viernes, agosto 23, 2019

4. Fenomenología y Ejercicio en clase

Por una parte les dejamos el enlace para que puedan leer el texto de Alain Finkielkraut "El encuentro con los demás", de su libro "La sabiduría del amor", sobre el pensamiento de Jean Paul Sartre y Emmanuel Levinas, que trabajaremos la clase que viene.

Por otra parte, en los comentarios de esta entrada queremos que escriban qué les pasó en el marco del ejercicio de observar y ser observados por el otro, de tener que describir y ser descriptos por el otro. Qué les sucedió con la impunidad que les ofreció el ejercicio al momento de mirar y describir, pero también en la posición contraria, de haber quedado expuestos a la mirada del otro, ese que los describió con un considerable grado de arbitrariedad. Hasta qué punto se sintieron vistos-de-verdad, adivinados, intuidos, construidos, manipulados, y en qué medida sintieron que hacían todas estas cosas con el otro.

Y al margen de la consigna, aunque todo tiene que ver con todo, les dejamos también un ilustrativo video a cargo de José Pablo Feinmann, como un aporte adicional al tema de la mirada del otro, incluida una famosa frase de Sartre que les recomendamos que recuerden: "Somos lo que hacemos con lo que los demás hacen de nosotros".

Aunque tal vez prefieran quedarse con la versión modificada que proponemos desde esta comisión de esa misma idea: "Somos lo que hacemos con lo que creemos que los demás hacen de nosotros". Sutil diferencia, de la cual hablaremos oportunamente.



10 comentarios:

Carolina dijo...

Por mi parte, en el ejercicio me sentí con la libertad (y poder incluso) de hablar de lo que me parecía el otro desde el prejuicio, desde lo superficial, desde lo exterior, que poco importa y poco define en sí a la persona, porque lo valioso son las ideas del otro y no tanto como luce.
Y por otro lado, cuando a este otro le toco "juzgarme" sentía lo mismo, que solo podría llegar a ver lo exterior, y aunque soy una persona segura, me produjo cierto grado de inseguridad pensar en los "defectos" que este podría notar, de manera que me produjo ansiedad y a la vez curiosidad leer luego el papel del ejercicio. Al final, fueron buenas observaciones. Happy ending.

Anónimo dijo...

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Este es el link donde están digitalizados todos los textos y módulos de la carrera Comunicación Social, deben ser del 2018

Josefina Lagos dijo...

Creo que si uno observa el debido ahínco y meticulosidad, una buena observación puede resultar sumamente reveladora y en algunos casos certera. A mí en lo personal observar no me cuesta y es una actividad que disfruto mucho, siempre y cuando sea desde el anonimato que otorga un colectivo atestado o un alumnado distraído. Sin embargo, dado el carácter del ejercicio, ambas (observada y observadora) fuimos plenamente conscientes de los ojos de una sobre la otra. A mí me dió timidez y me resultó más sencillo mirarla cuando ella se concentraba en su hoja para escribir lo que veía, intuí que a ella también. Por otra parte, añado que, antes del infame plot-twist de “ahora entreguenle la hoja al compañero”, me consumía la necesidad de saber qué era lo que ésta desconocida estaba viendo y escribiendo sobre mí. Nunca pensé que nos iban a dejar leerlo. Antes de irnos mi compañera me entregó su hoja prolijamente doblada en 58 partes, me la guardé en el bolsillo para leerla en el colectivo. Decía así:

“Es una mujer de aprox. 25 años, parece muy segura de sí misma, le gusta arreglarse. Creería que tiene un perro de raza pequeña, dos hermanes. Trabaja. Le gusta la música internacional, en inglés y en español”

Mi primer pensamiento fue: ¿¿Perro de raza pequeña??

Que llevaría a alguien a pensar que tengo un Caniche Toy. Un poco me indigné y otro poco me dio gracia, supongo que sí, quizás un poco tengo cara de tener un perro chiquito e insoportable. Me pasa por rubia. El resto de sus observaciones u adivinaciones no me interpelaron en demasía, sentí que podrían haber aplicado a cualquier persona del aula: Si, tenemos casi todos la misma edad. Sí, a la mayoría nos gusta la música en inglés o en español. Casi todos tenemos hermanos, y también todos los que cursamos en éste horario trabajamos. La otra que un poco me interpelo fue su afirmación de que soy una persona muy segura, a veces sí. Ese día me sentía segura.

