jueves, agosto 25, 2011

Consigna de trabajo: Ejercicio y reflexiones

Las reflexiones, en este caso, las tienen que hacer ustedes en los comentarios a esta entrada, en relación al ejercicio realizado hoy al finalizar la clase.

¿Qué sintieron?... ¿Qué sensaciones tuvieron?... ¿Qué les pasó respecto del otro, del buscar y encontrar, o no encontrar, o del ser encontrado?... Etcétera.

Para la clase que viene tienen que leer "La sabiduría del amor" de Alain Finkielkraut. Además de todo lo que ya tienen que tener leído hasta ahora, por supuesto, vale decir (por lo menos) Descartes, Faure, Itzuzu y Herrigel.

Sean felices. Buena semana para todos.


Adenda: Seguro la mayoría recuerda esta publicidad, pero por si acaso vale la pena traerla nuevamente a la memoria...

38 comentarios:

Luciana dijo...

Hola a todos!! En mi caso nunca pude relajarme por completo al momento de cerrar los ojos con la luz apagada. Ni hablar de eso de sentir los pies, las manos, simplemente era yo sentada en una silla con los ojos cerrados intentando no reirme. Suelo reirme cuando estoy incomoda y eso mismo me paso cuando tenia que mirar fijo a un compañero. Ni bien abrí los ojos mire a la persona que estaba adelante en la otra punta del salón y creo que ella me estaba mirando a mi también. Sentí un "gran poder de concentración" por parte de ella, nose en que estaba pensando pero me miraba muy fijo y muy seria y yo siempre intentaba no reirme. En cambio con la segunda, las dos nos reimos sin embargo ella también parecía estar mas "concentrada" que yo. En definitiva, la situación me causo gracia y más al ver a muchos de mis compañeros adoptar una postura de meditación muy zen jaja y mantenerse serios.

Mañana leeré a Faure y hare mi respectivo comentario.

Saludosss

Jazmín Z. dijo...

La relajación me fue familiar porque hago yoga desde chica y he aprendido a sentir cada parte del cuerpo por separado y sentir todo el cuerpo en conjunto, como un todo (bien zen).
En relación a la dinámica de las miradas, más o menos vamos a decir todos lo mismo: vergüenza, incomodidad, calor, etc. En general pensamos que decir es hablar, sin creer que con los ojos se pueden decir muchas cosas también.

Mariposa dijo...

Hola a todos!
Entiendo que para algunos haya sido muy "loco" el ejercicio, pero para mí no lo fue. Quizás porque ya tengo experiencia en este tipo de situaciones, descolocadas en el marco de un ritmo de vida vertiginoso donde uno rara vez se atreve o se interesa por la mirada del otro, la verdadera mirada no el qué dirán. Hace aproximadamente dos años, me metí en una suerte de curso de respiración (sí, existen ese tipo de locuras) y dentro de los 5 intensos días donde a partir del control de la respiración, entre otras cosas, se pretendía llegar a algo así como la iluminación (nótese que dije algo así como) apareció este ejercicio. Claro que se hizo en un momento en que ya habíamos compartido 5 días con esos desconocidos por lo cual tal vez en ese contexto se me hizo más intenso que en esta ocasión. Aquella vez me acuerdo que estaba frente a una señora de la edad de mi abuela y ambas lloramos largamente durante esos 5 minutos que duró la prueba. La segunda vez que hice el curso me tocó estar frente a una persona con la pasamos del llanto a la risa. Ambas fueron experiencias inexplicables. Ayer en clase me sentí muy relajada en plena oscuridad y pude tomar conciencia de mi cuerpo como hace mucho que no me sucedía. En cuanto al ejercicio, compartimos miradas con dos compañeras que estaban lejos y eso tal vez le restó intensidad. De todas formas, en la primera ronda de miradas estuve más concentrada y me resultó más penetrante la mirada de mi compañera. En el segundo caso, nos reímos mucho.
En fin, me gustó el ejercicio y espero que vengan más de estas locuras.
Espero no haberlos aburrido con mi preámbulo algo extenso sentí que venía al caso.

Besos a todos,

Flor

Ma. Paula Vidal dijo...

