viernes, abril 08, 2011

En esta entrada...

...deberían dejar anotadas sus impresiones respecto del ejercicio realizado sobre el final de la clase de hoy: qué les pasó, qué sintieron, qué pensaron, etcétera, etcétera.

Para la clase que viene estaremos trabajando el texto "La sabiduría del amor" de Alain Finkielkraut. Buena semana para todos.

37 comentarios:

Rocio dijo...

Podría hacer una elaborada descripción acerca de lo que sentí, lo que movilizó en mi sostener la mirada con algún compañero o compañera, pero la realidad es que no pude mantener la mirada fija, no encontré a nadie con el que pudiera realizar ese ejercicio. Justamente esta imposibilidad de conexión fue lo que me movilizó durante el tiempo que se dedicó al ejercicio. En principio no pude sostener yo la mirada, cuando encontraba a un otro me escapaba, miraba hacia otro lado. Después me tocó estar de otro lado, ser yo la que trate de establecer el contacto y que la otra mirada se escape. Cuando llegó el momento en que terminó todo, pensé que habia fracasado. Ahora que lo veo más a la distancia no lo veo cmo un fracaso, sino como un gesto que me permite cuestionarme algunas cosas.

Saludos y buen fin de semana

Anónimo dijo...

No sabía a quién tendría frente mio. Tampoco me lo pregunté en la etapa de introspección. Pero cuando se encenció la luz y abrimos los ojos me encontré con ella; y me puse contenta. Unos extraños ojos que conozco hace tiempo estaban ahí mirándome.Los suyos siempre llamaron mi atención en los intercambios de pasillo pero quizá una vez,(no lo recuerdo) hablé con su ¨dueña¨.
En ningún momento perdimos la conexión (no quería perderla!). Pudimos mirarnos sin parar hasta el final del ejercicio a pesar del ardor.
Sonreimos dos o tres veces como diciendo ¨siempre tuvimos conexión¨. Resultaron ojos amigos.
Cuando salimos de la clase nos saludamos... y nada mas.

Julieta Schisano

Anónimo dijo...

Toda la tranquilidad que sentí al comienzo del ejercicio(mientras se mantuvo la luz apagada)se convirtió en incomodidad en el momento que supe que al encenderse la luz iba a tener que establecer una conexión con otro.
Cuando abrí los ojos, intente varias veces sostener la mirada con una compañera, la cual no lograba mantener su mirada sosteniada con la mia.Luego de varios intentos pensé que quizas algún otro compañero estaría buscando mi mirada, y asi fue.Con ese compañero pude mantener la mirada el poco tiempo que quedaba de ejercicio.

¡Buen fin de semana!

Brenda Schneider

Analia A dijo...

El ejercicio de relajación me pareció excelente, y el momento indicado para cortar y tranquilizarme después de un duro día de trabajo(como los son todos). Siempre llego a la facultad con un ritmo acelerado y la verdad que esta clase me resulta muy interesante(sobre todo porque los textos siempre se vinculan con otros temas o experiencias). Los ejercicios de relajación siempre favorecen la visualización. Cuando tengo un minuto pongo música que me gusta y pienso que veo la arena blanca, el mar y el cielo celeste.
Con el ejercicio de la mirada, costo un poco al principio encontrar al otro. Pero al final entable mirada con una chica que no conocía, y digamos que a pesar de eso, no me sentí incomoda(salvo el esfuerzo propio de mantener un punto fijo).Intercambios de pequeñas sonrisas, que fueron agradables. Después pensé en comparación que cuando miras a esa persona que te gusta o que amas, una mirada duradera también genera sensaciones y sentimientos.

Analía A

Anónimo dijo...

Alejandro dice: Primero señalar que no es mi primer contacto con el Zen dado que empece mi busqueda oriental hace unos cuantos años, y el punto de ingreso por muy cómico que resulte fue la serie Kung Fu, luego pase por una etapa de yoga y por ultimo una mas de meditación. Con respecto al ejercicio en clase no pude relajarme mucho, si lo hubiera hecho hubiera terminado dormido, pero algo logre por que empece a sentir el cosquilleo propio de sentir el cuerpo. Luego me conecte visualmente con un compañero con el que el año pasado curse Taller de Expresion II, me costo no reirme por que me hacia acordar de situaciones que vivimos en las filmaciones realizadas el año pasado, las cuales tuvieron situaciones a veces dramáticas y otras cómicas. Mi experiencia oriental me ayudo mucho en una fase religiosa que tuve y en cierto misticismo muy productivo, ademas de poder percibir las realidades cotidianas desde un punto de vista menos racional.

