miércoles, agosto 27, 2008

Anoten acá...

...los comentarios relativos al ejercicio con el que cerramos el último práctico. (Esta entrada es medio como tímida, ya lo sé, pero eso no quiere decir que la dejen pasar, pobrecita ella...)

29 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno Germán voy a dejar mis apreciaciones:

-En cuanto a la relajación fue bastante complicada con todo el bullicio proveniente de afuera del aula. Quizás sólo en un momento realmente pude abstraerme de todo el resto y reconocer el peso de mi cuerpo, etc, pero fue muy fugaz...
-Respeto a mantener la mirada en la mirada de otro, al principio apenas abrí los ojos hice contacto visual con una chica, que estaba directamente en frente mío. Por un rato pude mantener la mirada, pero después se fue haciendo más difícil, quizás un poco incómodo, en cuánto tenía necesidad de desviar un poco la mirada y hasta el punto que mis ojos empezaron a lagrimear un poco (y no me puse sentimental ni nada...). Cuándo no aguanté más y desvié la mirada, recorri el aula como dijiste buscando otra, finalmente volví a la misma pero como no pude hacer contacto (?) miré a la persona de al lado, que justo también (supongo)había desviado su mirada y nos encontramos... pero esta vuelta fue más dificil manterla...

Bueno, sólo eso, saludos!

Anónimo dijo...

Buenas!
Antes de hacer alusión a la experiencia acontecida en la clase de hoy, me gustaría hacer un comentario relativo a la filosofía zen. Resulta enriquecedor reflexionar sobre la existencia de diferentes modos de apreciar el mundo que nos rodea.
Cuando en la clase de hoy se hacía referencia a las tres dimensiones que componen la naturaleza del hombre (razón lógica, estética y ética), y la jerarquización - distinción que se hace de las mismas en la cultura occidental, apareció en mi mente autores como Heiddeger, entre otros. En su conferencia "La pregunta por la técnica", el autor se cuestiona por la misma, no como algo tecnológico en sí, sino como modo de des-ocultamiento del mundo, y por ende, de cómo lo traemos a presencia. Expresa críticamente, que en la actualidad el modo dominante de encarar nuestra relación con el mundo sería la "provocación", transformando lo provocado en fondo de reserva disponible.
Para Heidegger, la forma de abrirnos al mundo, de hacerlo habitable y formulable no se reduce únicamente a este modo provocante sujeto a fines. Pero es el que se da en la técnica moderna. Es en este punto en el que encuentro una relación del autor con la filosofía zen. El ser humano no se reduce a la razón lógica, instrumental sujeta a fines, a pesar de que sea esta la que prime en nuestra cultura. El hecho de que exista, no excluye a las demás dimensiones, ni siquiera su puesta en comunión.
...desconozco si Heidegger llegó al estado de iluminación y pudo regresar... pero esta es la relación que pude encontrar. En fin, no los aburro más...
Con respecto a la experiencia del ejercicio realizado en clase, me costó relajarme. El ruido que se escuchaba de los pasillos, el pudor, costó. En lo que más reparé es en mi respiración, pues no suelo hacerlo en la voragine diaria; luego los brazos y el cuello, me duele bastante. Y cuando se hizo la luz, ja! cómo me cuesta fijar la mirada con personas que ni conozco. Focalicé la atención en un chico que estaba alejado pero justo en frente mio...no aguenté demasiado, cambié de persona, una chica, lo mismo. Por momentos me desconcentraba, se me dibujaba la sonrisa en la cara, y observaba que a otros les pasaba lo mismo. Decidí concentrarme y miré a otra persona, pero sus ojos se direccionaban hacia un rumbo difente...en fin, raro.
Considero que el silencio y el enfrentamiento de miradas en determinadas situaciones intimida, incomoda, nos pone en evidencia, más que cualquier otra palabra o gesto.
Bueno gente, ha sido un gusto, nos estamos viendo.

Hombre polietileno dijo...

