien administra la droga saben si la dosis dada contiene el medicamento verdadero o el placebo. Eso sale a la luz recién cuando las pruebas finalizan. La idea es evitar que el científico pueda dar pistas al paciente sobre si está o no recibiendo un tratamiento real.

Los ensayos clínicos a ciegas muestran una mejoría de entre el 25% y el 75% de los enfermos gracias al efecto placebo. Las enfermedades que en mayor medida se benefician de esta medicina imaginaria son el dolor crónico, la hipertensión, la angina de pecho, la depresión, la úlcera, el asma, la artritis y la migraña. Todas poseen un evidente componente psicosomático: una conexión entre la mente y el cuerpo. Hay quienes agregan a esta lista el cáncer y enfermedades cardíacas.

Howard Brody, investigador de la Michigan State University, define el placebo como una farmacia del cuerpo. "Dentro nuestro existen sustancias químicas curativas. Si logramos aprender a pulsar los botones correctos y manejar las señales procedentes de nuestro entorno, estas vías químicas se activan."

Un estudio científico, realizado con un grupo de chicos venezolanos asmáticos demostró la eficacia del placebo. Cada vez que los niños usaban un inhalador antialérgico se los exponía a un fuerte olor a vainilla. A las dos semanas, ya sólo se les administraba el aroma, pero la capacidad pulmonar de todos los nenes mejoró como si hubieran usado el inhalador auténtico.

Irving Kirsh, profesor de Psicología de la Universidad de Connecticut, evaluó 19 pruebas clínicas de antidepresivos y llegó a la conclusión de que en el 75% de los casos la mejoría de los síntomas se debía a que los pacientes creían que así ocurriría. Conclusiones similares obtuvo con ensayos clínicos de fármacos similares al Prozac.

Desde hace mucho tiempo en el campo de la cirugía existe la sospecha de que ciertos métodos deben su éxito al efecto placebo. Durante los años '50 la ligadura de las arterias mamarias era una técnica habitual para tratar la angina de pecho. Implicaba el bloqueo de dos arterias en un intento por mejorar un riego sanguíneo alternativo al corazón. Fue entonces cuando Leigh Cobb realizó -durante un experimento en la ciudad de Seattle- una incisión en el tórax de un paciente, pero sin hacerle nada más. Descubrió que la operación ficticia tuvo tanto éxito como la ligadura de arterias mamarias.

Aunque también existe lo que los expertos llaman "efecto nocebo", con sus resultados nefastamente contrarios. Un ejemplo: una mujer, en un hospital de los Estados Unidos, escuchó a su médico hablar de un caso terminal y creyó que se refería a ella. A pesar de todos los intentos por convencerla de lo contrario, falleció ese mismo día.

Quienes estudian el efecto placebo creen que uno de los mecanismos clave por los cuales el cuerpo mismo, la química interna de una persona, logra curar sin tratamiento verdadero, es la expectativa que genera. The Lancet, revista médica de gran prestigio, relata: "Un paciente que recibió 25 gotas de láudano, pensando que era un purgante, se vio importunado toda la noche por una constante evacuación del abdomen (el láudano contiene opio y, por lo general, provoca estreñimiento, no diarreas)."

Pero el placebo hace mucho más que aliviar el dolor. Parece afectar al nivel de estrés, reduce la presión sanguínea y la hiperacidez, combate el exceso de azúcar en los diabéticos, descongestiona los bronquios, y hay quienes aseguran que reduce el tamaño de un tumor. El cuerpo reacciona llevando a la realidad los resultados esperables, algo así como una respuesta condicionada, que es otra de las explicaciones posibles al placebo.

miércoles, agosto 01, 2007

Ficción, realidad, violencia, turismo

Un artículo si se quiere ingenuo aparecido en el portal Infobae, acerca de los motivos por los cuales a la gente gusta de ver películas de terror, es el puntapie inicial para una serie de relaciones acerca del gusto-disgusto, placer-displacer, amor-odio.

Por empezar, ya no hablamos de ese cine de terror (léase suspenso) al cual aludía Hitchcock cuando decía que no debe mostrarse el estallido de una bomba, sino la bomba debajo de la mesa, y a los comensales comiendo ajenos al drama que está por suceder. Hoy el cine no es de suspenso, sino de espanto, y no importa la bomba, sino la sangre y las mutilaciones que -efectos especiales mediante- puedan reproducirse y mostrarse.

El artículo de Infobae dice que la gente puede sentir emociones negativas y positivas al mismo tiempo y que por eso puede disfrutar de ser asustado. Otros ejemplos de lo mismo: subirse a la montaña rusa, tomar jugo de limón en ayunas, las distintas formas imaginables del masoquismo -pegame y decime marta-, casarse y tener hijos, presenciar una ejecución en directo.