Concentrarse en una mismo es una tarea un tanto difícil la mayoría de las veces y mas, si como en mi caso, solemos esquivarnos (a uno mismo habitualmente). En el momento en que nos pediste que cerráramos los ojos y nos concentráramos en nosotros mismos, instantáneamente comencé a seguir tu voz, a sentir mi respiración y mis músculos... (tarea de relajación que me es conocida porque hubo un tiempo que hice actividad teatral). Fue extraño porque hace tiempo que no lo hacía, pero interesante al fin.
Al abrir los ojos y buscar la mirada de alguien en un principio me fue difícil por el lugar donde me encontraba y las miradas a lo lejos que ante mis ojos ya habían encontrado otras miradas. Pero al cambiar nuevamente me cruce con los ojos de una compañera adelante mio y la sensación que me generó fue el de sentir que al concentrar mi mirada en su rostro lo que lo rodeaba comenzaba a esfumarse, también sentí incomodidad en los ojos de mi compañera que giraba la mirada hacia otro lado pero instantáneamente volvía a mi, cosa que yo también hice, y concluyo de que se debe a la extrañeza de la actividad como así a nuestra no costumbre respecto de ella.
Me gustó en definitiva y es sumamente interesante realizar este tipo de cosas relacionadas a uno mismo y el mundo, a la relación de los textos y nosotros.
Saludos, Paula.

Eduardo G. dijo...

Durante la primera parte del ejercicio creo que por un instante logré concentrarme en mí y abstraerme un poco del entorno. Sentí algo más de tranquilidad y también sentí un fuerte calor en la rodilla derecha que me llamó bastante la atención. Con respecto al otro, creo que intencionalmente busqué compañeros/as que estaban mirando a otra persona. Con la primera persona que observé sentí cierta empatía. En el transcurso de esta segunda parte del ejercicio estuve algo incómodo y por momentos me resultaba inevitable reírme, muchas veces por contagio de la risa del otro/a.

Sofía dijo...

La primera parte del ejercicio me gustó mucho, no sé si porque estaba cansada del día o qué, pero pude relajarme bastante. Siento que, dentro de lo posible, logré tomar conciencia de mi cuerpo. La segunda parte en cambio, me costó más. Elegí para mirar a una amiga que estaba al lado y sinceramente me fue difícil evitar la risa, sobre todo porque se me cruzaba constantemente por la mente "¿qué estará pensando de mí?". Quizás por vergüenza o porque estaba en la fila de atrás y no veo de lejos no tuve una segunda experiencia. Me pregunto un poco cómo hubiera sido hacerlo con alguien a quien no conocés en absoluto.

Saludos!

ANALIA dijo...

Hola a todos!!!
Hay que reconocer que cuando algunos compañeros mencionaron en la primer clase que se anotaron en esta comisión porque pasaban cosas raras, no se equivocaron. Me parecio muy interesante el ejercicio, pero creo que el contexto no permitió que lo desarrollaramos bien. Al comienzo cuando estabamos con los ojos cerrados, creo que pude concentrarme y conectar con cosas internas. Por la mente se me pasaron imagenes mías de chiquita, momentos particulares con seres queridos, pero no pude llegar a sentir mis piernas, mis brazos,ninguna sensación extraña en el cuerpo, más allá de los pensamientos.
Luego, la primer mirada fue dirigida a mi amiga que estaba sentada al lado mio (creo que todos buscamos a alguien conocido). Tratabamos de concentrarnos y no reirnos pero nos resultó casi imposible. La verdad es que no se me cruzo ninguna imagen en ese momento. Con la segunda mirada paso algo diferente, porque en principio no conocía a la otra persona y pude mantenerme seria. Pude sostener la mirada y sentir que todos los compañeros que estaban detrás o al costado de la persona a la que miraba, estaban borrosos, esfumados. Además sentía como un gran silencio, ya no escuchaba las risas de mis compañeros (que si escuchaba y me distraían en la primer mirada).
Creo que el ejercicio estuvo bueno, y que para alguien que nunca tuvo experiencia en lo que es la meditación o el yoga (como en mi caso que nunca me gusto el tema de la relajación y esas cosas), es un buen comienzo.

Saludos para todos!!!

BarbaraDiaz dijo...

