lunes, mayo 02, 2011

El sufrimiento de los otros

Valdría la pena hacer una encuesta, si no fuese inútil porque difícilmente alguien pudiera responder con conocimiento real de causa: ¿Seguirías comiendo las mismas cosas si tuvieras que matar con tus propias manos los animales que actualmente consumís como comida?...

Este video, con la secuencia inicial de la película Carne, de Gaspar Noé (me interesan sólo los primeros tres minutos), contiene imágenes explícitas, fuertes. Pero, ¿qué es lo que nos perturba? ¿Nos molesta acaso la crudeza de las imágenes, o el hecho mismo de tener que verlas? Porque a la hora de comer un bife, no nos preguntamos demasiado cómo eso ha llegado hasta nuestra mesa. Hay cosas que nos molestan en sí mismas, sino en su evidencia. Saber algo no es lo mismo que te lo digan, o que te lo muestren. Ahora bien, ¿no sucede en realidad lo mismo con todas las cosas?



Por lo general preferimos no ver algunas cosas. Es más cómodo. Aunque a veces tenemos algún rapto de lucidez, que nos cambia el mundo. Hernán Casciari escribió muchos textos que he ido dejando aquí y allá enlazados en este blog. Uno de los que más me gustan es uno titulado Canelones, que podés leer a través del link. Noten que en el relato hay un momento de quiebre, precisamente ese momento en el cual el personaje se da cuenta que del otro lado del teléfono hay ALGUIEN.

Les dejo también este otro texto de Casiari, del cual rescato principalmente una idea puntual: la de que nos conmueve el sufrimiento de un animal que grita al morir, mucho más que el del que muere acaso con el mismo dolor, pero sin proferir sonidos que alteren nuestra conciencia. Y me pregunto si no sucederá esto mismo con la gente: apreciamos el dolor de algunas personas, no el de todas. Y nos conmovemos sólo con las que de algún modo se asemejan más a nosotros mismos.

La capacidad de reconocer la alteridad en otro ser es un don que no todos tenemos. Aunque acaso sí, pero muchas veces estamos como anestesiados, y no nos damos cuenta.

9 comentarios:

Juan ventura dijo...

Hola, muy interesante la reflexión. No tengo tiempo para hacer una reflexión más extensa. Lo único que puedo decir es lo que me dijo un amigo hace un tiempo: "Si los mataderos tuvieran paredes de vidrio, todos seríamos vegetarianos". Ojo, yo no lo soy. El problema está en el método, no en la finalidad. No comer carne no es una respuesta a nada. Hay que plantarse en el maltrato a cualquier forma de vida, ya sea animal o humana. Ya sé que el núcleo del post no venía por este lado, pero igual quería dejar mi opinión al respecto.
Un saludo, Juan Ventura.

PD: Querría saber la fecha del parcial y que textos entran para el mismo. ¿Que hay que leer para la seamana que viene? Gracias.

ROCÍO MORALES dijo...

Qué fuerte lo de Canelones! Creo que refleja muy bien no sólo la relación con el otro, sino qué pasa cuando nos ponemos en el lugar de ese otro. (Además re bien escrito, me quedé con ganas de saber qué pasó con la pobre señora). A veces, ese momento puede ser mucho más drástico que cuando no nos devuelven una mirada. Sobre todo si ponerse en el lugar del otro, implica entender (en la medida de lo posible) un poco el "sufrimiento ajeno".Quizás, por eso nos sea más fácil conmovernos con el dolor de algunas personas que con el de otras: cuanto más nos parecemos, más fácil se nos hace entender por lo que pasa el otro.
Respecto al otro texto, no puede evitar relacionar con varios textos que vi en antropología, donde explican como la cultura hace que veamos a algunos animales como algo más, haciendo que nos parezca impensable considerarlos como alimento. Sí, seguramente no sea lo mismo tener que matar con nuestras propias manos lo que vamos a comer, pero, hace no tanto tiempo era de así. Por eso, calculo, que aunque sería raro, en caso de extrema necesidad lo terminaríamos haciendo.Aunque, es verdad, es más cómodo no ver algunas cosas, porque no verlas hace que uno pueda evitar cualquier tipo de cuestionamientos.

Soledad Ramirez dijo...