Lo del matrimonio es, por supuesto, casi una broma, pero la verdad es que hay innumerables relaciones patológicas que se sostienen en una extraña lógica que hace coincidir, en un mismo lugar y tiempo, la necesidad de un otro (individual o social) que representa una relación idílica y deseable a la vez que una pesadilla.

Y en cuanto a lo de las ejecuciones, tanto podemos pensar en los linchamientos que han tenido lugar a lo largo de toda la historia del hombre como en un concepto más moderno como el del cine snuff. ¿Será éste el límite mediático que resta romper para violentar nuestros adormecidos sentidos? Hablamos de una droga: cada vez necesitamos estímulos más fuertes para conmovernos. Ya no alcanza con la sugerencia de una bomba debajo de la mesa: necesitamos verla estallar, y luego el detalle de sus efectos. Pero hay quienes ya no se conforman con ficciones y necesitan la toma de video que refleje lo real. He aquí el sueño de todo productor de un reality show: que alguien muera en cámara. Si es en medio de una escena violenta, mejor. Sin embargo, esta no es una cuestión nueva, ni exclusivamente mediática. ¿Por qué razón una persona asistiría a una ejecución pública, por ejemplo? En ocasiones puede que se lo obligue, como un modo de escarmiento. Pero por otro lado opera el morbo.



Otra faceta más de lo mismo: en un artículo de la revista Parabólica, Marcelo Expósito habla del turismo de guerra. "La guerra es también un destino turístico. Una de las atracciones turísticas más populares es, en efecto, el campo de batalla en el cual la guerra ha sido luchada. Los lugares solemnes de la guerra parecen incongruentes con el presumible deseo turístico de dejarse llevar por placeres y divertimentos despreocupados. Pero estos lugares son una llamada a otro deseo: el deseo por lo extremo, que está unido a la fascinación por el heroísmo. El campo de batalla es un lugar altamente dramático, ideológicamente codificado y sacralizado por la sangre vertida. Los campos de batalla son fuertes atracciones turísticas en tanto que alimentan directamente el deseo del turista por el aura, una cualidad profundamente ausente en nuestro mundo mediatizado; un aura que, según se cree, puede ser encontrada en los espacios del pasado cultural. Un lugar donde un soldado murió por una causa será visitado sin duda por otras personas."

Pero no se trata sólo de visitar lugares históricos: las compañías turísticas organizan tours por los lugares más calientes y peligrosos del planeta, y se editan guías con consejos especiales para esta clase de viajeros. Se diría, en resumen, que es evidente que el horror nos atrae, en mayor o menor medida. Está muy bien eso de la ficción, pero no nos hemos limitado sólo a ella, ni mucho menos. ¿Será acaso un modo de distraernos de nuestra propia e insoportable fragilidad? ¿O será un modo de ceguera que todavía no hemos alcanzado a superar en nuestra precaria evolución animal?

viernes, julio 27, 2007

Links, redes y tranvías

En vacaciones me pasa algo con este blog. Me dan ganas de escribir, pero no sé bien qué. Tampoco sé muy bien quién está del otro lado. Esto me demuestra, entre otras cosas, que el blog por sí solo, al menos éste, sin la presencia de los alumnos no es lo mismo. Claro que presencia virtual también es presencia, al menos hasta cierto punto. Quiero decir que habiendo establecido un vínculo, en ocasiones ese vínculo se mantiene, incluso in ausentia de un contacto presencial.

Como sea, y ya que de vínculos hablamos, el punto es que con esto de internet y la cuestión de las redes, sucede a veces que un vínculo nos lleva a otro, y este otro a otro más, con lo cual se constituyen verdaderas comunidades virtuales. Y de vez en cuando uno se encuentra con cosas que vale la pena compartir, incluso fuera de todo temario, y qué mejor momento que las vacaciones para hacerlo.

Cuenta mi mamá que cuando ella era chica viajaba en tranvía. Algunas calles de Buenos Aires conservan, todavía, en sus calles, rieles de aquellos tiempos. Más tarde quitaron los tranvías, por obsoletos, dijeron. Y más tarde alguien dijo que en realidad el tranvía era uno de los mejores medios de transporte posibles para las grandes ciudades, y propuso su reinstalación. Así apareció el PreMetro primero, y ahora un flamante tranvía en Puerto Madero.

