jueves, septiembre 24, 2009

Les dejo una publicidad, que tal vez recuerden, para que vean y reflexionen. La pregunta es qué cosas necesitamos y por qué razón las necesitamos. Y también si nuestra sociedad responde a una cultura del hedonismo o del displacer.

También les dejo dos textos, el primero, más extenso, escrito por Johann von Goethe, sobre el cual reflexionamos brevemente en el práctico. El segundo, más breve, es de "Una vieja historia de la mierda" de Alfredo López Austin.



Ay, he estudiado ya Filosofía, Jurisprudencia, Medicina y también, por desgracia, Teología, todo ello en profundidad extrema y con enconado esfuerzo. Y aquí me veo, pobre loco, sin saber más que al principio. Tengo los títulos de Licenciado y de Doctor y hará diez años que arrastro mis discípulos de arriba abajo, en dirección recta o curva, y veo que no sabemos nada. Esto consume mi corazón. Claro está que soy más sabio que todos esos necios doctores, licenciados, escribanos y frailes; no me atormentan ni los escrúpulos ni las dudas, ni temo al infierno ni al demonio. Pero me he visto privado de toda alegría; no creo saber nada con sentido ni me jacto de poder enseñar algo que mejore la vida de los hombres y cambie su rumbo. Tampoco tengo bienes ni dinero, ni honor, ni distinciones ante el mundo. Ni siquiera un perro querría seguir viviendo en estas circunstancias. Por eso me he entregado a la magia: para ver si por la fuerza y la palabra del espíritu me son revelados ciertos misterios; para no tener que decir con agrio sudor lo que no sé; para conseguir reconocerlo que el mundo contiene en su interior; para contemplar toda fuerza creativa y todo germen y no volver a crear confusión con las palabras.

Oh, reflejo de la luna llena, por la que tantas veces velé sentado ante este pupitre hasta que aparecías, melancólico amigo, sobre los libros y los papeles, si iluminaras por última vez mi pena; ¡ay!, si pudiera andar por las cumbres de los montes bajo tu amada claridad; flotar en las grutas acompañado de espíritus; vagar en tu penumbra por los prados y, habiéndose disipado todas las brumas del saber, bañarme, robusto, en tu rocío. ¡Ah!, ¿pero seguiré preso en esta cárcel?, agujero maldito y húmedo, hecho en un muro a través del cual incluso la querida luz del cielo entra turbia al pasar por las vidrieras. Encerrado detrás de un montón de libros roídos por los gusanos y cubiertos de polvo, que llegan hasta las altas bóvedas y están envueltos en papel ahumado. Cercado por cofres y retortas, aherrojado por instrumentos y trastos de los antepasados. Este es tu mundo, ¡vaya un mundo! ¿Y aún te preguntas por qué tu corazón se para, temeroso, en el pecho? ¿Por qué un dolor inexplicable inhibe tus impulsos vitales? En lugar de la naturaleza viva, en medio de la que Dios puso al hombre, lo que te rodea son osamentas de animales y esqueletos humanos humeantes y mohosos.


Y el texto de Austin, interesante, por el mero hecho de tratarse de un ensayo sobre la mierda: “Los hombres hacían sufrir mucho a los perros, y éstos decidieron enviar su queja a Tlaloc. Eligieron a un valiente mensajero y le entregaron la carta. Como el mensajero tenía que defenderse en el camino, no la podía llevar en el hocico. Hicieron rollo la carta y se la guardaron en el culo. El perro mensajero jamás volvió. Ya los perros no saben cómo era. Ahora todos se revisan el culo cuando se encuentran, en busca de la contestación de Dios”.

La sola cruza entre el tema de la mierda y el de la deidad merecería un estudio detallado. Pero la cuestión además cobra otro sentido si se tiene en cuenta lo que dice Austin: "Lo básico es la vida cotidiana, ese conjunto de placeres o dolores que experimentamos día a día, forma nuestra verdadera historia." En nuestro folclore cotidiano, incluso, pisar mierda es suerte, desearle a alguien merde es suerte, que te cague una paloma es suerte (suerte para la paloma que no la agarré, que si no...) Ni idea a dónde puedan llevar estas reflexiones, pero me encantó que alguien escribiera un libro sobre la mierda, y tuve que dejar constancia de ello en algún lado. A veces me gusta improvisar, es sólo eso.

20 comentarios:

sabri dijo...

