viernes, abril 09, 2010

¿Qué les pasó?


Cuenten, en los comentarios a esta entrada, qué cosas pudieron registrar durante el transcurso del ejercicio de la última clase. Qué les pasó, y todo lo demás que se les ocurra. Gracias.

33 comentarios:

Meri dijo...

Respecto del ejercicio de hoy (como para no olvidarme)
debo confesar, que no me costó nada relajarme! más dificil fue tomar conciencia de mi cuerpo... pero a pesar de todo sentí cómo me latía todo: los dedos, la cabeza, las puntas de los pies... pensé "qué loco! qué poco tiempo se dedica uno a un mismo"...
Después algo me distrajo y me costó volver a ese estado de conciencia relajada de mí msima, pero seguí tranqui, como en el límite entre el sueño y la vigilia. Hasta que prendieron la luz. Aún con los ojos cerrados, fue bastante violento... Quizás fue por eso que cuando los abrí y posé la mirada en alguien más sentí que la cabeza me vibraba, como que algo me retumbaba adentro del cráneo... pero seguía medio hipnotizada, medio ida.
No me costó mirar fijo al otro ni hacerlo por un tiempo considerable, aunque al mismo tiempo no estaba tan concentrada en lo que veía como en ese vibrar de mi cabeza. Pensé (no pude evitarlo): "¿Estoy mirado-lo o mirándo-me? Por que no estoy viendo nada".
Después no sé bien por qué, decidí que estaría bueno cambiar de ojos y lo arruiné. Ya no me resultó tan fácil mantener la mirada y se desvaneció esa sensación de aturdimiento que tuve al principio. Me desconcentré. Me desconcentré de mi concentración desconcentrada... ¿me siguen?
En fin... me quedé pensando en esa sensación de vibración en mi cabeza. Se me ocurrió que tal vez era el cansancio del día, o el repentino encender de las luces, o que habría alguna otra explicación plausible.
Así, entre nosotros, me gusta pensar que me sentí conectada, que era toda la enregía del universo fluyendo de un par de ojos a los míos, sin barreras ni límites.

Qué copado el Zen

Lola dijo...

Quiero expresar públicamente QUE NADIE ME MIRÓ!!!!!! y peor aún, si después de boyar 5 minutos esperando que alguien tenga sus ojos disponibles para mi, encontraba uno... ME MIRADA DOS SEGUNDOS Y SE IBA!!!!!!

Muy al final del ejercicio encontré una mirada... pero era de una amiga!!!

Bueno, después les paso la factura del psicólogo, (la cuenta dividida entre todos los que no me miraron aún estando solos)

He dicho.

Carolina dijo...

Al cerrar los ojos y relajarme sentí el peso de mi cuerpo, sentí el cansancio del día y de la semana, también sentí como me latían los dedos, los pies… me costo relajarme, pero cuando lo logré no quería cortarlo (hasta quería dormir!), al prender la luz de golpe fue algo molesto que de a poquito fue calmándose hasta el acostumbramiento, luego al abrir los ojos encontré muy pronto otros ojos que me miraban, estuve varios minutos concentrada con esa persona, que era lo único que veía, ella y yo solas, lo demás nublado, nuboso, lejano, hasta me costaba tener que pestañar para no perderla, para que no me deje… de golpe después de varios minutos y casi sin darme cuenta no me miraba más (lo contrario a lo de Meri… habrás sido vos que te cansaste de mirarme? jajaaaa), odio esa sensación de abandono… me sentí sola, todos se miraban y quede boyando también unos minutos… y volví a mirar a la persona que me había abandonado y ya estaba mirando a otra… busqué, busqué y busqué, no encontré a nadie que me resultara cómoda mirar… y de golpe encontré a una amiga en la misma (serás vos Lola con un seudónimo? Jajaaaaa) y terminé el ejercicio mirándola a ella. Muy relajante, por momentos incómodo.

Saludos,

Roberta dijo...

