miércoles, abril 25, 2012

¿No somos todos un poco Anders Behring Breivik?

Y hasta parece una persona normal... Ni siquiera aparece amordazado y atado como cuando el Dr. Hannibal Lecter asistía a la corte. Anders Behring Breivik incluso asegura que solía ser una persona agradable, aunque hoy haya podido matar a unas setenta personas inocentes sin sentir remordimientos. Y hasta se jacta de haberle salvado la vida a un niño de ocho años que lo miró a los ojos y comenzó a llorar antes de que él bajara su arma y le dijera que no temiese, que no iba a matarlo. Pero lo interesante es lo que él mismo declara respecto de su estrategia de deshumanizar al otro para que esto haya resultado posible. Dice que decidió controlar sus emociones para ejecutar la matanza. Que se prepararó para suprimir sus sentimientos hacia las víctimas, a través de un ejercicio que llevó cinco años, previo a sus atentados.

"Se podría decir que era bastante normal hasta 2006, cuando empecé a prepararme, cuando empecé a renunciar las emociones", declaró Breivik durante su juicio. "Mucha gente me describirá como una persona agradable o simpática, un amigo de los amigos", dijo también. Pero sobre todo añadió esto que sigue, que me parece clave para comprender lo que sucedió, y lo que me lleva a plantear un temible paralelismo de cada uno de nosotros con el asesino: "Llevé a cabo una estrategia de deshumanización hacia aquellos a los que consideraba objetivos válidos hasta el punto de poder matarlos."

Claro, porque sólo se puede matar a aquel que no se reconoce como un igual (salvo que uno sea un suicida en potencia temeroso de quitarse la propia vida, pero no de atentar contra los demás). El resto fue programarse para sentir cosas diferentes de las que solía sentir. Comenzar a ver al otro como un objeto, como algo no humano, carente de entidad. La pregunta, indispensable, es hasta qué punto, ya sea voluntariamente o no, no realizamos todos nosotros, cotidianamente, ejercicios similares, que incluso cuando no lleguen al punto de locura de un Anders Behring Breivik, no dejan tampoco de tener claros puntos de contacto con lo que él ha hecho.

Un par de enlaces: noticia 1 noticia 2

13 comentarios:

Unknown dijo...

Las palabras de Breivik me sugieren una doble lectura. Por un lado, la búsqueda de deshumanizar al otro. Seguramente cada uno de nosotros lo hace cotidianamente, cuando ignoramos no sólo a la gente que esta en la calle en una situación de necesidad (o como se planteó en clase a alguien que viaja en el tren) sino tambien a nuestros amigos o familiares. Pero por otro lado, Breivik afirma que esa deshumanizacion u objetivación era para él un esfuerzo. Como sujetos podemos reconocer, mas allá de las diferencias, que los otros son tambien sujetos y por lo tanto, que tienen el mismo derecho a vivir. Es cuando les negamos su condicion de sujetos que podemos eliminarlos, pero para lograrlo tenemos que "esforzarnos", luchar contra algo que ya esta formado en nosotros, es decir esto de vivir con otros, iguales o no, pero sujetos tambien.
En definitiva, cabe preguntarse si ese "esfuerzo" no es ir contra nuestra naturaleza humana, que no es esencia sino construccion social.
Luz Osman.

Ines Vasquez dijo...

No se, me cuesta entender el oncepto. Entiendo esto de deshumanizar a la persona, transformarla en objeto. ero me cuesta verlo en ejemplos de la vida cotidiana.

Se me ocurre un ejemplo, no se si esta bien. Las personas que están pidiendo en las calles, con o sin hijos, mal estado, con hambre y frio. El hecho de pasar por delante de ellos, como si nada, y seguir con nuestras vidas, podría ser este un caso de deshumanizar al otro?? Si logro convertirlo en una cosa, sacarle la humanidad, ya no me afectará a mi propia vida cotidiana el hecho de que este en ese estado en la calle. A medida que lo escribo me convenso de que podría ser un ejemplo. No se que piensan.

La gente que pasa pidiendo en los trenes, también podría ser un ejemplo.

Hay algo en lo que no estoy de acuerdo Germán... Breivik una persona normal?? mmmm, para mi tiene cara de perverso jaja. Pero no se si no será por lo que ya se de él que lo veo así. Es difícil despegarse de los preconceptos.

santiago caviglia dijo...

hola, creo que la pregunta final guarda relacion de cuando la clase final se habló sobre lo que sentimos en el otro, el otro "diferente", como por ejemplo cuando vemos gente durmiendo en la calle, revolviendo los tachos de basura o pidiendo plata..allí es donde yo trato de encontrar un paralelismo y a ciertas personas hoy en dia esto le puede parecer "normal", y no tener ningun tipo de sentimiento hacia esas personas, deshumanizándolas..como lo hizo en otra escala el psicopata de Breivik. la idea, supongo, es que no se naturalizen en nosotros este tipo de sentimientos que pueden parecer normales de esta època.

Maxi Gottig dijo...

Todos los dias tenemos ganas de matar a alguien, sea un profesor que no le da el visto bueno a tu trabajo/parcial, a tu jefe...solo por ser tu jefe, al tachero que te tira el auto encima, al colectivero que va a 2km por hora. Creo que la voragine de una ciudad tan energica, que esta constantemente a 1000, contagia a sus habitantes. Ese stress se descarga contra el que esta al lado de uno, se deja de lado la racionalidad, y en cierta forma se imita a Breivik. Obviamente no se va a llegar al punto de que si a uno le va mal en el trabajo o en la facultad va a tirar un coche bomba contra los transeuntes.