El texto de Johann von Goethe me retrotrajo a mis épocas de telemarketer.
Me pasaba muchas veces que atendía llamadas y te dirigías al interlocutor como "Señor xxxx o Señora xxxx", dependiendo el caso, y más de una vez me contestaron: "Doctorxxx" o "Almirante xxxx" y me corría las entrañas de bronca. Acaso estamos definidos por un título? (Volvemos a la charla de la primer clase, qué es lo que elegimos para presentar nuestras credenciales...)
Un día no me pude contener y le contesté al Doctor. Acaso por ser Doctor Ud deja de ser un señor? Y me cortó.

Me pareció encontrar una relación entre el texto de Johann von Goethe y la frase que tenemos a la derecha, de Ortega Y Gasset: "Además de enseñar, enseña a dudar de lo que has enseñado."

Al fin y al cabo, cada vez me doy más cuenta que "sólo se que no se nada".

Gracias por los textos! Nos vemos hoy!

Fede dijo...

Las cosas que necesitamos la vamos sacando de la persona que esta al lado, la publicidad con humor muestra lo que realmente ocurre, mas alla de que la industria sea asi, creo que nuestra cultura ha tomado parte en ello y ha decidido que las necesidades tengan un ciclo, una vez cumplido yo ya no quiero eso que estuve queriendo...ahora quiero otra cosa... y asi con los gustos que nos damos, recuerdo que cuando era chico me paso en reiteradas oportunidades y con diferentes articulos, ej: el videojuego, una vez llegada esta etapa, la pc familiar, una vez llegada esa etapa la pc individual, y sabiendo que las cosas que dejaba en el camino quedaban ahi y terminaban en desuso... Puede que la idea del displacer este presente en la cultura, que bien dicha la frase "uno quiere las cosas cuando no las tiene, pero cuando las tiene no le da mas pelota" no recuerdo si era en referencia a un articulo o a la mujer, jaja no chiste, nos vemos en la clase... me hizo pensar bastante esta publicidad, obviamente luego de haberla visto muchas veces me tome el tiempo para reflexionarla

Unknown dijo...

Cortito y al pie :o)
http://www.youtube.com/watch?v=vUVm7WCsbWM

Marianou dijo...

Compañeros/profesor:
Por cuestiones de salud no pude concurrir a clase el jueves pasado, asi que estoy algo perdido.

Alguien me podria poner al dia con respecto a que textos hay que leer para este jueves?

Gracias, y saludos

sherman barockter dijo...

la anecdota de sabri me hace acordar al capitulo "the maestro" de seinfeld..
y lo del deseo, de mas esta decir que todos tenemos una necesidad o deseo distinto, el tema es no angustiarse y no dejarse llevar por la desesperacion... y no tener la soberbia de pensar que el de al lado tiene un deseo boludo, por el simple hecho que nos parece poco importante

Edgardo dijo...

¿Si nuestra sociedad responde a una cultura del hedonismo “o” del displacer? Me parece que responde a una cultura del hedonismo “y” del displacer. Displacer que se relaciona con la “insatisfacción constante” que nos alcanza a todos en tanto seres humanos: el que desea lo que aún no tiene, el que desea lo que el otro tiene, el que desea aquello a lo que no puede acceder, el que obtiene lo que desea aún a costa de que el otro no lo obtenga, el que valoró lo que tenía cuando dejó de tenerlo, etc.
En el hedonismo en sí mismo no creo que haya nada de malo. El inconveniente más bien está en lo que hablábamos en la clase anterior: la ambición desmedida, el deseo irrefrenable, la “satisfacción insatisfecha” y en hasta dónde somos capaces de llegar para conseguir lo que deseamos.
Aunque no creo que sólo seamos seres pasivos que simplemente aceptamos lo que nos imponen, es innegable que miles de personas trabajan a diario sabiendo que somos capaces de sucumbir a la tentación y desarrollan las técnicas necesarias para hacernos desear lo que en otra coyuntura no sería un deseo ni una necesidad. Basta con mirar un poco a nuestro alrededor: la corporación que ha logrado imponernos el último modelo de “celular polirrubro”, el marketing que sabe dónde debe estar, cómo debe presentarse y cuánto tiempo nos será útil la última adquisición, la misma tela de jean que es cortada para todos por el mismo ser humano pero que puede pagarse hasta diez veces más como si se tratara de una membresía exclusiva si es que le cosieron determinada etiqueta… o simplemente, el ideal burgués de la “familia feliz” que está en nuestro imaginario.
En definitiva, el capitalismo nos impulsa en todos los órdenes de nuestra vida (aun en los que no son de orden material) a desear y a POSEER para ser felices.