Holaa!! Bueno la verdad que me fui de la facu con una sensación re fea. "No me gusta este juego", pensaba. jaja. La primera mirada me dio risa, después verguenza, y después intimidación. Sentía que me miraban desnuda. Me fui a buscar otra mirada, y no me gustó, era odiosa, estaba muy seria la otra mirada. Y busqué otra, y otra (encontré a un hombre y me fui rápido otra vez). Y faltaban 5 segundos así que me dije, "voy a buscar la última" (por fin se termina esto!!), y encontré una que me relajó, no era intimidante, era comprensiva. Y me quedé ahí hasta que terminó el suplicio. jaja
El tema de la relajación fue relativa por el ambiente. Y con respecto a eso, yo estudio canto y el 70% de la clase es relajación; se trabaja con un método que se llama Ravine. Si llego a entender lo que es el ZEN creo que lo podría hacer a través de ese momento en que logro la mayor concentración, y tengo que visualizar por dónde pasa el aire durante mi inspiración (se labura mucho con imágenes), o equilibrar el peso de mi cuerpo, cosas que cuando empecé a estudiar no entendía, y decía "mi profe está loca". Pero, digo, en ese momento es cuando me olvido de todo y soy "yo y el mundo".
Saludos,
Y no me miren más!jjajja
Sole

Anónimo dijo...

Germán, en cuanto a la relajación me resulto un poco complicado concentrarme por el ruido que venia de los pasillos... como le paso a Christian, fue casi imposible abstraerme, pero a la vez fue una actividad muy interesante... el vértigo de nuestros días no nos permiten a veces "frenar" un poco... por mi parte no suelo al final del día intentar relajarme y no pensar en los problemas y la rutina.
El momento de buscar la mirada de algun compañero me resulto mas complicado aún... pude hacer contacto con dos chicas por algunos segundos, luego ellas desviaron su mirada... pero durante esos segundos la sensación fue rara, un poco incomoda... me sentia un tanto expuesta, y por lo general, escapo a situaciones que me generen esta sensación. Intente buscar otras miradas pero no encontre o no me anime..

Anónimo dijo...

Costó hacerse a la idea de estar haciendo "relax" en la facultad, siendo que no es muy frecuente que esto suceda. Así que los primeros minutos fueron de reflexionar acerca de lo inusual de la situación. Ya después pude empezar a llevar adelante la consigna. Las manos fueron las partes del cuerpo cuya presencia y peso pude sentir más. No sé por qué. En el momento del contacto visual, primero tuve que contener la risa y eso desconcentra un poco...
Lo que me di cuenta es que la mirada a los ojos es algo que no es tan facil de poner en práctica cuando no va acompañada de palabras mientras que una acción de este tipo mientras se conversa con alguien que es prácticamente desconocido es muy difícil de establecer y mantener. Creo que es crucial el hecho de que el contacto visual se haya establecido con gente que no conocemos.
La mirada a los ojos sin palabras es para mi algo de un estilo, digamos, "intimo". Será?

Gente Reversible dijo...

A mi me recordó a las sesiones de meditación a las que asistía en el 2003, año en el cual tenía un interés mayor al actual por cuestiones espirituales y por la filosofía oriental. Al igual que los compañeros que han comentado anteriormente, me costó concentrarme con el ruido que había. Cuando abrimos los ojos no podía sostenerle a nadie mucho tiempo la mirada porque estaba como inquieto y porque tampoco me sostenían la mirada a mí.
El contacto visual es, sin duda, muy poderoso, como gesto de interpelación, y lo hace sentir a uno expuesto. Seguro que más de uno le habrá sostenido la mirada a algún extraño en el colectivo alguna vez. Es algo muy interesante, pero muy difícil de hacer.
El ejercicio está bueno. Habría que probarlo en un lugar distinto, más tranquilo.
Saludos
N al fondo

Anónimo dijo...

Buenas.. Por lo visto me perdi una clase interesante, pero estoy enfermo y no pude ir.
Si alguien tiene ganas me cuenta un poco de que se trato, sino me enterare el miercoles que viene. Igualmente, les pregunto si hay alguna consigna o lectura para la clase que viene.

Gracias y un abrazo a todos.

maj dijo...