Yo por mi parte, verborrágica eterna, escribí largo y tendido sobre quién me pareció que era esta persona. Le inventé un nombre, cómo usa anteojos imaginé que si lee en el colectivo se marea así que también le elegí una banda que escuchar para no aburrirse, una familia, un trayecto de colectivo, me pareció que era prolija escribiendo así que lo asocie con que también era aplicada en lo que a la facultad respecta, etc. No justifique demasiado ninguna de mis afirmaciones porque me deje llevar por la imaginación y la intuición, lo cual para mí difiere - un poco - de lo que es el carácter de la observación en su esencia. Cuando uno mira así un poco apurado me da la siento que somos más rápidos en caer en lugares comunes.

En fin, no sé. Me pareció un gran ejercicio.

Anónimo dijo...

Realmente al creer que nuestro compañero no iba a leer la descripcion que ibamos a hacer de ellos, me senti libre de poder escribir cualquier cosa que se me cruzara por la cabeza, aunque finalmente no lo hice. Solo escribi lo que vi superficialmente si realmente a esa persona no la conocia, como podia juzgarla. En cuanto a la descripcion que realizaron sobre mi creo que hicieron todo lo contrario. Si hablaron de mi vida como si supieran con quien vivo y cuantos hermanos tengo, si es que los tengo... Pero entendi que era parte del ejercicio.

Delfina dijo...

Al escribir trate de ser lo mas deductiva posible, no me deje llevar por la fantasía de poder inventar una vida esta persona que tenía enfrente. Deduje por el café que tenia que estaba agotada, y que era friolenta ya que estaba muy abrigada. fin.
Ahora ser observada por un desconocido me genero mucha intriga ¿Que imagen es la que doy frente a ojos desconocidos? Si bien la persona que me describió si se dejo llevar un poco más por la libertad de poder escribir lo que sea, creo que debido a mi vestimenta (campera de cuero y mucho negro) me otorgo un perfil más bien rudo. Hizo darme cuenta que aunque no queramos (o si?) uno tiene siempre un prejuicio por la vestimenta, por el exterior, por lo físico.

Unknown dijo...

El ejercicio resultó ser tan divertido como intimidante, quedar expuesto a la mirada rápida y superficial del otro pone a prueba ese trabajo diario de auto-construirse. Con esto me refiero a todo aquello que antes de salir de casa tenemos en cuenta para formar en el otro cierto tipo de impresión: el pelo, la ropa, los colores, la actitud. Siento que mi observadora cayó en la trampa de las uñas pintadas y la combinación de colores "divertidos" (tal y como lo escribió). Pero aún así no pude escapar del fino ojo observador de los gestos: se dio cuenta que este ejercicio me daba miedo.
Contar con la impunidad del anonimato abrió el juego a la adivinación, le inventé una vida al otro en 5 minutos. La descripción fue completamente arbitraria al comienzo, pero es una representación escrita de lo que constantemente hace el resto de las personas con nosotros.

ESI EN ESCUELAS DE CABA dijo...

Por mi trabajo estoy muy acostumbrada a ser mirada, a tener encima mío la mirada del otro. Que no siempre acompaña, que puede ser crítica. Pero en este ejercicio, me puse en el lugar de mi compañera, me ponía "incómoda" ponerla incómoda. La descripción que hizo sobre mí fue por ese lado, que estaba tímida y me reía. Pero la frase final, cuando la leí no lo podía creer. Vio algo que vengo pensando estos últimos meses...

Anónimo dijo...

Por mi parte el ejercicio me resultó incómodo, pero lo que mi compañero escribió fue divertido, aunque no le pegó en muchas cosas, sólo en cómo estaba vestida.

Tomás dijo...

Yo creo que el ejercicio permitió que nos demos cuenta de una operación que realizamos todo el tiempo. Constantemente, en todas las materias, en el trabajo, por la calle, en el subte, colectivo o tren, miramos a otras personas y las juzgamos sin conocerlas. Imaginamos su trabajo, si estudian o no, de dónde vienen y hacia dónde van. El ejercicio, para mi, fue simplemente plasmar por escrito uno de los tantos (pre)juicios que hacemos a diario.

Anónimo dijo...

Llegué un poco tarde al comentario de este ejercicio pero la verdad es que la chica que me describió acertó en la mayoría de los aspectos que puso, ninguno era en profundidad pero descubrió mi trabajo, lo cual me hizo pensar si soy demasiado transparente. Lo que sí no entiendo es cómo supo mi nombre, por un momento pensé si la conocía de antes pero lo más probable es que me haya presentado en clase y ella lo haya retenido. Por otro lado a la hora de describirla a ella creí sentirme con la libertad que me daba el anonimato y la seguridad de que no lo iba a leer por eso me dio bastante ansiedad cuando se lo tuve que entregar, espero que no haya tomado ninguna de las observaciones a mal, la verdad es que fueron bastante superficiales pero sin maldad.