Así las cosas. Quería publicar una entrada y en estos vínculos de ideas encontré la excusa perfecta. Y este vínculo con la maravillosa idea de un tranvía inmóvil, magnífica ironía que los invito a leer.

Nos estamos viendo.

domingo, julio 08, 2007

Finales, firma de libretas, devolución de parciales

Las mesas de final de la materia son el lunes 16 y lunes 23 de julio, en ambos casos a partir de las 17:00. Confirmo mi presencia para ambas fechas. Quienes deban rendir final, lleven su primer parcial corregido a la mesa. En las mismas dos fechas se estará haciendo devolución de los segundos parciales y firma de libretas.

sábado, junio 30, 2007

Del cuaderno de bitácora

No quise publicar estas palabras antes de haber terminado de corregir los parciales para mantener la necesaria objetividad. Ya volcadas las notas de todos y cada uno, me permito decir que en definitiva no me parece mal que un docente deba ocupar cada tanto el lugar del alumno y demostrar ante una mesa examinadora lo que sabe hacer.

Sin embargo, por otra parte considero que para bien o para mal el verdadero concurso docente no se rinde ante una mesa examinadora, una vez cada tanto, sino cada vez que el docente entra al aula y se para frente a sus alumnos, que son quienes en verdad deben juzgarlo en su labor, dado que en definitiva es para ellos para quienes trabaja.

Y en este sentido estoy sinceramente feliz y agradecido, pues a juzgar por los comentarios que he recibido en la anotación de más abajo, volcados por ustedes incluso al margen de sus calificaciones, llego a la conclusión de que tengo el concurso docente aprobado. Y ojo, que no hablo aquí del concurso que convalidará eventualmente mi cargo en la cátedra, sino del otro, el verdadero y más importante, que es el que se puso en juego cada jueves de 19 a 21 en el aula 6.

Tengo presente, de todos modos, que siempre habrá cosas por mejorar. Y me parece que esto es algo bueno, pues es señal de que también el docente aprende de aquellos a quienes enseña.

Gracias, nuevamente, por haberme acompañado durante este primer cuatrimestre de 2007.

jueves, junio 28, 2007

Los alumnos dicen...

...lo que tengan para decir respecto de la cursada o lo que tengan ganas. Es una especie de cuaderno de firmas del visitante. Se aceptan críticas constructivas, quejas, reclamos, improperios y también mensajes cariñosos.

El docente dice...

...que en esta entrada van a estar próximamente las notas de los parciales y otros comentarios varios de mi parte.

P.S.: Alguien se dejó olvidado un cuaderno con apuntes en el aula. Está en Intendencia, al lado de la salida de la facultad en PB.

viernes, junio 22, 2007

Ultimo parcial?...

Son sólo dos preguntas:

1. Descripciones

Para empezar: Escoja un fragmento de discurso de carácter poético, de producción propia (en su defecto, si no sabe o no se anima, un equivalente, pero tendrá que decir por qué lo considera equivalente), y reprodúzcalo en el parcial. Ahora atención: Lo que sigue no está referido de un modo puntual ni exclusivo al fragmento anterior.

Analice las relaciones que pueda establecer entre aquello que dice, nombra y/o representa, quienes dicen, nombran y/o representan y lo que es dicho, nombrado y/o representado, considerando las temáticas vistas en la materia. ¿Para qué se dice, nombra y/o representa y desde qué dimensiones del sujeto se realizan estas acciones?

Adenda y ayuda: ¿Por qué cree que le hicieron comenzar este parcial con un fragmento de discurso poético?


2. Organizaciones (ossia "La única verdad es la realidad"
(Sí, claro... pero, ¿qué es la realidad?)


Analice de un modo exhaustivo las situaciones planteadas en cualquiera de los dos textos propuestos de Julio Cortázar, a su elección, considerando los diferentes conceptos aplicables vistos en la materia. Los textos en cuestión son: la "Pequeña historia tendiente a ilustrar..." etc., por un lado, y la obra “Los Reyes” por la otra. En ambos casos, los textos deben tomarse como la descripción de situaciones comunicacional reales y concretas. La respuesta debe ser lo más completa posible, tomando en cuenta la complejidad del caso escogido y todo lo trabajado en prácticos y los textos de la materia.

jueves, junio 21, 2007

Acerca de las palabras...

pocas palabras... muy pocas. pero acaso indispensables.

Acerca del arte por el arte...

Esta entrada tiene que ver con algunas de las cosas que veíamos respecto del arte durante la clase pasada.