Por un lado la relajación me pareció una propuesta interesante ya que rompió con la rutina de clase tradicional (ahora esta de moda quizá, en los bancos dan clases de yoga para empleados, que se yo)y estuvo bueno, pero fue por poco tiempo, asique en mi caso, mis sensaciones son superficiales:
al cerrar los ojos y soltar mi cuerpo me di cuenta de varias cosas: de las contracturas que tenia en la espalda, de que tenía hambre (mi pansa haizo ruido), y sentí un enterno presente, un "aquí ahora" de minutos, sin pensar en nada... mientras escuchaba lo que decias... no sé, estaba ahí y punto...

Los ojos cerrados se acostumbran fácil a la oscuridad (y más cuando hay sueñito); fue bastante duro darme cuenta que estaba la luz prendida y que tenía que abrirlos y volver a "nacer" al mundo y tener que mirar a mis compañeros... me encontré con miradas de todo tipo: desafiantes, inquietas, tímidas, indiferentes, divertidas, desencontradas, y algunas sonrisas también... sentí la misma sensación de cuando viajo en subte, juntos pero separados, un vivir y dejar vivir, te miro, pero no te conozco...

Anónimo dijo...

A mi me gusta mucho mirar a los ojos.
Me costó muchísimo relajarme y admito que abrí un par de veces los ojos en la oscuridad... pero no me hundo sola, vi otros ojitos...!
Cuando se "hizo la luz" me enfoqué directamente en unos ojos claros que tenía enfrente, no podía ver el resto de la cara porque una cabeza ajena en el medio me obstaculizaba, pero pude ser que de a ratos esos ojos sonreían y me hacían sonreir a mí. Fue divertido, aunque no sé cómo me vería yo desde afuera en ese momento tan intenso. Después la cabeza-obstáculo tapó todo y no pude sostener la mirada. Busqué otra, estos ojos nuevos eran medio hudizos, pero volvían, eso sí con mucha seriedad y como de soslayo... después tomaron otro rumbo así que busqué otra mirada, pero esta vez era más hudiza que la anterior, iba y venía y ahora que lo pienso tal vez mi propia mirada era muy inquisitiva o intimidante. Me llamó la atención que estos ultimos ojos en fuga eran de otra mujer, será que nos cuesta menos con el sexo opuesto? Como mujer no me extraña la mirada de los hombres, pero tampoco me incomoda la de otras mujeres, porque me crié entre ellas, pero no todos tenemos las mismas experiencias. Se me acaba de venir a la mente que el tema de los ojos es bastante familiar para mi, siempre me dieron curiosidad, siempre los dibujo, hasta han aparecido en mi terapia y en entrevistas psicotécnicas... que loco! Qué dificil es a veces entregarse a la mirada del otro, no? Se me agolpan las ideas... porque me doy cuenta que de alguna forma pensar en la mirada del otro es enfrentar lo interior y lo exterior... guaaau...

Anónimo dijo...

Buenas tardes a todos, realmente me quiero morir! me perdi una clase que por lo que leo estuvo muy copada... para colmo habia leido los textos y se lo comente a amigos (que aun no cursaron la materia)de lo interesante que me habian resultado; aunque debo confesar que en un primer momento pense "¿que es esto?", despues me di cuenta que estaba bueno y mas tarde me di cuenta de una segunda cuestion y es que era la primera vez que leia algo de otros autores que plantean "costumbres" (si se puede llamar asi) orientales.
La verdad me da mucha pena haberme perdido la clase de ayer...
Saludos Julia

Anónimo dijo...

La experiencia fue buena, pero lo triste es que nos cuesta porque no estamos nada acostumbrados.
No me costó relajarme, si, 2 segundos, pero después me entregué totalmente. Suelo tratar de parar, relajarme, en algún momento de la semana. Y mi mamá siempre me dice, cuando me vé alterada: "Escuchá tu cuerpo, hija" y ¡tiene razón! mucha! dar cuenta de nuestra corporalidad, de nosotros como seres físicos. A veces pareciera que sólo recordaramos que también somos un cuerpo cuando nos duele algo o cuando algo nos causa mucho placer (interpretese en todos los ámbitos). Pero sin dolor ni placer, también somos un cuerpo y lo tenemos que proteger, cuidar.
Sobre la mirada, si, como a todos, me costó. Me tentaba. Para mí creo que es porque solamente miro a los ojos mucho tiempo a una persona cuando tengo un viculo cercano.
Me llamaba la atención porque, si bien no crucé la mirada con ella, la chica que hace danza estaba muy muy seria, no cambió su cara. Admirable. A mi me dió un poco de pudor... no sé, me parece extraño mirar a alguien solamente por el hecho de mirarla, digo... sin querer ni tener nada para decirle, ¿se entiende? tal vez podría haber durado más si hubiera tenido algo para comunicarle con mi mirada, pero no sentí que fuera así pero más que nada porque en la dinámica no se planteó (creo). Igual está buena la experiencia. Me gustan estas cosas.