Ah, me acordé de una fabulosa canción de Joan Manuel Serrat (vale escucharla) que se llama “A usted”. Aquí transcribo la letra:
A usted que corre tras el éxito
ejecutivo de película,
hombre agresivo y enérgico
con ambiciones políticas

A usted que es un hombre práctico
y reside en un piso céntrico,
regando flores de plástico
y pendiente del teléfono

A usted que sabe de números
y consta en más de un nómina,
que ya es todo un energúmeno
con una posición sólida

¿No le gustaría
no ir mañana a trabajar
y no pedirle a nadie excusas,
para jugar al juego
que mejor juega
y que más le gusta?

¿No le gustaría
ser capaz de renunciar
a todas sus pertenencias,
y ganar la libertad
y el tiempo que pierde
en defenderlas?

¿No le gustaría
dejar de mandar al prójimo,
para exigir
que nadie lo mande lo más mínimo?

¿No le gustaría acaso
vencer la tentación,
sucumbiendo de lleno
en sus brazos?

Antes que les den el pésame
a sus deudos, entre lágrimas,
por su irreparable pérdida
y lo archiven bajo una lápida

¿No le gustaría
no ir mañana a trabajar
y no pedirle a nadie excusas,
para jugar al juego
que mejor juega
y que más le gusta?

¿No le gustaría
ser capaz de renunciar
a todas sus pertenencias,
y ganar la libertad
y el tiempo que pierde
en defenderlas?

¿No le gustaría
dejar de mandar al prójimo,
para exigir
que nadie lo mande lo más mínimo?

¿No le gustaría acaso
vencer la tentación,
sucumbiendo de lleno
en sus brazos?

Carlos, el comprado por $15 o $20 dijo...

Soy esc´´eptico,por lo cual, creo que los que nos mueve es el deseo, como bien dijeron en clase, pero hay algo detrás de ello:como el gran deseo no se puede cumplir(l´´ease:vida eterna,infinitud, eterna juventud, felicidad, o sea supresión de la muerte, etc, etc), nos contentamos con pequeños ¿logros? Deseos efímeros, cortoplacistas, que se desvanecen al segundo de lograrlos. Asi por ejemplo, la guitarra o el casco de realidad virtual. Pero creo que detrás del deseo está lo que más abruma, que es "la ESPERA". Vivimos esperando. Que venga el bondi, y cuando viene, que lleguemos a destino y cuando estamos en el destino, volver a casa y cuando estamos en casa, salir de ela; que tomen el parcial, que este finde conozca a tal persona, que se me tire tal otra, que tenga la plata para comprarme tal cosa, que pase algo (objeto,persona,actante) que modifique sustancialmente nuestras vidas. Tenemos 24 hs en un día. 8 son de descanso (dormir), 8 son de responsabilidades, 2 o 3 de necesidades fisiologicas( no voy a hablar de la mierda porque no se puede jaja, estoy hablando de la comida,ya sabemos que en el curso nadie hace lo segundo). Y lo poco que nos queda,todo lo otro, es espera. Porqu´´e digo esto, porque el deseo es tan efimiero que lo que en realidad más tiempo nos consume es la espera, la víspera de ese que ese aconteciemiento suceda. Así como a un deseo le sigue otro deseo. A la espera de un aconteciemiento le sigue otra espera de otro aconteciemiento. Y es muy pobable que cuando sucede eso que esperábamos, nos defraude y digamos " ¡¿Para esto espere tanto tiempo?¡". Si alguien tiene alguna solución que se comunique conmigo, estoy a punto de hacerme el harakiri con los apuntes de Historia de los Medios, jajaja. Dejó un fragmento del Bar del infierno: "El maestro Wu Chang enseñaba que casi toda nuetra vida es espera. Vivimos en vísperas perpeuas de sucesos que , cuando ocurren, resultan ser tambi´´en vísperas. El tiempo que pasamos esperando es infinitamente más amplio que el tiempo que ocupan los sucesos esperados. Algunos reducen este último tiempo a cero." Saludos

Sol dijo...