Anónimo dijo...

Agustina Borneana, dice:
En un principio me costo mucho relajarme, me limitaba la situacion de tener un tiempo corto para alcanzar la relajacion. Soy una persona que me es muy dificil lograr la abstraccion y poner la mente en blanco. Considero que es un ejercicio interesante pero que en un contexto como el dado, para una persona como yo, fue muy dificil lograrlo.
Al abrir mis ojos, no encontre otro mirada para continuar con el ejercicio propuesto, por lo que opte en fijarla en la pared que tenia delante y continuar con la propuesta.
En lo personal me interesaria continuar con la practica de este ejercicio y profundizar con el tema para intentar llegar al estado de meditacion.

Agutina Borneana.

Germán A. Serain dijo...

Ante todo: Rocío y Alejandro, aclaren quiénes son porque hay otros compañeros en la comisión con vuestros mismos nombres de pila.

Espero los registros de los demás, para poder elaborar algunas consideraciones en conjunto en el práctico que viene.

Rocío Morales dijo...

Mientras las luces estuvieron apagadas, pude hacer todo lo que se iba diciendo: relajarme, sentir mi cuerpo...Cuando las luces se prendieron decidí mirar a la persona que tenía exactamente frente mío. Ella por momentos me miraba pero también desviaba su mirada, miraba para abajo. Esto me causaba bastante gracia, no sé porqué. Como no podía mantener del todo la mirada con ella, busqué a otra persona, pero fue en vano.

Alejus dijo...

sentí calor y nervios, como me pasa siempre que me enfrento a este tipo de situaciones... De hecho, con los ojos cerrados, ya preveía este ejercicio así que ya me había sonrojado y acalorado. Me había decidido a mirar a quien tuviese directamente enfrente. Lo hice, pero el no me miró, mas bien miraba para todos lados menos hacia mi. El calor disminuyó. Intente buscar otras miradas pero no tuve éxito así que me concentré en la persona que tenia en frente aunque esta no me mirase. Hice tanto foco en el que el resto, el fondo, "desapareció". A medida que hacia esto sin la mirada de mi objetivo mi temperatura normal se restablecía. Así seguí hasta que terminó el ejercicio.

Alejus dijo...

soy Alejo Lerman

Malén Vazquez dijo...

Cuando estábamos en la parte de los ojos cerrados me colgué. Entonces, cuando arí los ojos (tarde) ya estaban todos mirados entre sí, o por lo menos eso es lo que me pareció. Busqué contacto con todos los que pude y todos estaba mirados con alguien más. Ahora, al leer los comentarios, veo que a muchos les pasó parecido que a mí.

Me resultó divertido ver cómo se miraban los demás, me dió la sensación de estar espiándolos...

PD: Gracias Germán por tu comentario, disfruto mucho sancándolas. Pensando en cómo Occidente intenta entender a Oriente, me acordé de esto: http://www.terebess.hu/english/haiku/borges.html

Heliana dijo...

En el ejercicio senti cosas raras y a la vez muy buenas. Senti que realmente me estaba relajando en el momento que tenia mis ojos cerrados. Cuando los abrí mire a un chico que estaba sentado en el piso y el cual me estaba mirando. Fue raro, sentia que a medida que me seguia mirando me sentia mas intimidada, senti mi cara coloradisima y que poco a poco se iba poniendo mas colorada, senti que mi corazon latia a mil; hasta que en un instante su mirada me penetro tanto que entre como en una especie de conexion rara en la cual solo era nitida su cara y lo demas de alrededor se fue como nublando de a poco.... cuando me fui, me fui con una sensacion muy linda... rara, pero linda!

Gracias, saludos.-
Heliana Donelli!

Florencia Saá dijo...

La realidad es que no me pude conectar con el ejercicio ni en el comienzo, ni en el momento de abrir los ojos para sostener la mirada con un compañero. Esta segunda parte me incomodo bastante, cuando abrí los ojos tenia a alguien mirándome pero no pude sostenerle la mirada, así que el resto del ejercicio evadí las miradas.