Pero para hablar de l'art pour l'art (el arte por el arte) prefiero remitirlos a este artículo.

viernes, junio 15, 2007

sábado, junio 09, 2007

Mi otro blog

Ya escribí bastante ayer viernes en el blog, como para añadir hoy más. Así que me he dedicado a actualizar mi otro blog, el personal. Pero claro, uno es sólo uno y siempre el mismo, ya sea que se trate de escribir cosas vinculadas a la facultad, a la música clásica o a cuestiones personales. Y a veces es razonable, entonces, que estos contenidos puedan cruzarse. En definitiva, que la anotación titulada Una pequeña forma del espanto, que acabo de editar en mi otro blog, podría perfectamente haber sido incluida aquí, y acaso con mayor justicia, dado el tema en cuestión, de no haber sido porque ayer escribí aquí tantas otras cosas.

viernes, junio 08, 2007

Materiales de lectura y un par de curiosidades

Para la clase que viene lean el texto de Freud sobre psicología de las masas, y también todo lo demás que no hayan leído hasta el momento. Pero por lo demás les paso un link desde el cual pueden descargar el libro que van a tener que leer para el segundo parcial.

Es mejor si compran el libro, por supuesto (siempre es más dignificante). Pero de lo contrario pueden hacer click aquí.

Además, debajo les dejo un par de curiosidades... para ser leídas, creo yo, desde el lugar de quien afirma que, al fin y al cabo, todo tiene que ver con todo.

Curiosidad uno: Química y pastillas

Hablando de sensibilidades aturdidas (véase más abajo lo del boyfriend pillow), he aquí la noticia a la cual refería ayer en el práctico: una nueva droga que sirve para borrar de la memoria recuerdos traumáticos.

La psicoanalista Ethel Edith Greizerstein reflexionaba así, en torno de esta noticia: "¡Casi nada! ¡La idea es borrar un trozo de tu vida así como así! Me parece interesante pensar en el tema, y unas cuántas películas lo hicieron, pero eso era ficción. Y ahora parece que va en serio. Ya las ratas no necesitan diván. Administrándoles propanol, que bloquea los neurotransmisores, los dulces animalitos a los que les habían dado un shock eléctrico simultáneo a un sonido, lo olvidaban y podían seguir amando a los humanos. ... Si estos dulces animalitos estuvieran por ahí, haciendo su vida, y olvidaran que este sonido tiene consecuencias dolorosas, no podrían defenderse porque habrían olvidado las consecuencias y serían como los humanos, que tropezamos dos veces con la misma piedra.

"Nuestra memoria -no tanto la memoria como el olvido- es selectiva. Ciertas cosas no recordamos y recordamos otras distorsionadas (recuerdos encubridores). Señalo esto con el fin de no pensar el recuerdo como un texto del que se puedo borrar un pedacito... sin consecuencias. Pero ¿es conveniente olvidar? ¿No sería prudente permanecer alertas, elaborar los duelos y exigir respuestas sociales y políticas correctas, para el caso de acontecimientos como los ataques terroristas, Cromañón y tantos otros?

"Todo un tema este de los duelos. Parecería que en nuestra cultura actual no se debe sufrir, no se puede tener un duelo. Estamos ametrallados por publicidades que nos dicen que no tenemos por qué sufrir; ante el más pequeño dolor tenemos XXXX-plus o la clásica YYYY-con vitamina, y si no disfrutamos de la vida es porque no consumimos RRRR-con magnesio. Sí, tenemos que drogarnos, así de sencillo. ¿Paradojal, no? Porque el tema de la drogadicción es un problema a nivel mundial y según parece los gobiernos la persiguen. Vamos de vuelta: no debemos sufrir pero no debemos drogarnos. Si para no sufrir los laboratorios nos ofrecen un montón de pastillitas que les vienen bien a sus bolsillos, ¿por qué no se permiten las otras drogas que no pasan por sus bolsillos? Pero eso es otra historia.

"Estamos en una cultura que promueve la inmediatez, el todo ya. Nos movemos apurados exigiendo un máximo rendimiento en todo momento. El sufrimiento no es escuela, la frustración no aporta, sólo resta. El dolor debe ser vengado o suprimido. No hay tiempo de elaboración, de ligaduras. Las especialidades buenas para los planes de salud oficiales son las que son breves, rápidas y supresoras de síntomas."


Hasta aquí la transcripción del texto de Greizerstein. Y yo me pregunto, junto con Manu, si finalmente deberíamos llegar a la conclusión de que sólo somos el resultado de procesos químicos, pasibles de ser modificados, potenciados o suprimidos con un comprimido adecuado al efecto. Hay quienes piensan que sí. Y si quieren vean este artículo que habla sobre los componentes químicos que hacen a la atracción sexual. Por algo es que en el lenguaje cotidiano hemos reemplazado el ya viejo "hay onda" por el más moderno "hay química"... Y más allá de esto les pido que vean, si es que todavía no lo han hecho, La naranja mecánica, la película de Stanley Kubrik sobre la novela de Anthony Burgess. Me gustaría trabajar en algún momento sobre ella.