Buenas! A mi me pasó algo similar a lo que comenta Luciana, no pude relajarme del todo, porque no podía dejar de pensar, no sólo en el objetivo del ejercicio sino en otras cosas varias. Sin embargo, me pareció un ejercicio interesante y que espero pueda relajarme un poco más si se repite el mismo u otro similar. Una de las cosas que más se me cruzaban por la mente era entender cual era la razón, el motivo, o la relación del ejercicio con la materia en si, creo que de haber evitado eso, lo hubiera realizado con algo de éxito.
Respecto a la segunda parte del ejercicio, ha sido la más desconcertante, en mi caso. Al principio, al fijar, o intentar fijar la mirada en un compañero, que, era un perfecto extraño, me tenté y al saber que no era la única, fue difícil contener la tentación. Cuando lograba no reirme, lo que me sucedía era sentir mucha incomodidad, la mirada fija de otro, sin motivo alguno, me generó eso, y hasta un poco de vergüenza quizás. No se que hubiera sucedido si mi mirada se encontraba con la de algún conocido, quizás hubiera sido menos incómodo. De todas maneras, sigo reflexionando en el ejercicio, y creo que eso, es importante.
Para despedirlos, les dejo una cuota de humor para que arranquen el finde, creo que algo se relaciona con el tema visto, por lo menos es lo primero que recordé al leer los textos sobre filosofía zen. Es un acto realizado por los maestros de Les Luthiers, que se llama "Asi hablaba Salí Baba". http://www.youtube.com/watch?v=5_EV9Gt8cSg Espero lo disfruten!PD: "Todo ser cree ser todo pero nada es todo. Todo es apenas nada."

Claudio Y. dijo...

todo esto fue volver a viejos recuerdos de cuando iba a la iglesia y nos obligaban a mirar a los ojos a nuestros "hermanos", una situación muy extraña, cuando tuve que mirar la primera vez mi compañero de al lado estaba muy concentrado y no me quitaba la mirada y yo también pude concentrarme y mirarlo fijo, me gustaría saber que estaba pensando él de mi. La segunda mirada fue un poco más relajada porque cuando pude encontrar a alguien que me mirara ya estábamos saliendo de clase casi.
Con respecto a Faure creo que termina haciendo hincapié en las dudas que muchos de los mortales tenemos como ser sobre la eternidad de Dios, y sobre los tiempos que muchas veces escapan a nuestra mente finita. Me despojo (aunque sea casi imposible) de toda creencia (fe) sobre Dios para leer a Faure porque dice cosas muy interesantes y que harían temblar a cualquier franciscano que se precie de buen siervo de Dios..

Buena vida para todos y en especial para Faure que seguro se está pudriendo en el infierno por todo lo que dijo ¿no?..jaja

Claudio Y.

Danila. dijo...

Hola a todos!
En mi caso, en un principio me costó muchísimo desprenderme de los primeros pensamientos relacionados con lo que pasaba alrededor. Los ruidos de afuera y la voz del profesor generaban ideas en mi cabeza, imágenes mentales de cómo debía sentir mis pies, mis manos .No puede mantener los ojos cerrados en su totalidad: un pequeño reflejo luminoso venía desde abajo. Quizás fue que el aula no estaba totalmente oscura y la luz estaba justo frente a mí.
Después de un rato, definitivamente como resultado de una decisión racional, intenté esforzarme por concentrarme en mi respiración. Sentí una leve quietud a la altura de la cabeza, pero sin embargo no alcancé una relajación total.
Al momento de abrir los ojos,comencé a pensar otra vez en mis compañeros y en la vergüenza que eso iba a provocarme. Debido a mi posición dentro del aula (estaba ridículamente sentada en una doble fila alrededor del círculo en el fondo del aula) no pude hacer contacto con otro compañero de manera espontánea. Por ese motivo, con una amiga (que estaba sentada al lado mío) decidimos verbalmente mirarnos fijo.
La conozco hace muchos años y al principio pensé que eso iba a hacer que la situación me diera menos vergüenza, pero no fue así. Sentí como se me enrojecían los pómulos y la risa amenazó con salir a los 10 segundos. Comencé a pensar tonterías como “¿se me pondrán los ojos bizcos?” y ahí comprendí que no iba a encontrar un estado de concentración puro, al menos no en ese momento.
Siempre digo que me parece importante mirar a los ojos en una conversación, pero reconozco que sin la palabra, es difícil mantener esa conducta.
Lamentablemente no pude continuar el ejercicio con otra/o compañera/a debido a la posición en que me encontraba. Intenté buscar otras miradas, pero algunos ya estaban concentrados y otros reían, por lo tanto me limité a mirar a los demás.
Saludos!
Danila

Luchi Belsito dijo...