Soledad Ramirez dijo...

Si bien pude relajarme durante el ejercicio, me fue difícil abstraerme de pensamientos y estimulos externos. Durante el tiempo que tuvimos los ojos cerrados, senti un particular peso en las manos.
Al abrir los ojos, sostener la mirada fue todo un desafio ya que me cuesta horrores hacerlo en el día a día (?) a pesar de esto logre focalizar en un compañero.
Al igual que otros compañeros,sentí un ardor en los ojos constantemente. Creo producto de la luz y el intento de no parpeader.

Saludos,
Soledad Ramirez

Unknown dijo...

Sin dudarlo busque alguien que esté en frente, no exploré hacia los costados ni en el más mínimo intento. Rápidamente encontré a quién me estaba mirando, en seguida sonreímos como cómplices, como quien encuentra lo que busca y seguimos varios segundos con la mirada sostenida. En un momento, la fuerza de la mirada hizo que yo la bajara. Automaticamente busque otra, como si haber perdido un segundo la anterior me impidiera continuar mirando a la misma persona. Mi segunda búsqueda no fue exitosa, mire varios segundos a una compañera que no paraba de revolear los ojos, me quede esperándola fijo pero tanto "querer ver" hizo que no me encontrara, y ahí volví en busca del primer contacto y nos volvimos a mirar. Por un segundo pensé, me estará mirando o estará mirando al compañero de al lado, porque la diferencia es tan sutil que quizás no me doy cuenta que ya no me mira. Este segundo contacto fue más fuerte, por momentos sentí que se me nublaba la vista y cuando Germán anuncio la finalizacion, volvimos a sonreír y respiramos aliviadas.
Cuando me fui de la clase pensé: Porque será que cuando alguien mira fijo a otro tiende a la seriedad? Quizás por que la concentración así lo requiere? Habrá quién haya reprimido esas ganas de reír? ...

Ludmila Roverano dijo...

Durante el ejercicio con los ojos cerrados tome conciencia del dolor de cuello que me aqueja pero logre relajarme, ya que es similar a ejericicios de relajacion que se practican en el aprendizaje actoral, que he estudiado.
Al abrir los ojos busque a mi izquierda y no encontre ojos sino un perfil que no buscaba mi mirada, y ahi cai en que habia que mirar y ser mirado... por lo tanto busque frente y alli habia unos ojos que no sabia si me miraban a mi o a mi compañera, pero segui mirando.... un par de veces desvie la mirada pero mi compañera de miradas se reia... no se por que .... pero estaba tentada. A mi no se me dio por reirme, me costaba sostener la mirada, pero no me reia. Los ultimos 10 segundos del conteo que realizo German me paso algo distinto.... veia borroso los alrededores, estaba fuera de foco. Buena experiencia!

Ludmila Roverano dijo...

Durante el ejercicio con los ojos cerrados tome conciencia del dolor de cuello que me aqueja pero logre relajarme, ya que es similar a ejericicios de relajacion que se practican en el aprendizaje actoral, que he estudiado.
Al abrir los ojos busque a mi izquierda y no encontre ojos sino un perfil que no buscaba mi mirada, y ahi cai en que habia que mirar y ser mirado... por lo tanto busque frente y alli habia unos ojos que no sabia si me miraban a mi o a mi compañera, pero segui mirando.... un par de veces desvie la mirada pero mi compañera de miradas se reia... no se por que .... pero estaba tentada. A mi no se me dio por reirme, me costaba sostener la mirada, pero no me reia. Los ultimos 10 segundos del conteo que realizo German me paso algo distinto.... veia borroso los alrededores, estaba fuera de foco. Buena experiencia!

Ludmila Roverano dijo...

Durante el ejercicio con los ojos cerrados tome conciencia del dolor de cuello que me aqueja pero logre relajarme, ya que es similar a ejericicios de relajacion que se practican en el aprendizaje actoral, que he estudiado.
Al abrir los ojos busque a mi izquierda y no encontre ojos sino un perfil que no buscaba mi mirada, y ahi cai en que habia que mirar y ser mirado... por lo tanto busque frente y alli habia unos ojos que no sabia si me miraban a mi o a mi compañera, pero segui mirando.... un par de veces desvie la mirada pero mi compañera de miradas se reia... no se por que .... pero estaba tentada. A mi no se me dio por reirme, me costaba sostener la mirada, pero no me reia. Los ultimos 10 segundos del conteo que realizo German me paso algo distinto.... veia borroso los alrededores, estaba fuera de foco. Buena experiencia!

