jueves, octubre 18, 2012

Milgram


Me interesa muy especialmente que vean los siguientes tres videos. Y les encomiendo que los vean en el orden en el cual aparecen, comenzando por el de más arriba. Los dos primeros, con algunos subtítulos, corresponden a la película "I como Icaro" de Bernardo Bertolucci y es la ficcionalización del llamado experimento Milgram, uno de los tantos que se realizaban allá por la década de 1960 en las universidades de los Estados Unidos.

El tercero, en cambio, es una filmación documental. Mi especial recomendación: véanlo completo, hasta el final, para comprenderlo cabalmente. No importa que no comprendan el idioma, porque con los dos videos anteriores ya sabrán de qué se trata. Y presten especial atención a los rostros de los sujetos que se ven sometidos a la experiencia. ¿Por qué razón se ven compelidos a obedecer, incluso a pesar de sí mismos?...





En cuanto al tercer video, para verlo, por favor hagan click en el presente enlace.

13 comentarios:

Tomás Vidal Adano dijo...

Profesor, buenos días!

Como no tengo otra vía de comunicación, utilizo el blog.


Como te comenté al final de la clase pasada, el jueves pasado no, el anterior, me tuve que ausentar por una operación de urgencia. Con motivo del seguimiento "post operatorio" (o alguna patraña médica similar) hoy tengo turno con el doc, por lo que también voy a tener que faltar hoy.

Al igual que con la fecha anterior, voy a contar con los certificados médicos y demás.

Repecto del TP, ya tenemos la estructura armada y mis compañeras van a llevar las preguntas impresas hoy.


Saludos y desde ya muchas gracias!

Yasmin Batallán dijo...

Profe, el último enlace no tiene subtítulos, al menos que nuestra interpretación del último sea sólo visual.

Abrazo!

Antonella Fittipaldi dijo...

Me costó mucho mirarlo, sentí mucha impresión. Pero esta muy bueno para ver como las estructuras mentales y sociales que tenemos nos sugestionan y controlan. El estudio pone a prueba el coraje de romper con las reglas sociales y si estamos dispuestos a perder aceptación de los otros por hacer lo que nosotros pensamos.
La razón por la cual obedece es porque en su mente la ciencia es la verdad, ya esta conceptualizada como palabra autorizada y no puede desobedecer a eso, por lo tanto a pesar del sufrimiento del castigado prosigue por la aceptación del científico y por el bien de la humanidad ( pensara el?). Sus preconceptos lo empujan a seguir, el es esclavo de su propio control y obedece, aunque el cientifico lo ordena no esta obligado a hacerlo por la fuerza.

Germán A. Serain dijo...

En efecto, Yasmin, el tercero no tiene subtítulos. Por eso escribí que lo viesen incluso cuando no entiendan el idioma. Los dos vídeos anteriores lo contextualizan perfectamente, me parece.

Yasmin Batallán dijo...

Aunque sea una frase muy agotada debo decir "MUUUUY BUENO".Lo relaciono con el conductismo. Igualmente bastante agresivo el método para analizar cierta conducta humana de sumisión. Pero creo que más gráfico imposible. Excelente!!!

El dedo del medio dijo...

Diego Salotto,

Muy interesante! Deja al descubierto las relación entre dos mediadas por el poder de una persona de uniforme. Seguramente esto nos pasa todos los días en situaciones totalmente distintas y no nos damos cuenta de que lo hacemos. Al menos que alguno labure dando shocks eléctricos profesionales...
Analizando mi vida personal, siento que esto lo viví un poco en mi laburo, donde de alguna manera "aprendí" a mentir. Yo antes no mentía o lo hacía muy poco, pero en mi laburo, en relación con gente por fuera de la empresa, es decir en la relación con otras empresas, me enseñaron (mis jefes) a mentir en situaciones que quizá yo no hubiese mentido. Tanto es así que hoy mi respuesta automática ante ciertas situaciones laborales es la mentira. Y se que estoy mintiendo y no me genera ningún sentimiento de arrepentimiento, ni me cuelgo pensando que estoy mintiendo, ni nada. Bue, nada. Eso.

Estefanía Gómez Balsells dijo...