Anónimo dijo...

Quiero decir que fue bastante complicado la relajación: al principio me negaba a cerrar los ojos totalmente, como la de varios de mis compañeros que pude observar que tampoco los tenían cerrados por completo. Luego sentí que mi cuerpo, en lugar de aflojarse, se tensionaba cada vez más (seguramente por lo inusual de la situación). Al abrir los ojos miré a alguien, pero tuve que mirar a otra persona porque los dos estábamos tentados de reírnos, luego a otra, y otra...es que me pareció que nadie pudo hacer al pie de la letra lo que vos, Germán, pediste (o tal vez fui yo solo y quiero "implicar en la causa" a toda la comisión).
Mi conclusión es que nos cuesta bastante abrirnos a cosas que no son habituales y rutinarias (como por ejemplo el ejercicio en clase) y a comunicarnos, porque me parece que la mirada es una forma de comunicarse con los demás. Cualquier cosa, tenemos la excusa perfecta ¡con ese ruido no nos podíamos concentrar!
pd:lo más cercano al Zen que estuve fueron las veces que escuché al Indio Solari cantar "Shopping Disco Zen".
Fin.

Anónimo dijo...

Bueno lei algunos comentarios y me paso algo parecido, al principio pude relajarme y no preste atención a los ruidos del exterior, pude sentir el aire que entraba y que salia dentro mio, sentia determinados lugares de tensión como la nuca, las piernas donde quizas apoyamos todo el estress del día.
Y con respecto a las miradas, fue dificil, personalmente me cuesta mantener la mirada a gente que no conozco porque justamente en la mirada por lo menos yo vuelco todo mi ser, pero me dispuse a hacerlo con toda seriedad y lamentablemente no encontre una persona con la cual establecer esa conexión, si la mantuve por algunos instantes pero con diferentes personas, no con una sola un tiempo largo. Y me paso lo mismo que a un compañero, me lagrimearon los ojos y senti una sensación por dentro diferente. Pero quizas por no poder mantener la mirada mucho tiempo con alguien me hice mas consciente de mi, de mi identidad, de mi persona.
Julia D´Amore

Anónimo dijo...

Creo que tuve una experiencia totalmente anti zen!!! si, si, como lo leen...es que durante la clase ya estaba muy absorta en mis pensamientos por cuestiones personales. Y entonces cuando cerré los ojos, aproveché ese momento para relajar mis músculos extremadamente tensos. Al abrirlos y enfocar hacia algún lado, no pude despegarme de mí. Miraba fijo, pero no veía, la vista se me nublaba. Ojos, cuerpos, risas, todo era igual para mí, ni recuerdo hacia donde enfoqué, o mejor dicho sí, me miré a mí misma, continué concentrada en mi interior sin reparar en el exterior. Demasiado ego justificado por la circunstancia.

Anónimo dijo...

Buenas
A mí también me costó concentrarme y por momentos pensaba "no quiero hacer este ejercicio", después me fui relajando, pero nunca del todo.
Cuando abrí los ojos, me desencontré con algunas miradas y cuando finalmente encontré una, empecé a pestanear sin parar, por una parte porque es molesto mirar un punto fijo, al menos para mí porque empiezo a lagrimear, y además creo que porque me resulta incómodo "decirle" lo que me pasa a una persona que no conozco y más cuando se trata de algo que no tenía pensado hacer.
Mirar a los ojos es acompañar una palabra para reforzar que es verdad lo que uno dice, o simplemente decir sin palabras lo que a uno le pasa... no es fácil mirar en cualquier momento y a cualquier persona, uno se siente descubierto.