Hola!
Cuando salimos de clase, el jueves pasado, le dije lo mismo que dice Edgardo, con respecto a los jeans, a mi marido ¿Por qué un Levi´s sale más que uno comprado en Cabildo?
Para empezar, soy una mina de pocas ambiciones materiales. No tengo nada de ropa de marca porque me parece un abuso. El metro de jean sale 12 pesos!!! ¿Cómo es que esa prenda llega a valer, en algunos casos, hasta casi $400 si por $100 (y ya me parece caro) encontramos algo que satisface la necesidad de la misma forma?
Les dejo un link que me parece que grafica bastante bien este tema y que, además, me causo mucha gracia cuando lo vi porque mi hermano creo que entra en varias de estas categorías!
http://www.converseargentina.com.ar/#/fashion_victim/
Acá pueden entrar al “fashion victim test” y ver cómo están en relación a la moda. Miren la solapa de “casos críticos”. Ahí está la publicidad que estuvo dando vueltas por la ciudad en el invierno.
Saludos!!!

Ani Bravo dijo...

Lamentablmente o no estamos en una sociedad en el que el consumo llega a determinarnos como personas. es una sociedad contaminada por la publicidad que está a la orden del día para vendernos todo lo que "necesitamos". El problema es cómo respondemos nosotros, el problema es que alimentamos a ese consumo comprando muchas veces estupideces que no son tan necesarias. La curva de satisfacción siempre está insatisfecha porque nunca podemos conformarnos con nada, tal cual la publicidad, una vez que conseguimos aquello que tanto deseabamos, al minuto ya estamos pensando en conseguir otra cosa sin que esa felicidad llegue a su apogeo. y lamentáblmente no sólo me pasa con lo material, sino con la facultad y muchas veces con lo afectivo también, llega un momento que me da bronca porque si pienso dos minutos me doy cuenta que quiero tanto que muchas veces no tengo nada. hoy estudio Cs de la Comunicación sin embargo no temriné y ya estoy pensando en empezar la carrera de derecho en unos dos años o hacer periodismo deportivo porque me parece fascinante; ya me siento como Johann von Goethe. siempre tratando de pensar qué voy a seguir en el futuro para seguir "llenandome" sin poder ver la felicidad que puedo llegar a conseguir en el presente. ¿Será que aún no encuentro mi lugar?¿Será esta una "guerra" por querer tener todo lo que vemos?Cuando llega la felicidad?¿Existe relamente?

Ana Paula dijo...

Claro la cuestión pasa por la sociedad en la que vivimos. No es lo mismo un jean Levi’s que uno de cabildo porque el de cabildo no representa nada y te hace sentir que “no sos nada” sin una buena marca.
Vivimos en una sociedad del “quiero todo y lo quiero ahora” pero “ahora que lo tengo ,quiero otra cosa”. A medida que fue pasando el tiempo, me volví más grande y se me fueron los humos de la “pendejés”, me fui dando cuenta que cada vez llego más tarde a “eso que quieren todos”, o será que ahora me mantengo sola y necesariamente debo cuidar mi economía, porque ya no nos solucionamos con “como fideos todo el mes” (hasta los fideos salen caros hoy en día)
Creo que la insatisfacción es un deseo constante en todos y es lo que nos mueve hacia adelante. El que está completamente satisfecho con todo lo que tiene no encuentra ese “algo” que lo motive a salir todos los días a la monotonía de la vida. Ah y por supuesto que la sociedad se prepara para convertirnos en consumidores constantes pero, haciéndonos creer que es lo que nosotros queremos: gastar, gastar y gastar hasta llenarnos de deudas por un jean que pasa de moda rápidamente, una notebook que cuando la compraste ya perdió la mitad de su valor, un celular que entre la cámara, el mp3, internet y todas las demás cosas que trae (que jamás terminas por descubrirlas) te da hasta miedo sacarlo del bolsillo porque OBVIO te lo van a robar y no sólo te roban el celular sino “el celular, la cámara, el mp3, etc”
Somos consumistas y la sociedad nos convirtió en eso; de la misma manera en que nos hace vestir para salir a la calle, o nos prepara para que comamos un pedazo de carne sin pensar en el pobre animal que murió degollado para saciar nuestro apetito.
Por suerte me volví un poquito más pensante antes de sacar mi tarjeta de crédito….mmm igualmente creo que porque nunca tengo crédito jajaja
Saludos y nos vemos mañana!

Ana Paula dijo...