La concentración sobre el cuerpo de uno mismo es genial, sentir como entra y sale el aire que respiramos, inflar la panza y desinflarla, sentir que todas las extremidades son igual de importantes que los brazos o las piernas. Ningún pensamiento se me presentó en ese momento, sólo prestaba atención a la humedad de la boca, el calor de los pies, la transpiración de las manos,a la relajación de la mandíbula, al aire que respiraba. A todas esas sensaciones las llamamos en mis clases de teatro: conectarse con el cosmos, cada uno puede llamarlo como quiere. Hasta ahí veníamos bien, pero cuando llegó el momento del encuentro con el otro, me pasó lo mismo que en mi primera clase: verguenza, rechazo a la mirada de un otro desconocido, eso es lo más difícil, hasta que después de unos minutos se establece la conexión, quizás simplemente con manifestarle al otro que uno tiene ganas de que el ejercicio termine, o de ser cómplices en una risa, o también en la complicidad de pensar: el profe está loco! Conclusión: En mi caso, fue mas difícil la conexión con el otro que con mi cuerpo.
Nos vemos el jueves que viene, Luciana.

Estefanía dijo...

Hola gente! Cuando comenzamos la actividad, con la luz apagada, pude seguir la voz del profesor y relajarme. Creo que el ambiente era propicio, y sin lugar a dudas me dejé llevar por la consigna. El problema comenzó cuando se encendieron las luces... Me fue muy difícil concentrarme y me pasó que con la misma compañera intentamos varias veces sostener la mirada, pero me tentaba mucho. Fue un poco frustrante porque finalizando la actividad sentí que ya nadie quería mirarme porque no podía evitar reirme. Jajaja! De todos modos fue una experiencia linda. :)

Flor del Ceibo dijo...

Mi experiencia con respecto al ejercicio fué genial hasta que abrí los ojos y no encontraba una mirada en la cuál apoyarme.
Traté de ponerme lo más cómoda posible y concentrarme, creo que funcionó porque sentía las piernas, las manos y la respiración. Hasta que abrí los ojos, no conseguía encontrar una mirada firme. Hasta que resistí y quedé mirando a una compañera que estaba en otra completamente, pero ya había cambiado dos veces.
Muy linda experiencia.
Saludos!!

Silvia B. dijo...

Comparto los comentarios de varios compañeros en dividir el ejercicio en dos momentos. El primero de relajación, de toma de conciencia corporal de uno mismo, el cual me resultó familiar porque hice meditación y también en Pilates nos hacían hacer prácticas de ese estilo. Y en segundo lugar, el momento de las miradas, el cual considero interesante ya que advierte cómo los gestos y las miradas comunican. No obstante, es factible que nos haya tomado a todos por sorpresa y haya generado un clima de timidez e incomodidad que creo que se va a ir disipando en los siguientes ejercicios ya que vamos a estar aclimatados a esta dinámica tan inusual en el ámbito académico.

Saludos!

may dijo...

Estamos tan desacostumbrados a detenernos unos segundos que creo que la consigna debe haber resultado difícil para la gran mayoría de los que estábamos ahí. El silencio estando en conexión directa con otra persona no es lo frecuente en nuestra cultura. Por el contrario siempre intentamos romperlo, como sea. Sostener la mirada por más de unos 2/3 segundos me resultó increíblemente incomodo. No logre en ninguno de los dos casos conectar con la otra persona, siendo incluso en el primero una amiga. La risa y el sonrojo fue en ambos momentos la reacción automática, tanto mía como de las otras chicas.
Creo que la incomodidad es lo que define mis sensaciones de esos segundos que se hicieron eternos. Me quede impresionada de lo desacostumbrada que estoy a simplemente mirar a los ojos a otra persona y de lo difícil que me resulta ser mirada.

