domingo, junio 23, 2013

Degeneración

Justo estábamos hablando de algo de esto los otros días, me parece. En Australia, una corte judicial le ha dado la razón a una persona de 50 años, Norrie May-Welby, que demandó que no fuese obligatorio ser registrado de forma oficial como hombre o como mujer. Les dejo el enlace a esta noticia, haciendo la siguiente salvedad: el título del artículo, que refiere a una supuesta "degeneración" absoluta, en definitiva da en la clave del asunto: se trata precisamente de dejar de lado la dicotomía de los géneros. O acaso las dicotomías en general. ¿Cuál sería el riesgo de esto? Disolver tanto las estrategias identitarias que venimos manejando desde hace tanto tiempo, sin duda falaces pero tan bien establecidas, que entremos en crisis al no saber ya quién diablos somos. Sin embargo, sería al mismo tiempo un modo de enfrentarnos con una verdad temida, pero verdad al fin: las máscaras sociales que tan cómodas nos quedan, no son sino eso, máscaras, que cada tanto pueden caer y ser reemplazadas por otras.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

creo que es muy difícil alejarnos de las ideas de los géneros en relación a la naturaleza, pero igualmente no deja de llamarme la atención la forma en que titulan la noticia.

Respecto a este tema, me parece interesante resaltar el trabajo de Judith Butler, en que da cuenta de cómo los géneros masculino /femenino y la sexualidad son roles construídos social y culturalmente.

Yolanda Butler.

Anónimo dijo...

Es muy complejo abandonar los binarismos ya que vivimos en torno a dualidades que nos atraviesan y constituyen. Por eso es muy complicado concebir al género por fuera de esta discusión dialéctica. Puntualizando en esta noticia Australiana, creo que es tremendo el paso de deconstruir las nociones de género. Tal vez de esta forma se comience a delinearse una sociedad mucho más plural e inclusiva.

DANIELA RABÁN

Nicolás Eisele dijo...

Coincido con lo que plantea Germán en esta publicación. Creo que lo que sucede en estos casos, y que causa el sobresalto de muchas personas, es que casos como el de Norrie May-Welby nos obligan a salir o a plantearnos esas "verdades" que se suelen aceptar como cosas naturales. Siempre me hizo ruido las personas que, al tratar temas de genero o de homosexualidad, recurren al argumento de "no es natural" como medio para criticar y rechazar esas formas de vida. ¿Que es lo natural? ¿Quien o que impone que una cosa es natural y otra no lo es? Me parece que en vez de hacerse ese tipo de preguntas se elige no cuestionar aquel discurso hegemonico presente en nuestra sociedad.

Carla Constantino dijo...

Por un lado, me parece que el fallo está muy bueno porque se admite formalmente algo inédito, y, en ese sentido, podría pensarse como un avance hacia la diversidad. Pero, por otro lado, "neutro" no deja de ser una clasificación, inusual, sí, pero clasificación al fin. "Salimos" de la dicotomía pero seguimos con la estructura, con las máscaras. Cuesta imaginar que podamos salir de ellas: ¿Por qué hay que llenar obligatoriamente el casillero que dice "sexo" en el documento o en un formulario? ¿No se lo puede dejar vacío? O yendo más lejos, ¿por qué estamos "obligados" a necesitar del reconocimiento legal para "ser"?
Por otra parte, más allá del reconocimiento judicial, en la práctica, la sociedad está armada y funciona según la dicotomía hombre/mujer. Y eso no lo va a cambiar una ley.

Richard dijo...

Coincido con lo que señala Carla, sin duda el reconocimiento judicial marcará un gran precedente en casos futuros pero es necesario que sea la misma sociedad la que haga este tipo de reconocimientos y respete las diferencias del otro. Dejar de mirar el mundo bajo los parametros y las dicotomias que la misma vida social nos inculca es una cuestion compleja pero no imposible.

Anónimo dijo...

Todo empieza por algo. Me parece que a pesar de que ahora nos resulte un poco chocante, en un futuro esto ya no va a suceder. Es un buen primer paso para dejar de encasillarnos por género que me parece que no contribuye a nada. Qué cambia que seas hombre o mujer? A mi criterio nada, solo marca diferenciaciones dentro de la sociedad que ya bastante polarizada está frente a otras situaciones.