Anónimo dijo...

Me pude relajar, me enfoque mas que nada en la respiración, me hizo acordar a pilates donde todos los ejercicios están acompañados por esto. Aparte trato de estirarme y elongar siempre que puedo, me hace sentir mejor y en ese instante tomás conciencia de cada parte de tu cuerpo.
El ejericio de la mirada no me gustó, hata en ese momento me pareció un poco tonto. Recuerdo que "la chica que hace danza" como dijeron arriba estaba muy seria... me costó hacer contacto al principio pero cuando lo hice sonrei un poco primero pero ya después no. Creo que la mirada fija nos pone en evidencia por eso da pudor.
En fin..
Ah! el comentario de Heidegger me pareció muy bueno.

Pam dijo...

Con respecto a la primera parte, me parecio muy similar a clases de yoga aunque haya ido pocas veces...

La parte de las miradas fue muy complicada...no podia mantener contacto visual sostenido. En momentos me encontraba mirando el piso, y si al pasar sentia ojos observandome automaticamente dirigia mi vista a otros puntos...
Nose que significara eso...

Anónimo dijo...

Muy buena la clase, muy buena la relajación.
Lo único que pensaba cuando miraba a alguien era "tenés que bancar, tenés que bancar, tenés que bancar..."

Creo que no estamos muy acostumbrados a mirarnos a los ojos, que triste!

Anónimo dijo...

Estas clases me encantan.Estamos muy acostumbrados a escuchar, poco a participar y menos a relajarnos y despues mirar a los ojos a nuestros compañeros.En cuanto al ejercicio de relajación,lo que mas noté fue el peso de mis manos y cuanto me dolía el cuello(siempre lo hago sonar de tal manera que un dia mi cabeza va a decidir salir rodando). El ejercico de las miradas realmente me dejó pensando. Siempre que hablo con una persona la miro a los ojos, y hasta me fastidia que el otro no lo haga. Lo tomo como una muestra de desinteres o una falta de respeto. Incuso cuando estoy por la calle soy de mirar mucho, pero simplemente porque soy curiosa y me gusta ver como actua la gente. La primer mirada que encontré en la clase, fue la de una chica enfrente mio, un poco al costado, y lo realmente extraño que me sucedió es que me empecé a marear mucho.No si por la luz recién encendida, por la posición de mis ojos, o porque mi compañera tenía un mirada mas fuerte que la mia, pero la cuestión es q eso fué lo que me pasó. Despues me tenté por la situacion, así que busqué otras miradas, y las encontré, aunque no estaba segura si algunas miraban mis ojos o los de mis compañeros que estaban muy cerca de mi.Luego noté que estaba siendo mirada nuevamente por la primer persona, así que volví a ella, esta vez con mayor intriga y decisión. Cuando esta conexión se cortó, divice una mirada a lo lejos que me estaba pareciendo muy calida, y ahí se teminó la clase.

Anónimo dijo...

Hola!
Sinceramente voy a transcribir mis comentarios sobre el ejercicio de la clase pasada porque lo escribí ni bien salí de la clase.

En el colectivo 65 encontre un asiento y me puse a escribir. Durante la meditacíon logré relajarme bastante, cerre los ojos, senti mi cuerpo con las piernas estiradas, me deje llevar por lo unico que escuchaba: la voz de Germán. Todo ese relax se detuvo, al menos un poco, al escuchar lo que teníamos que hacer próximaente cuando se encendieran las luces. El momento llegó. Abrí mis ojos y miré a una compañera que tenia enfrente mio. Ella no me miraba. La segui mirando hasta que hizo contacto visual conmigo. Ahí llego la sensación rara, nervios, no podia aguantarlo, sus ojos no me decian nada y mi cara estaba tensa... aguantando...Solo pude mantenerle la mirada no mas de 5-6 segundos, despues la tuve que desviar. La otra experiencia fue igual salgo que cuando mi otra compañera me miró desvió rapidamente la vista con una sonrisa. Como conclusión puedo llegar a pensar que sostener la mirada a alguien que no conocemos, que no tenemos confianza, solo puede durar unos segundos. Creo que una de las respuesta podría ser que los ojos "hablan", la mirada intima, refleja algo de nosotros y cuando no hay palabras que expresen eso a uno le incomoda, lo avergueza, lo inhibe.
Por eso la experiencia solo es cuetión de segundos...