Ludmila Roverano dijo...

Durante el ejercicio con los ojos cerrados tome conciencia del dolor de cuello que me aqueja pero logre relajarme, ya que es similar a ejericicios de relajacion que se practican en el aprendizaje actoral, que he estudiado.
Al abrir los ojos busque a mi izquierda y no encontre ojos sino un perfil que no buscaba mi mirada, y ahi cai en que habia que mirar y ser mirado... por lo tanto busque frente y alli habia unos ojos que no sabia si me miraban a mi o a mi compañera, pero segui mirando.... un par de veces desvie la mirada pero mi compañera de miradas se reia... no se por que .... pero estaba tentada. A mi no se me dio por reirme, me costaba sostener la mirada, pero no me reia. Los ultimos 10 segundos del conteo que realizo German me paso algo distinto.... veia borroso los alrededores, estaba fuera de foco. Buena experiencia!

Max Bensimon dijo...

En la primera parte del ejercicio, cuando teníamos los ojos cerrados, pude concentrarme en lo que decía el profesor y lograr una tranquilidad inusual en el ámbito de la facultad. Cuando prendió la luz y dijo que había que mantener la mirada con algún compañero que tengamos enfrenete, debo confesar que me incomodé un poco. Pero al abrirlos, en seguida enseguida encontré una compañera que no conocía para mantener la mirada. Durante el transcurso de la parte final del ejercicio sentí entre tranquilidad e incomodidad, como expuesto a los ojos de la otra persona. Por momentos bajábamos la mirada ambos, pero pudimos terminar el ejercicio la mayoría del tiempo mirandonos.

Alejandro Gamboa dijo...

Otro fracaso: abrí los ojos sin estar seguro de que fuese el momento para hacerlo y miré alrededor para corroborar que hacía el resto. Todos estaban concentrados y con los ojos abiertos así que proseguí a hacer lo mismo. Miré hacia el otro extremo, lejano extremo, del aula. Lo vi a Alejo que era la única persona que tenía derecho en frente mío pero me pareció que estaba mirando a alguien a mi derecha por su postura, aunque me fui imposible saberlo. El problema para ver sus ojos eran los anteojos, los suyos que hacían reflejo con la luz y los míos, que me los había olvidado. Así que mantuve la vista sobre sus anteojos esperando el fin del ejercicio sin sentirme mirado y por ende, sin hacer contacto.

Candela Gomes Diez dijo...

Hola a todos. Yo no asistí a la clase del pasado jueves, pero me comentaron acerca del ejercicio. Como no puedo hacer ningún comentario respecto de él, si quiero hacerlo acerca de las impresiones que me han generado las lecturas sobre el pensamiento oriental y el zen.
Al comienzo de la lectura no comprendía bien los conceptos que se manejaban, ni podía saber bien a qué se apuntaba cuando se hablaba del "Espíritu", o del "Ello". Me sentí muy identificada con lo que sentía Herrigel al tomar contacto con la experiencia zen. Supe pronto que cualquier persona formada en una cultura occidental hubiera interpretado y sentido lo mismo que él, y se hubiera sentido igual de confundido. ¿Cómo se supone que debo olvidarme del "yo", de mí mismo, y permanecer en absoluta tensión y concentración, pero sin conciencia de mi acto y sin intención alguna? Cómo interiorizar esta conducta, si toda la vida fuimos educados para actuar a conciencia y dirigidos hacia un fin específico, concreto, y útil. Desde el advenimiento de la modernidad hasta nuestros días, en occidente, ha regido una lógica productivista, instrumental-racional, teleológica, que tiene como protagonista al "yo", a su conciencia y a su fuerza para dominar el mundo. ¿Cómo concebir un racionalismo sin conciencia, sin intención? ¿Cómo llegar a la Iluminación, cómo llegar a la experiencia espiritual del zen a través de los caminos que nos señala Izutsu, exteriorizando nuestro interior, o interiorizando el mundo exterior? ¿Cómo incursionar en esta filosofía de vida cuando el sistema nos educa permanentemente en la idea de que somos sujetos separados de un mundo exterior (objeto) que debemos manipular y dominar para nuestra propia supervivencia, y de manera concienzuda?
Admiro esa capacidad de abstracción, y de concentración, esa espiritualidad despreocupada de los fines en sí mismos, pero dudo poder llegar a comprender en algún momento con profundidad esos conceptos, y menos aún hacerlos carne en mi experiencia personal. El análisis, es evidente, presenta más preguntas que respuestas y certezas. Perdón, mi occidentalidad me condena.

