lunes, abril 02, 2007

Del cuaderno de bitácora (III)

Ponerme a escribir sobre la no existencia de Dios seis días antes del domingo de Pascua me parece casi una provocación. No pretende serlo, sin embargo. Y no deja de ser extraño esto de estar hablando de Dios para explicar el nacimiento del racionalismo. Pero así son las cosas.

También curioso es que Descartes pretenda demostrar la existencia de Dios a través de la razón, y que sea el mismo método racional el que lleva al anarquista Sébastien Fauré a escribir sus Doce pruebas que demuestran la no existencia de Dios. Una misma herramienta, con resultados diametralmente opuestos. Algo tiene que decirnos esta evidencia respecto de la racionalidad del hombre.

¿Qué argumentos utiliza Fauré? El dice, por ejemplo, que lo perfecto (Dios) no podría haber creado lo imperfecto (al hombre). O que si Dios es eterno e inmutable, no puede concebirse sea al mismo tiempo un creador, pues su creación marcaría un antes y un después dentro de esa eternidad. O que si Dios es perfecto, tampoco se comprende la existencia del mal, pues ello nos pone ante esta disyuntiva: o Dios quiere suprimir el mal y no puede, con lo cual no es omnipotente, o puede suprimirlo y no quiere, con lo cual descartaríamos su bondad infinita y su perfección. O que el hombre es creado como un esclavo de la voluntad divina (somos lo que El quiso que fuéramos), por lo cual no se entiende que actúe como un justiciero con nosotros, premiando o castigando nuestras acciones. O que además Dios es injusto, pues siendo el hombre limitado, y por ende limitado el bien o el mal que puede hacer, se le prometen recomensas y castigos eternos.

Justifiquemos el hecho de que estemos hablando de Dios. Hay quienes admiten que el hombre ha sido creado (ontológicamente) a imagen y semejanza de Dios. Otros, menos crédulos, aseguran lo contrario: que el hombre ha creado (simbólicamente), a su imagen y semejanza, a los dioses. Cualquiera sea la posición que decidamos adoptar, de entre estas dos, remitirnos a Dios nos permite conocer al hombre, pues se trata de la relación que se establece entre un reflejo y aquello que lo produce. Lo que nos queda saber, en todo caso, es cuál sería en este caso puntual el reflejo y cuál el objeto original. Pero eso no hace mella en la relación existente entre estos dos términos.

Pero volvamos un momento al libro de Fauré. Lo más interesante que tiene es su interpelación a los creyentes. Primero toma los argumentos que tales creyentes le podrían oponer: "No tiene usted derecho para hablar de Dios en la forma en que lo hace... Ese Dios no es el nuestro. El nuestro no puede usted concebirlo, puesto que es superior a vos... No perdáis de vista que es tan imposible comprender la manera en que Dios procede como a los minerales imaginar cómo viven los vegetales... Confesad que no os es posible comprender ni explicar a Dios, pero de que no podáis comprenderlo ni explicarlo no saquéis en conclusión que se pueda negar su existencia."

Y enseguida contraataca: "Reconozco que lo finito no puede concebir ni explicar lo infinito... ¿No sois vosotros hombres lo mismo que yo? ¿No os es Dios inaccesible lo mismo que a mí?... Tened pues la modestia de confesar que si a mí me es imposible comprender a Dios, vosotros tropezaréis con el mismo obstáculo. Tened la probidad de reconocer que si porque a mí no me es permitido concebir ni explicar a Dios se me niega el derecho de negarlo, vosotros, que como yo no podéis concebirlo ni explicarlo, tampoco tenéis derecho de afirmarlo. ... Han sido vuestras afirmaciones las que han provocado mis negaciones. Cesad de afirmar vosotros y yo cesaré de negar."

Menuda declaración esta del final. Fauré no es ateo porque no crea en Dios, sino porque rechaza la creencia dogmática de los hombres.

No estábamos hablando de Dios, entonces, y recién ahora venimos a darnos cuenta. De lo que hablábamos es de las ideas que los hombres tienen respecto de Dios. Lo cual no es lo mismo.

En definitiva, no sabemos -no podemos saber- si Dios es uno o varios, hombre o mujer, perfecto o imperfecto. Ni siquiera si existe o no. Nada sabemos respecto de El ni podemos saber tampoco, puesto que El es por definición divino y eterno, y nosotros terrenos y limitados. Sin embargo, cambiemos la idea que respecto de Dios tiene una persona, una cultura, una sociedad, y cambiará con ello, al mismo tiempo, el hombre que en esa sociedad vive, se desarrolla y se desenvuelve. Dios habrá podido crear al hombre, quizás. Pero es la creencia del hombre, no sólo respecto de Dios, sino de todas las cosas, incluido él mismo, aquello que lo define en el contexto de una sociedad y una cultura. El reflejo se correlaciona siempre con aquello que se pone delante del espejo.

¿Si Dios fuera mujer? No es esa la pregunta, en realidad. La cuestión es sutil pero sustancialmente distinta:¿Y si el hombre, en lugar de haber imaginado a Dios como varón, lo hubiese imaginado mujer?