Con estos videos se entiende mucho mejor la idea de confusión. Es impresionante como las caras del último video muestran como las personas están en la disyuntiva de acatar la orden del científico, que pareciera no importarle nada, y el impulso propio de dejar de hacer daño al otro. Es muy sorprendente.

En relación al libro que comentamos el jueves en clase (el hombre que confundió a su mujer con un sombrero), acá hay una página para bajarlo (y para bajar mil libros más, está muy buena):

http://www.bibliotheka.org/?/ver/21788

Saludos

Mariana Lopresti dijo...

Vi los dos primeros...el que no tiene subtitulo se los debo...me parecieron increíbles...sobre todo cuando el científico le dice al médico que es un horror y el médico le contesta, bueno usted reaccionó después de no sé cuantos walts...es genial! otra cosa que no me quería olvidar de comentar es que me fascinó la historia del experimento de los monos y el origen del tabú...quedé muy flasheada con eso!

Mariana Lopresti dijo...

Vi los dos primeros...el que no tiene subtitulo se los debo...me parecieron increíbles...sobre todo cuando el científico le dice al médico que es un horror y el médico le contesta, bueno usted reaccionó después de no sé cuantos walts...es genial! otra cosa que no me quería olvidar de comentar es que me fascinó la historia del experimento de los monos y el origen del tabú...quedé muy flasheada con eso!

Sophie Alamo dijo...

Este experimento me impresionó muchísimo. Perdón que lo diga, pero me hizo sentir muy mal, como las escenas de la naranja mecánica, llegás a sentir compasión por Alex.
Es increible cómo las estructuras sociales controlan nuestra vida, es una cuestión de autoregulación, más que de obligación. Interesante fue ver las caras y los diferentes intentos por encontrar respuestas que los delegaran de la responsabilidad. Pienso en las publicidades de Colgate que muestran a "odontologos" de blanco (que no siempre llevan el número de matrícula) y no puedo dejar de pensar en el horror de una sala de tortura en un campo de concentración con gran cantidad de personas obedeciendo, aunque no quieran hacerlo (sabiendo o no a qué cantidad de voltios perjudican a otro).
Me causó mucha tristeza.

Florencia Marcote dijo...

Es muy interesante y terrible al mismo tiempo. Lo relaciono mucho con la actitud que tenemos frente a la medicina a diario, vamos al médico y tomamos lo que nos ordena sólo porque tiene un guardapolvo y un título que lo respalda y nunca sabemos qué es lo que realmente esos medicamentos hacen a nuestro cuerpo, por dar un ejemplo. Creo que es interesante pensar esta dimensión del poder y la autoridad en nuestra vida cotidiana y cómo actúa a nivel social. Me recordó también un poco a la película "La ola". Esta cuestión de cómo bajo un poder y una coacción determinados podemos terminar actuando de una manera que ni sospechábamos, es un nivel de alienación que me parece muy importante pensarlo a nivel social más que individual.

Jose M. Previgliano dijo...

Mi reflexión es que, frente a una situación construida, anti natural (podemos discutir hasta el cansancio sobre qué es "lo natural"), en donde el hombre está condicionado por múltiples aspectos, paradójicamente no le quedará otra opción que reaccionar como ser humano, sea cual sea su respuesta. El hombre no puede ponerse un traje para la ocasión que disimule su condición de ser, ni su realidad como cosa pensante y sensible. Me hizo acordar mucho al texto de Finkielkraut, cuando decía que “uno puede hacer huelga en cualquier actividad, menos en ser”. El que padece este experimento desearía suspender su cualidad de “simple vecino” en nombre de la ciencia, pero su rostro, su sudor y su incertidumbre le enseñan que es imposible dejar de actuar como persona y manifestar constantemente las propiedades humanas.

Germán A. Serain dijo...

No hay, en el mundo humano, situaciones que no sean "construidas". Eso por un lado. Y por el otro me llama la atención tu comentario, pues por más condicionamientos que un ser humano tenga, siempre tiene su ética como una posibilidad de elegir entre hacer lo que está bien o mal. En este caso, el tema es que la persona debe optar por servir a su ética o a su comodidad de evitar cuestionarse lo que se ve compelido a hacer.