Pondia Bianco dijo...

Apenas se apagaron las luces y empezaron las indicaciones, pensé: "Soy demasiado occidental para estas cosas". Durante el ejercicio de "relajación" (entre risas reprimidas y miraditas de reojo) en ningún momento pude dejar de ser plena y absolutamente consciente de que estaba en el aula, rodeada de compañeros (conocidos y desconocidos), siendo observada por el profesor, etc. No logré conectarme conmigo misma para nada.
La segunda actividad no fue más sencilla. Busqué y busqué hasta que finalmente encontré unos ojos que me devolvían la mirada. Nos tentamos. Y enseguida la persona desvío los ojos. Yo persistí (perversamente consciente de que la estaba incomodando) hasta que también desistí.
En todo momento pensé que el ejercicio me recordaba mucho a mis larguísimos y diarios viajes en colectivo en los que "juego" a sostenerle la mirada a algún desconocido. A veces gano pero también pierdo. Y siempre me pregunto por qué habrá sido que perdí...

Pondia Bianco dijo...

Perdón, olvidé firmar. Soy Flor Bianco.

Leonel Silvero Combina dijo...

Me resultó demasiado difícil poder relajarme durante el ejercicio. Por un lado, porque me tomó por sorpresa y fue complicado salir del asombro de estar realizando tal actividad en medio de una clase. Además, el contexto me pareció poco propicio para la relajación: el aula, la clase, las personas desconocidas, los bancos de plástico, mi cansancio. Todo esto me predispuso mal.
Así que sostener la mirada pasó más por la vergüenza, el intento de no reirme y las ganas de que eso se termine, que por concentrarme en lo que debería.
Saludos! Hasta la próxima clase!

Tatiana Rojo dijo...

En la primera parte pude relajarme facilmente porque algunas veces practico ejercicios semejantes, a diferencia de otros compañeros no me condicionó el hecho de estar en clase, me concentré plenamente en mi cuerpo sin que nada lo interrumpiera. Al momento de abrir los ojos encontré una mirada con la que ya me había cruzado antes. No quise perder de vista sus ojos, a tal punto que varias veces el resto de los compañeros se convirtieron en sombras. No perdimos el contacto hasta que nos dieron la "orden". Hace poco tiempo, sin que ella lo sepa, esa misma mirada me había tranquilizado antes de rendir un final (me avergonzaba un poco decirlo) Tenia la sensación un tanto ridícula de acordarme de ella como alquien importante para mi estado de ánimo ese día, y a la vez pensar que ella seguramente no sabía ni quien soy... finalmente en esa conexión de miradas me sentí contenta pensando en que "Un copo de nieve nunca cae en el lugar equivocado".
Saludos

Anónimo dijo...

Al instante que se prendieron las luces me encontré un poco perdida al no saber dónde y a quién mirar. Justo al frente mio encontré una mirada que estaba hacia mi. El primer pensamiento que se me cruzó es que nunca lo había visto y mucho menos hablado: me encontraba con alguien desconocido. Creo que eso tiene un pro y un contra. Por un lado es un poco incómodo no conocer a esa persona y establecer ese primer contacto visual tan fijo; pero por otro, miras a alguien que te puede decir mucho sólo con la mirada. Es como una radiografía de esa persona con sólo mirarse, conocerse e imaginar.
Está muy bueno hacer este tipo de ejercicio, es algo distinto!
Hasta mañana!
Karina Leguizamón.

Leandro dijo...