Mientras tanto, reconozco que mi racionalidad no me permite llegar a tanto. No estoy dispuesto a admitir que el amor, el dolor, las esperanzas, los miedos, el enojo, la poesía, o esa indecible dimensión que llamamos alma, sean el simple resultado de un imprevisto cocktail químico. Pero esto no quiere decir que yo no esté equivocado. Tal vez sea que mi química no me deja admitir semejantes revelaciones.

Curiosidad dos: La almohada que te abraza


Buscando fotos de almohadas para poner en mi comentario anterior, volví a encontrarme con esta imagen... Para quienes no la conozcan, esta es "The Boyfriend Pillow", novedosa almohada fabricada en poliéster por la firma japonesa Kameo (80 dólares), con forma, textura, y consistencia similares a las de un caballero (nótese, por favor, el detalle del botón en el bolsillo). Ideal para damas solitarias, esto viene con dos camisas/funda, para cambiar cuando una de ellas se ensucia, y además es funcional, pues incluye un despertador que suena a la hora que vos quieras. Lo peor de todo es que la idea parece haber tenido buena acogida en el mercado.

Para quienes tengan ganas de leer la noticia original completa en el portal de noticias de la BBC, pueden hacer click aquí.

Del cuaderno de bitácora...

esta mañana desperté de un sueño extraño. yo estaba en la facultad, terminando una de mis clases, cuando miro el reloj y veo que son las diez de la noche, la clase había durado una hora más de lo previsto, sin que nadie dijese nada, aunque en realidad parecía ser todavía más tarde, porque en el edificio reinaba un silencio tremendo. en el aula sólo quedaban tres alumnos (perfectamente identificables, lo juro, que si no digo aquí quiénes eran es a fin de no generar suspicacias) y no parecían tener apuro por irse, pero yo pensé algo así como "pobres, ya me aguantaron suficiente, mejor los dejo en paz". así que se van y quedo solo, y entonces escucho que en el aula de al lado hay una reunión de docentes, dirigida por una especie de regente que los está cagando-a-pedos-mal, como si fuesen cadetes y ella un sargento del ejército, y les dice que al día siguiente deben presentar sin falta el diploma que los habilita para dar clases. yo me quedo muy quieto y callado, porque no quiero que me descubran, pero no es por no tener mi diploma, que de hecho no tengo ninguno, sino que de pronto descubro que no encuentro mis pantalones por ninguna parte. más tarde converso con dos chicas que me piden ayuda para un trabajo de tesina, no tengo idea de que hora sea y al parecer estoy vestido otra vez, pero recuerdo que me dicen que yo fui el único de entre no sé cuántos docentes que accedió a ayudarlas con su trabajo y yo argumento entonces algo acerca de que los docentes también son gente, y que la gente a veces es medio pelotuda, o algo así. ahí es cuando me despierto, pero ojo, que no siempre sueño esta clase de cosas. a veces sueño cosas raras en serio.

domingo, junio 03, 2007

Reciclaje de palabras...

A mis 12 años de edad estuve a punto de ser atropellado por una bicicleta. Un señor cura que pasaba me salvó con un grito: «¡Cuidado!» El ciclista cayó a tierra. El señor cura, sin detenerse, me dijo: «¿Ya vio lo que es el poder de la palabra?» Ese día lo supe.

(Gabriel García Márquez)


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No es que no quiera escribir. Estoy corrigiendo parciales. Por eso es que no me he tomado tiempo para generar todavía una nueva entrada acerca de los nuevos temas que estamos viendo.

No obstante ello, quise aprovechar algunas cosas que estaban escritas ya desde antes, como para proponer como material de lectura acerca de las palabras.

Por ejemplo esto, acerca de la curiosa idea de que un auto deba parecer agresivo.

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“Las palabras se esfuerzan,
se resquebrajan y a veces se rompen,
bajo la carga,
bajo la tensión, resbalan,
se deslizan, sucumben,
se pudren con su imprecisión,
no se quedan en su sitio,
no se quedan quietas.”

(T.S. Eliot)


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También está esto otro, aunque no estoy seguro acerca de qué...

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Se preguntaba alguna vez Julio Cortázar
por qué razón habríamos de seguir
escribiendo o diciendo cosas,
siendo que ya todo ha sido dicho,
de una u otra manera,
en algún otro momento.

