jueves, agosto 30, 2007

Espantapájaros Nº 16

A vos, pibe... ¿no te gustaría ser mujer, aunque más no sea por un rato?... Y vos, chiquita, decime la verdad: ¿no hay días en que te gustaría ser... una jirafa?

Lo que sigue lo escribe
Oliverio Girondo, en 1932. Como eventual consigna estaría bueno saber si el concepto del texto les resulta atractivo o no, plausible o no, deseable o no, sobre todo.

A unos les gusta el alpinismo. A otros les entretiene el dominó. A mí me encanta la transmigración.
Mientras aquellos se pasan la vida colgados de una soga o pegando puñetazos sobre una mesa, yo me lo paso transmigrando de un cuerpo a otro, yo no me canso nunca de transmigrar.
Desde el amanecer, me instalo en algún eucalipto a respirar la brisa de la mañana. Duermo una siesta mineral, dentro de la primera piedra que hallo en mi camino, y antes del anochecer ya estoy pensando la noche y las chimeneas con un espíritu de gato.
¡Qué delicia la de metamorfosearse en abejorro, la de sorber el polen de las rosas! ¡Qué voluptuosidad la de ser tierra, la de sentirse penetrado de tubérculos, de raíces, de una vida latente que nos fecunda... y nos hace cosquillas!
Para apreciar el jamón ¿no es indispensable ser chancho? Quien no logre transformarse en caballo ¿podrá saborear el gusto de los valles y darse cuenta de lo que significa "tirar el carro"?...
Poseer una virgen es muy distinto a experimentar las sensaciones de la virgen mientras la estamos poseyendo, y una cosa es mirar el mar desde la playa, otra contemplarla con unos ojos de cangrejo.
Por eso a mí me gusta meterme en las vidas ajenas, vivir todas sus secreciones, todas sus esperanzas, sus buenos y sus malos humores.
Por eso a mí me gusta rumiar la pampa y el crepúsculo personificado en una vaca, sentir la gravitación y los ramajes con un cerebro de nuez o de castaña, arrodillarme en pleno campo, para cantarle con una voz de sapo a las estrellas.
¡Ah, el encanto de haber sido camello, zanahoria, manzana, y la satisfacción de comprender, a fondo, la pereza de los remansos... y la de los camaleones!...
¡Pensar que durante toda su existencia, la mayoría de los hombres no han sido ni siquiera mujer!...
¿Cómo es posible que no se aburran de sus apetitos, de sus espasmos y que no necesiten experimentar, de vez en cuando, los de las cucarachas... los de las madreselvas?
Cuando la vida es demasiado humana ‑¡únicamente humana!‑ el mecanismo de pensar ¿no resulta una enfermedad más larga y más aburrida que cualquier otra?
Yo, al menos, tengo la certidumbre que no hubiera podido soportarla sin esa aptitud de evasión, que me permite trasladarme adonde yo no estoy: ser hormiga, jirafa, poner un huevo, y lo que es más importante aún, encontrarme conmigo mismo en el momento en que me había olvidado, casi completamente, de mi propia existencia.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen Día German. Hace algunos minutos que llegue a la oficina y recien acabo de ingresar a su blog y me encontre con una nueva publicación "volada" (como dijo un compañero). Es rara.. ¿deseable? no lo se, no creo que sea deseable ser ese caballo que "tira del carro". ¿Atractiva la transmigración? Puede ser, depende de aquello en que me convierta, pero de algo si que estoy seguro y es que siempre trato de encontrarme conmigo mismo, siempre trato de ser aquel que suelo ser y que se que "me sale bien".
Abrazo
George Albert

pd: no soy machista, pero... estoy conforme de haber nacido hombre je je

Anónimo dijo...

Buenasss!!!Me gustó mucho el concepto del texto. Creo que muchas veces nos cuesta encontrarnos con nosotros mismos. Nos dejamos llevar por la rutina, por las obligaciones, por los horarios... y nos olvidamos de nosotros mismos. Personalmente creo que está bueno parar un poco la máquina y encontrarnos un poco con lo que nos pasa.