Espero que haya habido experiencias distintas a las mias...
Saludos!!

Natalia T.

Germán A. Serain dijo...

Vengo leyendo con atención y he notado dos cosas: La primera es que nadie le respondió a Juan Pablo, que para la clase que viene hay que leer el texto de Finkielkraut "La sabiduría del amor"...

La segunda, que hay quienes pretenden relacionar el ejercicio que hicimos con el zen. Menuda confusión, que se desprende sólo de haber hecho este ejercicio al término de una clase donde el zen fue el tema principal. Pero dicho conclusión no es correcta, dicho así sea de paso.

Anónimo dijo...

German: ahora que leí el texto de Finkielkraut me parece que ya se por donde viene la mano este ejercicio.
Y si, es cierto que muchos lo relacionamos con lo del zen, pero imaginate que la típica imagen que nos hacemos es la de orientales meditando. Por ahí por eso la relación. La próxima avisá!! los del cuatrimestre pasado cometieron el mismo error!
Buen finde para todos!

Germán A. Serain dijo...

Gaby, ¿quién te dijo que yo no quiero que suceda precisamente eso que sucede?...

Carmen Ledesma dijo...

En cuanto a la relajación al principio me costó relajarme porque se escuchaba mucho barullo que provenía del pasillo y además porque el aula en la que estaba sentada no me inspiraba a sentirme que estaba en un ambiente relajante. De todos modos, luego de que se apago la luz y después de un rato imagine que no estaba más en el aula rodeada de otras personas, sino que estaba sentada en una roca que estaba sobre una laguna, la misma roca que estuve una vez sentada en córdoba. Mi momento relajante se vio interrumpido cuando tuve que abrir los ojos, la luz se había encendido y el profesor pido que miráramos a una persona a los ojos. Algo que no me gusto nunca y que siempre me cohibió es que alguien mantenga fija la mirada en mí, me paralizada de todo, si tuviera que escribir me olvido de lo que estoy escribiendo, si tuviera que razonar, no podría, ya que mi mente se siente perturbada por una mirada. Por lo tanto apenas abrí los ojos lo primero que hice fue mirar a la persona que estaba justo al frente mío, apenas nos miramos nos miramos de manera cómplice, como si ambas, sin emitir palabra alguna supiéramos que nos incomodaba mirarnos, y en vez de dejar de mirarnos nos sonreímos, y esa sonrisa me motivaba a tener ganas de reírme a carcajadas, pero la situación no daba ya que iba a desconcentrar a mi demás compañeros; por ende cambie de mirada, me encontré con una mirada muy fuerte, la persona parecía no parpadear, era a mi parecer una mirada desafiante, podría decir que sería una persona que no se llevaría bien conmigo. La mire también fijo, quería desafiarla, que no me intimidaba, pero era tan fuerte que se me irritaban los ojos, por lo cual tuve que bajar la mirada y mirar a otra chica, la cual cuando sintió mi mirada miro para otro lado, y luego volví a aquella mirada desafiante, luego puse mi mirada en una chica que también estaba al frente mío que se ría y estaba ruborizada, nos miramos, le sonreí pero sin complicidad, esa mirada me relajo, pero no me importaba estaba empecinada en mantener mi mirada en aquella que sentía que me desafiaba. Tal vez eso me incentivo a perder la intimidación y a demostrar que no tenía temor ni vergüenza alguna de que me mirara.
Saludos, Ledesma, Carmen.

Carta de Lectores dijo...