Cerrar los ojos nunca me cuesta mucho. Abrirlos sì.
Mirame, mirame, mirame, mirame.
Mirame de nuevo, mirame de nuevo, mirame de nuevo, mirame de nuevo.
Buscar otros ojos, para encontrarlos y sentir la necesidad de correr la mirada. Querer volver a encontrar, o nunca conectar. Ufff, agotador.

Unknown dijo...

Me relaje muy rápido, no se si por el ambiente que se creo o por el cansancio que provoca un día agitado. Es raro sentir el cuerpo de uno, no muchas veces uno se pone a descubrir lo que uno es.
Por otro lado fue muy fea la sensación cuando prendieron la luz aun cuando tenía los ojos cerrados, muy violento... jajaja

Y después el encontrar a alguein que te mire, dios no me miraba nadieee, yo me concentre en una mirada que miraba hacia otro lado esperando ansiosasa que se perdiera y me encontrara a mi, y se perdió y encontro mi mirada, pero cuandos nos miramos me reí y no pude seguir concentrada.. jajaja
Asi me paso con dos o tres miradas, me costo sostenerlas me reía, no sabia como actuar.

Igual me gusto pero es fuer raro.

Tania dijo...

Fue difícil relajarme, desconectarme y dejar de pensar. Me costó mucho, de hecho lo logré sólo unos minutos antes de que se prendiera la luz, y me arrepentí!
Durante ese pequeño tiempo logré concentrarme en mi cuerpo, pero sin pensar demasiado. Intentaba sentirlo. Las partes del cuerpo que se nombraban, las representaba en mi cabeza, les hacía una especie de foco mental.
Una vez que se prendió la luz me costó encontrar la mirada de una persona. El círculo era grande y no podía estar segura de si ese alguien que yo miraba me devolvía el gesto. Además, el cambio de luz hacía que se complicara ver. Todo lo que era fondo y no figura se ponía como en blanco y me hacía marear.
Finalmente encontré una mirada. Y ambas nos empezamos a reir. Tal vez por la rareza de la situación o por el hecho del encuentro. No quería dejar de mirar pero me costaba mucho sostener la mirada porque realmente estaba mareadísima! De todos modos, intenté mantenerme hasta el final. De a ratos corría la mirada porque necesitaba descansar mi vista, pero inmediatamente volvía porque no quería perder lo que ya había logrado.
Fue un gran esfuerzo para mis ojos sostener la mirada, y sentí alivio cuando terminó el ejercicio y pude descansarlos.

Julia dijo...

La parte de la relajación me resultó sencilla. Sentí mi cuerpo latir y el peso de las extremidades. Cuando llegó el momento de las miradas se me complicó. El tener que mantener la vista fija en algo hizo que mis ojos me empezaran a arder (aún con los anteojos puestos....). Debo decir que sentí un poco de desilusión, yo estaba esperando que la misma mirada dúrase todo el ejercicio, pero creo que me encontré con tres. Digo creo porque una estaba a lo lejos y realmente no se si su mirada estaba puesta en la mía o en alguien sentado a mi alrededor.
Cuando terminó el ejercicio fue como si me hubiesen dado un golpe de energía...llegué a mi casa y no paré de hablar...de hecho, me costó mucho conciliar el sueño.

Anónimo dijo...

Yo personalmente no pude relajarme demasiado. Supongo que es porque soy demasiado nerviosa, siempre me cuesta hacerlo hasta en la parte de relajación de una clase de yoga.
Pero al menos logré despejarme un poco, para luego tomar plena conciencia de cada parte de mi cuerpo.
Lo más difícil fue sostener la mirada ante otro. Tenía la certeza y la duda de que dos personas me miraban al mismo tiempo, ambos estaban enfrente pero bastante lejos en distancia por lo que me costó definirme por uno de ellos. Cuando lo hice y ella me miraba tan fijamente, con esa mira tan fuerte me sentí muy extraña: intimidada, avergonzada, perdida, temerosa y hasta me reía por esa incomodidad.
Al finalizar el ejercicio me relaje pero mi perturbación duro por algunos minutos más.