Las respuestas posibles son muchas y variadas. Pero definitivamente determinantes de lo que el hombre vería en el mundo, en los otros y en sí mismo.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy buenas las reflexiones de Fauré, es cierto que a veces creer en algo o en un dogma como la religón o la divinidad, nos puede convertir a veces en autoritarios y no poder entender al que del otro lado no cree en lo mismo que nosotros. Pero como habiamos hablado la otra clase Dios, para mí es como los padres, por ausencia o presencia nos definen como personas.
Saludos y feliz semana santa.

Anónimo dijo...

Hola a todos. Acabo de leer lo que escribiste, profe, y realmente siento que estoy en el umbral de un "mundo nuevo". Es como que hubiera estado viviendo en una habitación y, de golpe, se hubiera abierto una puerta. Sé que escribiste lo que dijiste la clase pasada, pero debo de entender mejor sentada frente a la computadora que en clase. :) Evidentemente, abordé tu "pregunta sencilla" desde la Cris que hizo Jardín, Primaria y Secundaria en un colegio religioso. Por suerte, Vanesa entendió a dónde apuntabas sin necesidad de mayores explicaciones de tu parte (mis felicitaciones, Vanesa).

Qué interesante debe de ser ese libro de Fauré. Mirá que prometiste llevarlo la próxima clase, profe...

Saludos a todos.

Ringo dijo...

Germán: vos decis: "En definitiva, no sabemos -no podemos saber- si Dios es uno o varios, hombre o mujer, perfecto o imperfecto. Ni siquiera si existe o no. Nada sabemos respecto de El ni podemos saber tampoco, puesto que El es por definición divino y eterno..."
Por definición... pero entonces... seguimos hablando de lo que los hombres piensan sobre Dios, de cómo lo comprenden, de cómo LO HACEN, de cómo LO CREAN y a la vez LO CREEN.
Saludos

Anónimo dijo...

Muy buena reflexión...
Seguramente que si las construcciones hubiesen sido otras... las actuales estructuras serían diferentes...

Permitanmé tomar la thrillada frase que dice: be or no to be... para decirles: creer o no creer... esa es la cuestión...

Con todo respeto quiero decir...el que quiera creer en el perro que crea... el que quiera creer en si mismo que lo haga... el que no quiera creer en nada que no crea...
Cuál es el problema?
Yo creo... y?

Una feliz Pascua para los que crean en ella... y para los que toman estos días como una "vacación" que la disfruten!

Anónimo dijo...

Vino a la Vida

Vino a la vida para que la muerte
dejara de vivir en nuestra vida
y para que lo que antes era vida
fuera más muerte que la misma muerte

Vino a la vida para que la vida
pudiera darnos vida con su muerte,
y para que lo antes era muerte,
fuera más vida que la misma vida

Desde entonces la vida es tanta vida
y la muerte de ayer tan poca muerte
que si a la vida le faltara vida

y a nuestra muerte le sobrara muerte,
con esta vida nos daría vida
para dar muerte al resto de la muerte

Francisco Luis Bernardez

Anónimo dijo...

Pablo: De acuerdo, permitime entonces reformular mi aseveración, que no pretendía ser dogmática, sino meramente figurativa: "Nada sabemos respecto de El ni podemos saber tampoco, puesto que El, en el supuesto caso de que El exista, tal como afirman los que creen, sería por definición divino y eterno..."

De creencias...: Gracias, muchas gracias, aunque no faltará quien diga que es fácil elogiar al docente detrás de un alias... :-)

Francisco: Gracias por compartir.

Gracias también Nico y Cris.

Anónimo dijo...

listo ahora el poema me quedo más claro. osea en el posteo anterior pense una cosa, que ahora la veo desde otra perspectiva (las representaciones de dios, las representaciones q contruye el hombre acerca de dios).
Osea el tema central son los dogmas y representaciones, categorizaciones. pero esto no es imposible de escapar, osea siempre algo de limites o pautas va a haber?

Anónimo dijo...

Siempre va a haber, María Laura, y hablaremos largo y tendido sobre ello. Lo relevante es comprender que se trata, precisamente, de representaciones, llamémoslas de este modo por ahora. Y no concebir esas representaciones como si fuesen otra cosa, la realidad absoluta.

Anónimo dijo...

Retomo frase de Fauré:"Dios quiere suprimir el mal y no puede, con lo cual no es omnipotente, o puede suprimirlo y no quiere, con lo cual descartaríamos su bondad infinita y su perfección"
Creo que en algún punto, aún más los creyentes (aunque los no creyentes lo pueden usar como argumento para explicar la no existencia de Dios)se han hecho esta reflexión en algún momento, no es que EL todo lo puede? entonces porqué está pasando ésto o me está pasando a mí? y cuando necesité algo particular no lo "resolvió"...
Como decís vos profe ni siquiera sabemos si Dios existe o no.
saludos

Ringo dijo...

"Si Eva hubiera escrito el Génesis, ¿cómo sería la primera noche de amor del género humano?
Eva hubiera empezado por aclarar que ella no nació de ninguna costilla, ni conoció a ninguna serpiente, ni ofreció manzanas a nadie, y que Dios nunca le dijo que parirás con dolor y tu marido te dominará. Que todas esas historias son puras mentiras que Adán contó a la prensa."
Puntos de vista/6,en Patas Arriba, la escuela del mundo al revés, de Eduardo Galeano.
p.d. veo que los uruguayos tienen una clara tendencia a la reflexión "genérico-metafísica". Alguna sustancia non sancta le deben poner al mate.