Hola!!! La verdad son muy interesantes ambos textos y respondiendo a la pregunta de Germán, sinceramente no se si comeríamos lo mismo si tuviéramos que manchar nuestras manos para obtenerlo.
Particularmente, me interesó mucho más "Canelones" y frente al dolor ajeno es más fácil mirar para el costado, bajar la mirada o anular al otro, como si existiese. Eso mismo creo nos pasa con la gente que en noches frias duerme en la calle o adentro de un banco o que solo se estira su mano pidiendo una moneda. Mirar al costado, hablar por celular mitiga un poco el dolor frente a esa situación;Porque involucrarse generan una responsabilidad a veces hasta incómoda.

Saludos!
Soledad Ramirez

Rocio Fernandez dijo...

Molesta que nos las muestren. Molesta saber que mientras trancurre nuestra vida mucha gente y animales sufren, unos siendo concientes de ello, los otros no sabria decirlo.
Es mas facil evadirse, a menos que nos toquen a los seres queridos o, a lo sumo, a la "gente como uno" (diria el pseudoingeniero Blumberg).
Yo diria que a veces no estamos anestesiados, sino que nos anestesiamos a proposito.
Muy buenos los textos de Casciari.

ana.fukelman dijo...

¿Hay alguna forma de transitar por este mundo sin anestesiarse?
¿Y cómo elegimos (si es que hacemos el trabajo de elegir) lo que llega a tocar nuestra sensibilidad? ¿O puede ser que, como en las ideologías de Lutzky, haya un filtro también estético en relación a nuestra sensibilidad?

Instituto Platerillo dijo...

Aquí presente. tarde pero seguro!
Primero aplaudo a la revista Orsai que es genial y la recomiendo!
Por otro lado, ambos relatos hablan de los límites construidos socialmente del humor, de las bromas.
Y también los limites respecto a nosotros. Pregunto: este mundo no somos tambien nosotros? El piso por donde caminamos, el aire que respiramos y los animales con quienes vivimos no son parte de nosotros? Al menos de nuestra naturaleza?

El capitalismo nos aleja de lo que no pertenece a nuestro límite corpóreo, nos aleja realmente a traves de su discurso.

Daniel Francisco dijo...

Limitandome solo a la primera pregunta, yo aseguro que ni loco volveria a deleitarme con unas riquisimas milanesas si tuviera que darle un palazo (acaso se le da uno para que muera? no) a una ternera. Antes le doy con un mortero a las semillas de soja.

Johanna Gavilan dijo...

Hola, definitivamente creo que no comeria carne si tubiera que matar a un animal para eso. No pude ver la escena de la matanza del caballo, apenas cuando le clava algo en la cabeza corte, me da mucha impresion, y la verdad con el tema he dado muchas vueltas, me refiero a saber que lo que cuando comemos carne hay un animal que sufrio ahi tambien. No soy vegetariana, como a muchos me gusta la carne, pero reveer cuestiones vinculadas a esto me empieza a dar culpa y hasta asco de comer carne unos dias. Pero no la dejo, y creo que eso tiene algo que ver con lo que decia German, como que uno vive anestesiado para algunas cosas, como que hacemos la vista gorda, "es la cadena alimenticia, el dolor es inevitable, asi funciona la naturaleza" etc. No convencen del todo. Esto en relacion a los animales, pero con el tema del sufrimiento de otros, tambien es durisimo todos los dias ver gente en la calle, chicos pidiendo, etc. Creo que molesta eso en si mismo, saber que pasa en este momento, "pero la evidencia, el tener que verlo" te lo recuarda, lo refresca en ese instane en el que quizas estabas en otra, y hasta pasas a sentir las preocupaciones y problemas en los que venias pensando como vanos, y vivimos como con una dosis de culpa creo, llevadera. Pero nos damos cuenta. Complicado y para mucho el tema.
Muy buenos los textos de Casciari, es cierto que el tema de la semejanza con uno, como decia en clase German, marca la diferencia, no siento culpa por matar mosquitos pero no soporto el sufriminto de un animal mas grande, y si se puede ver su rostro agonizante mucho menos. Saudos a todos.

Ani dijo...

Me gusto mucho la reflexión de Johanna y la comparación que realizo con respectos a otros temas acerca de los cuales vivimos anestesiados hasta que un hecho o acontecimiento te remarca lo evidente y llama tu atención, produciendo una reflexión. El hay que hacer algo que después queda en la nada.
Realmente no pude mirar la matanza del caballo, me llega mucho por haber cabalgado cuando era chica en lo de mi padrino.
Saludos