G. M. Vassallo dijo...

Respecto a la primera parte del "ejercicio", debo decir que fue bastante fructífera ya que para estos casos en que se requiere relajación suelo responder bien (no ahondemos en detalles...) Realmente, conseguí relajar y conectarme con cada parte del cuerpo a la cual Germán hacía mención. Eso quizá se deba a que también tuve un año de práctica en un grupo de terapia en el cual hacíamos un ejercicio muy similar, aunque con música incluida (música ambiental, sonido de cascadas mezclado con pajaritos, no pidan mas detalles).

Pero claro, segundas partes nunca fueron buenas! Estoy de acuerdo con may, es increible lo poco acostumbrados que estamos a mirar y ser mirados, debiendo ser esta una actividad esencial al ser humano. Evidentemente algo mal estamo haciendo.
En el primer caso enfilé la mirada hacia la persona que tenía adelante mio, cosa de requerir el menor movimiento posible. En el segundo intento no quedó otra que mover un poco el cuello. En ambos casos la sensación fue de incomodidad, y alterné miradas vacías con relojeos al piso o a las paredes...
De todas formas está buenisimo que se planteen este tipo de cosas que a priori pueden resultar incómodas, al menos sirven para reconocer carencias y/o sensaciones ocultas.

Germán A. Serain dijo...

Chicos/as: Los estoy leyendo, sépanlo. Por ahora sólo eso. Pero me permito decirles... que según noto son particularmente prejuiciosos. Ya les explicaré por qué lo digo.

Por de pronto, no olviden leer para la próxima clase el texto de Alain Finkielkraut.

¡Salud y saludos!... ;-)

Jopi dijo...

La clase pasada fue mi primera clase, falté las dos primeras porque me fui de viaje, venía de un mes de dar vueltas por todos lados sin ninguna responsabilidad y dije bueno, vamos a la facultad a bajar un poco a tierra... Terminar con una meditación zen no estaba en mis planes, creo que quedé más en las nubes que antes... Al principio sentí que la tenía clara, muchas veces había relajado, ya sabía cómo hacerlo, y una vez en un retiro me habían hecho hacer el ejercicio de la mirada. Pensé bueno, yo ya sé cómo son estas cosas... Pero no tenía nada claro, se ve, porque me incomodó muchísimo, al principio no encontraba la mirada de nadie, después me encontré con un par de personas que desviaron la mirada enseguida. Al final, pude mantenerla con otra persona, pero fue como poner una gran pared, mientras miraba al otro pensaba: no tengo que transmitir nada, no tengo que transmitir nada... Intenté poner mi mirada en blanco para protegerme de cierta manera, porque uno con la mirada transmite mucho. Me di cuenta de que hace mucho no me miraba fijo profundamente con nadie y me dio una sensación rara, no sé si tristeza. Varias veces con las primeras personas me reí, no me la podía bancar seria porque me sentía muy expuesta. Al final me tranquilicé más, pero fue eso, una pared, como poner la mirada en blanco para protegerme.

MaruM dijo...

¡Buen día a todos!

No pude ir a la clase pasada y, al leerlos, me da muucha más pena haber faltado; más que nada porque me encantan estos ejercicios.

Lo que noté es que todos hablan de 2 partes del ejercicio y la mayoría destaca que en la primera se sintieron más cómodos, que se pudieron relajar y conectarse consigo mismos. Sin embargo, y no me sorprende, en la segunda parte destacan que no pudieron conectarse con los demás. Lo que sí me sorprendió fue la respuesta de algunos, quienes dijeron que se tentaron (porque el otro se reía)o que no pudieron fijar la vista en alguien (porque el otro esquivaba la mirada).

Esto último me hizo pensar en 2 cosas: en cuan individualistas somos y en la frase "es más fácil echarle la culpa al otro que a uno mismo" (a veces, el no conectarse con los demás no es un problema de los demás si no de cómo nosotros encaramos esa conexión).

SantiagoStura dijo...

me costo bastante llevar adelante al ejercicio, jamas practique ninguna forma de relajación, y me costaba mantener la atención.
con respecto al ejercicio de las miradas coincido en lo difícil que resulta mantener la mirada constante con personas a las que uno no conoce, quizá sería un buen disparador para pensar esa parte de la comunicación (la visual). Abrazo

romina costanza dijo...