Igual que el compañero que escribió antes, pienso que la transmigración puede ser atractiva depende de aquello en lo que me convierta. No tengo preferencias, según el día o la situación que esté atravesando me gustaría ser diferentes cosas...
-Florencia Illbele-

Anónimo dijo...

me parece muy interesante la parte del texto que dice que cuando la vida es demasiado humana y el mecanismo de pensar puede resultar una enfermedad... muchas veces me gustaria dejar de pensar, y más considerandome una persona demasiado racional para mi gusto. creo que algo asi se trata el mecanismo zen.
Transmigarse? creo que estaria bueno, aceptaria el desafio sin elegir en que.

juancito

Anónimo dijo...

pero si en definitiva se trata de poder experimentar, percibir lo que constituye la escencia con mayúsculas, por qué deberíamos dudar de lo excelente de la posibilidad universal y sólo convertirnos en lo individualmente deseable. transmigrar, gran palabra la que usa el yorugua de los neologismos.
no estaría bien apreciar sólo lo deseable, me dejaría con la sensación de incompleto. la misma lucha, resistencia y compromiso con el sufrimiento para emprender el cambio con conciencia, de la que se habla en el post anterior pide a gritos que mutemos. de lo contrario estariamos en el estanco del individualismo y no llegaríamos siquiera a lo social, por no hablar de lo inconmensurable de la escencia universal y sus multiples manifestaciones

--el ser anteriormente denominado rulo--

Anónimo dijo...

nnnn

Anónimo dijo...

Hola! Bueno, me gusto mucho la idea del texto, coincido con lo de bastante "volado".
personalmente disfruto el jamon porque no soy un chancho... jej
bien, por otra parte la transmigracion me parece un concepto interesante, y si considero que a veces la vida es demasiado humana y resulta una enfermedad aburrida... pero quizas, en vez de ser perro, eucalipto o quien sabe que... preferiria quedarme en mi cuerpo y tratar de disfrutar un poco mas de lo que hay, pero nunca llegar al conformismo...
aunque la idea de meterme en las vidas ajenas.. suena interesante, me convertiria en cualquier animal... por algo soy mujer.. jaja

#Cecilia Matas#

Anónimo dijo...

creo que ser deamasiado humano es como sentir que estamos rodeados de un inmenso jardin que, a pesar de ser tan vasto, estamos limitados a verlo solo a traves de una pequeña ventana que nos permite ver solo un rincon de él...no se si es que esta existencia nos aburre, sí creo que provoca una cierta sensación de encierro dentro de "algo" que nos obliga a estar aca y ahora, viendo esta EXISTENCIA que es más que lo que nos permite alcanzar nuestro pensamiento y nuestra conciencia, como por una cerradura: el cuerpo. Este nos contiene, nos limita, no nos deja saber verdaderamente que es la libertad, el sentirnos libres de verdad para experimentar, percibir y sentir eso que anhelamos alcanzar, conocer, descubrir: la realidad.
Creo que a todos nos gustaría, no se si transmigrar, pero sí poder ver el jardin más allá de la ventana...

nagis

Anónimo dijo...

Hola a Todos!
Creo que el texto tiene una relacion directa con los 2 que teniamos para hoy.. Seria una actitud muy "Zen" el pensar en "ser uno solo con las cosas", entrar en esa intima relaci�n entre lo externo y lo interno, como para que las diferencias dejen de estar presentes.. Como el caso del arquero, que termina por iluminarse cuando "la cuerda del arco termin� de atravesarle por el centro". Ahi el arquero seria arco, o no?

Anónimo dijo...

Hola! el texto esta interesante... comparto la idea de cuando la vida es "demasiado humana" nos encontramos con esa sensación de falta, de estar incompletos. La necesidad de buscar otras experiencias y puntos de vista que nos permitan "transmigrar" (aunque sería muy bizarro convertirnos en jamón)para "sacar fotos desde distintos ángulos" y terminar finalmente sorprendiéndonos de nuestra existencia. Creo que me gusta la actitud "zen"...
Magdalena

Anónimo dijo...