A Cortázar le contesta André Guide:
Como no escuchamos,
no queda entonces más remedio
que volver a decirlo
todo de nuevo.

G.S.

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Y fundamentalmente tenemos este texto, acaso un tanto largo para anotación del blog. Pero creo que vale la pena leerlo...

...Tan enorme era aquella cara, que con facilidad habría podido llevar su nombre escrito sobre ella un centenar de veces. Humpty Dumpty estaba sentado con las piernas cruzadas, como si fuera un turco, en lo alto de una pared. Pero era tan estrecha que Alicia se asombró de que pudiese mantener el equilibrio sobre ella. Y como tenía los ojos fijos, mirando en dirección contraria a Alicia, y como estaba ahí sin hacerle el menor caso, pensó que después de todo podía no tratarse más que de un muñeco.

--¡Es la mismísima imagen de un huevo --dijo Alicia en voz alta, de pie delante de él y con los brazos preparados para cogerlo en el aire, tan segura estaba de que se iba a caer de un momento a otro.
--¡No te fastidia...! --dijo Humpty Dumpty después de un largo silencio y cuidando de mirar hacia otro lado mientras hablaba-- ¡qué lo llamen a uno un huevo...! ¡Es el colmo!
--Sólo dije, señor mío, que usted se parece a un huevo --explicó Alicia muy amablemente-- y ya sabe usted que hay huevos que son muy bonitos –añadió esperando que la inconveniencia que había dicho pudiera pasar incluso por un cumplido.
--¡Hay gente-- sentenció Humpty Dumpty mirando hacia otro lado, como de costumbre-- que no tiene más sentido que una criatura!

Alicia no supo qué contestar a esto: no se parecía en absoluto a una conversación, pensó, pues no le estaba diciendo nada a ella; de hecho, este último comentario iba evidentemente dirigido a un árbol... así que quedándose donde estaba, recitó suavemente para sí:

Tronaba Humpty Dumpty
desde su alto muro;
mas cayóse un día,
¡y sufrió un gran apuro!
Todos los caballos del Rey,
todos los hombres del Rey,
¡ya nunca más pudieron
a Humpty Dumpty sobre su alto muro
tronando ponerle otra vez!

--Esa última estrofa es demasiado larga para la rima --añadió, casi en voz alta, olvidando que Humpty Dumpty podía oírla.
--No te quedes ahí charloteando contigo misma --recriminó Humpty Dumpty, mirándola por primera vez. Dime más bien tu nombre y profesión.
--Mi nombre es Alicia, pero...
--¡Vaya nombre más estúpido! --interrumpió Humpty Dumpty con impaciencia. ¿Qué es lo que quiere decir?
--¿Es que acaso un nombre tiene que significar necesariamente algo? -–preguntó Alicia, nada convencida.
--¡Pues claro que sí! --replicó Humpty Dumpty soltando una risotada. El mío significa la forma que tengo. ¡Y una forma bien hermosa que es! Pero con ese nombre que tienes, ¡podrías tener prácticamente cualquier forma!
--¿Por qué está usted sentado aquí fuera tan solo? --dijo Alicia que no quería meterse en discusiones.
--¡Pues porque no hay nadie que esté conmigo! --exclamó Humpty Dumpty. ¿Te creíste que no iba a saber responder a eso? Pregunta otra cosa.
--¿No cree usted que estaría más seguro aquí abajo, con los pies sobre la tierra? --continuó Alicia, no por inventar otra adivinanza sino simplemente porque estaba de verdad preocupada por la extraña criatura. ¡Ese muro es tan estrecho!
--¡Pero qué adivinanzas tan tremendamente fáciles que me estás proponiendo! --gruñó Humpty Dumpty. ¡Pues claro que no lo creo! Has de saber que si alguna vez me llegara a caer... lo que no podría en modo alguno suceder... pero en caso de que ocurriese... --y al llegar a este punto frunció la boca en un gesto tan solemne y fatuo que Alicia casi no pudo contener la risa. Pues suponiendo que yo llegara a caer --continuó-- el Rey me ha prometido... ¡ah! ¡Puedes palidecer si quieres! ¿A que no esperabas que fuera a decir una cosa así, eh? Pues el Rey me ha prometido... por su propia boca... que... que...
--Que enviará a todos sus caballos y a todos sus hombres --interrumpió Alicia, muy poco oportuna.
--¡Vaya! ¡No me faltaba más que esto! --gritó Humpty Dumpty súbitamente muy enfadado. ¡Has estado escuchando tras las puertas, escondida detrás de los árboles, por las chimeneas... o no lo podrías haber sabido!
--¡Desde luego que no! --protestó Alicia, con suavidad. Es que está escrito en un libro.
--¡Ah, bueno! Es muy posible que estas cosas estén escritas en algún libro --concedió Humpty Dumpty, ya bastante sosegado. Eso es lo que se llama una Historia de Inglaterra. Ahora, ¡mírame bien! Contempla a quien ha hablado con un Rey: yo mismo. Bien pudiera ocurrir que nunca vieras a otro como yo; y para que veas que a pesar de eso no se me ha subido a la cabeza, ¡te permito que me estreches la mano!