Claro la cuestión pasa por la sociedad en la que vivimos. No es lo mismo un jean Levi’s que uno de cabildo porque el de cabildo no representa nada y te hace sentir que “no sos nada” sin una buena marca.
Vivimos en una sociedad del “quiero todo y lo quiero ahora” pero “ahora que lo tengo ,quiero otra cosa”. A medida que fue pasando el tiempo, me volví más grande y se me fueron los humos de la “pendejés”, me fui dando cuenta que cada vez llego más tarde a “eso que quieren todos”, o será que ahora me mantengo sola y necesariamente debo cuidar mi economía, porque ya no nos solucionamos con “como fideos todo el mes” (hasta los fideos salen caros hoy en día)
Creo que la insatisfacción es un deseo constante en todos y es lo que nos mueve hacia adelante. El que está completamente satisfecho con todo lo que tiene no encuentra ese “algo” que lo motive a salir todos los días a la monotonía de la vida. Ah y por supuesto que la sociedad se prepara para convertirnos en consumidores constantes pero, haciéndonos creer que es lo que nosotros queremos: gastar, gastar y gastar hasta llenarnos de deudas por un jean que pasa de moda rápidamente, una notebook que cuando la compraste ya perdió la mitad de su valor, un celular que entre la cámara, el mp3, internet y todas las demás cosas que trae (que jamás terminas por descubrirlas) te da hasta miedo sacarlo del bolsillo porque OBVIO te lo van a robar y no sólo te roban el celular sino “el celular, la cámara, el mp3, etc”
Somos consumistas y la sociedad nos convirtió en eso; de la misma manera en que nos hace vestir para salir a la calle, o nos prepara para que comamos un pedazo de carne sin pensar en el pobre animal que murió degollado para saciar nuestro apetito.
Por suerte me volví un poquito más pensante antes de sacar mi tarjeta de crédito….mmm igualmente creo que porque nunca tengo crédito jajaja
Saludos y nos vemos mañana!

Ana Paula dijo...

Claro la cuestión pasa por la sociedad en la que vivimos. No es lo mismo un jean Levi’s que uno de cabildo porque el de cabildo no representa nada y te hace sentir que “no sos nada” sin una buena marca.
Vivimos en una sociedad del “quiero todo y lo quiero ahora” pero “ahora que lo tengo ,quiero otra cosa”. A medida que fue pasando el tiempo, me volví más grande y se me fueron los humos de la “pendejés”, me fui dando cuenta que cada vez llego más tarde a “eso que quieren todos”, o será que ahora me mantengo sola y necesariamente debo cuidar mi economía, porque ya no nos solucionamos con “como fideos todo el mes” (hasta los fideos salen caros hoy en día)
Creo que la insatisfacción es un deseo constante en todos y es lo que nos mueve hacia adelante. El que está completamente satisfecho con todo lo que tiene no encuentra ese “algo” que lo motive a salir todos los días a la monotonía de la vida. Ah y por supuesto que la sociedad se prepara para convertirnos en consumidores constantes pero, haciéndonos creer que es lo que nosotros queremos: gastar, gastar y gastar hasta llenarnos de deudas por un jean que pasa de moda rápidamente, una notebook que cuando la compraste ya perdió la mitad de su valor, un celular que entre la cámara, el mp3, internet y todas las demás cosas que trae (que jamás terminas por descubrirlas) te da hasta miedo sacarlo del bolsillo porque OBVIO te lo van a robar y no sólo te roban el celular sino “el celular, la cámara, el mp3, etc”
Somos consumistas y la sociedad nos convirtió en eso; de la misma manera en que nos hace vestir para salir a la calle, o nos prepara para que comamos un pedazo de carne sin pensar en el pobre animal que murió degollado para saciar nuestro apetito.
Por suerte me volví un poquito más pensante antes de sacar mi tarjeta de crédito….mmm igualmente creo que porque nunca tengo crédito jajaja
Saludos y nos vemos mañana!

Ana Paula dijo...