SabryG dijo...

La relajación fue lo mejor del día, estaba muy cansada y para sumar más al cansancio me habian robado el día anterior, asique me vino muy bien despejar la mente, ponerla en blanco y sentir mi cuerpo. Por momentos sentía que la cabeza se me iba para atrás y era como estar flotando. Podía conectarme con mis manos, con la respiración, intentaba no escuchar los ruidos del ambiente. El momento en que se encendieron las luces fue horriblee!!! Como despertar de golpe, aturdido, sobresaltado. Al abrir los ojos veía todo medio nublado y por momentos las imágenes se confundían. Pude conectar rápidamente la mirada con alguien e intentaba mantenerla durante todo el ejercicio a pesar de la sensación nebulosa de mis ojos y la incomodidad que genera permanecer asi conectado con la mirada del otro. Quizá por que no estamos acostumbrados a mirarnos tanto, ni a los demás ni a nosotros mismos.
Fue una linda experiencia, la disfrute mucho.

La Maga dijo...

La relajación fue genial, realmente lo necesitaba, justo ayer! y se me hizo muy fácil aislarme, aunque a cada ruidito sentía el impulso de abrir los ojos para ver que pasaba...Creo que al estar rodeada de gente que uno no conoce se siente como medio expuesta al estar descalza y con los ojos cerrados, no sé eso me pasó a mi. Sentir mi cuerpo fue fácil, yo hago bastante seguido esos ejercicios pero fue muy raro hacerlo rodeada de gente.
Lo mismo me pasó con el tema de posar la mirada en alguien. Es un ejercicio que hacemos en clawn, pero en este lugar lo hacemos mientras todos caminamos sin rumbo fijo con lo cual la mirada no la sostenes por más de 5 segundos, y tener que sostenerla por más tiempo se me hizo muy dificil sobre todo porque el chico con el que cruze las miradas estaba muy serio y eso me intimidaba demasiado. Igual son sensaciones que están muy buenas sentir.

Lucoso dijo...

Lo primero que sentí fue una tos, tan perturbadora como inquietante. Apenas si se escuchó unos segundos, pero los suficientes como para advertir la comodidad de la incomodidad de todos: un análisis algo macabro de cómo el ejercicio ponía un pie en el abismo, a punto de desbarrancarse. O al menos eso pensaba, hasta leer los comentarios que preceden. ¿En serio nadie lo sintió? Han de haberlo percibido, lateralmente al menos, o sus ojos son tan rasgados como los de un samurai ofreciéndose al harakiri! De ser así, en hora buena. Es que debe haber sido occidente jugándome una mala pasada, concentrándome, haciéndome centro, obturando mi fuga. Maldito Edison! De la tos a la luz. No andaba equivocado aquel viejo de 103 años: ¿Por qué violentar al sol con tanta insolencia? Estábamos tan bien a oscuras...

Virginia dijo...

La clase de ayer me resultó más que interesante y el ejercicio del final, en un punto, creo que puso a prueba todo lo que veniamos hablando.
Yo me quedé pensando en el contraste de sensaciones. Mientras estaba con los ojos cerrados, en la oscuridad y "al resguardo" del resto, logré relajarme, al mejor estilo Zen.
Cuando abrí los ojos,perdí el estado de calma y el hecho de intentar sostener la mirada sobre otros me causaba cierta tensión, confirmé: estoy en Occidente.
Será entonces, como se dice en el texto de Finkielkraut que por el simple hecho de ser vistos quedamos de golpe petrificados, adheridos a nosotros y al mismo tiempo despojados de nosotros mismos?
Pareciera ser, como se dice en el texto y en relación al ejercicio, que a la luz y a merced de ojos ajenos, nos convertimos en objetos de otros...mientras que en la oscuridad somos todos cada uno.
La mirada creo que es la clave, lo que pone en evidencia eso que dice Sartre respecto a que en la base de la conciencia de sí mismo está, no la reflexión, sino la relación con el hombre. La realidad humana es social antes de ser razonable.
La miradas ayer, lo dejaron muy en claro.