Y en efecto, se inclinó hacia adelante (y por poco no se cae del muro al hacerlo) y le ofreció a Alicia su mano, mientras la boca se le ensanchaba en una amplia sonrisa que le recorríó la cara de oreja a oreja. Alicia le tomó la mano, pero observándolo todo con mucho cuidado: --Si sonriera un poco más pudiera ocurrir que los lados de la boca acabasen uniéndose por detrás –pensó-- y entonces, ¡qué no le sucedería a la cabeza! ¡Mucho me temo que se le desprendería!
--Pues sí señor, todos sus caballos y todos sus hombres --continuó impertérrito Humpty Dumpty --me recogerían en un periquete y me volverían aquí de nuevo, ¡así no más! Pero... esta conversación está discurriendo con excesiva rapidez: volvamos a lo penúltimo que dijimos.
--Me temo que ya no recuerdo exactamente de qué se trataba --señaló Alicia, muy cortésmente.
--En ese caso, cortemos por lo sano y a empezar de nuevo --zanjó la cuestión Humpty Dumpty. Y ahora me toca a mí escoger el tema...
(--Habla como si se tratase de un juego-- pensó Alicia.)

--Así que he aquí una pregunta para ti: ¿qué edad me dijiste que tenías?
Alicia hizo un pequeño cálculo y contestó: --Siete años y seis meses.

--¡Te equivocaste! --exclamó Humpty Dumpty, muy ufano. ¡Nunca me dijiste nada semejante!
--Pensé que lo que usted quería preguntarme era más bien «¿qué edad tiene?» --explicó Alicia.
--Si hubiera querido decir eso, lo habría dicho --replicó Humpty Dumpty.

Alicia no quiso ponerse a discutir de nuevo, de manera que no respondió nada.

--Siete años y seis meses... --repetía Humpty Dumpty, cavilando. Una edad bien incómoda. Si quisieras seguir mi consejo te diría: «deja de crecer a los siete»... Pero ya es demasiado tarde.
--Nunca se me ha ocurrido pedir consejos sobre la manera de crecer –respondió Alicia, indignada.
--¿Demasiado orgullosa, eh? --se interesó el otro.
Alicia se sintió aun más ofendida por esta insinuación.
--Quiero decir --replicó-- que una no puede evitar el ir haciéndose más vieja.
--Puede que una no pueda --le respondió Humpty Dumpty-- pero dos ya podrían. Con los auxilios necesarios podrías haberte quedado para siempre en los siete años.

--¡Qué hermoso cinturón tiene usted! --observo Alicia súbitamente (pues pensó que ya habían hablado más que suficientemente del tema de la edad; y además, si de verdad iban a turnarse escogiendo temas, ahora le tocaba a ella). Digo más bien... --se corrigió pensándolo mejor-- qué hermosa corbata, eso es lo que quise decir... No, un cinturón, me parece... ¡Ay, mil perdones, no sé lo que estoy diciendo! --añadió muy apurada al ver que a Humpty Dumpty le estaba dando un ataque irremediable de indignación, y empezó a desear nunca haber escogido ese tema. --¡Si solamente supiera --concluyó para sí misma-- cual es su cuello y cuál su cintura!

Evidentemente, Humpty Dumpty estaba enfadadísimo, aunque no dijo nada durante un minuto o dos. Pero cuando volvió a abrir la boca fue para lanzar un bronco gruñido.
--¡Es... el colmo... del fastidio --pudo decir al fin-- esto de que la gente no sepa distinguir una corbata de un cinturón!
--Sé que revela una gran ignorancia por mi parte --confesó Alicia con un tono de voz tan humilde que Humpty Dumpty se apiadó.
--Es una corbata, niña; y bien bonita que es, como tú has dicho. Es un regalo del Rey y de la Reina. ¿Qué te parece eso?
--¿De veras? --dijo Alicia encantada de ver que había escogido después de todo un buen tema.
--Me la dieron --continuó diciendo Humpty Dumpty con mucha prosopopeya, cruzando un pierna sobre la otra y luego ambas manos por encima de una rodilla-- me la dieron... como regalo de incumpleaños.
--¿Perdón? --le preguntó Alicia con un aire muy intrigado.
--No estoy ofendido --le aseguró Humpty Dumpty.
--Quiero decir... ¿qué es un regalo de incumpleaños?
--Pues un regalo que se hace en un día que no es de cumpleaños, naturalmente.