Mariela Eiras

Gretel_War dijo...

Creo que todo esto deviene de la necesidad de etiquetar al resto y colocarnos dentro de una de esas etiquetas. Coincido un poco con lo que dijo Carla, porque el problema es que debemos atenernos, en esas circunstancias, a lo que el Estado nos diga que es o no una opción. En ese sentido, las personas no puedne estar realmente insertas en la sociedad sin ser reconocidas por esta institución. Por mi parte, no creo que sea necesario la legitimación, ya sea por parte del Estado o de los demás para yo ser quien soy, pero hablamos de quien soy intrínsecamente, más el ser reconocidos por los demás también me es fundamental, y es en el ojo de los otros en los que me empiezo a perfilar y por los que tengo la necesidad de acreditar o no ciertas etiquetas.

Unknown dijo...

me pregunto y amplio la vision del primer compañero que opino en esta entrada. Como hacer para escaparnos de los binarismos, y especialmente de uno tan pero tan fuerte como es el del genero? si apenas nacemos ya tenemos la nocion que lo "normal" es nenes y nenas por separado: juguetes para cada uno de ellos, ropas, lugares qyue visitar, juegos, y hasta modales para hablar y caminar.
Concuerdo con la abogada de esta persona con que a partir de ahora se abriran nuevos caminos legales, pero lo que impotta es hacerle entender a una persona que esto sera normal de ahora en mas, y no por que lo marca una ley sera normal, sino por que creo que tendria q serlo hace mucho tiempo. Pero ojo, no es la culpa de la gente que lo ve como degenerado, sino de las estructuras nuestras que se nos imponen dia a dia, no somos culpables, somos victimas, y a pesar de que tenemos capacidad de ser seres pensantes y decidir, creo que con eso no alcanza. ¿Será patológico?

Mercedes Guallart dijo...

Más allá de que este sea un caso aislado, y que no tengo mucha repercusión a nivel mundial, creo que es muy significativo para pensar todo lo que vinimos abordando en la cursada: esa necesidad humana de clasificar, etiquetar, definir, delimitar que tenemos. Esto nos sirve, nos alivia, porque habiendo tanta información en el mundo, en la realidad, buscamos estrategiar para ordenarla y filtrarla. Resumimos y simplificamos. Descomplejizamos todo tanto, que llegamos a definir que los seres humanos nos dividimos en dos clases: masculino y femenino. Qué loco. Algo tan complejo que pueda ser reductible a algo tan "sencillo". Sin embargo, creo que a esta altura no le podemos pedir al Estado, ni a las instituciones que se hagan cargo de barajar y dar de nuevo. Porque deberían directamente dejar de existir. Lo que sí me parece interesante en que haya sujetos que puedan pensarse ni como hombre ni como mujer, y que se los respete. Si yo tuviera esa sensación, no le pediría al estado que con sus leyes me de la posibilidad de definirme de otro modo que no sea ni hombre o mujer. Me bastaría con estar tranquila de sentirme "neutr@" y ya. Y que también la sociedad pudiera ampliar un poco más el espectro de representaciones y admitiera que la diversidad enriquece.

Ana M. Pereyra dijo...

Como dicen algunos compañeros en sus comentarios, aquí no se trata de salirse de las máscaras, sino que se admita una nueva con la que esta personas (y muchas otras) se sienten más identificados. Nadie lucha aquí por la desaparición de los géneros sexuales, sólo se pide la admisión de uno nuevo en el orden legal. Y yo, en contraposición con el profesor, considero que las máscaras no son tales. Es decir ¿A caso en algún momento podemos despojarnos de todas esas máscaras y descubrir un verdadero ser tras las imposiciones soiales? ¿Envueltos en las reglas sociales, somos una especie de mentira? ¿Lo único verdadero es el deseo? ¿El deseo puede separarse de los moldes socioculturales?
Cuando el docente pueda, me gustaría que justificase su idea (o quizás deseo) de que las máscaras sociales son eso y nada más que eso.