Florencia L dijo...

(escribí mis "sensaciones" en mi libretita anoche cuando volvía a las 11 de la facu y he aquí mi transcripción...)
sentí una conexión entre cuerpo y mente en esos minutos de relajación, porque por momentos, en el ir y venir del día, siento que esa unidad se pierde, q se desvía. y a veces es necesario tomarse unos segundos para retomar esa unidad q forman el cuerpo y la mente.
respecto al momento de encontrar la mirada de algún compañero, primero sentí cierta incomodidad e incluso cierta vergüenza por sostener esa mirada tan fija. "los ojos en los ojos". mirar más q ver, como atravesar la simple vista.

tb me generó cierta intriga saber qué estaría pensando mi compañera de mí.

y me preguntaba "q hago, sonrío, permanezco seria?"

Natalia A. dijo...

Fue bastante vergonzosa la situación del ejercicio, pese a ello, quise intentarlo y dejar que mi mente salga de Occidente y sienta por un instante lo que es experimentar cosas a las que no estamos acostumbrados.
Como bien, dije en el comentario del video anterior, aun tengo pendiente esa conexión con mi interior, no me hago el tiempo y ayer encontré la posibilidad...
Siendo una persona que vive a mil por hora y que, lamentablemente, vivo contracturada por el "stress"; me encontré a mi misma rara, insegura por momentos al salir de mi estado natural, no fue fácil y me llegó hasta fastidiar el hecho de estar tranquila, en paz, por lo menos un instante... ¿será que me acostumbré a la preocupación y que ya es parte de mi rutina? Seguramente lo es. Triste verdad. Cuando logré tranquilizarme, se encendió la luz, y me desconcentró... fase siguiente, no pude mantener la mirada y tampoco encontré a nadie que me mirara... o quizá si lo hacía alguien pero yo no lo encontré...
Muchas veces me planteé a mi misma todo lo que dice el señor en el otro video y me dan ganas de dejar todo (solo estar con mis seres queridos, en el campo, mirando el horizonte todo el día...aunque dudo que ellos así lo quisieran...)y vivir sin preocupaciones...pero esa sería realmente yo?

Natalia A. dijo...

Cuando pensaba en todo esto, tambien recordé una frase que siempre me resultaba extraña y quería compartirlo en este espacio porque me parecía que era la ocasión...
cada vez que me ocurría algún problema y me angustiaba, si mi tía estaba por ahí escuchándome me decía: "no te hagas problema, yo prefiero tomármelo con filosofía Oriental"... cada vez que me decía la frase, me preguntaba ¿qué sería tomarse las cosas de esa forma?,¿qué sería la filosofía Oriental?... hoy, tiempo después veo mi error y si hubiese acudido a un maestro con esa inquietud cual discípulo que todo lo quiere saber, sé que no hubiese hallado respuesta alguna...
Hoy puedo conocer algo de ella, pero cuesta horrores implementarla

Aye dijo...

En el momento lo que menos sentí fue calma, tranquilidad, relajación. Tenía un mal día, una mala semana y que me dijeran que tenía que relajarme como si en ese aula llena de gente, humo y ruido, fuera a encontrarme conmigo misma no me brindaba ningún reparo.
Es como cuando te dicen "no pienses en nada". Inmediatamente, entrás a pensar que no tenes que pensar en nada, pero si pensás que no tenés que pensar en nada, ya estás pensando. O sea, en vez de relajar, tensionás. Mismo sentir el cuerpo. Los músculos no se relajan, no se dejan estar, están sintiéndose, tensionándose, teniendo un cosquilleo extraño e incontrolable que no podes quitar aunque quieras. Ninguna de esas cosas me resultó relajante, sólo me pusieron más nerviosa y molesta de lo que estaba.
Prefiero una plaza por la mañana, sentir el aire. Prefiero dejar la mirada perdida por la ventanilla del colectivo. Prefiero un abrazo. Prefiero un silencio verdadero. Prefiero un libro, una canción. Prefiero el sol, el aire, los colores, el verde, caminar. Ahí me encuentro conmigo misma, ahí me distiendo, me olvido del mundo. (Capital Federal, la facultad, no son lugares en los que abunden este tipo de cosas, quizás sí, los colores)

Lo lamento, a mí la experiencia no me sirvió. O, visto de otro modo, me sirvió para ver dónde me hallo realmente.