Federico Álvarez dijo...

¡Hola!

Algunos comentarios que son preliminares y a detallar:

- Debate sobre la maldad, ¿es innata o adquirida? Recomiendo una, gran a mi entender, película sobre el tema "Tenemos que hablar de Kevin" (sugiere que es inherente a algunos seres que hasta parecen humanos)

- Decís Germán lo de la objetificación, y acá considero que hay un doble movimiento de deshumanización que implica, además de las personas a quien mató, a él mismo en tanto intenta renunciar a sus emociones humanas (pasa a formar parte del mundo de objetos que construye).

Tiene muchas aristas el tema que hay que ir desentrañando.

Saludos, Federico

Melina Manfredi dijo...

Es terrible escuchar a un asesino hablando de esa manera. Siento que nos pone a todos en pie de igualdad.
¿Cuántas veces ocultamos nuestros sentimientos hacia alguien que nos cae mal solo porque estamos obligados a tratarlo (compañeros de la facultad/trabajo, novios/as de amigos/as, suegros, profesores, vecinos...)? Si somos capaces de eso, es inevitable preguntarse qué tan lejos estamos de deshumanizar a aquel que nos molesta, de rebajarlo, de convertirlo en un simple blanco de nuestra ira...
Da miedo de solo pensarlo, parece que todos somos capaces de cualquier cosa...

Franco dijo...

No creo que todos seamos potenciales asesinos. No voy a apelar a lenguaje academico para dar mis argumentos, Puesto que son muy subjetivos y no se si tiene sentido generalizarlos.
Pero realmente nunca senti ganas de matar a nadie, ni siquiera en situaciones límites, no es una sensación recurrente. Me resulta muy dificil entender los moviles de la gente que mata. Me parece algo sumamente complejo.
y por otro lado el hecho de "programarse" para sentir no me cierra por ningun lado.
Podemos predisponernos para transformar nuestras actitudes frente a una situación, pero nuestros sentimiento no creo que lo podamos hacer.

Marisol Andrés dijo...

Escalofriante leer las declaraciones, por lo "racionales" por así decirlo, ante algo que nos resulta "irracional" como el asesinato...premeditado y cruel, cruel deshumanizar al otro y así deshumanizarse a uno mismo...si es que no es humano, inherente al hombre, el acto de matar...

Anónimo dijo...

el peor es el asesino emocional, este es un caso extremo e irracional, deshumanizar al otro es meta del sistema en el que vivimos..
Mariela gillet

Florencia Drucker dijo...

Debo admitir que en principio me llamó mucho la atención el título y me estremecí; ahora que culminé la lectura creo saber por qué. Mi reacción fue de incomodidad, porque lo vemos como un animal por TV o leyendo en el diario y sin embargo, no pensamos en cuántas veces con acciones mucho menores y salvando las distancias, objetivamos al otro, a un semejante. Siempre es fácil ver al otro y criticarlo, y a su vez convirtiéndolo también en objeto (nadie repara en su historia personal, simplemente en sus acciones). Claro está que no estoy justificando a un asesino, simplemente me interesa traspasarlo a nuestra cotidianidad para pensar cuántas veces vemos al otro como un objeto y lo deshumanizamos, porque es más fácil no verlo, porque verlo a veces, duele. Creo que un ejemplo claro de ello es cuando nos cruzamos con chicos pidiendo en el tren, familias enteras en situación de calle, algún joven perdido (cualquiera sea su clase social) por los efectos de alguna droga ilegal.

Florencia Drucker dijo...

perdón.. me quedé pensando también en algo que escribí hace un tiempo a propósito de reiteradas denuncias de La Alameda sobre trata de personas (en cualquiera de sus manifestaciones): qué hacemos cuando nos hacemos los que no vemos y no hacemos.
Creo que va en sintonía, deshumanizar (en cualquiera de sus grados y acciones) conduce a no hacerse cargo, a desligarse de la responsabilidad social que tenemos por haber creado y formado personas que llegan a extremos como matar inescrupulosamente (y reitero: existen diversas formas de "matar" a otros). Físicamente, simbólicamente... y un largo etcétera.

Anónimo dijo...

Belén- Yo creo que la deshumanización uno la hace constantemente, no en el nivel de Breivik. Pero, como hablamos hace unas clases, ¿no deshumanizan los cirujanos? Me parece que el ejemplo de la medicina en gral es bastante ilustrativo, y deja ver bien la tensión entre deshumanizar y rehumanizar. Me parece que hay una queja bastante extendida respecto a los médicos que atienden cada vez con menos tiempo, no "dan bola". Mi viejo es terapista infantil, o sea que constantemente enfrenta muertes de niños o situaciones límite. Justo ahora que salió la ley de muerte digna, creo que es un buen tema de debate. Yo creo que es un buen avance porque hay muchos casos donde se sostiene al paciente en estados que se sabe no van a mejorar, a través de tecnología. ¿En esos casos, no se deshumaniza también a las personas?

Daniela Novick dijo...

Me parece que para poder asesinar a otra persona siempre tiene que estar ese mecanismo de pensar que el otro no es como uno (es inferior, no tiene alma, es obejto, etc). Todos los genocidios de la historia fueron acompañados por su correspondiente ideología que justificaba la matanza a partir de la diferencia.
Yo creo, que cotidianamente no realizamos algo muy parecido a esto, pero sí quizá despersonalizamos al punto de que vamos caminando, o estamos en el colectivo o donde sea, y vemos masas de personas que no nos significan demasiado. Pero me parece que entre eso y lo que hizo este hombre hay grandes pasos.