Claro la cuestión pasa por la sociedad en la que vivimos. No es lo mismo un jean Levi’s que uno de cabildo porque el de cabildo no representa nada y te hace sentir que “no sos nada” sin una buena marca.
Vivimos en una sociedad del “quiero todo y lo quiero ahora” pero “ahora que lo tengo ,quiero otra cosa”. A medida que fue pasando el tiempo, me volví más grande y se me fueron los humos de la “pendejés”, me fui dando cuenta que cada vez llego más tarde a “eso que quieren todos”, o será que ahora me mantengo sola y necesariamente debo cuidar mi economía, porque ya no nos solucionamos con “como fideos todo el mes” (hasta los fideos salen caros hoy en día)
Creo que la insatisfacción es un deseo constante en todos y es lo que nos mueve hacia adelante. El que está completamente satisfecho con todo lo que tiene no encuentra ese “algo” que lo motive a salir todos los días a la monotonía de la vida. Ah y por supuesto que la sociedad se prepara para convertirnos en consumidores constantes pero, haciéndonos creer que es lo que nosotros queremos: gastar, gastar y gastar hasta llenarnos de deudas por un jean que pasa de moda rápidamente, una notebook que cuando la compraste ya perdió la mitad de su valor, un celular que entre la cámara, el mp3, internet y todas las demás cosas que trae (que jamás terminas por descubrirlas) te da hasta miedo sacarlo del bolsillo porque OBVIO te lo van a robar y no sólo te roban el celular sino “el celular, la cámara, el mp3, etc”
Somos consumistas y la sociedad nos convirtió en eso; de la misma manera en que nos hace vestir para salir a la calle, o nos prepara para que comamos un pedazo de carne sin pensar en el pobre animal que murió degollado para saciar nuestro apetito.
Por suerte me volví un poquito más pensante antes de sacar mi tarjeta de crédito….mmm igualmente creo que porque nunca tengo crédito jajaja
Saludos y nos vemos mañana!

Ana Paula dijo...

AHHHHHHH SERÁ QUE TUVE ALGÚN PROBLEMA PARA SUBIR MI COMENTARIO????? JAJAJAJA perdón pero se me volvió loco internet y se publico 4 veces...

Unknown dijo...

Hola a todos! Cómo están? =)
Bueno, esta vez hay un montón de temas...!
Ana Paula nos quiere convencer por insistencia!! Jajaja

Bueno, con respecto al deseo... me sorprendió en clase cómo la gran mayoría de nosotros lo asociamos a la publicidad y al consumo. O sea, se habló del deseo de cosas no materiales o no comerciales, por así decirlo... Pero se vinculó mucho el deseo al hecho de comprar cosas. No sé, ví esa asociación muy fuerte. O sea, no es de hacerme la copada, yo la tengo, claramente! Pero me llama la atención y lo relaciono con algo.

Yo soy del interior. Más específicamente de Santa Rosa, La Pampa. Mi ciudad tiene aproximadamente 100.000 habitantes, contra los varios millones que tiene ésta. Hay pocos edificios, y el más alto debe tener 15 pisos, con toda la furia. No nos conocemos todos, ni ahí. Pero hay círculos grandes en los que sí nos conocemos.
No hay shopping, no hay mc donald's. Hay muchos espacios verdes (aunque durante la mayor parte del año estén bastante secos), hay “mayor contacto con la naturaleza”.
Pero a la vez, es una ciudad. Hay muchos comercios, cada vez más, hay una universidad nacional con varias carreras, hay un casino gigantísimo (no es que eso me enorgullezca), hay diarios y radios locales, cines, hipermercados, etc.

*

Vine a Buenos Aires a los 17 años, a vivir con mi hermana, que estaba desde el año anterior. Caí en barrio norte, donde venimos muchos del interior y como sabrán, es una zona muy comercial.

Gente, fue impresionante para mí, durante los primeros meses en la ciudad, el bombardeo constante de la publicidad. Es algo que yo no concebía y me costó mucho asimilar. Sinceramente me aturdió. Me sentía todo el tiempo convocada (a comprar, lógicamente) y el contraste con mi ciudad fue muy fuerte. Yo no sé si todo el mundo lo vive así, pero a mi me pasó. Y les digo, no porq haya empezado comunicación. Cuando vine acá no conocía la carrera, arranqué con otra, recontra perdida. Pero fue algo que me descolocó durante un tiempo, hasta que pude entender que ninguno de esos carteles me hablaban a mí.

No sé si tiene mucho sentido que les cuente todo esto. Pero es lo que puedo aportar desde mi experiencia.
Porque me llama mucho la atención cómo en esta ciudad, semejante cantidad de información publicitaria hace que nuestra capacidad de desear haya sido orientada a los productos que nos llueven por todos lados. No sé cómo será haber nacido y haberse criado en este contexto.

Yo sé que todos sabemos que desear no es sólo desear un celular, o un jean. No es eso lo que quiero decir. Pero evidentemente lo asociamos mucho, y esas publicidades se nos han metido bastante profundo, yo creo. No es para menos, tal vez.