Benjamìn dijo...

La verdad que al principio me costaba concentrarme. Me costaba encontrarme con mi ser, con mi interior. Luego de un tiempo logré relajarme. Lo primero que me pasó fue una molestia física. Me picaban los ojos. Luego dejé calavada mi mirada en los ojos de la persona que estaba frente mìo. La sostuve hasta que la misma persona me miró a mí. Eso hizo de que yo desvíe mi mirada. Cuando empezé a leer a Finkielkraut, un fragmento del texto me transportó a ese momento. En el libro dice: "Alguien me ve y eso basta para hacerme cambiar de mundo. Yo cambié mi mirada cuando encontré a alguien que me miraba mientras yo lo miraba y eso es violencia". Es violencia porque su mirada parecía inquisidora. La mirada quemaba. Sin embargo, cuando cambié mi mirada hacia otra persona que miraba hacia otro lado, el control lo tenía yo.
Mirar a los ojos no es lo mismo que mirar al rostro, tal como deja entender Finkielkraut (o por lo menos así lo interpreto). Mirar a los ojos es entrar a lo más profundo de uno y tal vez por eso no soporté que una persona me mire mientras yo la miraba.

Lucoso dijo...

EL ECLIPSE:

El señor Henri miraba el eclipse anunciado que aún no había empezado.
Si los astros se retrasan, qué no harán todos los demás -dijo el señor Henri.
El señor Henri se había llevado unos prismáticos enormes.
... si mis prismáticos tuvieran la longitud que hay desde la tierra al sol, entonces sí que vería las cosas más de cerca -dijo el señor Henri.
... en chino existe una sola palabra para "eclipse" y para "comer". El eclipse es una cosa oscura que se come a un astro.
... es una imagen hermosa.
El señor Henri posó los prismáticos y sacó de su mochila una botella de absenta.
Tras darle unos buenos tragos, el señor Henri dijo: ¡qué hermoso eclipse! Y bebió algunos tragos más.
Tumbado en el suelo, esperando que algo ocurriera en el cielo, el señor Henri acabó cerrando los ojos y quedándose dormido.
Cuando se despertó, cogió su mochila y su botella de absenta y se fue.
He tenido un eclipse privado, se dijo a sí mismo, muy satisfecho con los astros que había logrado ver en su cielo particular.
Un eclipse que sólo de mí depende, eso es lo que tengo en esa botella -dijo el señor Henri.

GONÇALO TAVARES.

Damian dijo...

Despues de leer los comentarios, lamento no haber podido estar el jueves... De todos modos, entiendo la actividad que se realizo, y me hizo acordar a una que hice cuando empece a cursar Psico y Comu previamente y tuve que dejarla por problema de tiempos...
Con otro profesor, Abel, y en una comision pequenia de no mas de 12 personas, comimos caramelos relajandonos, con ojos cerrados y tratando de no pensar, solo comiendo, masticando, saboreando el caramelo.
Lo raro de todo eso fue cuando surgio la pregunta que guiaba la actividad: cuanto tiempo le dedicamos a disfrutar las pequenias actividades que llenan nuestros dias, como comer un caramelo o viajar en colectivo, o para los fumadores fumar un pucho?
La cosa es: cuantas veces nos conectamos con lo que hacemos? Me refiero a comer ese caramelo o fumar ese pucho sin hacer otra cosa, o haciendo solo eso... La verdad son casi nulas las veces que eso pasa. El caramelo pasa sin pena ni gloria, lo mismo el cigarrillo, el viaje en bondi, etc.
La voragine de esta sociedad desintegra esos momentos...