Durante el ejercicio en el que había que mantener los ojos cerrados logre relajarme rapidamente, quería que ese momento no se termine nunca. Me relaje tanto que no llegué a entender del todo el ejercicio posterior,nunca supe si la luz estubo apagada o no o simplemente no recuerdo. Abri los ojos y sentí bronca creo que deseaba que el momento de relajación continue o quizas fue porque me ardían los ojos, mire a una compañera que estaba frente mio hacia la izquierda, ella ya estaba concentrada y muy seria mirando a otra. Mantube mi mirada unos segundos hasta que por fin me di cuenta que el ejercicio se trataba de cruzar miradas entonces mire frente mio a una chica que creo que estaba en busqueda de una mirada. Mantubimos la mirada pero sentí muchas cosas me incomodé un momento, sentí que ella tambien, yo desvié la mirada mas que ella pero por un momento disfrute de incomodarla. Por momentos también aguante de reirme por la situación. En el final dude que esta chica haya sostenido la mirada conmigo o con otra chica que estaba sentada exactamente atras mio.

Leandro Guaragna

Leandro dijo...

me olvidaba, en el viaje de regreso a mi casa me pregunte que hacía el profesor mientras nosotros relizabamos el ejercicio de las miradas.

Anónimo dijo...

La primera parte del ejercicio me hizo recordar rapidamente a las clases de yoga que hace mucho tiempo empecé. La relajación y el encontrarse con uno mismo siempre me resultaron ejercicios dificiles en la práctica sobretodo cuando hay muchos a mi alrededor.
Sin embargo esta vez hice el esfuerzo de liberarme y creo lo logré, aunque la segunda parte del ejercicio fue claramente mas difícil, comecé a buscar una mirada, mirada que no encontraba, parecia que de tanto enfocarme en mi misma ya nadie me veia. Finalmente crucé la vista con una chica de la otra punta, mantuvimos la mirada. Quiero decir que no fue de lo mas simpático.., porque sentí que esta chica me estaba mirando tan intimamente que parecia verme desnuda o saber lo que yo estaba pensando...de todas formas los nervios hicieron que las dos nos desconcentraramos y miremos hacia otros lugares, eso hizo que baje la presión y que todo vuelva a la "normalidad".

De paso hago un llamado a la solidaridad! No tengo grupo para el tp!
El/La que se encuentre en la misma situación mandeme un mail (cinsanchez84@yahoo.com.ar)y si no hay nadie solo...Germán qué hago??
Saludos, Cin Sanchez.

Ariel dijo...

Hubo un diálogo; incómodo por momentos, tímido, desencontrado, distraído. De repente entendido pero distraído. Abierto pero de repente inoportuno, negado.
La vista se va y vuelve. La mano se cubre de algo, la cara se pone detras de esa mano cubierta. Se muerde, la desconcentra, pero la hace sentir al menos un poco más segura.
Un diálogo obligado, tratando de encontrarle un sentido que ve lejano, que le dan pocas ganas de encontrar.
Un diálogo al fin que supo decir mucho.
Empezar algo para abrirlo o terminar para también al fin abrirse.
Ariel Dorfman

.... dijo...

.....

Johanna G. dijo...

johanna g.
Hola a todos,en cuanto al ejercicio de la ultima clase, me gusto la primera parte del ejercicio, con la luz apagada el moento de relajacion, pero en cuanto al ejercicio de mantener la mirada fija en alguien varios minutos, la verad es que me costo bastante, no mantube la mirada con nade mucho tiempo. Sinceramente me incomodaba, tal vez por estar en silencio, porque cuando hablo o me hablan me gusta mirar fijo. De todas maneras me parece creativa la propuesta. Saludos a todos.

Anónimo dijo...

Agarro lo que apunté en la clase sobre cómo me sentí en el ejercicio (me autocito): "un principio gracioso, que se tranformó en profundo, intimidante, un tanto incómodo, pero profundo. Corte desconexión y una nueva mirada, tal vez más intensa y más rígida. Ojos fijos y mirada innmovil que duele".
Giselle Udelsman.

Fer dijo...

En las dos partes del ejercicio sentí algunas cuestiones similares, sobre todo en los comienzos de las mismas. Una mezcla de incomodidad, con nerviosismo y algo de presión. Pero también en ambos me sentí mucho más tranquilo con el correr de la práctica, al punto de poder relajarme y luego focalizar la mirada hacia un compañero y recibirla de él.
En la etapa de las miradas, me pareció interesante poder sentir al principio, los rasgos faciales bien determinados y posteriormente una expresión más difuminada y disuelta.
Agrego, que al terminar quedé algo aturdido y con un poco de dolor de cabeza, pero que con el correr del tiempo se me fue alviiando.