Por eso también puede que el deseo nos suene como algo malo o banal. A mi me parece que desear cosas, buscarlas, trabajar para conseguirlas, soñar y proyectarse cosas, por más locas que parezcan, es lo que más tira para adelante. No voy a decir que es el sentido de la existencia, qué se yo cuál es! Pero en mi vida personal me mantienen viva todas las cosas que deseo. Y no siempre me pasa que cuando las consigo ya no siento placer. Depende! Hay cosas que si! Pero con muchas otras, todo lo contrario. Yo soy una enferma de la música, y todo lo que consiga de instrumentos musicales para mí siempre superan lo invertido, siempre vale la pena. Lógicamente siempre quiero más instrumentos…! Y sufro cuando voy por los negocios de música porque quiero poder tener todas esas cosas…! Pero a la vez me siento bien de tener algo que deseo. Y en las cosas que deseo pienso cuando estoy mal, cuando pasan cosas que me cuesta procesar o en esas situaciones que me arrasan emocionalmente. Me hacen recuperar la fuerza y encontrarme conmigo misma. Es eso… No sé, lo digo y parece boludo! Jaja. Pero siento que las cosas que deseo me definen mucho (¿soy lo que deseo?), y me hacen sentir bien en parte.
Fin del comunicado!
Saludos, y los que quieran mate siéntenseme cerca que hacemos el grupete! =)

Besos a todos, nos vemos mañana!

Costanza

Anónimo dijo...

En un principio parece ser que algunos comentarios relacionaron, al igual que en la clase pasada, al deseo como un impulso a mejorar, crecer, etc. Es bastante particular. No siempre el deseo es el impulso que nos permite mejorar. Y que se relacione el deseo en casi todos los casos con una posesión, hasta las manos de burgueses.
El comprender la acumulación de objetos como una meta es una construcción histórica. No siempre fue así. Y por las dudas aclaro, tampoco hoy es así. (En el aprendizaje del método Kaisen [método de producción toyotista –Jidoka-] se enseña que mientras más tenemos más derrochamos [para simplificar]). Por algo será que el resto de las empresas buscan adaptar, y no terminan por comprender esas teorías locas en donde la posesión de algo más grande, o de mayor cantidad no significa ganancia.
Son muchos los años que se lleva contando el mismo cuento empapado en una racionalidad técnica nunca inocente. No hay que olvidar el significado del intercambio, la ceremonia del potlach, la perdida, y el gasto improductivo (gracias Bataille).
Por otro lado, dejar de desear no significa expresamente no consumir. Una cosa es el deseo, otra muy diferente es la necesidad. Aunque se entiende que en la vorágine consumista difícilmente se distingan.
Fromm en el libro ¿Tener o ser? Escribió: “…esencial era la distinción entre necesidades (deseos) que solo se sienten subjetivamente y cuya satisfacción produce un placer momentáneo, y las necesidades que están enraizadas en la naturaleza humana y cuya satisfacción fomenta el desarrollo humano y produce bienestar... Hay que distinguir entre las primeras, dañinas para el desarrollo humano, y las segundas, que están en armonía con los requerimientos de la naturaleza humana… El placer puro no es la satisfacción de un deseo, pues a este momento de placer necesariamente le sigue un momento no placentero. Alcanzar el placer puro significa alcanzar la ausencia del dolor. El deseo que los impulsa tal cual lo han descripto más arriba persigue una felicidad que no busca bienestar (salvo la compañera que hablo instrumentos musicales).
Bue, me fui un poco. El tema era dar otra perspectiva donde el Ser es por lo que hace y no lo que tiene. Y que la persecución de un deseo, no nos describe como poseedores de algo que conseguimos (aunque el sistema de creencias contemporáneo asi lo señale) sino como un simple perseguidor (bastante relacionado con el tema de Serrat que subieron). Aparte de corrientes orientales revisen también a Heidegger, el link se los debo, pero si quieren hay un apunte de Ferrer poco digestivo que cae justo.


Bataille
La nocion del gasto– leer 2 da parte El principio de la perdida http://www.nodopsicoanalitico.com.ar/articulos/diciembre%202008/la%20noci%C3%B3n%20de%20gasto%20-George%20Bataille.pdf).

Eric Fromm - PDF dentro del zip
¿Tener o ser? – pagina 56, el ultimo parrafo aporta
http://66.240.239.19/0/4/7/4711.ZIP

Mariana dijo...