Alejandro F dijo...

En el ejercicio de relajación, me paso lo que me pasa siempre. Me cuesta, creo que no llego al punto al que debería llegar e imagino a esa instancia debe ser lo mas parecido al sentimiento de paz y comunión con uno mismo.Eso, no me pasó.
Pero sin embargo, seguí al pie de la letra las indicaciones y trate de hacelo de la mejor manera posible.
Cuando llego el momento y debíamos buscar con nuestra mirada perdida a otra igual, sucedió que ya todos estaban conectados. Me sentí frustrado, buscaba de derecha a izquierda, de izquierda a derecha… y nada. Todos tenían conexión con su nemesis del otro lado del aula, pero yo seguía en la búsqueda.
Luego de un tiempo, a mi lado, encontré a alguien a quien conozco y tratamos de conectar, pero fue imposible y nos dimos cuenta de eso en poco tiempo. Cuando creí que estaban todas las posibilidades acabadas, encontré a alguien a lo lejos con quien entablamos conexión y la pudimos continuar hasta el final del ejercicio. Como me sentí? Bien, tranquilo, manteniendo el mismo nivel de relax con el que empecé. Como se sentía la otra persona? Mal, incomoda, nerviosa. Nada podía hacer para cambiar eso, por eso, continúe en mi postura sosteniendo la conexión, casi como un esfuerzo para poder dejar el fracaso a un lado.

Sarasa Sabri dijo...

Primero llegó la oscuridad, algunos ruidos del exterior, y el cansancio. Comencé a entrar en aquel estado que, según dicen, media entre la vigilia y el sueño. Todo pesaba: los párpados, las manos, los brazos, las piernas. No había duda de su existencia, allí estaban, pesando, aplastando la silla, fundiéndose en ella. Luego vino la luz, y con ella la revelación. Se hizo la luz. En medio de la búsqueda de una mirada, de saberme mirada, descubrí aquella verdad que hacía tanto intentaba negar. Se des-cubrió. Despojada de aquel velo tuve que admitir finalmente aquéllo. Tuve que asumirlo. Mientras mi mirada vagaba por los rostros que tenía delante finalmente lo acepté, irremediable:

ESTOY COMPLETAMENTE CHICATA!!!

¡Nunca pude saber si me miraban! Fue realmente feo saberme más miope de lo que pensaba.

Benjamín dijo...

Cuando hice mi primer comentario respecto al tema me limité a contar lo que me sucedió despues de abrir los ojos, pero al leer lo que le sucedió a los demás vi algunas coincidencias con lo que me pasó a mí. Son cosas que omití y eso es por no hacer caso a la recomendación que hizo Germán. Pero al margen de eso, yo también sentí la presencia de mi cuerpo. Sentí los dedos de mis pies y de las manos, el de mis hombros y el peso de mi cabeza, pero yo pensé que eso se debía a que estaba desconcentrado. El sentir de todos mis dedos me resultaba incómodo. Recién al final logré olvidarme de mi cuerpo.

Anónimo dijo...

Al principio no podia concentrarse en el ejercicio xq me daba verguenza estar en medias. No podia dejar de pensar y me era gracioso.
Cuando logré relajarme un poco, temia dormirme por el cansancio que tenia y a pesar de eso, fue muy linda esa conexión, ese descansar del cuerpo. Sentirlo, cosa que hacemos muy poco pese a su importancia.
Cuando abri los ojos fue horrible. Sentia que me dolia la vista (aunque debo confesar que no veo nada!). Encontrar una mirada fue raro: la primera me inhibio, la sentia fuerte, o como si estuviera observando cada detalle de mi rostro o como si con su mirada "el otro" iba a saber lo que estaba pensando en ese momento, nose.
La segunda me costo encontrarla, no tenia ganas. Cuando sentia que alguien me miraba giraba la cabeza pero esa persona ya habia encontrado otros ojos. Asi que me deje llevar hasta que encontré una que me causaba gracia y contrariamente a la anterior, sentia, la mia, mucho mas fuerte que la de mi compañero. La pude sostener sin ningun problema, aunque la vista, de a ratos, se me nublaba por la distancia de la persona, supongo.
Una linda experiencia. Y debo confesar que mientras buscaba miradas complices por dentro pensaba: "mirame mirame mirame".. Queria ver si podia atraer miradas, jaajaj. Dicen que funciona, a mi en la clase no tanto. Creo que la onda es en el colectivo, ajja.
Beso!