Buenas compañeros/as al momento de la meditación no senti mucho más que una relajación, pero a mi lo que me pasa es que me cuesta focalizar en las meditaciones y en lo que se me pide, por ejemplo cuando iba a teatro me pasaba lo mismo nunca libero mi mente de modo que pueda volar y tratar de imaginar lo q me piden. En este caso al menos, me relaje. y luego cuando mire a la primer persona, senti paz y por momentos me dieron muchas ganas de llorar, y yo senti que a ella igual. cosa que no me paso con la segunda con la cual me reia mucho y me costaba mantener el foco. la verdad fue una linda experinecia!! Nos vemos el jueves, besos a todosss.
Romina Costanza

romina costanza dijo...

hola compañeros la verdad que la experiencia me gusto muchisimo, me relajo bastante, el cuerpo senti estaba en descanso, aunque me cuesta hacer foco, lo mimsmo me pasaba en teatro me costaba imaginar cosas. en cuanto a la experiencia con la primer compañera me dio mucha paz y me dieron muchas ganas de llorar, note algo en ella como si fuera igual,en cambio con la segunda chica eso no me paso, sino que me dio mucha risa todo el tiempo no podia hacer foco. las dos nos reiamos. fue muy lindo ejercicio. un beso a todos nos vemos el juves. Romy

Jazmín C. dijo...

Hola a todos,
En el ejercicio de relajación me pude relajar tanto como uno puede relajarse en un aula con 40 personas y sentados en esas sillas. Sentía mi cuerpo de a partes, las piernas, la smanos, los brazos, lo pesados que son, y un curioso cosquilleo en la nuca.
Cuando tuve que sostener la mirada con un compañero me puse muy incómoda, y me hizo acordar al juego del serio, (al que siempre pierdo), esta cuestión de sostener la mirada,(o sostener la cara seria)es muy molesta, miraba a mi compañero y pensaba ¿cuando va a terminar esto?!, pero finalmente fue un ejercicio divertido.

natalia_fd dijo...

Buenas a todos! Muy divertido leer los comentaros de todos! Bueno en mi caso, me resultó muy entretenido e interesante el ejercicio. Fue muy rara mi experiencia (obviamente que el parámetro de comparación que tengo son experiencias anteriores). A pesar de que cómo alguien escribió que uno puede relajarse en la medida de lo posible en un aula con 40 personas, a mi me resultó super facil tanto relajarme como concentrarme. Al toque me concentré en la voz de german que nos guiaba. Hasta ese momento no pensé en nada en particular. Y esa no era una sensación desconocida. Estoy acostumbrada a sensaciones en las que uno no piensa en nada en particular como estado de concentración (hago natación y corro maraton, y al contrario de lo que se cree; el tener la mente conectada al cuerpo y sin pensar en nada especifico, no sólo es habitual sino clave para ese tipo de actividades). Al abrir los ojos, primero sentí la molestia de la luz y en seguida conecté con una compañera que tenía delante. Es de esas personas que "uno tiene de vista" de otras cursadas. No la conocía. Y pensé primero en que estaría pensando ella. Automáticamente pensé en por qué me interesaba más la mirada de ella que la propia, y ahi percibí que tenía increiblemente acelerado el ritmo respiratorio y cardíaco, y vi que mi compañera también y que los dos compañeros detrás de ella también. Y me concentré en mi respiración y mi asombro. Me resultó desconcertante´, ya que debido al deporte que practico, es muy raro que me agite a menos que sea ejercicio de alto rendimiento. Siempre uno corre, dicen que uno tiene que estar convencido de qué uno tiene la capacidad de llegar a la meta, porque, más allá del entrenamiento, es la mente lo que te lleva a la meta. Y en ese momento, reconfirmé que la mente tiene todo un cúmulo de capacidades de las que uno no está ni enterado. Pude sostener la mirada muy concentrada. Me enfoqué mucho en los ojos, y como que no tenía mucha noción de lo que pasaba a mi alrededor. Al cambiar la mirada, miré a un compañero que al principio se reía y por ende me hizo reir a mí. Pero después, me mantuve seria, y de a poco, vi como él se iba poniendo serio. Fue muy raro e interesante.
Y más que comprobado que uno comunica mucho más de lo que cree sin usar palabras.
Me fui un toque por las ramas!
Saludos!
Naty

Xoana dijo...