Alicia se quedó considerando la idea un poco, pero al fin dijo:
--Prefiero los regalos de cumpleaños.
--¡No sabes lo que estás diciendo! --gritó Humpty Dumpty. A ver: ¿cuántos días tiene el año?
--Trescientos sesenta y cinco --respondió Alicia.
--¿Y cuántos días de cumpleaños tienes tú?
--Uno.
--Bueno, pues si le restas uno a esos trescientos sesenta y cinco días, ¿cuántos te quedan?
--Trescientos sesenta y cuatro, naturalmente.

Humpty Dumpty no parecía estar muy convencido con este cálculo.
-–Me gustaría ver eso por escrito --dijo.
Alicia no pudo menos de sonreír mientras sacaba su cuaderno de notas y escribía en él la operación aritmética en cuestión: 365 - 1 = 364.

Humpty Dumpty tomó el cuaderno y lo consideró con atención.
--Sí, me parece que está bien... --empezó a decir.
--Pero, ¡si lo está leyendo al revés! --interrumpió Alicia.
--¡Anda! Pues es verdad, ¿quién lo habría dicho? --admitió Humpty Dumpty con jovial ligereza mientras Alicia le daba vuelta el cuaderno. Ya decía yo que me parecía que tenía un aspecto algo rarillo. Pero en fin, como estaba diciendo, me parece que está bien hecha la resta... aunque, por supuesto no he tenido tiempo de examinarla debidamente... Pero, en todo caso, lo que demuestra es que hay trescientos sesenta y cuatro días para recibir regalos de incumpleaños...
--Desde luego --asintió Alicia.
--¡Y sólo uno para regalos de cumpleaños! Ya ves... ¡He aquí un glorioso para ti!
--No sé qué es lo que quiere decir con eso de «glorioso» --observó Alicia.

Humpty Dumpty sonrió despectivamente.
--Pues claro que no... y no lo sabrás hasta que te lo diga yo. Quiere decir que «ahí te he dado con un argumento que te ha dejado bien aplastada».
--Pero «glorioso» no significa «un argumento que te deja bien aplastado» --objetó Alicia.
--Cuando yo uso una palabra --insistió Humpty Dumpty con un tono de voz más bien desdeñoso-- quiere decir exactamente lo que yo quiero que diga... ni más ni menos.
--La cuestión --insistió Alicia-- es si se puede hacer que las palabras signifiquen tantas cosas diferentes.
--La cuestión --zanjó Humpty Dumpty-- es saber quién es el que manda... eso es todo.

Alicia se quedó demasiado desconcertada con todo esto para decir nada; de forma que tras un minuto Humpty Dumpty empezó a hablar de nuevo:
--Algunas palabras tienen su genio... particularmente los verbos... son los más creídos. Con los adjetivos se puede hacer lo que se quiera, pero no con los verbos. Sin embargo, ¡yo me las arreglo para tenerlos controlados a todos ellos! ¡Impenetrabilidad! Eso es lo que yo siempre digo.
--¿Querría decirme, por favor --rogó Alicia-- qué es lo que quiere decir con "impenetrabilidad"?
--Ahora sí que estás hablando como una niña sensata --aprobó Humpty Dumpty, muy orondo. Por «impenetrabilidad» quiero decir que ya basta de hablar de este tema y que más te valdría que me dijeras de una vez qué es lo que vas a hacer ahora pues supongo que no vas a estar ahí parada para el resto de tu vida.
--¡Pues no es poco significado para una sola palabra! --comentó pensativamente Alicia.
--Cuando hago que una palabra trabaje tanto como esa --explicó Humpty Dumpty--siempre le doy una paga extraordinaria.
--¡Oh! Dijo Alicia. Y estaba demasiado desconcertada con todo esto como para hacer cualquier otro comentario.
--¡Ah, deberías verlas cuando vienen los sábados por la noche! --continuó Humpty Dumpty. Vienen por su paga, ya sabes...

(Alicia no se atrevió a preguntar con qué les pagaba, de manera que menos podría decíroslo yo a vosotros.)...

(Humpty Dumpty (fragmento), de Alicia al otro lado del espejo, de Lewis Carroll)