Emi.- dijo...

Uf.. no grabo mi nombre.. la de arriba soy yo: Emi.-

Nadia dijo...

Fue raro encontrar un espacio, por mas pequeño que sea, en el que uno pudo parar las revoluciones y tomarse unos minutos para relajarse y pensar en nada. En general no encuentro muchos en mi vida cotidiana.
Me gusto mucho el momento de la relajación pero luego con la experiencia de las miradas se m complicó. Creo que ya no estoy acostumbrada a mirar a los ojos; y cuando encontré la mirada de mi compañera me dio risa y quede como una tonta...deberia volver a acostumbrarme a poder sostener la mirada fija en los ojos del otro.

Meri dijo...

Carolina, quizás era yo! jaja
Lucoso, tus post me encantan, son re poeticos.
Julia, me pasó lo mismo. Llegué a mi casa super relajada y al mismo tiempo, como energizada. No me acuerdo qué primó a la hora de dormirme...
Aye, ¿nos sos de capital, no? A mi me pasa lo mismo: si no piso pasto al menos una vez por semana, enloquezco.

(mis) conclusiones generales:
- estamos todos muuuy cansados;
- casi nadie encuentra tiempo para dedicarse a sí mismo;
- nos cuesta relajar, dejar de pensar o disfrutar de las pequeñas cosas;
- nos molesta la mirada del otro y preferimos ver sin que nos vean. Varios hablaron de poder y control sobre la mirada del otro... somos dignos esclavos de Occidente.
- Hablando de ojos, ¡varios necesitan ir al oculista!

Me gustó leerlos a todos... =)

Mapa Bianchi dijo...

Fue muy bueno el ejercicio. Realmente pensé que estaba en mi clase de pakua, y me relajé bastante, bastante extraño para estar en la universidad sin zapatillas... pero me encantó.
Intenté conectarme la mirada con alguien, un chico morocho que estaba sentado frente al pizarón a 4 pesonas de la puerta. No sé si el me vió, creo que sí pero no lo se porque tenía su mirada como de costado. Yo por mi parte mantuve la mirada en el, por escasos momentos me distraje, porque creí que el no me miraba. Me resultaba gracioso porque pensaba todo el tiempo si me estaba viendo y decía lo que en la publicidad dice "mirame, mirame".
Muy buena experiencia

Marian dijo...

Mezcla rara, de encuentro y desencuentro. Cuando había que "conectarse" con nuestro propio cuerpo, era más lo que pensaba que lo que sentía. Pensaba: a dónde quiere llegar Germán con todo ésto?!?!?! Después de unos minutos, me dije: "dejarte de pensar y concentrate!" Ahi me conecté conmigo misma, pero costó! Me pesaban las piernas, sentía mi respiración y a mi corazón latir.
Cuando llegó la hora de encontrar la mirada del otro, fue extraño. También un poco incómodo. Al principio miraba a todos y a ninguno a la vez. Es como que quería evitar ese momento pero, después de un rato, alguien me estaba mirando... Hice lo mismo, pero era inevitable no reirme. Después, como ese primer momento del encuentro de nuestras mirabas ya habia pasado, traté de no reirme tanto y disfrutar de la situación. Pensaba más de lo que sentía: para qué todo ésto? Nos seguimos mirando y llegó un momento en que, no sé porqué, esa mirada me generó tranquilidad, armonía y confianza. Lo miré tanto que por momentos sentía que las personas que estaban a nuestro alrrededor empezaban a desaparecer. Eramos uno, los dos.