Estoy a costumbrada a estos ejercicios, son muy frecuentes en las clases de danza, tango,teatro a las que suelo y solía concurrir. Siempre vuelven a ubicarme en el espacio y tiempo en que me encuentro. Ojalá fueramos concientes de ello y dejar de pasarlo a segundo plano.

Xoana dijo...

Esto familiarizada con estos ejercicios. son muy comunes en las clases de tango,danza, teatro.
Cada vez que los hago me vuleven a ubicar en el espacio y tiempo en el que estoy. ojalá siempre fuera conciente de ello y terminara de dejar en segundo plano esa conexión conmigo y con los otros.

Lucila dijo...

Hola! Hago este tipo de ejercicios en danza y en teatro bastante seguido pero en el aula no me pude concentrar ni un poquito en el momento de cerrar los ojos y respirar. Cuando nos tuvimos que mirar a los ojos encontré a una compa que estaba bastante concentrada así que pudimos sostener la mirada, eso no me pareció tan terrible en un principio pero luego comenzó a escucharse un susurro de risas que inevitablemente nos hizo flaquear. Creo que todos susurrábamos bajito y se nos fue escapando de a poco. Los segundos, en esos momentos, no transcurren de la misma manera y la sensación de eternidad del instante genera ansiedad y creo que en este caso fuimos cómplices todos de esa impaciencia. Me gusto transgredir el espacio áulico de esta forma, y creo que en nuestra sorpresa, en nuestra incredulidad, incomodidad, comodidad, silencio, concentración o lo que sea, nos hemos dicho mucho. Así lo viví.

Axel dijo...

En mi caso, en la primer parte del ejercicio donde claramente debiamos relajarnos, no pude hacerlo supongo porque no me sentia comodo del todo en un aula de la facultad. Ademas lo senti muy ajeno a las practicas convencionales practicadas en un aula, quizas por eso fue mi imposibilidad de relajarme. En cuanto a la segunda parte del ejercicio, busque a quien mas cerca tenia, le sostuve la mirada lo mas posible, tratando de no reirme para que no caiga en tentacion de hacerlo. Senti rechazo, pero a la vez tranquilidad. Cuando cambiamos de compañero/a, me paso algo diferente a lo anterior ya que senti desconcierto, pasividad y simpleza, todo al mismo tiempo. Esas fueron mis sensaciones...

Vero dijo...

El momento de meditación/relajación (no se bien como definirlo pero supongo que no son lo mismo)me sentí realmente sola.. Escuchaba un murmullo que venía de afuera del aula pero sentí que era necesario para concentrarme en lo que estaba haciendo. Estaba rodeada de otras personas pero, sin embargo, logré cierta "intimidad" además de darme cuenta de lo mucho que pesan mis piernas. El segundo momento no fue tan terrible como algunos lo describieron, pero fue dificil sostener la mirada con otro compañero. No logré una conexión y concetración como en el primer ejercicio.
Besos

Pablo dijo...

La acrividad me resultó nueva e interesante. Creo que nunca me habia puesto a pensar realmente en el peso de mis piernas, mis pies y demás extremidades individualmente. Admito que al peincipio, y no creo ser el único al que le paso, me costo concentrarme y dejar de pensar en que seguramente el que pasaba por afuera del aula pensaba que eramos un grupo de locos que fueron a una sesión de autoayuda en la facu, pero una vez que realmente pude dedicarle verdadera atención a la actividad me resulto muy enriquecedora. En cuanto a mirar a un compañero/a a la cara me resulto sencillo una vez que pude dejar de reime y al ver que mi compañera no se reia y le ponia ganas a la actividad.
Saludos a todos.

Julito dijo...

¿Qué sintieron?----

Suavidad corporal. Completa noción de las extremidades del cuerpo. No me pasa seguido.

¿Qué sensaciones tuvieron?----

Sentir el movimiento de los pulmones al respirar. Relajación.

¿Qué les pasó respecto del otro, del buscar y encontrar, o no encontrar, o del ser encontrado.---

Situación complicada. Al ser tantos y por mi parte buscar personas del otro lado del aula, no podía darme cuanta a ciencia cierta si me estaban mirando a mi o al de al lado.