Fernando Pantuso.-

Anónimo dijo...

Sentí una gran curiosidad y un poco de ansiedad por no saber que sucederia. Cuando se apagaron las luces y con el silencio experimente una sensacion muy agradable, algo que me impulsaba a olvidarme del contexto en el que estaba , dejando de lado que me encontraba en la facultad rodeada de mis compañeros. Yo estudie teatro y cuando me pedian cerrar los ojos me costaba mucho hacerlo tendia a estar pendiente de lo que sucedera o incluso me preocupaba hacer el ridiculo con los ojos cerrados , sentia ansiedad al permanecer quieta con los ojos cerrados.

Pero en el aula mientras Germán nos hablaba me sucedio todo lo contrario habia llegado olvidarme completamente de mi misma. Era una sensacion tan placentera que me costo mucho volver a conectarme cuando se encendieron las luces. En ese momento escuchaba atentamente lo que decia Germán pero me costaba asimilar que debia abrir los ojos. Una compañera se encontraba frente a mi intentando mantener una conexion conmigo , al principio trate de mirarla sin desviar la vista pero la desconexion que habia experimentado al inicio me impedia lograrlo. Eso me hizo ponerme un poco nerviosa queria lograr conectarme con ella , pensaba que debia mantener la mirada fija y en el momento de hacerlo algo me impulsaba a desviar la vista de forma automatica , recorde algo que dicen los textos zen el texto del tiro al arco dice que uno tiene que olvidarse de si mismo para llevar a cabo el objetivo. pense que esa idea me podia ayudar a no presionarme por lograr mantener la mirada. desde un rinconcito observe a otra compañera percibi que se encontraba un poco perdida igual que yo y que timidamente intentaba mantener una conexion con alguien. En ese momento me senti a gusto con el hecho de mantener la mirada fija, a su vez , me habia olvidado completamente de la presion x lograr realizar adecuadamente el ejercio y eso me permitio seguir hasta el final de la clase.

Cuando termino el ejercicio recorde un poema de Fernando Pessoa tal vez no esta intimamente vinculado con lo zen pero debo confesar que al lograr vencer las presiones que sentia al inicio del ejercio este poema se me vino a la mente y me gustaria compartirlo con todos ustedes y con vos Germán para saber si realmente esta bien o es adecuada la reflexion a la que llegue

El poema dice asi
´´Todo se me confunde
Es otra cosa la que pienso
Si veo ignoro
y cuando me distraigo...claramente veo´´

La enseñanza que me dejo el ejercicio es que quizas nos posionamos mucho desde nuestro pensamiento y con nuestras formas particulares de entender y realizar las cosas , de este modo queremos lograr un objetivo siguiendo detalladamente esas pautas que consideramos como validas o efectivas y paradojicamente nuestra mente reproduce el efecto contrario porque no logramos separar el objetivo de la presion que ejercemos para lograrlo. (Es como el ejemplo del tiro al blanco) En cambio cuando uno se olvida de si mismo , cuando uno logra de alguna manera hacer una pausa en relacion a la presion y el objetivo o lo que se propone las cosas fluyen naturalmente.

Espero que podamos seguir conversando en clase! Nos vemos en unas horas! Saludos para todos!

Nayla Madia.

Paula Mattaini dijo...

Debo reconocer que este tipo de ejercicios me incomodan desde el vamos ("ortodoxia, s'il te plait") pero, aun así, la cosa se desenvolvió de un modo menos terrible. Sin embargo, nunca logré relajarme del todo y después, con la luz, fui rebotando de cara en cara, dudando por momentos de la reciprocidad del otro (mi miopía no colabora) y, a la vez, espantándome un poco por la posibilidad de que quizás ahí estaba ocurriendo algo.
Conclusión parcial: encontrar al otro, de modo pleno, implica ser encontrado y eso supone un riesgo: es, de alguna manera, una puesta en paréntesis -¡en crisis!- de ese Yo absolutamente delimitado que tan occidentalmente nos esforzamos en construir.
Conclusión general: mirar(se) es todo un mambo.