Creo que es interesante pensar la posibilidad de las dos cosas. Tanto la posibilidad de transmigración como la de diferenciar entre el interior y el exterior. Pero yo apostaría a una combinación entre ambas cuestiones. ¿Por qué no ilusionarse con la chance de transmigrarse al interior de uno mismo, para conocerse verdaderamente? De todas maneras, creo que, igual que entendí que entiende el Zen, que no existe real diferenciación entre el interior y el exterior. Confoman una unidad, quizás las dos caras de una misma monedad que somos nosotros como seres humanos completos, y que entre ambos lados no hay diferenciación, si no que (si se me permite usar la palabra para algo espiritual) se retroalimentan.

Con respecto a la humanidad y a la transmigración, en mi caso personal, estoy muy feliz con mi humanidad. El ser humano con todos sus enormes defectos, creo que también tienen hermosísimas virtudes, que nos hacen especiales como cualquier otra “especie”. Por eso creo que no sueño ni fantaseo con transmigrarme en otro tipo de ser. Si existen mucho momentos en que daría lo que fuera por transmigrarme a otro momento de mi vida, como volver a tener 5, 10 o 15 años, o por qué no, saltarme etapas y aparecer dentro de 10 años con la vida mucho más resuelta, clara y estable que ahora (o no, jeje, nunca se sabe). Por eso vuelvo a lo del principio, y quizás mi fantasía sea transmigrarme dentro de mi misma, ya sea en el tiempo, o también hacía mi más profundo interior, y por un momento no permitir que mi exterior lo influya.

Dudo que se haya entendido algo de que lo quise escribir. Pero como todo, es un comentario “volado”. Simplemente gracias por leer.

Hasta la tarde.

Anónimo dijo...

Buenas!
Creo que en la entrada anterior quise decir algo que no se entendió, que no logré desarrollar. Claro, ahora veo el texto de Girondo y bueno... es eso!
"Transmigrar"!!!
"Dejar de pensar", estoy de acuerdo con Juancito.
Claro que hay que llegar a explotar para dejar de pensar, y lo digo porque, estamos estudiando "CIENCIAS DE LA COMUINICACIÓN", lo que ya es demasiado racional. Y es con eso con lo que convivimos.
Así que voy a volver a insistir, partir desde la totalidad, "transmigrar", porque somos parte de ella. Y no mirar desde "la ventana el jardín", sino SER el jardín.
Buscar, buscar...

Nos vemos!
Saludos
Emilia S.

Anónimo dijo...

No, no y no. Estoy segura de que no quiero experimentar, ni siquiera de vez en cuando, los apetitos de... ¡¡las cucarachas!!

Y si, creo que todos necesitamos una aptitud de evasión para escarpar, aunque sea unos momentos, del mecanismo del pensamiento. Una “actitud zen”, como dicen algunos comentarios, “dejar de pensar”… Pero, personalmente, me parece una tarea complicada esto de trasladarme, voluntariamente, a donde no estoy. Transmigrar y convertirme en una jirafa… ¿Será mi vida demasiado humana? Snif.

Anónimo dijo...

Yo quisiera ser mariposa...
Sisi... para nacer, desplegar mis alas y echarme a volar...
Hace un tiempo me dije que iba a vivir como las mariposas... en el sentido de que iba a tratar de dejar lo mejor de mi cada día... ellas despliegan su belleza durante su corta vida... y yo me dije... para qué estar tirando mierda pa´ los cuatro costados, mejor es mostrar lo poco-mucho de bueno que tengamos y compartirlo con el resto...
No se si llego a transmigrar a una vida ajena... pero si puedo inventarme historias... por ejemplo: veo una pareja "puerteando" en el zaguán de un edificio.. y en el momento que paso veo que ella se está secando una lágrima... ya está.. ahi tengo todo lo que necesito... hasta que llego a mi destino, me entretengo pensando qué estará sintiendo ella.. qué fue lo que la puso tan triste: una infidelidad? un amor no correspondido? un amor prohibido? un embarazo no esperado? un niño que no fue? en fin... miles de hipótesis que se me vienen a la mente para dar respuesta a una lágrima... que quizás... y acá se me hace carne la idea de que no puedo ser otra cosa mas que yo, que esa lágrima no era de tristeza sino que era producto de la emoción que le dio haber sido jirafa y ver que era muy aburrido ver todo desde lo alto.

Pero si... coincido con Girondo... la evasión ayuda a hacer un poco más atractiva esta vida...

(G.S. muy interesante el texto).