Etcétera---
En la semana hice la gran Telecom y me divertí un poco en el Subte C yendo hacia Retiro. Miraba personas que no me estaban mirando, y veia quien aguantaba más la mirada. Siempre me miraban un rato y después corrían la mirada.
Tuve la suerte de encontrar personas que ya me estaban mirando, así que los miraba fijo y enseguida dejaban de mirarme. Lo gracioso es que volvían a pispear si estaba todavia mirando y rápido dejaban de mirarme. Sensaciones? Me divertí mucho. Encontrarse con miradas de personas que no esperas esta bueno. Intentas ver si pueden verte realmente o por fuera. Si te miran directo a los ojos o te relojean. Si te miran o no.

Lucía dijo...

Hola a Todos, la experiencia de la clase empezó con relajarme con la luz apagada, es algo que me gusta, pero cuando tuvimos que enfocarnos en mirar a alguien, la incomodidad apareció. Estaba inquieta, no podía mantenerme seria, pude ver que la otra persona atravesaba por varios estados, de estar seria a estar siendose,y seria otra vez.se podía ver que no estaba relajada. Eso fue lo que sentí.

Barbara Alonso dijo...

Hola a todos! La experiencia me resultó algo fuera de la común. Qué decir sobre ella al respecto? Debo decir que me costó lograr una relajacion en tan poco tiempo. La luz apagada propició el momento para ese relax, pero cuando se encendieron, se perdió.
En el momento de situar la mirada sobre alguien, sentí ante todo incomodidad a la mirada ajena. Es difícil describir con palabras, pero no podía quedarme deteniendo la mirada sobre alguna persona en particular, necesitaba ver en conjunto.
Cuáles fueron mis sensaciones? Cuasi momentos de relajación, incomodidad, calor y ansiedad

Anónimo dijo...

Hola a todos! La experiencia me resultó algo fuera de la común. Qué decir sobre ella al respecto? Debo decir que me costó lograr una relajacion en tan poco tiempo. La luz apagada propició el momento para ese relax, pero cuando se encendieron, se perdió.
En el momento de situar la mirada sobre alguien, sentí ante todo incomodidad a la mirada ajena. Es difícil describir con palabras, pero no podía quedarme deteniendo la mirada sobre alguna persona en particular, necesitaba ver en conjunto.
Cuáles fueron mis sensaciones? Cuasi momentos de relajación, incomodidad, calor y ansiedad.
Bárbara Alonso

Mariana D. dijo...

Puedo decir que "cerrar los ojos" luego de un largo día de trabajo, puede ser contraproducente en mi caso! Jaja De todas formas, me gustó mucho. Fueron apenas unos minutos que pudieron relajarme más de lo pensado.
Personalmente, desconfío mucho de aquellas personas que no te miran a los ojos cuando tenés con ellos una conversación. Pero mirar fíjamente a alguien durante más de 5 segundos, ¡se vuelve completamente incómodo! No podía contener la risa, necesitaba desviar la mirada hacia otro lado. Me puso incómoda, como si mirar TAN fijo a otra persona llega a ser intimidante. Fue muy extraño.

Iván dijo...

Hola a todos.. En mi caso lo principal que sentí al cerrar fue una enorme sensación de cansancio, como si todas las actividades que se van acumulando a lo largo del día despertaran de pronto.

De este modo, la mirada del otro no afectó demasiado mi persona. Por efecto de la iluminación parecía estar mirando un cuadro de Rembrandt (Lección de anatomía). No podía mirar en forma prticlar a uno, sino que miraba a todos: toda el aula, con sus luces y sombras, ojos casados, nerviosos, aburridos e intrigados. Me parecía una escena muy valiosa como pra dejarla escapar!

Flor Z dijo...

La actividad me resultó interesante, me recordó a otras similares que realicé en yoga y en teatro. Me hizo tomar conciencia de cómo nos cuesta sostener la mirada. Al ver a compañeros desconocidos generaba incomodidad y al cruzar miradas con amigos sobrevenía la risa.
Logré relajarme y olvidarme de que estaba en el ámbito de la facultad.

¡Saludos a todos!

Anónimo dijo...

Yo me sentí incomoda mirando a otra persona fijamente, y también sentí simpatia por la otra persona, porque creo que le pasaba lo mismo que a mi.
Saludos