Buenas... Quiero comentar que me pareció muy interesante la clase y que me sorprendió (gratamente)que se traten estas temáticas sobre las cuales no estoy muy acostumbrada a leer para materias de la facu. Por otro lado, durante la clase se me vinieron a la mente dos libros que me hicieron "filosofar" mucho :"Sidharta" y "Demian", de Hermann Hesse. Los recomiendo a los que les intersó el tema de la filosofía zen.
Con respecto al ejercicio, me siento identificada con muchos de los comentarios que leí! Para resumirlo en una frase, me sentí "Una nena". Experimenté sensaciones que me hicieron recordar sentimientos muy propios de la infancia! Me puse nerviosa, me tenté, me puse colorada, y lo más gracioso: pensaba que tenía una mirada "fuerte" hasta que me encontré con ese ejercicio! En todos los cruces de miradas que tuve, siempre bajé la mirada yo, me costó sostenerla. Creo que uno se siente expuesto y raro a la vez.
El momento de relajación (con luz apagada y demás) no lo pude aprovechar plenamente por no poder relajarme del todo, pero me gustó el hecho de desnaturalizarme con cuestiones prácticamente "mecánicas" como detenerse a pensar en la respiración, en las distintas partes del cuerpo, etc. Estuvo muy bueno.

Anónimo dijo...

Primero en el ejercicio inicial que fue introspectivo me paso de sentirme algo perdida tratando de encontrarme a mi misma, bueh, tal vez sea una epoca jaja.
Luego con las miradas me paso que miraba a una chica pero ella no me observaba, me sentí un poco rechazada, a veces después encontraba otra mirada pero duraba unos segundos, no me rei, estaba concentrada tratando de descubrir que decían esas otras miradas. De todas maneras de aquella persona que no me miró creo que algo pude "ver".

Rocio dijo...

hola a todos! mi comentario llega un poco tarde, pero bueno...
la experiencia me resulto bastante rara por un lado e incomoda por el otro. rara por el hecho de que no pude encontrar la relajacion en ningun momento. me distraian mucho los ruidos de los pasillos y en mi cabeza pensaba: "esto es una ridiculez". la incomodidad surgio en el momento de abrir los ojos y encontrar la mirada del otro. mirar fijamente a alguien (desconocido para colmo) no es algo a lo que estamos acostumbrados muchas veces. encontre una mirada, pero no la pude sostener por mucho tiempo y a partir de ese momento me desconcentre y no pude seguir con el ejercicio...

Anónimo dijo...

Muchas veces una mirada expresa más que una palabra, pero más difícil se torna cuando no se quién se esconde detrás de esos párpados. Sin embargo, una mezcla de melancolía, tristeza, picardía, sinceridad, cansancio y dulzura buscan atraparme, buscan decirme algo...

Anónimo dijo...

De repente me encontré sentada con los ojos cerrados y a oscuras en un aula de la Facultad... La sorpresa me invadía, al igual -por lo menos eso supongo- que a mis compañeros de curso.
Primero, un ejercicio de relajación -que no venía nada mal- me permitió tomar conciencia de cada uno de mis músculos (un poco cansados, porque ya tenían el trajín de todo el día).
Segundo, el Profesor nos invitó a hacer un ejercicio muy peculiar: abrir los ojos y tratar de mantener la mirada fija en los ojos de otro compañero por la mayor cantidad de tiempo posible.
Y entonces, se prendió la luz del aula. Tímidamente abrí los ojos. Me costó divisar a alguien sin sentir vergüenza. Pero lo pude encontrar finalmente. Y allí nos enfrentamos a esta introspección recíproca. Pasaron unos segundos, y ya no pude contener la concentración. Por lo tanto, continué buscando otra mirada, la localicé, sin embargo también me costó mantenerla por muchos segundos. Pasé luego por los primeros ojos que me captaron, me di cuenta que seguían en mí, entonces me intimidé aun más -recordando lo que nos comentó el Profesor en nuestra primera clase- y cambié nuevamente de mirada.
Así, nuestro servidor indicó el fin del ejercicio, y en consecuencia todos los ojos ahora lo estaban mirando a él, quien pidió que comentásemos acerca de la nueva experiencia. Yo al principio percibí quizá un poco de incomodidad al tener que fijar la mirada en alguien, pero luego pude relajarme un poco más. Sin embargo, después el ejercicio me pareció interesante y pude notar en los demás sorpresa, ansiedad, inquietud, nerviosismo, preocupación, alegría, tristeza… Fue como si todas esas sensaciones hubiesen estado suspendidas en la línea invisible que unía a las miradas.
¡Saludos a todos!