Fíjense cuantos ¨rituales¨ de la vida diaria se asocian con el deseo. El tema de la pestaña, pedir deseos en los cumpleaños, deseos al tirar una moneda en alguna fuente, deseos cuando pasa una estrella fugaz. Andamos por la vida deseando más de lo que somos conscientes, excediendo por completo lo material y animándonos a los siempre ¨imposibles¨. Creo que lo ¨lindo¨ de desear es exactamente eso, la combinación con la imaginación y la posibilidad de traspasar los límites de nuestras posibilidades. Ahí la sociedad de consumo puede hacerse un poquito a un lado y nos permitimos desear la paz mundial, una nueva ley de RD, un parcial más o menos fácil, que nos salga bien la torta de chocolate que esta en el horno y hasta un novio decente. Cualquier cosa. (confieso que soy una deseadora compulsiva y las frustraciones que vienen con la insatisfacción de los deseos no me preocupan tanto como debería.. )
Quise salirme un poco de la línea deseo=consumo=capitalismo=mal de males, recuperar el deseo como lugar de escape y fuente creativa. Hay que ser un poco como Timmy* y delirar con los deseos. Total son gratis…

*Timmy, personaje de los Padrinos mágicos, dibujito delirante y altamente recomendable para una momentánea desconexión con ¨lo real¨.

Gonzalo dijo...

¿Pero estamos hablando del deseo como impulso en la vida personal del tipo, espero que me vaya bien en el parcial, o tratando al deseo en la sociedad, dentro de una facultad que se supone que habilita la formación de comunicadores más o menos comprometidos con ella?

Gonzalo dijo...

Igualmente la separación de la vida personal con la vida en sociedad es un poco ilusoria. Hoy veremos un poco de eso en el practico.

Unknown dijo...

Varias cosas me vinieron a la mente a la hora de pensar la temática
del placer y del displacer, y al deseo la conquista y la perdida como
motor y posibles resultados... muchas cosas iban y venian en m
cabeza, cosas que había escuchado, visto o leído por ahí…y busque algo que
me resonaba, fui a mi “biblioteca de discos” y ahí estaba ella. Liliana Felipe me contaba esto:

"Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con
salir de pobres” Y más temprano o mas tarde (según se ponga el ojo en su autor original o en la bella loca que lo recita luego) ahí estaba el libro ahí estaba Eduardo quien autor pues de lo que aquí les convido:

"Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con
salir de pobres que algún mágico día llueva de pronto la buena
suerte, que llueva a cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no
llueve ayer, ni hoy, ni mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del
cielo la buena suerte, por mucho que los nadies la llamen y aunque les
pique la mano izquierda, o se levanten con el pie derecho, o empiecen
el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada. Los nadies: los
ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida,
jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean. Que no hablan idiomas, sino dialectos. Que no
profesan religiones, sino supersticiones. Que no hacen arte, sino
artesanía. Que no practican cultura, sino folklore. Que no son seres
humanos, sino recursos humanos. Que no tienen cara, sino brazos. Que
no tienen nombre, sino número. Que no figuran en la historia
universal, sino en la crónica roja de la prensa local. Los nadies, que
cuestan menos que la bala que los mata."

Sentí entonces que “no ser” podía ser otra forma de existir. Pero solo para estos nadies… Para el resto, o sea nosotros, “existir” significa otra cosa. Significa tener, aparentar, poseer, conquistar… Ya sea un jean, un sillón en la oficina mas grande de la empresa, una imagen respingada y super finita o simplemente (y seguramente lo más difícil) una mujer o un hombre. Y en medio de todo eso el deseo como motor. Ahora bien, ¿qué fue de ese mundo abrumador en que todo esto pasaba por otro lado? ¿O qué pasa con el mundo de aquellos nadies en lo que solo hay necesidades básicas? Claro alguien dirá: “para mí es básico un lavavajillas” y hasta habrá otro que me diga “yo sin cigarrillos no funciono” y luego habrá aquel flaco o mujer que dirá: ¿sabes lo que pasa? Ya no te quiero, ya no te deseo.” Y así, esté o aquella llora y su ex se va a casa son “algo” menos. Y todo esto ya nos es natural, vamos, venimos, consumimos, deseamos, comemos y luego cagamos todo eso que nos tragamos casi sin despeinarnos. Como si en el hecho de comprar consumir, conquistar algo no estuviéramos perdiendo algo. Como si nada pasara. Y si pasa. Y si perdemos. Pasa que cada día nos alejamos más de esos nadies, pasa que cada día pisamos mas cabezas si es necesario, cada día nos importa más la pinta, el status o la ropa y menos los sabores de la gente. Cada día cosificamos más los cuerpos y ontificamos el alma. Uff se hizo re tarde, como siempre se me viene la clase encima. No vemos!