Flavia dijo...

Al principio me pasó lo que, supongo, debe ser lo opuesto a la filosofía Zen: no paraba de pensar en que tenía que relajarme. Cuando dejé de pensar en eso pude acercarme a la relajación, y coincido con muchos que dicen que empezaron a sentir la presencia del propio cuerpo. Pero la experiencia fue corta, ya que un ruido fuera del salón me sacó en seguida de ese estado y no pude volver.

Federico dijo...

Me costo relajarme, de hecho no logre relajarme completamente, estaba como... "en guardia". Cerre los ojos y todos mis sentidos estaban atentos a lo que pasaba afuera, detras de mis parpados. Unos pasos me inquietaron, luego, voces del pasillo, una voz que guiaba, yo, mis manos...
Logre relajarme un poco, no mucho, y senti mis dedos, quise moverlos y abri y cerre las manos. Me senti bien. Luego, buscar una mirada, que alguien me mirara para poder mirar. Resulta que me costaba mirar a mi, no se por que, queria mirar a todos al mismo tiempo, entonces no podía mirar a nadie. Encontre una mirada que me miraba y la mire. Nunca supe si en realidad me miraba a mi o a la persona a mi lado, la distancia no me lo permitia, me senti comodo igual y segui mirando. Poco me costo distraerme y empece a mirar a todos, miradad que se cruzaban, que se perdían, caras de concentración y sonrisas.
Me di cuenta cuanto me cuesta concentrarme, relajarme.
Estuvo bueno!

Agustina dijo...

Al momento de prenderse a luz tuve sensaciones encontradas,por un lado el querer que alguien me mire y mantener ese contacto pero, por otro lado, la incomodidad de la mirada con alguien que no conocemos, ese pensar: ¿me está mirando a mi? ¿qué estará pensando de mi?

Stella H. dijo...

La relajación del cuerpo fue casi espiritual. A las 9 de la noche, con el cansancio acumulado de todo el día, fue totalmente relajante. Primero sentir las piernas, después el peso de los hombros, de los brazos en los costados, el ruido que hacia mi panza por el hambre.
Prender la luz fue shockeante, una distracción. Más todavía abrir los ojos e intentar buscar a alguien.
Al escuchar la consigna lo 1° que senti fue incertidumbre: ¿quién me va a mirar fijamente a los ojos con la incomodidad que ello implica? Y el 1° intento casi corrobora mi hipotesis. Dos segundos duro la conexión. Con la segunda chica fue más duradera, casi hasta el final.
Al ver que ella persistia en su mirada me empeze a preguntar porque persistía y porque a mi, ¿qué sentía al mirarme? yo sentia que su incomodidad era casi equivalente a la mia. Ella sabia que yo me estaba preguntando por ella. Pero lo peor fue darme cuenta en la expresión de su cara que ella estaba pensando en mí. No se si fue eso, o la falta de costumbre, que se me empezo a "nublar" la vista, lo cual me distrajo. Ella empezó a mirar a su compañera de al lado de reojo, lo cual me distrajo más aún. Y al final, con los ojos nublados, lo único que quería era que pasaran los últimos 20 segundos.

Antonela dijo...

Me costó un poco lograr relajarme del todo, ya que fue un día largo para mi y cuando logré "alejarme", era tiempo de "volver" y abrir los ojos. Me quedé pensando, qué difícil resulta sostener una mirada ojos-ojos sólo por un momento. ¿De dónde sale esa fuerza que se genera?
Con la expresividad de elementos como la nariz, la boca etc. que son predeterminados por la sociedad como signos/gestos (cara triste, seria, duda) se “compone” un rostro; estos pueden ser interpretados de una u otra manera. Pero la mirada a los ojos me resulta mas difícil de "componer". Es en ese instante cuando considero que el alma se muestra "desnuda", y es cuando siento realmente que del otro lado hay alguien que me está mirando, que está pensando/ sintiendo algo a lo que jamás podré acceder en su totalidad.